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Full text of "Conversaciones criticas sobre el libro intitulado Arte del Romance castellano, publicado por el Reverendisimo Padre Benito de San Pedro.."

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^^  Sac  .  Rom  .  liiip  . 


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CONVERSACIONES 

CRITICAS 

SOBRE 
EL    LIBRO  INTITULADO 

ARTE  DEL  ROMANCE 

CASTELLANO  , 

publicado  por  el  Keverendisimo  Padre 

Benito  de  San  Pedro  de  la 

Escuela  Fia ,  &c. 

RECOGIDAS 

POR 

EL  Lie.  DON  ANTONIO  GOBEYOS, 

Opositor  que  fué  á  las  Carhedras  de  Huma- 
nidad de  la  Universidad  de 
Salamanca. 

Tratase  en  ellas  de  muchos  f  untos  en  de- 
fensa de  la  verdadera  Gramática  Cas- 
tellana ,  y  de  Uros  no  menos  gustosos  que 
instructivos.  _  tjkT^ 


CON      LICENCIA.  \S^  » 


K\e^^ 


h  N     MADRID. 


En  la  Imprenta  de  D.  antonio  D£  Sancha  , 


M.    DCC.    LXXX. 


mt^  •-•«■ 


AL  excelentísimo 

Señor  Director 

DE  LA  REAL  ACADEMIA 
ESPAÑOLA. 


=)^I  VEx.  no  hubiera 
dado  tantas  pruebas 
de  ser  Protector  de 
=X  toda  clase  de  Litera- 
tura ,  no  se  atrevería  mi  corte- 
dad á  presentarle  estas  conver- 
saciones CRITICAS,  sobre  un 
Libro ,  que  se  ha  introducido 
como  de  contravando  en  la 
República  de  las  letras  con  el 
pomposo  ,  Y  redundante  título 

de  ARTE  DEL  ROMANCE  CASTE- 
LLANO. Suplico  á  VEx.  se  sir- 
a  2  va 


va  admitirlas  con  la  benignidad 
natural  que  acostumbra;  y  que, 
quando  lo  permita  el  grave  cú- 
mulo de  sus  cuidados ,  exercíte 
la  Paciencia  en  darlas  una  vista; 
porque  aunque  VEx.  me  dirá  : 
Ntilhim  a  labore  me  reclinat  otíum: 
iirget  diem  nox  ,  et  dies  noctem  • 
yo  daré  á  VEx.  la  razón,  siem- 
pre que  me  conceda  la  certi- 
dumbre de  aquella  sentencia , 
que  dice : 

Otia  Corpus  alunt ,  anlmusque 

pascitur  illis : 
Immodicus   contra  carpit    u- 

trumque  labor. 

Sea  como  fuere  ,  tengo  la 
satisfacción  de  que  no  puede 
dexar  de  divertir  á  VEx.  la  A- 
nathomia  (  que  generalmente 

he 


he  procurado  hacer  en  mis  CON- 
VERSACIONES )  de  una  Obra 
que  se  compuso  de  pedazos  de 
escritos  ágenos ;  de  una  mezcla 
de  voces  Castellanas  antiguas  y 
modernas ;  de  muchas  frases  1- 
talianas,  y  Francesas,  en  que 
se  dan  varias  reglas  contrarías  á 
nuestra  Gramática ,  y  Ortogra- 
phia  5  y  aun  entre  si  mismas  ; 
de  juicios  voluntarios  sobre  el 
mérito  de  algunos  Autores, en- 
salzando á  unos ,  y  abatiendo  á 
otros ,  como  si  el  que  lo  es  del 

ARTEDEL  ROMANCE  CASTELLA- 
NO tuviese  entero  conocimien- 
to ,  y  dominio  absoluto  sobre 
todos  ellos. 

A  la  verdad,  Señor  Excelen- 
tísimo ,  el  ARTE  DEL  ROMANCE 

CASTELLANO  es  un  admirable 

Phe- 


Phenómeno  literario^  qae  des- 
lumhra en  lugar  de  alumbrar  á 
la  Juventud  ;  porque  atropello 
el  uso ,  la  costumbre ,  y  los  Es- 
tablecimientos de  la  Real  Aca- 
demia Española,  cuya  mira  no 
es  otra  que  la  de  limpiar ,  fixar, 
y  dar  esplendor  á  nuestro  a- 
bundantisimo  Idioma;  y  por  lo 
mismo  es  muy  notable  que  pre- 
tenda darnos  reglas  en  él  un 
Autor  ,  que  sobre  no  tener  fa- 
cultades para  ello ,  tampoco  ha 
penetrado  la  muchedumbre  de 
frases  y  y  sales  faceciosas  de 
nuestro  lenguage  Castellano. 

Concluyo  ,  Señor  ,  certifi- 
cando á  VEx.  que  en  mis  con- 
versaciones descubro  con, 
bastante  claridad  ,  que  el  arte 

DEL  ROMANCE  CASTELLANO    CS 

obra 


obra  inútil ,  y  dañosa  á  los  pro- 
gresos de  la  enseñanza  pública. 
Es  INÚTIL  porque  su  Autor  la 
ha  formado  ,  copiando  quasi 
literalmente  laPaleographia  del 
erudito  Andrés  Burriel  ^  que  se 
piiblicó  á  nombre  de  Esteban 
Terreros  en  la  Traducion  del 
Espectáculo  de  Li  Naturaleza  ; 
la  Gramática  Castellana  de  D. 
Benito  Martínez  Gayóso ,  y  o- 
tras  obras  buenas  ^  y  comunes 
que  andan  en  manos  de  todos; 
sin  descubrirse  otra  cosa  de  co- 
secha propia  ,  que  el  trabajo 
manual  de  haberlas  vuelto  lo 
de  abajo  arriba  ^  para  encubrir 
el  PLAGIO  y  y  que  parezca  ori- 
ginal á  los  poco  prácticos  en 
la  materia.  Es ,  6  puede  ser  da- 
ños  A  á  la  enseñanza  pública , 

por- 


porque  el  Autor  pretende  con- 
tra la  naturaleza,  que  la  Juven- 
tud empiece  á  estudiar  la  Gra- 
mática por  donde  se  debe  aca- 
bar ;  mezclando  la  Latina  con 
la  Castellana ,  y  sugeriendo  o- 
tras  ideas  confusas  ,  y  opuestas 
entre  si ,  capaces  de  ofuscar  no 
solo  á  los  que  principian ,  sino 
aun  á  los  medianamente  ade- 
lantados en  aquella  Facultad. 


EX^^^     SEÑOR. 

B.  L,  M.  de  VEx.  su  atento  y  obligado 

servidor 


Don  Antonio  Gohyos, 


PRO- 


PROLOGO. 

r)^ESPUEs  que  se  esparcie- 
ron en  esta  Corte  algunos 
exemplares  impresos  de 
y^  un  Libro  intitulado  :AR- 
'^  TE  DEL  ROMANCE 
CASTELLANO  ,  dispuesta  según 
sus  principios  generales  ,  i  el  uso  de  los 
mejores  Autores  por  el  Padre  Benito 
de  S.  Pedro  de  la  Escuela  Fia,  impre- 
so en  Valencia  por  Benito  Monfort, 
año  1769  en  octavo  gordo  ,  tuve  la 
curiosidad  de  oir  la  variedad  de 
juicios  que  formaban  sobre  esta  obra 
hecha  de  contravando  ,  los  que  en  - 
tienden  de  la  materia.  Uno  de  ellos, 
que  tenia  noticia  del  titulo  del  Li- 
bro ,  dixo  con  grande  exclamación: 
Gracias  al  Padre  de  las  Musas  ,  que 
ya  tenemos  Arte  para  hacer  roman- 
ce CASTELLAíio  !  Me  alégro  por  vi- 
da de  Euterpe  ,  de  que  se  haya  pues* 
A  to 


II 

to  emienda  en  esto  de  Romance  Cas- 
tellano ,  jv  de  que  se  sofrene  la  libertad 
que  hasta  aqui  han  tenido  los  Auto- 
res  de  Coplas  ,  o  sean  Romances  de 
ciego.  Otro ,  que  tampoco  habia  vis- 
to el  Libro  ,  y  solo  tenia  noticia 
del  titulo  ,  dixo  :  Me  parece  bien  que 
se    dé  un  buen  Arte  de  hacer    Ro- 
mances ;  porque  aunque  no  hay  cosa 
mas  fácil   que   hacer  un  Romance  , 
como  dice  el  eruditísimo  Rengifo  ,  {^) 
tampoco  hay  cosa  mas  dificultosa  ,  si 
ha  de  ser  qual  conviene.  Lo  que  cau- 
sa la  facilidad  es  la  composición  del 
metro  ,  que  toda  es  de  una  Redondi- 
lla multiplicada  ,  en   la  qual  no  se 
guarda    consonancia    rigurosa  ,  sino 
asonancia   entre  segundo  ,  y  quarto 
verso  ^porque  los  otros  dos  van  suel- 
tos, La  dificultad  está  en  que  la  ma- 
teria sea  tal  ,  y  se  trate  por   tales 
términos  ,  que  levante  ,  mueva  ,  y  sus- 
penda los  ánimos  ;  y/  si  esto  falta  , 

co- 

^     Arte  Poética  pag.  ^f^. 


III 

como  la  asonancia  de  suyo  no  lleva  eí 
oído  tras  sí ,  no  se  qué  bondad  fue-, 
de  tener  el  Romance,  Con   todo  esto 
(  prosiguió )  vemos  que  se  escriben  é 
imprimen  Romances  Castellanos  los 
mas  de  ellos  tan  lastimosos ,  que  da 
vergüenza  leerlos  ;  y  lo  feor  es  ,  que 
no  tan  solo  perjudican  a  la  gente  vul- 
gar que   los  lee  ,  y  suele  aprenderlos 
de  memoria  ,  sino  que  abaten  la  Len- 
gua Castellana  ,  la  qual ,  bien  usada, 
es  capaz   de  suspender    el    animo ,  jk 
mover  todos   los  afectos  (  del   mismo 
modo  que  lo    hadan  en  sus    lenguas 
vulgares  Cicerón  ,  Demostenes  ,y  otros 
Oradores  ,  y  Poetas  )  ya  sea  en  el 
verso  vulgar  que  llamamos  romance,- 
h  ya  sea  finalmente  en  otra  qualquier 
clase  de  metros  ,  h  ver  sos  ^  castellanos. 
Lo  mismo  que  digo  del  verso  debe  enr 
tenderse  de  la  prosa  ;  y  asi ,  lo  dicho 
dicho  ,  me  alegro  de  que  tengamos  un 
Arte  del  Romance  Castellano.      ;,) 
Otros  creyeron  que  el  ^rte  de 
Romance  sería  algún   Arte  Poética^ 
aumentando  las  de  Rengifo ,  Luz^n^ 
A  2  Cas^ 


IV 

üascales  ,  Carballo  ,  Patón  ,  &c.  Pe- 
ro después  que  registraron  y  leyeron 
aquella  obra  ,  se  quedaron  pasmados, 
como  quando  se  miran  las  pinturas 
y  sueños  del  Bosco  ,  porque  vieron 
que  €l  ARTE  DEL  ROMANCE 
no    era  ^rte  Poética  ,  ni  calabaza  , 
sino  una  copia  violenta  ,  é  infeliz 
de  la  Paleographia  Española  del  Pa- 
dre   Andrés  Burriel  ,  publicada  en 
nombre  del  Padre  Esteban  Terreros 
en  la  traducción  del  Espectáculo  de 
ia    Naturaleza  :  un   trastorno   de  la 
Gramática  Castellana  de  Gayoso  ,  y 
de  otras  obras  buenas  y  comunes  en- 
tre nosotros.  Finalmente  ,  luego  que 
notaron  el  desbarate  ,  y  el   artificio 
de  trastornar  los  pedazos  lo  de  aba- 
Xo  arriba  ,  lo  de  adentro  afuera  ,  y  el 
modo  de  zurcir  los  retales  dé  varios 
colores  ,  para  ocultar  el  hurto  lite- 
erario  ,  componiendo  de    todos  una 
obra  de  pura  confusión  ,  é   inutili* 
dad  ,  prorrumpieron  en  varios  des- 
enfados ,  ó  reniegos  eruditos.  Uno  , 
^(  hablando  en  derechura  con  el  Au- 
-cu./  ^    .  tor 


V 

tor  del  Arte  del  Romance  )  pronun- 
ció con  mucha  vehemencia  aquel 
Adagio:  (i)  Naviget  Anticyras  ;  en 
donde  puede  tomar  helehoro  hasta  con- 
valecer. Otro  finalmente  ,  que  estaba 
encendido  como  unas  brasas  ,  se  re- 
frescó ,  acordándose  de  aquel  Epi- 
grama de  Marcial  (2)  ,  que  dice  : 

Scribere  te  ,  qu¿e  vix   intelligat  ipse 

Modestus  , 
Et  vix  Claranus  ;  quid  ,  rogo  ,  Sexte^ 

juvat  ? 
Non  leUore  tuis  opus  est  ,  sed  A^ol- 

Une  ,  libris  ,  &c. 

Qiie  traduxo  el  incomparable  D. 

Francisco  de  QLievedo  y  Villegas  (j) 

del  modo  siguiente  :  :   .i 

A  3  iQué 

(i)     Horacio  lib.  2.  Satyr.  3.  v.  166. 

(2)  Martial  lib.  X.  Eprigramm.  XXI. 

(3)  En  el  Proemio  a  las  Obras  del  Pa- 
dre Maestro  Fray  Luis  de  León.  En  Ma- 
drid ,  cti  la  Imprenta  del  Reyno  ,  año  de 
1631. 


VI 

iQné  aprovecha  escribir  lo  que  Modesto 
Y  Clarano  entender  podrán  apenas  ? 
Supersticioso  Sexto  , 
No  han  menester  lector  tus  libros ,  solo 
Hanmenester  por  adivino  a  Apolo,  &c. 

-  Sería  obra  larguísima  el  empeño 
de  referir  en  un  lugar  tan  reducido 
como  el  de  éste  Prologo  ,  los  dife- 
rentes juicios  ,  dichos ,  y  sentencias 
sobre  el  ^rte  del  Romance  Castella- 
no.  Algunos  estaban  tan  irritados  , 
que  no  podían  contener  su  justo  eno- 
jo contra  el  Autor.  Acuerdóme  de 
un  Licenciado  ,  que  estaba  hecho 
una  furia  ;  y  después  de  haber  echa- 
do sapos  ,  y  culebras  por  aquella  bo- 
ca ,  pronunció  los  versos  siguien- 
tes :  (*) 

Ma- 


{*)     Vhxár.  lib.  I.  Fabul.  XIV.  FalaA^ 
vulgi  judicium. 


VII 

Malu5  cum   sufor  inopia  deperdltus 
Medicínain    ignoto  faceré  cocpisset  loco  , 
Et  venditaret   falso  antidotiun  nomine  , 
Verbosis   acquisivit    sibi    famam   strophis. 
Hic,  cum  jacéret   morbo   confectus  gravi , 
Rex   urbis  ,  ejus  cxperiendi    gratiá. 
Scyphum    poposcit  ,  fusfi  dein   simulans  aquS 
Antidoto   miscere  ¡Ilius   se  troxicum  , 
Hoc  bibere  jussit  ípsum  ,  pósito   praemio. 
Tímore  mortis   ille  tum  confessus    cst  , 
Non   artis  ullá  medicx  se   prudentíá  , 
Verum    stupóre  vulgi   factiim   nobilem. 
Rex  advócala  concione  ,  hxc   addidlt : 
Quantx   putatis    esse  vos   dementiac, 
Qui  capita    vestra   non    dubitatis   crederc 
Cuí  calceandos  nemo  commisit  pedes  ? 

Como  yo  soy  un  Gramático  cha- 
fallón ,  que  apenas  pude  pasar  de  la 
puente  que  llaman  de  los  Asnos  , 
pregunté  al  Licenciado  :  Qtié  signi- 
jícan  esos  versos  ?  Y  él  respondió  :  Ói- 
galos V.m,  en  buen  castellano  a  ,,Un 
„  mal  Zapatero  consumido  de  po- 
„  breza ,  habiendo  comenzado  a  e- 
5,  xercer  la  Medicina  en  otro  Lugar 
„  estraño  ,  y  a  vender  un  contravene- 
„  no  supuesto  ,  adquirió  fama  con  su 
„  artificiosa  habladuría.  Aqui,  hallan- 
„  dose  el  Rey  de  aquella  Ciudad 
„  postrado  de  una  grave  dolencia  , 
A  4  pa- 


VIII 
„  para  experimentar  sus  alcances,  pidió 
5,  un  vaso  :  después  echada  agua  en 
„  él  ,  fingiendo  que  mezclaba  tosí- 
„  go  con  aquel  su  contraveneno ,  le 
„  mandó  que  lo  bebiese  ,  ofrecien- 
„  dolé  premio  si  lo  hacia.  El  enton- 
„  ees  ,  por  el  temor  de  la  muerte  , 
,,  confesó  de  plano  que  se  habia  he- 
.„  cho  Medico  famoso  ,  no  por  su 
„  sabiduría  en  el  Arte  ,  sino  por  la 
„  necia  credulidad  del  vulgo.  El 
„  Rey  habiendo  convocado  el  pue- 
,,  blo  ,  dixo  :  ¿qué  locura  pensáis  ser 
,,  la  vuestra  ,  que  no  dudáis  fiar  vues- 
5,  tras  vidas  de  un  hombre  ,  á  quien 
5,  nadie  fió  el  calzado  de  sus  pies  ? 
Finalmente  ,  unos  decian  que  el 
^rte  del  Romance  era  inútil .  otros, 
que  era  admirable  ,  y  de  las  mejo- 
res en  su  especie  :  unos  ,  que  era  ori- 
ginal ;  y  otros  que  era  una  mala  po- 
pia  de  nuestros  libros  Castellanos , 
y  aun  hubo  quien  sospechó  que  los 
borradores  se  hablan  tomado  d  fur- 
to del  bufete  del  Señor  Mayans  ,  ase- 
gurando que  alli  los  habia  visto.     • 

AI 


IX 


AJ  íin  ,  fué  entre  ellos  tal  h  diferencia, 
Que  no  se  halló  cabeza  de  Mosquito  , 
Que  no  diferenciase  en  la  sentencia  , 
Siendo  un  conclave  inmenso  ,  y  inünito; 
Que  de  alli  tuvo  ser  y  dependencia 
El  dicho  grave  y  antes    inaudito  , 
Que  tantos  pareceres  diferentes 
Tiene  un  Concilio,como  tiene  gentes. (*) 

Hasta  que  tuve  la  fortuna  de  que 
un  amigo  erudito  me  desengañó  ,  y 
sacó  de  la  confusión  ,  dándome  no- 
ticia de  estas  Conversaciones  Criticas  ^ 
que  andaban  en  manos  de  algunos 
curiosos.  Di  bastantes  pasos  para  con- 
seguirlas ,  y  por  fín  se  cumplió  mi 
deseo.  Eran  cinco  quadernos  ;  y  aun- 
que estaban  llenos  de  erratas  del  co- 
piante bárbaro  ,  los  lei  con  impon- 
derable gusto.  La  primera  Conversa- 
ción se  reduce  á  probar  que  el  Au- 
tor 

(*)    Villax'icíosa,  La  Mosquea.  Canto  L 
octav;^  XXIL 


X 
tor  del  Arte  del  Romance  debió  in- 
titular su  obra  Gramática  Castellaa 
na  ,  y jio  Arte  del  Romance  Caste- 
llano, 

La  segunda  es  una  defensa  de  la 
verdadera  y  legitima  Ortografía  Cas- 
tellana ,  ofendida  por  el  Autor  del 
Arte  del  Romance  con  sus  continuas 
contravenciones  al  uso  ,  y  costumbre 
de  nuestros  Autores ,  y  á  los  Estable- 
cimientos de  la  Real  Academia  Es- 
pañola, 

La  tercera  es  una  Demonstracion 
clarísima  de  los  trastornos  hechos  por 
el  Autor  del  Arte  del  Romance  ,  de 
la  Paleographia  Española  del  Padre 
Esteban  Terreros. 

La  quarta  es  otra  Demonstracion 
de  los  trastornos  mismos  literarios 
hechos  por  el  dicho  Autor  ,  de  la 
celebre  Gramática  Castellana  de  Doa 
Benito  Gayoso. 

La  quinta  y  ultima  Conversación 
se  reduce  a  demonstrar  clarisimamen- 
te  que  las  partes  de  la  Gramática 
Castellana  son  quatro  :  Ortographia^ 

Ety- 


XI 

Etymologia  ,  Syntaxis  ,jy  Prosodia  ;  y 
no  cinco  con  la  Analogía  ,  que  de 
propia  autoridad  quiere  establecer  el 
Autor  del  Arte  del  Romance. 

Después  de  haber  leido  éstas  Con- 
versaciones Criticas  ,  me  picó  la  cu- 
riosidad de  saber  quienes  eran  los 
Autores ,  para  lo  qual  no  dexé  pie- 
dra por  mover.  En  suma  ,  vine  á 
penetrar  parte  de  lo  que  deseaba  ;  es- 
to es  ,  que  uno  se  llama  Don  An- 
tonio Gohéyos  ,  natural  de  la  Aher- 
guería  en  el  Obispado  de  Salaman-^ 
ca ,  Opositor  á  las  Cátedras  de  Hu>- 
manidad  en  aquella  primera  Uni- 
versidad ,  que  reside  en  ésta  Corte 
retirado  del  trato  humano  ,  y  dado  á 
la  continua  lección  en  todo  genero 
de  literatura.  El  otro  es  un  tal  Don 
Juan  Antonio  Zurréño ,  natural  de  la 
Ciudad  de  Toledo  ,  el  qual  ,  aunque 
suele  hacer  el  papel  de  bobo  en  las 
Conversaciones  ,  se  conoce  que  sa- 
be algo  mas  que  rezar.  No  tengo  la 
fortuna  de  conocer  i  estos  sujetos , 
ni  ellos  parece  que  apetecen  ser  co- 
no- 


xir 

nocidos  ,  porque  aunque  lo  he  soli- 
citado por  tercera  persona  ,  que  les 
hizo  memoria  de  aquel  lugar  de 
Qiievedo,(i)  que  dice: 

Prenderante  si  te  tapas  , 
Pues  Dios  buen  rostro  te  da , 
No  te  tapes  ,  porque  habrá 
Al  primer  tapón  zurrapas  : 
¿  Por  qué  tu  cara  solapas  , 
Y  la  luz  del  Sol  te  ofende  ? 
Qiie  el  que  esconde  lo  que  vende 
No  crecerá  su  caudal : 
y  no  lo  digo  por  mal. 

respondió  uno  de  ellos  con  mu^ 
cha  gracia : 

¿  Sabes  quien  somos ,  mezquino  ? 
Lo  que  con  los  ojos  veo  , 
Con  el  dedo  lo  adivino. 

Ya  he  cumplido  con  uno  de  los 
oficios  del  Prologo  ;  ahora  me  íalta 

un 

(i)    Quevedo  Musa  V.  Letr.  IX. 


r 


XTTI 

Vn  poco  de  habladuría  ,  y  observa- 
ción sobre  la  bondad  de  las  tales 
Conversaciones  Criticas  ;  y  asi  digo, 
que  uno  de  los  buenos  efectos  de 
ellas  será  desengañar  á  los  que  estuvie- 
sen preocupados  de  las  novedades 
contrarias  al  progreso  de  la  enseñan-* 
za  pública  que  desea  establecer  el 
Autor  del  ARTE  del  Romance  con 
tanta  autoridad ,  y  con  el  mismo  ma- 
gisterio que  si  fuese  un  Padre  de 
Concilio  ,  ó  alguno  de  aquellos  bien 
barbados  y  venerables  Patriarcas  de 
la  HABLA  que  se  descubren  entre 
los  matorrales  y  malezas  confusas  del 
Arte  del  ROMANCE  GASTE- 
LLANO.  Asimismo  abrirán  cami- 
no a  los  jóvenes  para  conocer  el  ar- 
tificio literario  del  Arte  del  Roman- 
ce ,-y  quedarán  en  disposición  de 
poder  señalar  esto  es  bueno  ,  aquello 
es  malo  :  esto  toca  a  Terreros ,  esto 
á  Cay  oso  ,  y  lo  de  mas  allá  á  los 
demás  Autores  desenquadernados  por 
el  que  lo  es  del  Arte  del  Roman- 
ce y  para  foniaar ,  digámoslo  asi  ,  la 

ca- 


XIV 
capa  de  pobre  de  su  obra.  Además 
de  esto  ,  conocerán  las  costuras  dej[ 
referido  Libro  ;  y  luego  que  empie  * 
cen  á    descoserlas  ,  hallarán  que  el 
^rte  del  Komance  Castellano  es   ua 
montón  de  contradicciones  é  incon- 
seqüencias  ,  y  en  una  palabra  ,  ua 
zurrón  de  voces  antiguas  y  moder- 
nas ,  sin  método  ni  rastro  de  razo;i. 
Me  gustó  mucho  que  los  Auto- 
res de  estas  Conversaciones  hubiesen 
elegido   el  Dialogo  para   aclarar  sus 
pensamientos  por  medio  de  pregun- 
tas ,  y   respuestas  entre    dos    sujetos 
que  se  suponen  el  uno  mas  instrui- 
do que  el  otro.  Me  admiró  el  fon- 
do de  buena   erudición  Castellana , 
y  Latina  ;  el  artificio  ,  y  el  buen  uso 
de  las  graciosidades  ,  frases  ,  ó  sean 
gracejos  ,  de  nuestra  Lengua  Caste- 
llana ,  para  cebar  a  los  lectores  ea 
leerlas  de  la  cruz  á  la  fecha  :  y  por 
fin  coger    el    fruto  de  la  enseñanza 
pública.  Conocí  que  los  Señores  Au- 
tores ,  sobre  no  decir  todo  lo   que 
entienden  ,  y  conocea  sobre  el  Ar- 
te 


XV 
^í  del  Romance  (  acaso  de  estudio'^ 
huyen  la    Ocasión  oportuna  que   se 
les  presenta  ,  de  abusar  de  aquellos 
dichos  ,  que  pudieran  herir  al  que 
lo  es  del    ^rfe    del  Romance,    Me. 
consta   por  relación  de  buen  origi- 
nal ,  que    el  genio  de  los  referidos 
Autores  es  semejante  al  de  sus  Con- 
versaciones ,  pues  alabando  su  mode- 
ración ,  dixo  uno  de  ellos  éstas  pa- 
labras formales  :  Las  graciosidades  > 
las  chufletas  y  las  bufonadas  quéden- 
se fara   los   que  gustaren  de  ellas  : 
fronuncienlas  los  cavilosos  ,  los   mal- 
intencionados» Yo  estimo  ,jy  venero  al 
Autor  del  aute  del  Romance  Caste- 
llano por  su  persona  ,  por  su  digni- 
dad ,  por  su  carácter  y   empleo  de 
DIRECTOR  del  Colegio  Andresiano  de 
las  Escuelas  Fias.  Si  procuro  des- 
hacer el  enredo  de  su  Arte  del  Ro- 
manee  ,  es  salvando  siempre  la  gra- 
vedad de  su  persona.   Los  caprichos., 
¡os  hurtos  ,  y  disputas  literarias  so- 
bre las  ARTES  ,  no  tocan   ,  ni  deben 
tocar  a  las  personas.  Pgrque  sobre 

ser 


XVI 

ser  doctrina  christiana ,  nos  lo  ense 
ña  igualmente  nuestro  Español  Mar 
cial ,  (*)  diciendo : 

Hunc  servare  modum  nostrí  novere 

Jibelii  ; 
Parcere  personís  ;  dicere  de  vitiis. 

Que  suena  en  castellano  : 

Esta  templanza  ha  observado 
Mi  Musa  :  siempre  perdona 
El  ofender  la  Persona ; 
Solo  castiga  el  pecado. 

;  Raro  exemplo  de  moderación 
para  los  que  escriben  alguna  obra  I 
Con  efecto  ,  descubriéndose  en  el 
^rte  del  Brómame  un  campo  dila- 
tado ,  bien  que  espinoso,  y  lleno  de 
mil  tropiezos  ,  en  donde  pudieran 
hacer  ostentación  de  sus  alcances ,  se 
contentan  con  perseguir  aquellas  sin- 

ra- 

(=*)     Martlal.  Llb.  X.  Epigram.  y^. 


XVII 

razones  literarias  principales  ;  pero 
sin  recalcarse  demasiado  ;  solo  por 
razón  de  exercicio  ,  y  para  animar  k 
ptros  Ingenios  á  tomar  la  pluma  en 
defensa  de  este  agravio.  Porque  ha- 
tIai>do  con  la  verdad  ,  no  hay  me- 
jor medio  de  descubrirla  en  qual- 
quier  Arte ,  ó  Ciencia  ,  que  una  Apo- 
Jogia  bien  fundada  en  autoridad  ,  y 
en  razón  ,  sin  que  el  amor  propio, 
íi  otras  pasiones  den  al  traste  con  la 
igualdad  del  juicio. 

Movido  ,  pues  ,  de  todo  lo  que 
se  acaba  de  decir  ,  determiné  dar  al 
publico  estas  Conversaciones  Criticas ^ 
en  la  inteligencia  firme  .  y  valedera 
de  que  podrán  serle  útiles ,  á  lo  me- 
nos para  que  se  conozca  la  flaqueza 
■del  ^rte  del  Brómame  ,  y  que  aque- 
lla no  es  la  fuente  clara  ,  y  prove- 
chosa ,  en  donde  los  niños  ,  ó  adul- 
tos pueden  beber  una  buena  Grama- 
tica  Castellana. 

Como  no  soy  el  Autor  de  las 
Conversaciones  ,  y  veo  en  ellas  puer- 
ta abierta  para  que  otros  Ingenios 
B  bus- 


XVIII 

busquen  la  verdad  ,  no  me  toca  pe- 
dir (  como  es  uso  ,  y  costumbre  en- 
tre Prólogos  de  bien  )  que  el  Señor 
Publico  las  trate  con  amor  ,  las  lea 
con  serenidad  ,  las  censure  con  red-' 
titud  ,  y  otras  suplicas  tales ,  que  si 
el  pobre  Lector  que  compra  las  obras, 
hubiese  de  dar  gusto  a  los  Autores, 
le  seria  preciso  estar  derecho  como 
un  palo  ,  sin  arrugar  la  frente  ,  frun* 
dr  la  boca  ,  ni  menear  el  sobrecejo,; 
pareciendome  que  quando  se  trata  en 
ellas  de  aclarar  la  verdad ,  sería  lo  mis- 
too  que  meter  las  espuelas  al  caballo, 
y  sofrenarle  para  que  no  corriese.  No 
es  eso  lo  que  pretendo  ,  Señor  Lec- 
tor ;  lo  que  deseo  es  ,  que  se  cumpla 
la  ingeniosa  intención  de  los  Auto- 
res ,  y  que  los  Señores  Lectores  usen 
cada  uno  de  su  libertad  ,  prorrum- 
piendo contra  ellas  ,  y  aun  destruyén- 
dolas á  fuerza  de  razón  ,  y  autoridad, 
sin  temor  de  que  yo  que  costeo  la 
impresión ,  ni  los  Autores  de  las  Con- 
versaciones ,  nos  demos  por  sentidos  , 
ó  por  agraviados, pues  solo  se  preten- 
de 


XIX 
de  desvanecer  quejas ;  reformar  abiir 
sos  ;  cortar  sinrazones  ;  y  en  suma  y 
deshacer  entuertos ,  que  á  la  verdad; 
sin  irme  ,  ni  venirme  ,  me  tienen  eii 
continua  indigestión. 

De  proposito  no  me  he  detenido 
demasiado  en  ponderar  la  bondad  de 
las  Conversaciones.  Lo  primero  ,  por- 
que siendo  el  Público  quien  ha  de 
declarar  su  valor  ;  esto  es ,  si  deben 
llamarse  buenas  ,  ó  malas  ,  sería  per- 
der tiempo.  Lo  segundo  ,  porque  hé 
oido  decir  ,  que  si  el  Público  las  de- 
clarase por  buenas ,  tendrán  estima- 
ción ,  y  correrán  por  todas  partes  ,  ya 
sea  por  el  Cáucaso ,  ó  Hydaspes  ,  ó  ya 
por  las  Syrtes  arenosas'de  Lybia.  Lo 
tercero  y  ultimo  ,  porque  aunque  di- 
ga mil  cosas  de  su  bondad  ,  y  ellas 
por  si  vayan  armadas  de  aljaba  ,  y  de 
venablo  ,  si  el  Señor  Publico  las  ha- 
lla desabridas  ,  y  sin  jugo  ,  correrá  tras 
ellas  ,  las  sacudirá  mil  vegigazos  ,  y  al 
cabo  las  sepultará  para  siempre  ,  aun- 
que vayan  dedicadas  al  mayor  Hé- 
roe con  una  Dedicatoria  campanuda  , 
B  2  pom- 


XX 

pomposa  ,  y  de  rumbo  ;  (  y  acaso  ten- 
drá aquel  mucho  gusto  de  ver  la  fies- 
ta )  porque  yo  no  tengo  noticia  de 
que  ningún  Mecenas  ,  desde  el  siglo 
de  Augusto  hasta  el  presente,  haya  sa- 
lido con  espada  en  mano  á  defender 
las  opiniones  de  los  Autores  que  les 
han  dedicado  sus  obras  ,  quando  el 
Publico  erudito  las  declara  por  inu-» 
tiles  ,  ó  por  desatinadas.  > 

Concluyo  diciendo ,  que  me  hé 
atrevido  a  publicar  las  referidas  Con* 
versaciones  Criticas  con  esta  especie 
de  Prologuillo  ,  porque  no  sea  solo 
el  Autor  del  Arte  del  Romance  Cas- 
tellano. De  este  modo  quedará  memo- 
ria ,  si  no  de  mi ,  á  lo  menos  de  mis 
boberias  ;  y  se  podrá  poner  en  la  lo- 
sa de  mi  sepultura  el  Letrero  que  pu- 
:SÍeron  á  un  Difunto  que  en  vida  ha- 
bía escrito  muchas  sandeces  ,  y  locu- 
ras ;  IN  MEMORIA  ETERNA 
ERIT.  Sucedió  ,  pues  ,  que  al  gra~ 
var  las  letras  en  la  piedra  ,  dividió  el 
Cantero  la  palabra  MEMORIA  don- 
,de  no  debia  ,  y  leyó  el  Publicó  IN 

ME 


XXI 

ME  moría  eterna  ERIT. 

Moría  se  interpreta  la  locura  ,  y  de 
ella  sale  MOR  10  morionis  ,  que  signi- 
fica el  Zorri-tonto  ,  ó  Tonti-loco.  De 
este  modo  la  casualidad  hizo  que  se 
leyese  lo  que  debia,  asi :  MORÍA  JE- 
TERNA  ERIT  IN  ME.  Siempre 
habrá  memoria  de  mis  locuras  y  dis- 
parates. Pero  deseando  que  no  se  les 
dé  semejante  nombre  ,  tengo  por  mas 
acertado  el  que  se  grave  sobre  la  pie- 
dra de  mi  sepultura  el  mismo  epita- 
fio que  se  puso  a  cierto  Gramático  en 
el  siguiente  Distico  Latino  : 


Crammaticam  multos  scivt ,  doaúque  per  annos  y 
Declinare  tamen  non  poíu't  tumulum. 


Y  finalmente ,  para  que  lo  entien- 
dan los  poseídos  de  curiosidad  Ro- 
mancista ,  quiero  y  mando  que  se  a- 
cláre  con  esta  traducción  : 


B?  SU' 


XXII 

Sups  Gramática  pura 
Muchos  años  enseñar ; 
Mas  con  todo  declinar 
No  pude  la  sepultura. 


CON- 


(1. 


(O 
CONVERSACIÓN  I.  , 

EN  QUE  SE  REFIERE  EL  MOTIVO 

que  hubo  para  hacer  ésta  critica 

del  Libro  intitulado 

ARTE    DEL   ROMANCE    CASTELLANO  , 

y  se  prueba  que  el  Autor  no  debió 
.   intitularle   asi  ,  sino  gramática 

CASTELLANA. 

ESTANDO  Don  Antonio  Goheyos  en 
las  Gradas  de  San  Felipe  de  esta 
Corte  ,  entresacando  Libros  de  un  mon- 
tón de  los  buenos ,  y  malos  ,  que  suelen 
sacar  los  Libreros  ,  hallo  uno  muy  atu- 
sado ,  y  barbihecho  ,  intitulado  Grama- 
tica  Castellana  :  Hizo  ánimo  de  apar- 
tarle en  la  inteligencia  de  que  sería  la 
de  N.  Gapso;  pero  divertido  con  los  de- 
más ,  y  otras  especies ,  no  pudo  hacerlo 
tan  á  tiempo  ,  que.  no  llegase  otro  afición 
B  4  na- 


nado.  Luego  que  se  acercó  ,  se  encaró 
en  la  Gramática  ,  y  la  iba  á  tomar.  D. 
Antonio  le  cortó  la  intención  diciendo  : 
Señor  mió  ,  ese  Libró  lé  necesito  yo.  Re- 
plicó el  sujeto  ;  iPues  for  qué  no  le  apar- 
tó Vm.  ?  y  con  eso  nos  escusariamos  de 
altercaciones  ?  H¡zo  reparo  Don  Anto- 
nio en  tal  sujeto  ,  y  conoció  ,  que  era 
quando  menos  ,  Don  Juan  2Lurréño  ,  su 
gmigo  antiguo  ,  que  habia  estado  niu.- 
chos  años  fuera  de  Madrid.  Se  abraza- 
ron cariñosamente  :  refrescaron  memo- 
rias antiguas  ,  y  hubo  otras  demostra- 
ciones de  las  que  suelen  hacer  dos  íinos 
Amigos ,  quando  se  ven  después  de  mu- 
cho tiempo  ,  empleando  en  ellas  cerca 
de  una  hora.  Últimamente  ,  volvieron 
al  asunto  de  la  Gramática  Castellana  : 
leyeron  la  portada  ;  y  notaron  de  paso  , 
que  no  era  la  Gramática  de  Gayoso  ,  y 
que  tenía  tres  títulos  diferentes.  Sospe- 
chó D.  Antonio  ,  que  era  obra  que  ha- 
bía entrado  por  alto  en  la  República 
Literaria  ,  y  encargó'  a  Don  Juan  que 
Ja  viese  ,  y  que  aquella  noche  ,  si  gus- 
taba ,  fuese  á  refrescar  á  su  casa ,  para 

ha- 


hablar  ,  con  libertad  de  Amigos ,  qtian-.. 
to  les  ocurriese  sobre  ella.  ' 

Aceptó  el  combite  :  tomó  señas  de 
la  habitación  de  Don  Antonio  ;  se  re- 
tiró a  su  posada  ,  en  donde  leyó  y  re- 
gistró^  el  Arte  del  Romance  Castellano. 
En  suma  ,  llegó  la  hora  aplazada  ,  y 
acudió  puntualmente  á  la  casa  de  Don 
Antonio  ,  en  donde  ,  después  de  haber 
refrescado  ,  probaron  un  bote  de  tabaco 
exquisito  de  la  Habana  ,  que  les- hizo 
estornudar  muy  bien.  Despejadas  las  ca- 
bezas ,  limpias  las  fauces  y  narices  ,  só 
acomodaron  muy  bien  en  sendas  sillas 
de  baqueta  de  Moscobia  ,  a  los  lados  de 
una  mesa  quadrada  ,  y  sacando  D.  Juan 
el  Arte  del  ROMANCE  ,  y  un  carta- 
pacio con  varios  apuntamientos ,  dixo; 
I  Con  efecto  ,  Seííor  Don  Antonio  Go- 
beyos  mi  amigo  antiguo,  tiene  Vm.  ra- 
2on  en  lo  que  me  dixo  esta  mañana  !  He 
visto  esta  tarde  el  Libro  que  asi  Vm  co- 
mo yo  tubimos  por  la  GRAMÁTICA 
CASTELLANA  de  Gayoso  ;  y  en 
verdad  que  es  mas  obra  de  lo  que  pa- 
rece. — 


(4) 
.  JDv  Antonio.     Veamos  de  espacio 
ese  titulo  ,  porque  aunque  le  vi  ,  fué  de 
prisa. 

D.  Juan.  Dice  asi  opn  letras  bien 
gordas  :  ARTE  DEL  ROMANCE 
CASTELLANO. 

D.  Antonio.  Me  gusta  eso  de  Le- 
tras gordas  en  estos  libros  abultados , 
que  traen  en  la  frente  un  titulo  re- 
dondo ,  pomposo  ,  y  raras  veces  oido 
por  acá.  Confieso  que  ésta,  e^presioQ 
Romance  Castellano  es  un  pleonasmo  , 
y  pleonasmo  no  usado.  Digo  esto  ,  por- 
que hay  algunos  en  nuestro  idioma  que 
tiene  admitidos  el  uso;  v.  g.  Mucha- 
cho ,  ^en  acá ,  donde  parece  que  sobra 
clacd  Sin  embargo  lo  he  le  i  de  algu- 
nas veces.  'Diego  López  de  Valencia  en 
su  Comentario  en  defensa  del  libro  IV. 
del  Arte  (  Salamanca  ,  1610  ,  octavo  ) 
pone  un  prologo  ,  en  que  trata  del  pro- 
vecho que  se  saca  de  los  preceptos  en 
Romance  ,  del  qual  nombre  usa  .varias 
veces.  Pero  en  la  pag.  14  dice  ,  que  el 
Latin  -para  los  Romanos  era  como  pa^ 
ra  nosotros  el  Romance  castellano,  An- 

a  tícfa 


(5) 
tich  Rocha  ,  de  Gerona  en  su  Arith-, 

íw^ííV^í  (  Barcelona  1565  ,  octavo  )  di- 
ce :  Va  añadido  un  compendio  para  te^ 
ner ,  y  regir  los  libros  de  cuenta  ,  tra- 
ducido de  lengua  Francesa  en  Romance^ 
castellano.  La  misma  expresión  hay  en 
el  Privilegio.  Pero  este  autor  es  Cata- 
lán. Tengo  presente  que  la  he  leído  en 
otros  ,  pero  no  me  acuerdo  en  quale$, 
D.  Juan.  Sosiegúese  Vm.  y  sepa  y 
sí  no  lo  tiene  ya  olvidado  ,  que  dixo 
un  discreto :  (*) 

Las  letras  grandes  son  siempre 
Sutiles  ,  delgadas  ,  pocas ; 
Mas  donde  hay  mucha  ojarasca 
Tienen  los  libros  mas  ojas. 

D.  Antonio.  Dice  muy  bien  la 
Redondilla.  Yo  por  lo  menos  me  rece- 
lo de  que  ese  Libro  debaxo  de  un  titu- 
lo estrafalario  se  nos  viene  ahora  reme- 
dando el  parto  de  los  montes.  Pase  Vm. 

ade^ 

(*)     Don  Francisco  de  la  Torre  Traduc, 
de  Juan  Oven.Hbr i. pag.  21/    ^ 


,      (6) 

adelante  ,  Señor  D.  Juan;  • 

■  D.  Juan.  Prosigue  el  titulo  de  es- 
te modo :  dispuesta  según  sus  Principios 
generales  ,  i  el  uso  de  los  mejores  Auto-i 
res  por  el  P.  Benito  de  S.  Pedro  de  la 
Escuela  Pia.  En  Valencia  por  Benito 
Monfort  ,  aíio  de  lyóg. 

D.  Antonio.  Poco  debe  de  saber 
de  ARTE  ,  de  ROMANCE  ,  y  d« 
CASTELLANO  el  que  asi  escribe  ,  ó 
rotula  ese  Libro.  ¿No  conoció  el  Autor 
que  eso  era  en  buen  Romance  juntar  las 
cosas  diferentes  entre  si  ;  ó  por  mejor 
decir  ,  hermanar  los  grifos  con  los  caba- 
llos ,  y  los  perros  con  los  gatos  ? 

D.  Juan.  Pues  á  mi  me  parece  que 
el  titulo  no  es  tan  descabellado  como 
Vm.  juzga  :  y  que  aquello  de  ARTE, 
ROMANCE  ,  USO  ,  y  CASTELLA- 
NO tiene  buena  trabazón  ,  ya  que  n6 
sea  en  todas  sus  partes ,  á  lo  menos  en 
alguna. 

D.  Antonio.  En  algo  no  es  en 
todo.  La  difinicion  de  una  cosa  ha  de 
convenir  en  todo  con  su  difinido.  ¿No 
vé  Vm.  que  son  tres  cosas  opuestas  eu 

buc* 


buena  Dialéctica  ?  Y  si  no  ^  Véase  qué 
es  Aríe  ,  qué  es  Romance ,  y  qué  esC^y- 
tdlano.  ARTE  se  difine  en  Latín :  Re- 
€ta  ratio  rerum  facundarum  ;  ó  por  me- 
jor decir  :  Ordinatio  praceptorum  expro- 
fesso  institutor um  ad  bcne  operandnm  ; 
y  asi  todo  lo  que  no  lleva  concierto  ,  se 
dice  que  está  hecho  sin  arte. 

D.  Juan.  V.  m.  arguye  bien  ,  y 
adelantaría  mucho  mas  ,  si  se  apretase 
el  argumento  según  conviene. 

D.  Antonio.  Basta  por  ahora  lo 
que  acabamos  de  decir  ,  para  que  se 
conozca  ,  que  la  mezcla  de  los  tres  mote^ 
es  rara  ,  y  confusa. 

D.  Juan.  Pues  qué  ¿no  añade  Vm. 
mus  sobre  el  primero  ,  quando  ocurre 
tanta  doctrina  en  que  nos  podemos  es- 
playar  con  gusto  ? 

D.  Antonio.  Dice  Vm.  muy  bien; 
pero  como  no  hé  visto  todavía  esa  obra  , 
no  puedo  pasar  adelante.  El  titulo  de 
ella  ,  que  es  lo  único  que  hé  oído  ,  me 
parece  voluntario  ;  y  asi  digo  ,  que  si 
el  cuerpo  de  la  obra  corresponde  al  ti- 
tulo, será  una  pura  confusioa.  Vm.  quí? 

la 


la  há  registrado  ,  puede  decir  quanto 
quisiere.  ^ 

D.  Juan.  Lo  que  puedo  decir  se 
reduce  á  que  el  Arte  dd  Romance  Cas-^ 
tellano  es  la  mayor  parte  de  la  Gramas 
tica  Castellana  de  Gajoso  ,  trastornada 
lo  de  abaxo  arriba  ,  y  disfrazada  con  el 
titulo  nuevo. 

D.  Antonio.  Ahora  tenemos  eso? 
No  le  dixe  a  Vm.  que  el  referido  tituli- 
to  me  parecia  á  la  Fábula  del  parto  de 
los  Montes  ?  Vaya ,  vaya ,  nos  cayó  que 
hacer  ,  y  tenemos  material  para  di  vertir* 
nos  algunos  ratos. 

D.  Juan.  Estoy  admirado  de  lo 
que  hé  visto  ,  y  no  lo  creyera  del  P.  S. 
Pedro  ,  que  al  fin  es  un  Lector  de  Teo- 
logía ,  y  un  Director  del  Colegio  An- 
dresiano  de  las  Escuelas  Pias.  ¿ 

D.  Antonio.  Puede  ser  que  se  ha- 
ya Vm.  engañado.  ¿  Quién  ha  de  creer 
de  un  hombre  docto  ,  grave  ,  y  adorna- 
do con  tantas  Ínfulas  ,  se  haya  valido  de 
la  Gramática  de  Gayoso  ,  sin  mas  tra- 
bajo que  hilvanar  retazos ,  y  zurcir  re- 
miendos de  obras  agenas  ?  ¿  Qué  no  hay- 
mas 


<9). 

mas  de  meterse  en  mies  agena  ,  y  trans- 
formarse un  Escritor  en  remendón?  .^t 
D.  Juan.  Yo  lo  creo  ;  y  si  no ,  á  la 
prueba  me  remito.  El  Arte  del  Romance 
en  mi  juicio  es  ,  un  vivo  retrato  de  un 
Sermón  ,  que  tube  la  desgracia  de  oir 
en  Italia.  Propuso  el  Predicador  su  te- 
ma ,  y  forjo  la  prueba  en  una  ó  dos  de 
sus  palabras  ,  empezando  de  este  modo  ; 
Astltit  Kegina  d  dextris  tuis  circumda- 
ta  varietate.  Todo  se  reduxo  a  la  sig- 
nificación del  Participio  cir cumdat a jC[ué 
cosa  es  ch'cunvalar ,  ó  acordonar  ,  y  pa- 
ra ello  traxo  muchas  autoridades  ,  difi- 
niendo el  Circulo  ,  ó  Esfera  ,  y  como 
hasta  hoy  no  ha  habido  ,  ni  hay  regla 
fixa  para  medirle  ,  porque  es  menor  el 
concavo  que  el  convexo  ,  y  que  tripli- 
car su  diámetro  ,  no  era  medirle  según 
arte  ,  sino  a  salga  pez  ó  rana  :  es  decir  , 
á  poco  mas  ó  menos.  Luego  se  enzarzó- 
con  Darietate  ,  y  comenzó  a  alabar  la 
Naturaleza  ,  diciendo  :  T>al  troppo  va- 
riar 1^ atura  e  bella  ;  trayendo  machas 
autoridades  en  comprobación  de  aque- 
llas dos  palabras  i  con  que  concluyo  su 

Ser- 


Sermón  ,  y  el  Astitft  Regina  d  dextris 
tuis  se  quedó  en  el  (partapacio. 

D.  Antonio.  Puede  ser  que  le  en- 
gañe a  Vm.  la  imaginación  ,  Señor  Don 
Juan.  En  su  vida  profiera  Vni.  propor 
sicion  alguna  que  no  pueda  probar.  Es- 
taba un  Estudiante  metiendo  ,  y  sacando 
»«  mendrugo  de  pan  en  una  ertera  :  lle- 
gó otro  Estudiante  ,  y  le  preguntó  : 
iQué  haces ,  Antón  ?  Respondió  :  estoy 
mojando  el  pan  en  este  caldo.  Pues  no 
'ves  (  replicó  )  que  la  ortera  está  seca  ? 
No  importa  ,  (  añadió  Antón  )  qu^ 
Imaginatio  facit  caldum.  Asi  tal  vez  le 
sucederá  a  Vm. 

D.  Juan.  Parece  que  Vm.  tiene 
gana  de  fiesta.  Yo  conozco  muy  bien 
que  Vm.  siente  Jo  mismo  que  yo  siento 
sobre  el  referido  Arte  del  Romafíce,  Por 
lo  que  toca  á  pruebas  me  someteré  muy 
gustoso  a  las  que  nos  dará  el  cotejo  de 
una  obra  con  otra  ,  y  asi  se  quedará  el 
Libro  en  poder  de  Vm.  para  que  des- 
pués de  haberle  visto  ,  hablemos  coa 
fundamento  ,  ó  por  mejor  decir  ,  con 
conocimiento  de  causa.  Pero  vuelva  Vm, 


á  lo  del  ROMANCE  para  que  no  se 
pierda  la  noche. 

D.  Antonio.      Romance  ,    según 
quieren  algunos,  viene  del  adverbio i^o- 
mafié  ;  ó  según  otros  ,  del  adjetivo  Ro- 
manicus.  Sea  lo  que  fuere  ,  lo  cierto  es^ 
que  esta  palabra  Romuíice  ,  ó  Romances 
tiene  varios  significados  entre  nosotros. 
D.  Juan.     Es  cierto.  Yo  conocí  en 
mi  Lugar  a  un  hablador  ,  que  le  llama^ 
ban  Romances  ,  porque  sabía  muchas  xá- 
caras  ,  como  las  de  Francisco  Esteban , 
y  otras  de  este  jaez  ,  que  citaba  a  cada 
paso  en  la  conversación ;  y  quando  echa- 
ba el  chorro  a  la  Guitarrilla  ,  era  el 
asombro  de  las  gentes  de  balhurria  ,  ó 
del  Populacho.  Tenemos  los  Romances 
del  Cid  :  los  de  Juan  Hidalgo :  el  Ro' 
mancero  General  ;  y  en  suma  ,  también 
solemos  llamar  Romances  a  los  Romos  , 
ú  chatos  de  narices  ;  y  ellos  responden 
que  las  bui^nas  pinturas  vienen  de  Roma. 

D.  Ant(  Nio.  Dexémonos  de  epi- 
sodios que  nos  apartan  del  asunto  prin- 
cipal ,  y  volvamos  al  Arte  del  Romance. 

D.  Juan.     Ola !  parece  que  vá  Vm. 
C  to- 


(12) 

tomando  de  veras  el  Titulo  del  Arte  del 
Romance  !  No  há  mucho  que  me  daba 
Vm.  chasco  porque  me  iba  encendiendo 
un  poco  ;  y  ahora  merecía  Vm.  que  yo 
le  diese  brega  ,  y  aun  cantaleta  ,  porque 
se  le  ha  pegado  la  sospecha  ,  y  la  des- 
confianza que  tengo  del  tal  Artecito  del 
Romance  Castellano, 

D.  Antonio.  Si  dixe  algo  que  o- 
liese  á  que  Vm.  estaba  engañado  ,  ó 
preocupado  ,  fué  con  el  ñn  de  que  Vm. 
se  descubriese  enteramente.  Ya  he  visto 
que  estamos  en  un  mismo  pensamiento; 
Diga  Vm.  lo  que  le  parezca. 

D.  Juan.  Digo  ,  pues  ,  que  me 
holgaría  mucho  de  que  adivinásemos  el 
lugar  de  donde  se  tomó  el  titulo  de  Ar^ 
te  del  Romance  Castellano  ^  para  alegrar- 
nos con  nuestro  hallazgo. 

D.  Antonio.  Amigo  ,  eso  de  adi- 
vinación puede  oler  a  Kdbala  ,  ó  sor- 
tilegio. No  obstante  para  satisfacer  la 
curiosidad  de  Vm.  sin  incurrir  en  uno 
iii  otro  ,  digo  ,  llanamente  ,  que  se  pare- 
ce mucho  a  la  Portada  de  aquel  buen 
Libro  que  escribió  ,  é  imprimió  en  Ro- 
ma 


(Ij) , 

ma  Bernardo  Alderete  año  de  1606,  in- 
titulado :  Origen  de  la  Lengua  Castella- 
na ,  b  Romance  que  hoy  se  usa  en  Es* 
jjaña.  ' 

D.  Juan.  Há  dado  Vm.  con  la 
horma  de  su  zapato.  Vaya  ,  que  tie- 
ne Vm.  una  memoria  tan  grande  como 
la  de  Mytridates! 

D.  Antonio.  También  pudo  to- 
marle de  las  repetidas  palabras  del  Ro- 
mance de  Fr.  Luis  de  León  en  el  exor- 
dio del  Libro  III.  de  los  Nombres  de 
Christo  ,  en  que  anima  a  los  Españoles 
á  escribir  en  Romance  en  qualesquier 
materias. 

D.  Juan.  Quisiera  que  viésemos 
ese  exordio  ,  ó  introducción. 

D.  Antonio.  Ya  le  veremos ,  y  si 
fuere  necesario  ,  se  copiará  a  la  letra. 
Conténtese  Vm.  por  ahora  con  saber  , 
que  el  P.  M.  Fr.  Luis  de  León  usa  en 
varios  lugares  de  este  nombre  RO- 
MANCE en  lugar  de  CASTELLA- 
NO. 

D.  Juan.     Pues  en  verdad  que  la 

autoridad  de  los  dos  hombrónes  citados 

C  2  no 


no  se  há  de  deshacer  á  dos  tirones.  Ni 
yo  hallo  razón  para  condenar  el  uso  de 
la  voz  Romance  en  el  Autor  del  Arte  , 
quando  la  leemos  en  otros  de  mas  alto 
coturno. 

D.  Antonio.  Calle  Vm.  señor 
mío  y  yo  no  me  aparto  del  uso  de  la  voz 
Romance ,  lo  que  reprehendo  es  el  abuso 
que  hace  de  ella  el  Autor  del  Arte.  El 
motivo  que  tuvo  Alderete  para  dar  á 
su  obra  aquel  nombre  disyuntivo  ,  (  ó 
ROMANCE  )  no  fué  porque  la  Len- 
gua Castellana  se  intitulase  Romance' 
Castellano  ;  sino  porque  en  su  tiempo, 
y  antes  ác  é\  (y  aun  en  el  presente  ) 
hubo  ,  y  habia  grandes  controversias  so- 
bre el  origen  de  la  Lengua  Castellana  ,' 
y  defendiendo  él  con  mil  pruebas ,  que 
su  origen  es  del  Idioma  Latino  ,  la  in- 
tituló Lengua  Castellana  ,  o  Romance, 

D.  Juan.  Digo  ,  que  tiene  Vm. 
razón  sobrada  ,  y  que  es  desatino  de- 
cir Arte  del  Romance  Castellano  en  lu- 
gar de  Arte  de  la  Lengua  Castellana. 

D.  Antonio.  Me  alegro  de  que 
lo  vaya  Vm.  entendiendo.  El  Autgr  del 

Ar- 


(15) 

Arte  del  Romance  Castellano  ,  por  huir 

de  la  Gramática  Castellana  de  Gajoso  , 
no  se  detubo  en  barras ,  y  á  salga  pez 
ó  rana  ,  forjó  su  Portada  ,  sin  hacerse 
cargo  de  la  disyuntiva  de  Alderete  ,  y 
mucho  menos  de  la  diferencia  que  hay 
entre  la  Lengua  ,  y  la  Gramática  , 
que  yá  dexo  notada  Quintiliano  Lib. 
I.  Cap.  VI.  en  estas  gravisimas  pala- 
bras :  Quare  miki  non  inv^nu^te  dici  vi^ 
detur  ,  aliud  esse  latine  ,  aliud  gramma- 
tice  loqui. 

D.  Juan.  No  crea  Vm.  que  el  Au- 
tor del  Arte  huyó  de  la  Gramática 
Castellana  de  Gajoso  :  tan  lexos  estubo 
de  huir  de  ella  ,  que  copió  ,  pero  alte- 
rando,y  añadiendo  con  sobrada  mafia  todo 
lo  que  le  pareció  ,  hasta  la  división  de 
Lecciones  ;  (  y  aun  las  nueve  partes  de 
la  Oración  ,  que  nadie  habia  defendido) 
y  para  que  no  se  conociese  el  plagio  , 
trocó  los  frenos ;  esto  es  ,  intituló  su 
obra  Arte  del  Romance  Castellano  ,  y 
se  quedó  mas  contento  que  la  Pasqua. 

D.  Antonio.     Esto  de  plagios  ,  ó 

hurtos    literarios  se    comprobará    otra 

C  j  vez 


(i6) 

vez  ;  volvamos  á  la  Portada  del  Arte 
del  Romance  ,  que  ha  de  ser  esta  noche, 
el  asunto  ,  ó  tema  de  nuestra  conversa- 
ción ,  y  si  es ,  ó  no  ,  Romance  el  que  usa 
su  Autor. 

D.  Juan.  Esta  demostración  que- 
dará al  cargo  de  Vm. 

D.  ANTONIO.  Pues  como  Íbamos 
diciendo,  ha  de  saber  Vm.  que  me  ocur- 
re ahora  una  dificultad  ,  que  no  quiero 
dexar  de  proponer  ,  por  si  acaso  me  la 
desata  el  Autor  del  Arte  del  Romance 
Castellano  ,  quando  haga  segunda  im- 
presión de  su  obra.  Es  ligera  ,  y  se  re- 
duce a  la  curiosidad  de  saber  ¿  por  qué 
siendo  las  lenguas  Italiana  ,  Portugue- 
sa ,  Francesa  ,  Lemosina  ,  y  Valencia^ 
na  hijas  legitimas  de  la  Latina  ,  no  se 
intitulan  Romance  Italiano  ,  Romance 
Portugués  ,  Romance  P ranees  ,  Roman- 
ce Lemosin ,  y  Romance  Valenciano! 

D.  Juan.  Esa  es  una  preguntilía 
que  siempre  que  se  quiera  responder  , 
será  descubrir  mas  y  mas  el  Pleonasmo 
que  se  cometió  en  el  titulo  Arte  del  Ro- 
manee Castellano  ,  y  el  antojo  ,  ó  la  vo- 

iun- 


('7)      .  ., 

luntarkdad  con  que  le  eligió. 

D.  Antonio.  A  quien  dan  d  esco- 
ger  ,  le  dan  en  que  entender ;  pero  no  po- 
demos decir  esto  del  Arte  ,  mediante 
que  él  de  propia  autoridad  quiere  con- 
tra el  uso  ,  contra  la  costumbre  ,  y  con- 
tra el  torrente  de  todos  los  Gramáticos 
Españoles  ,  y  aun  estrangeros  ,  que  se 
llame  Arte  del  Romance  Castellano  ,  y 
no  Gramática  de  la  Lengua  Castellana. 

D.  Juan.  Ya  hemos  visto  que  esa 
voluntariedad  se  reduce  precisamente  á 
que  el  Arte  del  Romance  Castellano  ,  no 
se  equivocase  con  la  Gramática  Caste- 
llana de  Gajoso,  Dígame  vm.  ahora  de 
algunos  Autores  Gramáticos  ,  asi  nacio- 
nales como  estrangeros  ,  porque  deseo 
tener  una  lista  ,  no  tanto  por  noticia  , 
quanto  porque  veamos  si  alguno  in- 
ventó ,  ó  soñó  un  Titulo  tan  extrava- 
gante como  el  que  puso  el  Autor  del 
Arte  del  Romance  Castellano  a  su  o- 
brita. 

D.  Antonio.  Todos  los  Gramáti- 
cos ,  y  cada  uno  en  su  lengua  ,  siguie- 
ron el  uso  ,  h  intitularon  sus  Gramati- 
C4  cas 


cas  como  debían  ,  sin  andarse  con  Ro- 
fnances ,  ni  coplas.  Yo  quisiera  satisfacer 
la  curiosidad  de  Vm.  porque  me  lo  pi- 
de con  el  buen  deseo  de  saber  ;  pero  no 
es  obra  tan  breve  como  Vm.  discurre. 
No  obstante  diré  de  aquellos  mas  usua- 
les (no  de  todos  ,  porque  los  reservo  pa- 
ra otra  conversación  ,  en  donde  diremos 
quien  es  cada  uno  )  por  si  acaso  algún 
dia  nos  señalare  el  Autor  un  titulo  se- 
mejante al  de  su  Arte  del  Romance  Cas- 
tellano. Sea  pues  el  primero  entre  nues- 
tros Castellanos  ; 

Antonio  de  Lebrixa  ,  que  intituló  Gra- 
mática Castellana  ,  y  Latina. 

Alfonso  de  Zamora  ,  Gramática  He- 
brea. 

El  Maestro  Bartolomé  Barrientos. 

Benito  Pereyra  ,  Gramática  Lusitani- 
co-Latina. 

Francisco  Sánchez  Brócense ,  Gramáti- 
ca Latina. 

Francisco  Sánchez  Lusitano  ,  Gramáti- 
ca Latina. 

Francisco  Támara ,  Gramática  Castella- 
na 


(19) 

na  en  Oflava  Rima. 

Gonzalo  Correas ,  Gramática  Castella- 
na ,  Latina  ,  y  Griega. 

Juan  de  Villalobos ,  Gramática  Griega. 

Martin  del  Castillo  ,  Gramática  Hebreo- 
Hispana  ,  y  Gramática  Griega. 

Manuel  Alvarez  ,  Gramática  Latina. 

Martin  Martínez  de  Cantalapiedra  , 
vulgo  el  Canta petrense ,  Gramática 
Hebrea  ,  y  Caldea. 

Fray  Pedro  de  Alcalá  ,  Gramática  Ará- 
biga. 

Pedro  de  Guevara  ,  Gramática  Caste- 
llana Demonstrativa. 

Fray  Pedro  de  Mercado  ,  Gramática  de 
quatro  Lenguas. 

Pedro  Simón  Abril ,  Gramática  Griega, 
Latina  ,  y  Castellana 

Y  otros  muchos  Españoles  ,  que  co- 
mo dixe  ,  se  quedan  para  otra  Conver- 
sación. Entre  los  Estrangeros  se  halla 
que  también  siguieron  el  corriente  : 

Andrés  Reyher ,  Gramática  de  tres  Len- 
guas. 

Cíe- 


(20) 

(Slenardo  ,  Gramática  Griega, 
Jacobo  Gretsero  ,  Gramática  Griega. 
Juan  Escoto  ,  Gramática  Latina. 
Juan  Despauterio  ,  Universa  Gramática 

Latina. 
El  Metoscita  ,  Gramática  Arábica. 
Nicolás  Mocoto  ,  Gramática  Griega. 
Pedro  Elias ,  Gramática  Latina. 
Lanceloto. 
Brache. 
Oudin. 
Restaut.  .  .  . 

D.  Juan.  Basta  ,  basta  ,  que  lleva 
Vni.  traza  de  dar  ñn  al  Kalendario  Gra- 
matical. 

D.  Antonio.  Vuelvo  á  decir  ter- 
cera vez  ,  que  todavía  quedan  por  seña- 
lar los  Gramáticos  principales.  Si  Vm. 
quiere  saber  quienes  son  ,  vea  el  Cor^ 
j?us  Grammaticorum  de  Helias  Putschioy 
Hannovi^  ,  Typis  Wechelianis ,  1605, 
y  no  le  quedará  que  desear  en  esta  ma- 
teria. 

D.  Juan.  Pero  volviendo  al  tema, 
ninguno  de  nuestros  Gramáticos  intituló 
sus  obras  Arte  del  Romance  Castellano. 

D. 


(21) 

D.  Antokio.  En  eso  no  queda  la 
mas  pequeña  duda  ,  y  venimos  á  con- 
cluir que  fué  idea  nueva  ;  pero  sin  au- 
toridad de  ningún  Gramático. 

D.  Jdan.  No  nos  detengamos  tanto 
en  estas  MINUCIAS. 

D.  Antonio.  ¿  Qué  es  eso  de  MI- 
NUCIAS ?  Sabe  Vm.  lo  que  se  pesca 
con  ese  plural  ? 

D.  Juan.  Asi  llama  el  Autor  del 
Arte  á  las  menudencias.  Sé  muy  bien  que 
MINUCIAS  son  aquellos  diezmos  de 
cosas  menudas ;  por  exemplo  de  pollos  , 
huevóos  ,  legumbres  &c. 

D.  Antonio.  ¿  Y  ese  Autor  es  el 
que  escribe  Arte  del  Romance  Castella- 
no} ..,  ,  Pero  volviendo  á  lo  que  Vm. 
dixo  de  que  no  nos  detengamos  en  me- 
nudencias, recuerdo  á  Vm.  aquella  sen- 
tencia de  S.  Geronymo  ;  Non  sunt  con- 
temnenda  quasi  parva  sine  quibus  ma- 
gna constare  non  pos  sunt.  No  vé  Vm. 
que  el  descuido  que  se  suele  tener  de  las 
cosas  pequeñas  ,  suele  ser  muy  perjudi- 
cial trascendencia  a  cosas  grandes? 

D.  Juan,     Ya  lo  conozco  ;   y  sé 

muy 


muy  bien  que  quando  se  trata  de  Arte, 
qualquier  defectillo  mirado  con  el  cata- 
lexo  ,  ó  anteojo  de  la  Razón  ,  si  es  del 
tamaño  de  una  pulga  ,  resulta  ,  ó  pare- 
ce de  la  corpulencia  de  un  gazapo. 

D.  Antonio.  Pues  si  Vm.  conoce 
eso,  ¿por  qué  se  viene  con  la  pan-pringa- 
da de  que  no  nos  detengamos  ?  No  co- 
noce Vm.  que  el  Arte  del  Romance  es  un 
entusiasmo  ?  No  ha  dado  Vm.  a  enten- 
der ,  que  el  susodicho  Librito  es  obra  de 
remiendos ,  ó  retazos ,  y  por  consiguien- 
te obra  de  contravando  en  la  República 
de  las  Letras  ? 

D.  Juan.     Es  verdad. 

D.  Antonio.  Pues  ha  de  saber  Vm. 
que  yo  soy  como  los  Gatos  del  Paular  , 
que  quando  les  dicen  za^e  ,  vienen  ;  y 
quando  miz  ,  se  van  ;  y  asi  quando  pa- 
rece ,  que  hablo  de  veras  ,  es  todo  bur- 
las ;  y  quando  de  burlas ,  todo  es  de  ve- 
ras. Ahora  me  ha  dado  la  picazón  de  to- 
mar de  veras  el  Titulo  del  ARTE  del 
ROMANCE. 

D.  Juan.     Eso  es  lo  que  yo  quería. 

D.  Antonio.     Si  no  se  echa  abaxo 

esa 


esa  Portada  ,  no  es  posible  entrar  al  re- 
gistro de  los  rincones  del  Arti  dd  Ro- 
tria?!  ce. 

D.  Juan.  Ya  queda  dicho  que  el 
Arte  es  Recta  ratio  rerum  faciendarum. 
Por  lo  que  toca  al  Romance  Castellano 
ine  parece  que  se  há  dicho  bastante.  So- 
lo falta  que  digamos  lo  que  nos  ocur- 
ra sobre  lo  demás  del  dicho  Titulo. 

D.  Antonio.  Luego  veremos  si 
ese  Romance  es  Castellano,  Prosiga  Vm. 
ahora  con  la  lección. 

D.  Juan.  Dice,  pues  asi :  Arte  del 
Romance  Castellano  dispuesta  segim  sus 
Principios  generales  ,  i  el  uso  de  los  me-^i 
jores  Autores.  -^ 

D.  Antonio.  ¿Entiende  Vm.  esa  pa- 
labra dispuesta  ? 

D.  Juan.  Yo  no  sé  a  qué  venga  la 
tal  disposición  ;  porque  si  es  Arte  ,  ya  se 
supone  perfecta  ,  y  en  disposición  de 
que  qualquiera  que  se  guie  por  ella  , 
produzca  una  obra  perfecta  ;  ó  yo  no  lo 
entiendo. 

D.  Antonto.  La  palabra  dispues- 
ta es  el  participio  femenino  del  verbo 

í)zV- 


(24) 
Disponer  ,  que  se  compone  de  la  prepo- 
sición DIS  ,  y  del  verbo  Poner  anóma- 
lo. Su  significación  rigurosa  en  buen 
Castellano  es  :  estar  alguna  cosa  dis- 
puesta  por  varias  partes  ;  por  todas 
partes  ;  por  muchas  partes. 

D.  JüA.N.  Es  verdad  ;  porque  lo 
que  está  dispuesto  ,  no  está  hecho  ;  sino 
en  disposición  de  hacer  ,  ó  que  se  haga 
de  ello  lo  que  se  quiera.  Por  exemplo, 
un  Arquitecto  ,  que  há  de  construir  un 
edificio  ,  según  reglas  de  buena  Arqui- 
tectura previene  ,  ó  dispone  la  piedra  , 
la  cal  ,  el  ladrillo  ,  &c.  ;  pero  en  estas 
disposiciones  no  está  el  arte ,  ni  estas  dis- 
posiciones son  el  edificio  que  tiene  áni- 
mo de  construir  ,  hacer  ,  ó  edificar. 

D.  Antonio.  La  voz  dispuesta  no 
parece  disonante.  También  una  casa,  des- 
pués de  fabricada ,  se  dice  que  está  hief§ 
dispuesta  ,  quando  está  bien  hecha  la 
distribución  de  sus  piezas :  ó  mal  dis- 
puesta ,  si  es  al  contrario.  Una  cosa  es 
estar  dispuestos  los  materiales ;  y  otra 
estar  dispuesta  la  obra  ya  hecha.  Asi 
también  un  arte  puede  estar  dispuesta 

bien  , 


bien  ,  ó  mal  ,  y  esto  ultimo  le  sucedió 
al  Autor  del  Romance  Castellano  ,  cu- 
ya obra  está  mal  dispuesta  ,  ó  repar- 
tida. 

D.  Juan.  Pues  tíldese  la  preposi- 
ción DIS  ,  y  póngase  en  su  lugar  IN  ;  y 
acaso  acertaremos  con  lo  que  há  hecho  el 
Autor  del  Romance.  A  mi  me  parece 
que  diría  mejor  :  Arte  del  Romance  or- 
denada ;  para  seguir  después  ;  según  sus 
Princifios  generales  ,  y  el  uso  de  los  me- 
jores Autores  ;  y  le  vendria  muy  bien  el 
ser  Metódica  ,  o  Preceptiva  ,  porque  en- 
tonces tendria  orden ,  y  no  disposiciones, 
ó  aparatos. 

D.  Antonio.  Me  alegro  de  que 
Vm.  lo  entienda  ,  porque  el  punto  pica 
en  metaphisico  ,  y  conozco  que  no  es 
para  todos. 

D.  Juan.  ¿  Y  qué  me  dice  Vm.  de 
aquellos  Principios  generales  ,  y  USO  de 
los  mejores  Autores  t 

D.  Antonio.  Para  responder  a  esa 
preguntilla  era  menester  mucho  tiempo, 
porque  es  mucho  lo  que  se  pudiera  de- 
cir. Ya  vé  Vm.  que  el  Autor  del  Ar- 

it 


te  dice  ,  que  son  Princifios  ;  mediante 
]o  qual  acuérdese  Vm.  de  aquel  lugar 
de  Cicerón  ,  (*)  que  dice  ;  Omnium  re- 
rum  principia  parva  sunt ,  sed  suis  pro- 
gressionihtis  usa  ,  augentur. 

Y  si  no  le  quadra  á  Vm.  tanta  au- 
toridad ,  mas  acá  hay  posada  ,  y  aco- 
modémonos con  aquello  de  sobre  un 
huevo  pone  la  Gallina  ;  y  Principia 
quieren  las  cosas ;  que  lo  que  nunca  se. 
empieza  ,  nunca  se  acaba  ,  &c. 

D.  Juan.  Dice  Vm.  muy  bien  ; 
pero  a  mi  me  hace  cosquillas  el  haber 
visto  que  los  Principios  que  pretende 
establecer  el  Autor  ,  ni  son  del  USO  ,  ni 
pueden  ser  Principios  ,  sino  Fines ,  ó 
frutos  del  Arte. 

D.  Antonio.  Eso  en  buen  Ro- 
mance es  querer  empezar  por  el  fin.  Pe- 
ro por  lo  que  toca  al  USO  de  los  mejo- 
res Autores  debo  decir  a  Vm.  que  el 
mejor  uso  es  el  que  está  en  estilo.  Así 
lo  dice  Horacio  en  su  Arte  Poética  : 

.  .  .  Jí 

(*)    Lib.  V.  de  Finibus. 


(V) 

,  ...  si  roolet  usus , 
Qtiem  penes  arhitrium  est ,  et  jus  ,  et 
norma  loquendL 

Y  el  Autor  del  Carlos  Famoso  dixo 
lo  mismo  en  estos  versos  : 

Que  el  uso  es  el  que  tiene  d  su  alvedrio 
Sobre  el  hablar  dominio  ,  y  señor io. 

D.  Juan.  Pero  qué  uso  es  el  de 
estos  Autores  ,  porque  en  materia  gra- 
matical de  Arte  ^  y  de  Romance  no  se 
qual  sea  el  mejor  uso  ,  ni  en  quales  Au- 
tores se  halle  su  rectitud.  Lo  que  yo  sé 
es  ,  que  si  el  huso  es  malo  ,  es  menester 
quebrarle  la  hueca  ;  pero  si  es  buen  uso^ 
es  buena  costumbre* ,  y  de  ella  nace  se- 
gunda naturaleza.  Asi  lo  explica  el  Ba- 
chiller Támara  en  su  Gramática  Caste- 
llana ;  y  para  que  Vm.  lo  entienda  me- 
jor ,  vaya  esa  0¿lava  de  arte  mayor  , 
que  aunque  pesada  ,  y  defectuosa  en  al- 
gún verso  por  descuido  de  los  impreso- 
res,(  á  quien  regularmente  culpan  los 
D  Au- 


(a8) 

Autores  de  todos  los  defe¿los )   viene 
admirablemente  al  asunto  ; 

Tres  cosas  hallo  que  deben  tener 
Los  que  en  Arte  qualquier  salir  quisieren 
Doctos ,  y  sabios  ,  y  si  las  tuvieren 
Crean  que  en  sciencia  tendrán  gran  saber. 
Es  Arte  ,  Natura ,  y  Uso  á  mi  ver  , 
Porque  Natura  les  da  la  potencia  , 
Arte  les  pone  el  camino  en  presencia  , 
Y  el  Uso  les  hace  mas  perfectos  ser. 

D.Antcnio.  Es  quanto  se  puede 
decir  por  ahora  sobre  la  Portada  del  Ar- 
te del  Romance  Castellano.  Puede  ser 
que  llegue  ocasión  de  que  se  aclare  mas 
el  asunto. 

D.  Juan,  Ya  que  hemos  abierto 
la  entrada  ,  quiero  preguntar  ciertas  co- 
sitas ,  ó  escrúpulos  que  todavia  tocan  al 
Titulo  de  la  Obra  ,  ó  Arte  del  Romance, 

D.  Antonio.  Diga  Vm.  quanto 
se  le  antojare. 

D.  Juan.  He  reparado  que  en  la 
Licencia  que  su  Provincial  dio  al  Au- 
tor  del  Arte  para  que  imprimiese  su 

obra. 


(29) 

obra  ,  dice  estas  palabras  ;  Damos  Ucen- 
cia ^¿tr  a  que  yueda  imp'imir  un  libro  y 
cuja  titulo  es  :  Gramática  Española  &c. 

D.  Antonio.  De  eso  se  infiere  que 
cl  Autor  por  encubrir  el  plagio  de  Ja 
Gramática  Castellana  de  Gajoso  mudó 
de  dictamen  ,  sin  acordarse  de  que  su 
Provincial  intitulaba  la  obra  Gramáti- 
ca Española. 

D.  Juan.  Pues  si  eso  es  asi  ,  hay- 
pecado  de  desobediencia  ,  porque  re- 
pugna el  subdito  lo  que  aprueba  el  Pre- 
lado. 

D.  Antonio.  Esas  son  minucias, 
(  digo  menudencias  )  ,  ó  pecadillos  me- 
nudos. 

D.  Juan.  También  me  ha  dado 
en  que  entender  una  Carta  laudatoria  , 
y  exortatoria  del  Señor  Don  Gregorio 
Mayans  al  Autor  del  Arte  del  Romance 
Castellano  ,  en  que  dice  estas  mismas  pa- 
labras :  V^eo  pues  con  singular  placer  que 
V.  R.  imitando  al  Maestro  Antonio  de 
Lebrija  ,  a  Gonzalo  Correas  ,  i  otros 
pocos  ,  ha  hecho  lo  mismo  en  la  Lengua 
Española  ;  aviendo  compuesto  para  en^ 
D  i  mien- 


mienda  de  sus  freqüentes  abusos  una  Ar- 
te de  la  Lengua  Castellana  ,  &:c.  ¿Qué 
le  parece  á  Vm.  Señor  Don  Antonio  ? 
¿En  qué  quedamos  ? 

D.  Antonio.  No  lo  sé  por  mi  vi- 
da !  El  Libro  dice  por  afuera  Gramáti- 
ca Castellana  :  el  Provincial  dice  que  es 
Gramática  Española  ;  y  finalmente  el 
mismo  Autor  dice  ,  que  es  Arte  del  Ko- 
maTtce  Castellano. 

D,  Juan.  Pues  yo  digo  que  es  to- 
do un  embrollo  ,  una  gregueria  ,un  .  .  . 

D.  Antonio.  Quedo  ,  quedo  que 
se  le  vá  á  Vm.  calentando  la  boca  ,  y 
le  sucede  á  Vm.  lo  mismo  que  cantó 
el  insigne  Quevedo  en  su  Musa  VI. 
Romance  9J. 

Desde  que  ciño  la  espada  , 
Las  pendencias  me  retozan  , 
ir  antojada  de  mostachos  , 
Me  estoy  tentando  la  boca» 

Ya  que  Vm.  ha  nombrado  la  Gre- 
guería ^  quiero  refrescar  a  Vm.  con  una 
digresioncilla.  Ponderando  Gongora  la 

ca- 


carestía  de  su  tiempo  ,  dixo  ,  que  no  ha- 
bía mas  que  ponderar  ,  sino  que  Platón 
estaba  en  Griego  ,  y  aunque  esté  en  Cas- 
tellano ,  tiene  mucha  dificultad  su  inte- 
ligencia. Para  que  Vm.  no  dude  de  la 
agudeza  ,  procuraré  aclararla  lo  mejor 
que  pudiere.  Quando  decimos ,  que  una 
cosa  está  en  Griego  ,  es  lo  mismo  que 
decir ;  JSÍo  se  entiende.  JSÍo  se  'vé  ,  ni  se 
halla  Plaión.  Aunque  Platón  fué  Grie- 
go ,  no  se  habla  aqui  de  él  sino  en  muy 
diferente  sentido.  Es  menester  saber  que 
en  la  Lengua  Castellana  hacemos  los 
nombres  mayores  ,  ó  menores  con  au- 
mentarlos ,  ó  disminuirlos  en  ellos  mis- 
mos. Los  diminutivos  acaban  en  elo,  icoy 
ó  tilo  ;  y  asi  a  ésta  palabra  hombre  la  dis- 
minuimos diciendo  :  hombrezuelo  ,  /zom- 
hrecico  ,  ü  hombrecillo  ;  y  si  á  esta  misma 
añadimos  la  terminación  azo  ,  ii  on  ,  la 
aumentamos  ,  como  hombrón  ,  hombrdzOy 
hombretón  ,  hombretondzo.  Lo  mismo  es 
en  plato  ,  que  decimos  platico  ,  platillo  , 
f  latazo  ,  ó  platón  ;  y  asi  platón  quiere 
decir  un  plato  muy  grande  ,  y  aun  por 
eso  escribió  uno  la  siguiente  redondilla, 
Dj  en- 


enviando  un  melón  de  regalo  á  su  amigc; 

AM  os  envió  un  melón 
En  flato  que  m  es  dej^lata; 
Que  ¡a  voluntad  si  es  grata 
Es  fíat  a  ,  flato  ,  y  platón. 

Con  que  venimos  á  sacar  en  limpio 
que  Don  Luis  de  Góngora  dixo  ,  que 
antiguamente  se  sacaban  á  la  mesa  pla- 
tos muy  grandes  ,  que  venian  á  ser  pla- 
tones ;  pero  d  la  razón  en  Griego  ,  esta- 
ba Platón 'i  esto  es  ,  que  todos  son  ■pla- 
tillos. Sirva  este  bocadito  de  refresco ,  y 
vamos  al  asunto. 

D.  Juan.  Me  ha  tenido  Vm.  he- 
cho un  bausán.  Ya  se  me  sentó  la  cólera, 
¿  De  qué  hablábamos  ? 

D.  Antonio.  De  la  confusión  del 
Arte  del  Romance. 

D.  Juan.  Ya  me  acuerdo  ;  pero  to- 
davia  me  quedo  con  la  duda  de  si  es  Ar- 
te  del  Rom  ¿mee  Castellano;  Gramática 
Castellana ;  ó  Gramática  Española, 

D.  Antonio.  No  se  canse  Vm.  por 
ahora  ,  pues  en  las  tres  noches  que  fal- 
tan 


tan  para  cumplirse  la  semana  ,  veremos 
si  es  el  Can-Cerbero  de  la  trifaiice  gar^ 
ganta  ,  que  dice  Juan  de  Mena  hablan- 
do en  Castellano  Latino. 

D.  Juan.  ¡No  sabia  yo  que  había 
Castellano-Latino! 

D.  Antonio.  Pues  sepa  Vm.  que 
hay  no  solo  Castellano  Latino  ^smo  Cas- 
tellano-Francés y  Castellano  Italiano  ;  y 
si  Vm.  me  apura  ,  Castellano  Griego. 
De  todas  éstas  clases  de  Castellano  pu- 
diera dar  exemplos  muy  graciosos  ,  si 
fuera  del  asunto. 

D.  Juan.  ¡  Quánto  me  alegrara  de 
que  Vm.  me  los  diese  ! 

D.  Antonio.  No  quiero  tirar  á 
ventana  señalada  ;  pero  si  Vm.  quiere 
Castellano  Griego",  vea  Vm.  la  pagina 
VII  ,  linea  primera  y  segunda  del^r- 
te  del  Romance  Castellano  ,  en  donde  di- 
ce :  Las  lenguas  han  seguido  la  condición 
de  los  Pueblos  que  las  han  hablado.  Si 
Vm.  entiende  ese  periodo  ,  tiene  seguro 
un  Manteo  del  mejor  paño  de  Segovia. 

D.  Juan.  Ello  está  en  Castellano  ; 
pero  yo  no  lo  entiendo. 

D4  D. 


(54) 

D.  Antonio.  Pues  oyga  Vm.  es- 
tos pedacillos  de  Romance  ingerto  ,  que 
están  á  Ja  pag.  X.  .  .  .  omitiendo  la  theo- 
ria  de  menudas  reglas ,  que  solo  oprime 
el  entendimiento  sin  esclarecerlo. 

Ibi  dice  : 
Trata  el  tercer  Libro  de  la  construcción  , 
o  coordenacion  de  las  f  artes  de  la  ora- 
ción ,  en  qua7íto  unas  dependen  de  otras ^ 
lo  que  se  llama  Syntaxis ,  atendiendo  jnas 
a  las  causas  de  la  concordia  ,  /  regencia, 

D.  Juan.  ¿Si  será  esa  Regencia  la  de 
Argel  ?  Yo  bien  entiendo  lo  que  dice 
el  Autor  del  Arte  del  Romance  Caste- 
llano ,  porque  me  sirvo  del  conocimien- 
to de  la  lengua  Latina  ,  Francesa  ,  é 
Italiana  ;  pero  si  no  supiera  mas  que  la 
Castellana  , aseguro  á  Vm.  queme  que- 
daría sin  entender  palabra. 

D.  Antonio.  Luego  el  Autor  no 
entiende  ,  ó  no  sabe  ,  no  quiere  ,  ó  no 
puede  escribir  en  Castellano  puro. 

D.  Juan.  Es  evidente.  Prosiga  Vm. 
en  la  lección  de  algunos  pasages  del 
Prologo  ,  y  los  iré  escribiendo  por  cu- 
riosidad. 

D. 


Í35) 
D.  Antonio,     ^n  la  misma  pagina 

X.  dice  el  Autor  del  Arte  :  I  en  quan- 
to  se  trata  en  estos  dos  Libros  está  no- 
tado lo  que  basta  para  enterarse  a  un 
mismo  tiempo  de  las  nociones  fundamen- 
tales de  todas  estas  lenguas ,  /  de  lo  j^ ar- 
ticular d'  nuestro  Romance. 

Pag.  XII.  dice  : 

He  obser'vado  con  cuidado ,  /  aprecio^ 
fara  dar  los  principios  con  mayor  deter- 
minación a  nuestro  Romance  ,  las  Artes 
de  la  Lengua  que  doctamente  compusieron 
Antonio  de  Lebrija  ,  &c. 

Pag.  XIV.  y  XV. 

Para  hallar  el  buen  estilo ,  i  como  la 
symetría  del  razonamiento. 

Los  modelos  i  Patriarcas  del  Ro- 
mance son  por  con  rentimiento  de  todos  los 
hombres  doctos  de  la  Nación  Don  Diego 
de  Mendoza  ,  &c. 

El  hombre  ilustrado  por  las  reglas 
del  Arte  ,  Seo. 

Pag.  XVI.  La  lengua  es  como  la. 
puerta  de  nuestra  alma  ;  si  ella  no  está 
bien  labrada  ,  se  argüir d  la  rudeza  de 
la  casa  por  dentro. 

Tag. 


Pag.  eadcm.  Assi  sera  fácil  ohser- 
'var  corno  de  passo  los  modismos  i  ^hra- 
ses  de  cada  una  según  su  especial  ca- 
van er  i  gracias  propias  ,  de  que  abunda 
el  Castellano. 

Pagin.  XVII.  Porque  entenderán  fá- 
cilmente el  artificio  de  una  pieza  en  len- 
gua propia. 

Pagin.  XVIII.  Es  mas  importante 
unir  las  piezas  Españolas  ,  i  Latinas 
de  un  mismo  genero  para  la  solida  ins- 
trucción de  los  Jozenes. 

Ibi.  /  se  sabe  lo  mucho  que  itnporta 
al  Estado  formar  a  sus  Ciudadanos  en 
el  Patriotismo  ,  i  que  este  es  uno  de  los 
medios  poderosos. 

Pagin.  XIX.  Toda  persona  bien  naci- 
da de  uno  i  otro  sexo  que  deseare  ser  útil, 
i  tener  alguna  repiii ación  de  buena  crian- 
za ,  debe  saber  el  Arte  de  su  lengua  .  .  . 
i  aun  para  es  tender  el  animo  ,  /  formar  • 
se  al  racicclnio  ,  deduciendo  las  reglas  le- 
gitimas de  sus  princwios  f mídame J2t ales. 

Pagin.  XXII.  Ni  es  necesario  retener 
de  memoí'ia  todos  los  preceptos  ,  decir  por 
»rden  i  serie  todos  los  anómalos  ,  i  como 

se 


C'7) . 
se  suele  hacer  en  Latín  perniciosamen- 
te ,  &:c. 

Pagin.  XXIII.  Vor  el  cuidado  de  iin 
Maestro  hahil ,  i  for  las  leyes  de  la  Gra^ 
tnatica  conseguirán  los  niños  el  habla  La- 
tina ,  cujo  cultivo  ha  estado  en  tanto 
abandono.  Se  ha  de  precaver  el  abuso  ,  i 
usar  de  las  cosas  como  se  debe. 

D.  Juan.  Basta  ,  basta  ,  Señor  Don 
Antonio ,  que  ya  he  entendido  el  pensa- 
miento de  Vm.  El  Castellano  del  Ar- 
te  del  Romance  es  una  mezcla  de  modos 
de  hablar  Italianos,  Franceses , Latinos, 
y  aun  Griegos  por  lo  que  tienen  de  in- 
trincados ;  pero  de  lo  que  tienen  menos 
es  de  Castellano. 

D.  Antonio.  Dios  me  mate  con 
quien  me  entienda.  Pues  sepa  Vm.  que 
todavia  se  halla  en  el  Arte  del  Romance 
Castellano  otra  clase  de  Lenguage  ,  que 
es  una  mezcla  de  Castellano  antiguo  ,  y 
moderno, 

D.  Juan.  ¿  Qué  es  lo  que  Vm.  di- 
ce ? 

D.  Antonio.     Lo  que  Vm.  oye. 

D.  Juan,     Con  que  eso  es  lo  mismo 

que 


(j8) 
t[iic  si  uno  saliese  con  Golilla  ,  y  Casa- 
ca militar  ,   y  en  lugar  de  espadín  lle- 
vase una  espada  Toledana  de  Juanes  de 
la  Horta  de  cerca  de  vara  y  media. 

D.  Antonio.  Tan  estraño  es  este 
lenguage  como  la  pinturilla  cjue  acaba 
Vm.  de  hacer, 

D.  Juan.  No  tiene  remedio  ;  es 
preciso  que  señalemos  algunos  pasages 
de  Castellano  antiguo-moderno  para  di- 
vertirnos hasta  las  diez. 
•  D.  Antonio.  Si  fueran  solos  los 
defectos  que  se  han  apuntado  ,  se  pu- 
diera disimular  ;  pero  además  de  ellos 
se  halla  cierta  cadencia  ,  que  es  un  en- 
canto. 

D.  Juan.  Vamos ,  Señor  Don  An^ 
tonio  Gobeyos ,  anímese  Vm. 

D.  Antonio.  Si  hubiéramos  de  no- 
tar todo  lo  que  se  halla  en  el  Arte  del 
'Romance  ,  seria  nunca  acabar.  Dexelo 
Vm.  estar  ,  que  tal  vez  no  faltará  oca- 
sión de  que  se  tome  la  obra  de  la  cruz 
á  la  fecha  ,  y  la  desentrañemos  como 
merece. 

D,  Juan.     Adjnirado  estoy  de  lo 

qu« 


que  se  ha  visto  esta  noche  ¡  Que  hay^ 
hombres  que  se  atrevan  á  tratar  de  lo 
que  no  les  concedió  Ja  Naturaleza  !  ¿  A 
qué  viene  tanta  confusión  ,  tantos  ro- 
deos ,  y  tantos  circumloquios  en  un  Ar- 
te que  tenemos  clara  ,  distinta  ,  y  Cas- 
tellana en  el  precioso  Librito  de  Gayo- 
so  ,  y  otros  ? 

D.  Antonio.  Ahora  me  acuerdo 
de  una  historieta.  Haciendo  una  salva 
Real  en  Milán  por  la  entrada  del  Car- 
denal Aldobrandino  ,  que  fué  a  ajusfar 
la  paz  entre  las  dos  Coronas  ,  se  rebentó 
una  pieza  ,  lo  qual  dio  motivo  á  los  in- 
genios de  aquel  tiempo  para  subtilizar 
conceptos  sobre  aquel  suceso  ,  diciendo 
que  Marte  comenzaba  á  romper  sus  ar- 
mas ;  y  uno  escribió  estos  versos  de 
chanza. 

Ominis  arcanum  queris'í  Faher  inscius  ari 
Imj)osuk  nimium  puheris  ,  ¿r  crejmit. 

I  Qué  os  cansáis  ,  les  dice  ,  en  bus- 
car id  secreto  de  este  caso  ?  Mo  es  mas  de 
que  el  Ar i  Ulero  i^mrant^  íiiió  demasiada 

fol- 


(4o) 

pólvora  ,  y  reventó.  Refiero  á  Vm.  esta 
historia  para  que  se  refresque  ,  y  no  se 
quiebre  la  cabeza. 

D.  Juan.  Me  hace  fuerza  lo  que 
Vm.  dice  ;  pero  asi  como  me  ha  dado 
muestras  de  las  varias  especies  de  jRo- 
mances  que  se  hallan  en  el  Arte  dd  Ro- 
mance Castellano  ,  quisiera  que  me  diese' 
Vm.  algunas  del  antiguo -moderno. 

D.  Antonio.  Tenga  Vm.  pacien- 
cia ,  y  oyga  Vm.  al  Horacio  ,  y  aun  al 
Anacreonte  Español  Don  Esteban  Ma- 
nuel de  Villegas  ,  Principe  de  los  Poe- 
tas de  su  tiempo  (*) 

Mal  sabes  tu  quien  es  talento  Godo  , 
Romancista  verás  que  latiniza  , 

Y  que  sin  ser  Pretor  lo  juzga  todo. 
Con  palabras  hinchadas  martiriza 
Las  orejas  sencillas  del  oyente. 

Y  en  el  mas  comedido  hace  mas  riza. 

D.  Juan.     Vm.  parece  que  está  de 

íies- 

(*)     Elegía  VII. 


(41) 

fiesta  ;  y  una  vez  que  se  ríe  del  Arte 

cid  Romance  CastellanOy  yo  también  voy 
á  cantar  con  el  mismo  Horacio  Espa- 
ñol. (*) 

Romance  a  pata  llana  es  el  que  pido , 
Que  ensarte  Laconismos  cada  paso , 

Y  que  abrevie  la  frasis ,  y  el  sentido  , 
No  que  sobre  las  ancas  del  Pegaso 

Me  lleve  su  oración  por  los  rodeos 
Que  tienen  Juan  de  Mena  ,  y  Garcilasso. 

Quien  habla  claro  ,  vence  los  deseos 
Del  cuidadoso  oyente  ,  que  le  escucha , 

Y  quien  obscuro ,  traele  en  devaneos. 
Con  las  palabras ,  y  el  sentido  lucha  , 

Porque  jamás  acierta  á  disolverlas , 

Que  el  ñudo  es  ciego  ,  y  la  inorancia  mucha. 

D.  Antonio.  Pues  si  sabe  Vm. 
eso  ,  ¿  para  qué  quiere  que  señalemos  el 
Romance  antiguo -moderno} 

D.  Juan.  Porque  no  digan  ,si  aca- 
so nos  oyen,  que  somos  zoylos  narigu- 
dos ;  y  porque  al  fin  las   paredes  oyen, 

D.  Antonio.     Quiero  dar  á  Vm. 

(*)     Villegas  Elegía  VII. 


(42) 
gusto  ,  y  no  hemos  de  perder  la  amis- 
tad por  una  cosa  tan  desaliñada  como  es 
el  jlrte  del  Romance  Castellano,  Oyga 
Vm.  al  Autor  en  el  lib,  I.  pag.  ij. 

I  en  el  Italiano  vulgar  como  lo  han 
observado  ya  algunos  hombres  doctos  j 
que  han  platicado  as  saz  estas  lenguas. 

D.  Juan.  ¡Es  verdad  ,  como  soy 
Juan  !  Ese  Castellano  es  un  Diftongo 
insulso  de  Castellano  antiguo  ,  y  mo- 
derno. 

P.  Antonio.  Tenga  Vm.  pacien- 
cia ,  y  oygale  en  la  pag.  29  del  mis- 
mo lib  :  Empero  tomaron  con  tanto  cui^ 
dado  las  palabras  Latinas  ,  &c. 

Ibi  pag.  ^^.  Aumentóse  otrosí  et 
numero  de  estas  maneras  de  hablar ,  ócc. 

Ibi  pag.  c^6.  Romanzando  los  nom* 
hres  Latinos  ,  Árabes  ,  Scc. 

Ibi  pag.  86.  Resplandeció  con  todo 
su  honor  en  el  Reynado  de  Phelipe  IIL 
en  el  qual  los  ingenios  Españoles  dieron 
casi  sin  cultivo  grandes  obras  a  guisa 
de  terreno  fértil. 

Ibi  pag.  90.  Sus  méritos  para  con 
el  habla  Castellana  son  de  primer  orden. 

Y 


(4J)  ., 

Y  mas  abaxo :  Porque  los  oíaos  que  lle- 
garon a  sentir  la  suavidad  del  numero^ 
se  hicieron  sohervios» 

Ibi  pag.  91.  De  aquí  nació  olvidar 
aquellas  voces  de  buena  marca  ,  i  que 
nuestros  Padres  platicaron  con  tanta 
gravedad, 

Ibi  pag.  95.  Uno  de  los  mas  precio- 
sos frutos  de  ésta  Assamhlea  es  el  Dic- 
cionario de  la  lengua  ,  &c. 

Ibi  pag.  94.  En  tanto  que  se  diqjO' 
fie  a  este  fin  un  Diccionario  cumplido  , 
que  expresse  la  raiz  de  los  vocablos  ,  su 
■pureza  ,  i  legitimidad  ,  su  significado 
p'oprio  ,  /  trasladado  con  sus  modismos 
i  phrases, 

Ibi  pag.  95.  Han  adelantado  toda^ 
via  mas  acia  una  feliz  renovación  de  las 
Artes  ,  i  Ciencias  ,  i  por  tanto  de  la  len- 
gua Patria  ,  por  la  qual  ,  &:c. 

Ibi  pag.  98.  Hinche  llenamente  el 
artificio  de  la  Rhetorica  ,  &c. 

Ibi  pag.   100  y    10 1.    Pues  con  el 
parangón  de  una  oración  con  otra  se  en- 
tenderá la  conveniencia  ,  /  diferencia  de 
ellas ,  i  por  consiguiente  las  maneras  pro- 
E  prias 


.       ,  (44) 

^rias  de  cada  una. 

Ibi  pag.  148.    Bien  que  Jos  Padres, 
de  la  lengua  la  usaron  con  mucha  par  si- 
monta  ,  i  amaron  mas  el  suplirlos  que  u- 
sar  estas  palabras  ,  las  que  después  se 
multiplicaron  tan  sin  recato. 

Ibi  pag.  13  a.    Antonica  ,  pobreta  y 
&c. 

Lib.  III.  pag.  140.  En  efecto  todos 
los  verbos  (  hablamos  de  los  adjetivos  ) 
pueden  encaminar  su  significación  transí- 
tiva  a  un  termino  directo  ,  que  sea  dere^ 
chámente  .  ,  . 

D.  Juan.  ;  Válgame  Dios  ,  y  me 
libre  de  toda  ignorancia  1  ¡  Que  esto  se 
imprima  !  ¡  Que  esto  se  llame  Romance 
Castellano  I 

Vitor  el  Padre  Crispía 
De  los  Cultos  culto  sol  , 
Que  el  dia  de  San  Martin 
Habló  Espafsoi  en  Latin , 
Y  Latin  en  Español. 

D.  Antonio.  ¿  Qué  se  espanta 
Vju.  de  huevos  asados  ?  Pues  todavía 

no 


(45^  ■ 
no  se  Iiá  acabado  la  tempestad.  Vamos 

ahora  con  esta  oracioncita  ,  que  aparece 
aquí  a  la  pagina  2ij;y  si  no  se  ríe 
Vm.  es  señal  de  tener  malas  entende- 
deras. 

D.  Juan.  Ya  hé  leido  esa  oración, 
y  me  parece  que  tiene  tantas  nulidades 
como  fueron  los  amores  de  Anacreonte. 
No  hallo  Rhetorica  ,  no  hay  suavidad  , 
no  hay  Castellano  ,  no  hay  sino  un  tri- 
quitraque ,  un  paloteo  de  voces  ,  una 
cadencia  .  .  . 

D.  Antonio.  Basta  ,  basta  :  eso  no 
es  para  esta  noche.  Tome  Vm.  la  plu- 
ma ,  y  escriba  lo  que  toca  al  Romance 
Castellano  antiguo- moderno  ,  que  es  de 
lo  que  hablamos.  Si  tomáramos  la  crí- 
tica como  se  debe  ,  nos  veríamos  las  ca- 
ras. 

D.  Juan.  Diga  Vm.  lo  que  hé  de 
escribir. 

D.  Antonio.  Ponga  Vm.  pagina 
217.  Hinchió  el  habla  de  amenidad  y  i 
discreción  .  .  , 

Pag.  219    El  estudio  de  letras  hu- 

manas  ,  que  hizo  de  algún  modo  las  deli* 

E  2  cias 


.(46) 
cias  de  la  Nación  ... 

Pag.  2  20.  ISfo  se  havian  aun  esme^. 
rado  mucho  ¡os  nuestros  en  adornarlo  de 
ricos  arreos  ,  como  havian  hecho  los  Grie- 
gos ,  /  después  los  Romanos  i  Latinos 
j^ara  atraer  a  su  idioma  los  Pueblos  que 
sujetaban  con  las  armas  ;  pero  él  a  gui- 
sa de  camp  fértil ,  que  de  suyo  se  'vis- 
te  i  esmalta  de  lo  mas  lindo  i  hermoso 
que  tienen  por  industria  los  jardines  ,  se 
paraba  vistoso  ,  /  lleno  de  asseo  i  lim- 
pieza robaba  la  afición  de  los  estrange- 
ros. 

Pag.  22  T.  I  parecen  ellos  no  tanto 
piezas  elega?ites  quanto  la  elegancia  mis- 
ma ,,  . 

Pag.  2  2  2.    I  singularmente  su  mas 
castigado  escrito  de  las  Guerras  de  Gra- 
nada ,  donde  recogiendo  en  su    mente  la 
pureza  i  elocuencia  de  un  Livio  con  la 
fuerza  i  gravedad  de  Salustio  ,  dio  el 
punto  pero  muy  enonado  .  .  . 

Ibi.  Que  enderezan  el  anima  con 
oculta  i  casi  invencible  virtud  para  el 
Cielo. 

Pag.  22J.  Levantándole  a  numero 


ar- 


(47) 
armonía  ,  i  suaruidad  con  tanto  aíhago 

de  los  oídos  Españoles ,  que  se  hicieron 
sob^rvios  en  adelante  .  .  . 

Ibí.  /  Que  me  precise  la  angustia 
del  tiempo  a  romper  d  hilo  de  mí  oración^ 
i  passar  en  silencio  aquellos  acabados  mo- 
delos ,  /  excelentes  Maestros  de  la  ciegan' 
cía  Española ! 

D.  Juan.  Dexeme  Vm.  reír  un  ra- 
to. Eso  parece  á  aquello  de  la  Come- 
dia intitulada  ;  Cada  qual  con  su  cada, 
qual ,  en  que  hay  este  pasagc  : 

/  Que  sea  yo  tan  menguado  ! 
j  Que  sea  yo  tan  mocoso  , 
Que  me  virle  la  fortuna 
de  aquesta  suerte  los  bolos  ! 
¿  No  soy  el  mismo  G^iyferos 
Que  con  este  brazo  solo 
A.  mas  de  doscientas  viejas 
Las  quité  todos  los  moños  ?  &c. 

D.  Antonio.     Prosiga  Vm.  y  pon- 
ga en  la  pag.    124.  A  tan  alto  estado 
ensalzitron  la  lengua  Patria  estos  i  otros 
emitientes  varones  ,  que  justamente  vene- 
E  j  ra- 


.    (48)- 
ramos  como  Princifes  de  sus  raras  fer-- 
feccioms  ... 

Pag.  226.  I  que  los  hombres  doctos  i 
prudentes  que  la  han  platicado  en  los  es- 
tudios de  Artes  i  Ciencias  ,  no  solo  han 
cumplido  'ventajosamente  su  p'oposito  ; 
mas  han  merecido  también  mucha  loa  i 
estima  .  .  . 

Pag.  227.  También  apelo  a  noso- 
tros ,  o  Poetas  ,  cup  ojicio  es  no  el  va- 
no delepe  del  oido  ,  sino  el  de  aprovechar 
agradando  ;  mirad  que  aunque  linda  i 
hermosa  ,  es  matrona  mui  honesta  i  re- 
catada ;  tratadla  con  as  seo  i  con  honor. 
D.  Juan.  Basta  ,  Señor  Gobeyos : 
eso  no.  se  puede  tolerar.  Quedo  per- 
suadido de  que  el  Lenguage  del  Autor 
es  un  Castellano  monstruoso  ,  por  estar 
ingerto  de  frases  Italianas  ,  Francesas , 

D.  Antonio.  A  mi  lo  que  me  ad- 
mira no  es  la  monstruosidid  de  este 
Lenguage  ,  po"C|ne  hay  bastantes  que 
Je  imiten  ,  sino  la  scenídad  y  maguiste- 
no  can  ove  en  las  paginas  149  y  150 
dcJ  lib.  111.  dice  ;  El  uso  hace  que  las 

p:a  • 


.    ^49) 

falabras   autorizadas  por  él  se  devan 

f  referir  a  las  que  se  anticuaron  ya  ,  / 
se  llaman  desusadas  o  anticuadas.  Por 
donde  acontece  que  las  palabras  que  es^ 
tuvieren  en  honor  ,  ya  no  lo  estén ,  /  se 
devan  platicar  aquellas  que  usan  los  do- 
ctos ,  i  omitir  las  que  no  se  usan 

se  deven  evitar  semejantes  palabras  de^ 
susadas  ,  pero  no  ignorar  para  el  enten- 
dimiento de  los  escritos  de  nuestros  ma- 
yores ,  i  es  mayor  fealdad  introducir  una 
palabra  nueva  i  barbara  ,  que  usar  de 
una  anticuada, 

D.  Juan.  Vm.  concluye  al  Autor 
con  volverle  sus  palabras  al  cuerpo.  ¡No 
he  visto  inconsequencia  mas  clara  !  ¡Ni 
creyera  hubiese  animo  para  imprimir 
tan  manifiesta  contradicion ! 

D.  Antonio.  Parece  que  se  va 
Vm.  cansando  de  oir  ,  y  ver  estas  pre- 
ciosidades, 

D.  Juan.  Es  asi.  Yo  no  puedo  to- 
lerar que  los  Autores  vayan  contra  el 
torrente  ,  y  quieran  salirse  con  la  suya 
diciendo  :  tixeretas  han  de  ser. 

D.  Antonio.     Creeré  que  el  Autor 
E  4  del 


(50) 
del  Arfe  procure  huir  de  la  angostura  , 
ó  del  estrecho  en  que  se  ha  metido  ^ 
procurando  volver  atrás  ,  porque  hasta 
los  irracionales  suelen  hacerlo  quando 
peligra  su  maquina. 

D.  Juan.  Es  evidente  ;  y  tampoco 
dudo  de  que  lo  haga  el  referido  Au- 
tor. Y  quando  llegue  el  lance  ,  no  fal- 
tará quien  obsérvelos  movimientos,  y 
al  describir  las  tretas  ,  cante  con  el  nun- 
ca bastantemente  alabado  Don  Francis- 
co de  Quevedo  lo  que  el  mismo  dice 
con  inimitable  gracia  en  su  Musa  VI. 
Romance  68. 

El  sacó  la  de  Toledo  , 
J^ yo  la  de  San  Clemente  : 
Dile  con  la  anticipada 
Dos  r esvalones  de  d  xeme. 

D.  Antonio.  Basta  ya  por  esta  no- 
che. Mañana  proseguiremos  ,  si  Vm. 
gustare. 


CON- 


(51) 

CONVERSACIÓN  II. 

SOBRE  LA  FALTA  DE  FIDELIDAD 

en  los  Documentos  que  copio  el  Autor 
DEL  ARTE  DEL  ROMANCE  CASTELLANO 

fara  formar  su  obra  ,  de  la  Paleo- 
graphia  Española  del  P.  Andrés 
Biirriel  ,  í^ue  se  publicó  d  nombre 
del  P.  Esteban  Terreros  ,  en  la  tra- 
ducción del  Espectáculo  de  la  Na- 
turaleza, 

ir\  Juan.  Tenga  Vm.  tan  buenas 
""-^'  noches  como  yo  las  deseo  para 
mi. 

D.  Antonio.  ¿  Qué  es  eso  ,  Señor 
Don  Juan  ?  Parece  que  viene  Vm.  con- 
tento ,  pues  no  obstante  que  estamos  en- 
tre dos  luces  ,  conozco  que  el  gusto  y 
la  alegria  se  le  viene  a  Vm.  rebosando 
por  la  boca.  Me  alegraré  que  las  pase 
Vm.  muy  buenas. 

D. 


(52)    ^ 

D.  Juan.  El  bien ,  o  el  mal  d  la  ca- 
ra sal :  dice  nuestro  refrán  Castellano  ; 
pero  ahora  veo  que  no  es  tan  cierta  la 
sentencia  como  parece  ,  pues  Vm.  sin 
distinguirme  perfectamente  la  cara,  (por 
solo  el  oido  )  conoce  que  vengo  poseí- 
do de  contento, 

D.  Antonio.  Es  verdad  que  asi  lo 
he  conocido  ,  y  deseo  ya  que  Vm.  me 
haga  participante  de  él ,  en  descuento  de 
los  malos  ratos  que  nos  va  dando  el 
Arte  del  Romance  Castellano. 

D.  Juan.  Siento  mucho  que  Vm. 
haya  entendido  que  mi  alegría  procede 
de  algún  bien  pensado  ,  ó  no  pensado, 
que  haya  venido  a  mi  persona  ,  ó  fami- 
lia. Nada  de  eso  es  ,  Señor  Don  Anto- 
nio ,  sino  un  poco  de  risa  envuelta  con 
una  buena  dosis  de  cólera  ,  movidas  u- 
na  y  otra  de  haber  leido  esta  siesta  las 
Efocas  del  Romance  Castellano.  Quisie- 
ra ciertamente  tener  que  participar  á 
Vm.  otra  noticia  de  mas  importancia. 
Aqui  traygo  el  Arte  del  Romance  ,  pa- 
ra que ,  luego  que  enciendan  luces ,  me 
desate  Vm.  algunas  dudas  ,  que  no  he 

po- 


(53) 
podido  olvidar  en  toda  la  tarde. 

D.  Antonio.  Con  efecto  creí ,  que 
trahía  Vm.  alguna  cosa  de  importancia; 
pero  ya  veo  que  es  un  engaño  manifies- 
to asi  el  mío  como  la  obra.  Ya  está  aqui 
el  velón.  Veamos  qué  dudas  trahe  Vm. 

D.  Juan.  Tenga  Vm.  un  poquito 
de  paciencia ;  que  yo  las  iré  proponien- 
do en  la  conversación.  Ha  de  saber  Vm. 
que  inmediatamente  que  empecé  á  leer 
las  tales  Épocas  del  Romance  Castellano, 
me  dio  el  tufo  en  las  narices  de  que 
todo  el  pensamiento  es  Hurtado  ,  y  no 
de  Mendoza.  Yo  hé  leido  lo  mismo  en 
otra  parte  ,  y  no  me  acuerdo. 

D.  Antonio.  ¿Vm.  vive  en  Qua- 
cos  ,  ó  en  Xarandilla?  Lo  habrá  Vm. 
visto  en  aquel  Libro  intitulado  Paleo- 
graphia  Española  ,  de  que  poco  há  se 
hicieron  dos  impresiones  ;  una  en  la  O- 
bra  del  Espectáculo  de  la  Naturaleza  , 
traducida  con  grande  acierto  por  Terre- 
ros ,  para  que  llenase  el  lugar  que  ocu- 
pa en  el  original  Francés  la  Paleogra- 
phia  Francesa  ;  y  otra  que  se  hizo  po- 
co después  de  sola  la  Pakographia  Es" 

¡a- 


(54). 
pañola  ,  obríta  curiosísima  del  P.  An- 
drés Burriel  ,  á  instancia  del  mismo 
Terreros ,  para  comodidad  é  instrucción 
de  los  que  no  pudiesen  ,  ó  no  quisie- 
sen comprar  toda  la  referida  obra  del 
Espectáculo. 

D.  Juan.  ¡Por  vida  mia  que  es 
asi  !  Y  confieso  que  he  tenido  toda  la 
tarde  ofuscada  la  memoria.  He  leido 
la  Paleographia  Española  ,  y  por  vida 
de  Apolo ,  que  aunque  es  obra  pequeña 
de  cuerpo  ,  es  toda  ella  substancia  pura 
y  neta  !  ¡  No  dudo  que  la  haya  dado 
para  formar  el  Arte  del  Romance  Cas- 
tellano ,  quando  me  ha  confiado  un  ami- 
go ,  que  la  ha  dado  también  para  for- 
mar cierta  obra  polygraphica  con  sus 
Evocas  y  todo  ,  que  va  a  publicarse  pa- 
ra enseñanza  y  utilidad  de  la  Nación  \ 
\  Vaya  ,  vaya  ,  no  lo  creyera  si  no  lo 
viera  !  ¿  Qué  haya  serenidad  para  ha- 
cer semejantes  Pasmarotas  ,  sin  conside- 
rar que  el  dia  de  mañana  les  pueden 
coger  con  el  Plagio  ,  ó  sea  hurto  lite- 
rario en  las  manos  ?  j  Coelutn  ifsunifeti- 
mus  stultüia  ! 


(5í) 

D.  Antonio,  i  De  eso  se  admira 
Vm.  ?  Pues  sepa  ,  si  no  lo  sabe  ,  que  el 
Autor  del  Arte  del  Romance  Casteua- 
no  formó  su  obra  ,  no  como  Aveja  de 
cosecha  propia  ,  sino  como  Zángano  en 
]a  República  Literaria  ,  de  trabajos  y 
pensamientos  ágenos ;  pero  con  la  sere- 
nidad inimitable  de  no  citar  las  fuentes 
de  donde  bebió  la  muchedumbre  de 
especies ,  que  sin  la  digestión  debida  se 
notan  en  su  Arte  del  Romance  Caste- 
llano, 

D.  Juan.  ¿  Esas  tiene  ?  Pues  de  es© 
modo  yo  sacaré  á  luz  todos  los  meses 
una  obra  sin  mas  trabajo  que  zurcir  re- 
tales ;  y  cayga  el  que  cayere.  Ya  sabe- 
mos que  el  copiar  obras  de  otros  ño  se 
reduce  a  otra  cosa  que  á  un  trabajo 
material  ,  que  puede  hacerle  qualquie- 
ra  que  tenga  la  habilidad  de  escribir, 
y  mediana  travesura  para  disponer  los 
materiales  ,  de  suerte  que  no  todos ,  si- 
no los  diestros  ,  puedan  conoceiios ,  y 
volverlos  al  lugar  de  donde  se  desen- 
caxáron.  Ahora  me  viene  á  la  memo- 
ria una  historieta  que  refiere  el  famoso 

Pe- 


Pedro  Madariaga  ,  (^)  la  qual  ,  aunque 

parece  cuento ,  no  lo  es  ,  pues  dice  con 

estas  mismas  voces  :   í>Yo  conoscí   un 

?  Orador  muy   principal  en  Bolonia  , 

>  que  se  decía  Colona  :  y  como  él  tenía 
í  ruin  pluma  ,  escribíale  sus  oraciones 

>  un  hermano  de  un  charlatán  (  que  en 
í  Italia  ya  sabéis  que  aquellos  charla- 
1  tañes  van  blasonando  por  las  plazas ) 
t  y  acaesció  un  dia  ,  que  el  dicho  Co- 
í  lona  hubo  de  orar  ante  el  Papa  Ju- 

>  lio  Tercio  ,  que  por  la  guerra  que  en 
t  su  tiempo  había  en  Italia  entre  él  y 
9  España  ,  hubo    de  venir  á   Bolonia  , 

>  porque  el  Español  no  se  le  entrase 
•>  en   su  Ciudad  ,  por  ser   Bolonia  del 

>  Papa  ,  y  llave  de  toda  Italia.  Y  el 
^  Orador  ,  quando  componía  su  ora- 
í  cion  ,  rogó  al  Escribano  ,  que  pues  él 
y  ponía  allí  todos  sus  embites  (  que  ci- 
^  erto  era  la  mejor  que  de  Cicerón  acá 

«se 

(*)  Honra  de  Escribanos',  Arte  para 
escribir  bien  presto  :  Ortographia  de  la  plu- 
ma. En  Valencia.  Por  Joan  de  Mey.  i  J9J. 
Dialogo  lI.foL  12. 


9>  se  ha  hecho  )  que  también  él  cortase 
5>  bien  su  pluma  para  escribirla  ,  por- 
5»  que  la  quería  guardar  por  memoria. 
)>  Eí  Escribano  pidele  el  borrador  para 
j'í  llevarlo  á  su  casa  ,  y  escribirla  me- 
5?  jor  :  y  comunicalo  con  el  hermano  , 
jí  el  qual  como  era  buen  charlatán  ad- 
35  vierte  toda  la  oración  ,  y  para  quan- 
)>  do  vino  el  Papa  ,  tenían  los  dos  es- 
)>  tudiada  la  misma  oración  ,  y  tiene 
)>  orden  para  verse  antes  que  el  otro  an- 
)>  te  el  Papa  por  su  poca  vergüenza  , 
í?  porque  son  como  truhanes.  Y  dan- 
5>  dolé  a  entender  á  su  Santidad  que  han 
»>  venido  á  su  noticia  muchos  ardides 
ií  y  secretos  de  la  guerra  presente  ,  coii 
n  esta  benevolencia  que  le  acató  ,  da- 
?>  sele  audiencia  ,  y  recita  la  oración 
íí  del  otro.  De  allí  a  dos  dias  vie- 
)>  ne  a  orar  el  Colona  descuidado  de 
n  tal  hurto.  Comienza  a  orar  ante  su 
>í  Santidad  ,  llega  hasta  la  narración, 
9í  comienza  a  contar  lo  mismo  que  el 
)>  otro.  Mándale  el  Papa  que  calle  ,  pues 
jí  el  otro  día  ya  había  oído  lo  mismo. 
>í  Y  asi  el  charlatán  quedó  con  la  hon- 

?>ra 


»  ra  de  Orador  ;  y  el  Orador  en  opi- 
i>  nion  de  charlatán. 

D.  Antonio.  Fuerte  chasco  fué 
ese.  Y  no  me  admira  ,  pues  el  hurtarse 
unos  Autores  á  otros  ,  y  el  lucir  unos 
con  los  trabajos  de  otros  ,  es  mas  anti- 
guo que  parece.  Marcial  en  varios  pa- 
rages  de  sus  Libros  castiga  ,  y  repre- 
hende qual  ninguno  este  abomiiiable 
vicio  del  hurto  literario  ;  y  asi  en  el 
Libro  I.  Epigram.  LXVIL  pone  uno 
con  este  epigraphe. 

Ad  furem  de  Libro  suo. 

Erras  ,  meorum  fur  avare  librorum , 
Fieri  poetam  posse  qui  putas  tanti  , 
Scriptura  quanti  constat  ,  et  tomus  vilís. 
Non  sex  paratur  ,   aut  decem   sophos 

nummis : 
Secreta  quiere  carmina  ,  &  rudes  curas  , 
Quas  novit  unus  ,  scrinioque  signaras 
Custodit  ipse  virginis  pater  charra  : 
Qux  trita  duro  non  inhorruit  mentó. 
Mutare  dominiim  non  fotest  líber  notus  : 
Sed  pumicatá  fronte  siquis  est  nondum  , 

Nec 


Nec  umbilicis  cultus  atque  membrana, 
Mercare:  tales  babeo, nec  sciet  quisquam. 
Aliena  quisquís  recitat ,  et  petit  famam: 
Non  emere  librurriy  sed  sikntium  debet. 

Que  suena   en   Castellano  de  este 
modo  ; 

Ladrón  de   los  Libros  mios , 
Errado  andas  avariento  , 
Si  piensas  que  el  ser  Poeta 
Te  costará  el  mismo  precio 

Que  al  que  la  letra  ,  ó  el  vil 
Papel  ,  ó  libro  está  puesto  : 
No  la  ciencia  ,  no  el  aplauso 
Por  pocos  ó  mas  dineros 

Se  halla  fácil  ;  tu  busca 
Los  versos  que  están  secretos, 
Los  no  limados  cuidados  , 
Que  apenas  uno  imperfectos 

Sabe  ,  y  los  guarda  escondidos 
Qual  padre  de  sus  conceptos, 
Como  del  virgen  papel 
Que  aun  no  se  vio  en  quaderno. 

El  libro  que  es  conocido 
¿  Cómo  ha  de  mudar  de  dueño  ? 

F  El 


(6o) 

El  que  no  se  há  enquadernado 
Puedes  comprar  sin  recelo , 
Sin  que  lo  sepa  ninguno  : 
Mas  quien  recita  lo  ageno 
Y  busca  fama  ,  no  compre 
Libros  ,  mas  compre  silencio. 

No  contento  Marcial  con  la  descar- 
ga antecedente  ,  vuelve  á  dar  otra  en 
el  Libro  I.  Epigram.  LXXIII.  con  es- 
te epigraphe. 

Ad  Fidentinum. 

Nostris  versibus  esse  te  Poetam  , 
Fidentine  ,  putas  ,  cupisque  credi  ? 
Sic  dentata  sibi  videtur  Agle, 
Emptis  ossibus  ,  indicoque  cornu  : 
Sic  ,  qu^  nigrior  est  cadente  moro , 
Cerussata  sibi  placet  Lycoris. 
Hac  et  tu  ratione  ,  qua  poeta  es  , 
Calvus  cum  fueris ,  eris  comatus. 

Que  suena  asi  en  Castellano. 

Con  mis  versos ,  Fidentino  , 

Pien- 


(6 1) 

Piensas  que  Poeta  eres , 

¿  Y  que  lo  creamos  quieres  ? 

jGracioso  es  el  desatino! 

No  de  otra  suerte  imagina 
Tener  dientes  Egle  ,  quando 
Para  ellos  está  comprando 
Hueso  ,  ó  marfil  de  la  China. 

Afeitada  asi  procura 
Parecer  blanca  ,  y  se  alegra 
Lycori ,  siendo  mas  negra 
Que  la  mora  mas  madura. 

Tu  de  la  misma  manera 
Que  eres  Poeta  también  ; 
Asi  tener  puedes  bien 
Con  ser  calvo  ,  cabellera. 

D.  Juan.  No  sabia  yo  que  Vm.  te- 
nia facilidad  en  versificar.  Me  alegro 
que  haya  Vm.  descubierto  esta  habili- 
dad ,  pues  naturalmente  se  ofrecerá  al- 
guna vez  en  el  discurso  de  nuestras  con- 
versaciones sobre  el  Arte  del  Roman- 
ce Castellano,  Digole  á  Vm.  que  las 
traducciones  antecedentes  vienen  ,  como 
fedrada  en  ojo  de  Boticario  ,  al  asunto 
del  plagio  ,  que  dice  Vm.  se  nota  en 
F  2  qua- 


qiiasl  todo  el  Arte  dsl  Romance  :  y  aho- 
ra conozco  mas  claramente  quan  repre- 
hensible es  salir  un  hombre  á  la  plaza 
de  la  República  de  las  letras  con  vesti- 
dos no  solamente  ágenos  ,  sino  robados 
y  desencaxados  de  sus  lugares.  Por  otra 
parte  veo  que  el  Autor  del  Arte  del  Ro- 
mance Castellano  ,  si  es  Plagiario  ,  no  lo 
es  de  Mosca ,  de  que  habla  el  incompa- 
rable Quevedo  Musa  V.  Letra  burl.  I. 

Por  angélico  creía  , 
Doncella  ,  que  almas  guardabas , 
Y  eras  araña  ,  que  andabas 
Tras  la  pobre  mosca  mia. 

iii  tampoco  lo  es  de  versos,  sino  de  prosa; 
y  últimamente  que  si  ha  incurrido  en 
este  vicio  ,  ha  sido  copiando  de  Libros 
propios  ,  que  le  habrán  costado  su  di- 
nero. 

D.  Antonio.  Buena  pieza  es  Vm. 
Señor  Don  Juan.  Vm.  viene  precisa- 
mente á  disculpar  al  Autor  del  Arte 
del  Romance  del  mismo  modo  que  lo 
hizo  Marcial  con  aquel  Paulo  ,  que  sin 

sa- 


saber  hacer  versos ,  todos  quantos  leía, 
eran  propios  suyos  ,  porque  los  com- 
praba antes.  Si  Vm.  arguye  de  este 
modo  ,  no  hay  duda  en  que  cada  uno 
tiene  derecho  a  lo  que  le  cuesta  su  di- 
nero ,  y  lo  puede  llamar  suyo  ,  aunque 
no  lo  haya  hecho  ,  ó  trabajado.  Citaré 
aqui  el  Epigramma  de  Marcial ,  que  le 
hallará  Vm.  en  el  Libro  II.  y  dice  : 

Carmina  Paulus  emit;  recitat  sua  carmina 

Pauius; 
Namquod  emas,  possis  dicerc  jure  tuum. 

Los  versos  que  compra  Pablo  , 
Lee  Pablo  como  suyos ; 
Que  todo  lo  que  tu  compras , 
Llamas  coa  justicia  tuyo. 

D.  Juan.  Pues  todavia  tiene  dis- 
culpa el  Autor  del  Arte  d^l  Romance 
Castellano. 

D.  Antonio.     ¿  Qual  es  ? 

D.  Juan.  Que  no  es  ladrón  de  ver- 
sos ;  pues  contra  aquellos  dirige  Mar- 
cial sus  sales  cáusticas. 

Fj  Ca- 


(64) 

Don  Antonio.  Calle  Vm.  Don 
Juan  ,  no  diga  Vm.  desatinos.  El  Au- 
tor del  Arte  del  Romance  Castellano  com- 
pone su  obra  de  fragmentos  asi  en  pro- 
sa como  en  verso.  Aqui  está  el  Libro. 
Vea  Vm.  si  los  que  pone  desde  la  pa- 
gin.  40  hasta  la  49  :  y  desde  la  62  has- 
ta la  68  no  son  tomados  de  la  Paleo- 
graphia  Epañola  de  Burriel  ,  y  Terre  ' 
ros.  Vea  Vm.  si  el  fragm-ento  del  Ar- 
cipreste de  Hita  que  el  Autor  del  Arte 
del  Romance  pone  desde  la  pag.  72  has- 
ta la  74  es  verso  ó  prosa  ,  y  si  le  copió, 
ó  no  ,  de  la  referida  Paleographia.  Vea 
Vm.  de  donde  pudo  copiar  la  carta  de 
la  bendita  Reyna  Doña  Isabel  ,  a  Gó- 
mez Manrique  .  .  . 

D.  Juan.  Es  verdad  que  lo  ha  to- 
mado de  la  Pakogr afilia  Española,  por- 
que si  no  ,  era  preciso  que  el  Autor  del 
Arte  del  Romance  Castellano  hubiese 
manejado  los  Libros  y  otros  Documen- 
tos que  se  guardan  en  los  Archivos  de 
)  Toledo  ,  y  en  la  famosa  Librería  de  a- 
quella  Santa  Iglesia  :  lo  qual  no  es  asi. 

D.  Antonio.     Pues  no  es  eso  lo 

peor. 


(6i) 

peor.  Importaba  poco  este  hurto  litera- 
rio ,  si  el  Autor  del  Arte  del  Romance 
Castellano  ,  nos  produxese  estos  frag- 
mentos con  la  exactitud  que  nos  los  die- 
ron Burriel  y  Terreros. 

D.  Juan,     i  Ahora  tenemos  eso  ? 

D.  Antonio.  Si  ,  señor  ,  es  cosa 
asombrosa  ver  la  precipitación  con  que 
se  copiáronlos  citados  documentos.  Pon- 
dremos aqui  una  como  fe  de  erratas  de 
cada  uno  ,  para  que  las  emiende  quan- 
do  tuviere  lugar.  Primeramente  en  la 
Muestra  de  Romance  mezclado  del  año 
1 1 9 1  déla  Era  Christiana ,  que  el  Au- 
tor del  ^rte  del  Romance  Castellano  , 
pone  a  la  pagina  40  ,  y  Terreros  en  su 
Paleographia  á  la  pag.  95  de  la  segun- 
da edición  con  el  nombre  de  escrituras 
bilingües  ,  ó  Latino-Castellanas  ,  se  ha 
de  emendar  lo  siguiente  : 


F4  ^r- 


(66) 


Arte  del  Romance 
Castellano. 


Paleogra^ihia. 


Lin.  2.  Donus  Al  va- 
rus  Johannes  neto 
de  Doña  Maria 
Mescabello. 


L.  8.  possuít. 
L.  i8.  praedicti. 
L.  19.  praedictus. 
L.  50.  Era  mccxix. 
L.  59.  laxa. 
L,  40.  deprato. 
L.  4j.  praesentes. 


Doñus  Alvarus  Jo- 
hannis  vir  Done 
Micia  ,  et  ego 
Salvator  Johan- 
nis  neto  de  Do- 
ña Maria  Mesca- 
bello. 

posuit. 

predictí. 

predictus. 

Era  MCGXXix- 

Jaxsa. 

de  prato. 

presentes. 


Omitió  la  advertencia  de  que  ésta 
escritura  tiene  dos  firmas  Arábigas  ,  y  la 
nota  marginal  de  que  se  guarda  en  el 
Imperial  Convento  de  San  Clemente  de 
Toledo. 

En  la  Muestra  del  Romance  Caste- 

Ila- 


llano  puro  del  año  1206  ,  (  asi  le  llama 
el  Autor  áol  Arte  del  Romance  Caste- 
llano )  que  tomó  de  la  PaJeographia  Es- 
pañola ,  segunda  edición  ,  pag.  88  ,  y 
le  pone  en  la  pag.  45  del  origen  y  épo- 
cas del  Romance  ;  deben  emendarse  las 
erratas  siguientes . 


Arte  del  Romance 

Paleografhia  Es- 

Castellano, 

j)amla. 

Lin.  4.  Monasterio. 

Monesterio. 

L.  5 .  nostro. 

nuestro. 

L.  9.  havenentia. 

habenentia. 

Ibid.  Fezo. 

fezo. 

L.  10.  Filio. 

£llo. 

L.  1 1,  quem  Deus. 

que  Deus. 

L.  15.  tiene. 

tenie. 

L.  21.  desessione. 

desessiose. 

L.  22.  aj.  que  le  avie, 

,  que  lo  avie,  ó  lo 

ó  le  devie. 

devie. 

L.  24.  25.  J2.  Mo- 

• Monesterio. 

nasterio. 

L.  J4.  Fernando. 

Fernand. 

L.  J5.  el  conomrada. 

,  el  conomrado. 

L.  41.  on  Aldea. 

en  Aldea, 

L.  42. 

(68) 
L.  42.  4j.Iiuviere. 
Ibid.  Fernando.. para. 
L.  45,  semmadura. 
L.  49.  iuhos. 
L.  5 1 .  Monasterio. 
L.  52.  Fernán. 
L.  5J.  de  corrales. 
L,  58.  deoy* 
L.  60.  Filio. 
L.  66,  conomrado. 
L.  66  y  67.  de  heredo. 
L.  67.  Filio  Donna. 
L.  70. Fernando. 
L.  80.  Sopo. 
L.  82.  senie. 
L.  8j.  tiene. 
L.  85.  encrubrio. 
L.  87.  é  vinieron. 
L.  91.  vnos. 
L.    104.   conomrada. 
L.  106.  que  dio. 
L.  109.  conomrado. 
L.  112.  aquel. 
L.  I  ij.  firmar  si  fir- 
mas. 
L.  114.  derecheras. 


o  viere. 

Fernand . .  pora. 

semnadura. 

iugos. 

Monesterio. 

Fernand. 

é  de  corrales. 

doy. 

filio. 

connomrado. 

de  quanto  heredó 

filia  Donna. 

Fernán. 

sopo. 

tenie. 

tenie. 

encubrió. 

é  vieron, 

unos. 

connomrada, 

quel  dio. 

connomrado. 

qucl. 

firmar    sobre    si 

firmas, 
h  derecheras. 


(69) 
L.  117.  no.  non. 

Ibid.  escribir.  escrebir. 

L.  1 2  j.  I  JO.  I  j  I .  cum-  complimento. 
plimiento. 

Omite  todas  las  demás  firmas  ,  y  el 
lugar  donde  se  halla  el  Instrumento. 

Erratas  en  las  notas  marginales ,  que 
también  copió  de  la  Paleographia  el 
Autor  del  Arte  del  Romance. 

Pag.  44.  Essídas  ,  Pag.  S8.  Essidas, 
salidas ,  de  exitus.     salidas  ,  de  exit, 

P.  45.  ses  yugos.  P.  89.  sesiugos. 

P.  45.  I  tanto  ena.  P.  89.  Ytanto  ena. 

P.  48.  Firma.  P.  9 1 .  Firmas. 

Ibid.  que  firman  ,  ó  P.  91.  que  firman, 
roboran.  ó  robran ,  ó  robo- 

ran. 

En  la  Muestra  de  la  Poesia  del  Ro- 
mance del  Poema  de  Fr.  Gonzalo  Ber- 
céo  (  Berciü  le  IJama  el  Autor  dd  Arte 
del  Romance  ,  y  la  pone  á  la  pag.  50  ) 
deben  emendarse  las  erratas  siguientes : 


(70) 


\Arte  del  Romance,  Vida  de  Santo  Do- 


Bercio. 

Lin.  2.  autoridad. 

L.  j.  certenidad. 

L.  4.  onde.  .  Santi- 
dad. 

L.  5.  Vicente  avia. 

L.  6.  i  Christeta. 

Ibid.  hermano. 

L.  9.  el  Kei. 

L.  1 1.  Asigno. 

Ibid.  trasladarlos  á 
mejor  santidad. 

L.  12.  e  metellos. 

Ibid.  de  mejor  ho- 
nestidad. 

L.  ij.  Asino . .  con- 
seja ,  lanza. 

L.  14.  Arlanza. 

L.  15.  buen  viento. 

Ibid.  mejor  finanza. 

L.  16.  mojor. 

Ibid.  dubdanza. . 

L.  18.  Arlanza. 


mingo, 
Bercéo. 
auctoridad. 
certanedad. 
ond  .  .  .  Sanctidad. 

Vicent  avie, 
et  Christeta. 
ermano. 
el  Rey. 
Asmó, 
traslaudarlos  a  mc- 

ior  sanctidad. 
et  mételos, 
de  meior  onestad. 

Asmó . .  conseio . .  1 

lan^a. 
Arlanza. 
buen  conviento, 
meior  fincan^a. 
meior. 
dubdan9a. 
Arlanza. 


L.    19.    I  aciessen  Yaclé  un  Moneste- 

Monasterio.  rio. 

Ibid.  honrada.  honrrada. 

-Jj.  20.  Arlanza.         Allanta. 
Ibid.  llamada.  clamada. 

L.  2 1 .  Avia  ai  un  Avia  y  un  Abbad. 

Abad. 
Ibid.  siervo.  servo. 

L.  2j.  Monasterio.   Monesterio. 
Ibid.   Cabdillo  ,   i  Cabdiello  ,  et  Sen- 
Señor,  ñor. 
L.  24.  La  grei  de-  la  grey  demostra- 

mostrava.    .  ba. 

Ibid.  cual.  qual. 

L.  25.  mysterio.       Ministerio. 
L.  25.  De  aquellos  Aquellos     Sanctos 

Santos  Martyres.       Martyres. 
L.  27.  E  los  deseh-  Que  los  dessoter- 

terrasse.  rasse. 

Ibid.   del  vivo  ci-  del  vieio  ciminte- 

menterio,  rio. 

L.  28.  E  que  los  a-   Etque  los  aduxies- 

duxiesse  para  el       se  peral  su  Mo- 

su  Monasterio.  nesterio. 

L.  29  Fablo  con  el  Fabló  con  el  Rey 

Rei  ,  al  cual  de       al  que  Dios  de 

Dios 


(7a) 
Dios  bon  paso.  bon  poso. 

L.  JO.  Al  que  dicen  Al  que  dicien Fer- 


Fernando  un  Prin- 

nando un  Prin- 

cipe  muy  precio- 

cep  mui  pre- 

so. 

cioso. 

L.  ji.  Tobólo. 

Tovolo. 

L.  J2.  cumplirlo  el 

complirlo  el  Ab- 

Abad  perezoso. 

bad    perezoso. 

L.  Jj.  e  los. 

et  los. 

L.  J4.  Abades  e  Prio- 

Abbades,  et  Prio- 

res. 

res. 

L.  j5.  Del  señorío. 

De  los  del  seño- 

río. 

L.  ^y.  Foron  i. 

Foron  y 

Ibid.  Cavalleros. 

Caballeros. 

Ibid.  I  grandes  Infan- 

Et grandes  Infan- 

zones. 

zones. 

L.  40.  cantavan. 

cantaban. 

Ibid.  dicen. 

dicien. 

L.  41.  Señor  San  Vi- 

Sennor San   Vi- 

cente. 

cent. 

L.  42.Ede. 

Et  de. 

Ibid.  hermanas. 

ermanas. 

Ibid.    honrado  viene 

onrrado  bien  ,  et 

gente. 

gent. 

L.  4J.  Omnipotente. 

Omnipotent. 

L. 

(73) 

L.  44-  E  sobre. 
Ibid.  pecadores. 
Ibid.  cosimente. 
L.  45.  Trabesaron. 
Ibid.  caudal. 
L.  47.  Llegaron. 
Ibid.  Arlanza. 
í.  48.  En  un  grande 

corral. 
IL*  49.  Señor  santo. 
Ibid.     natural    Can- 

nas. 
L.  50.  E  nasció. 
Ibid.  En  buen. 
Ibid.  mañas. 
L.  51.  I  viene. 
Ibid.  campañas. 
L.  52.  que  no  abrien. 
Ibid.  calañas. 
L.  S3'  ^^  mañana. 
L.   54.  E  Sabina  ,  e 

Christeta. 
Ibid.  hermana. 
L.  55.  E  adornada. 
L.  ^6.  gran  gente. 
t.  37.  translación. 


Que  sobre. 

peccadorcs. 

cosiment. 

Travessaron. 

cabdal. 

Plegaron. 

Arlanza. 

En  si  bel  que  cor- 
ral. 

Sennor  sancto. 

natural  de  Can- 
nas. 

Que  nasció. 

En  bon. 

mannas. 

Y  vinie. 

campannas. 

que  non  avrien. 

calannas. 

mannana. 

Et  Sabina  et 
Christeta. 

ermana. 

Et  adiana. 

grand  gent. 

translation. 

Ibid. 


<74) 

Ibid.  de  estos. 

Ibid.  hermanos. 
L.  38.  de  dolores. 
L.  59.  pies. 
L.  60.  A  Dios  Chris- 

tianas   i  Christia- 

nos. 

L.  61.  Abades. 

Ibid.  Obispos. 

Ibid.  e  Canonges. 

L.  62.  ende. 

Ibid.  Lugares. 

L.  6j.  e  sus. 

L.  64.  ñolas. 

Ibid.  tañer. 

Ibid.  de  sus. 

L.  65.  eino. 

Ibid.  Monasterio. 

Ibid.  el  buen  Abad 
bendito. 

L.  66.  compañeros. 

Ibid.  mui  bien  recibi- 
do. 

L.  67.  Dijo. 

Ibid.  mui. 


destos. 

ermanos. 

de  los  dolores. 

piedes. 

Ond  rendien  a 
Dios  gracias 
Christianas ,  et 
Christianos. 

Abbades. 

et  Obispos. 

et  Calonges. 

end. 

Logares, 

et  sus 

non  las. 

tanner. 

de  los 

veno. 

Monesterio. 

el  bon  Abbad  be- 
neito. 

companneros. 

muy  bien  recebi- 
do. 

Dixo. 

muy. 

L* 


(75) 
L.  68.  Digeron.  Dixeron. 

Ibid.  cumplido.  complido. 

En  la  Muestra  en  p'osa  de  los  años 
I26o.(  Asi  dice  en  la  pag.  61.  del  ori- 
gen ,  y  épocas  del  Romance  )  que  tomó 
de  la  Paleographia  de  Burriel  pag.  78. 
se  deben  emendar  las  erratas  siguientes  ; 

Arte  del  Romance,         Pakograjphia. 


Lin.  5.  a  verlas. 
Ibid.  mu  i. 
L.  9.  mui. 
L.  12.  donaire. 
L.  15.  monstrar, 
Ibid.  quel. 
L.  19.  mejor. 
L.  25.  reir. 
L.  ji.  mui. 

Pagina  64. 
L.  i.Rei. 
L.  2.  de  estas  cosas. 

L.  9.  E. 

Ibid.  todo  era. 


averias. 

muy. 

muy. 

donayre. 

mostrar. 

que  él. 

meior. 

reyr. 

muy. 

Rey. 

de  estas  siete  co- 
sas, 
et. 

todo  esto  era. 
G  L. 


(76)  , 

L.  II.  y  12.  bafor-  bofordar. 

dar. 

í,.  21.  bientrobar.       bien  de  trobar. 


En  las  notas  fnarginales, 


Quel ;  que. 
Monstrar. 


Quel ;  que  le 
mostrar. 


En  la  Muestra  del  Verso  del  año 
1278  ,  que  está  a  la  pag.  65  de  las  épo- 
cas del  Romance  ,  y  su  Autor  la  tomó 
de  la  Paleographia  pag.  6"/  ,  se  han  de 
emendar  las  erratas  siguientes  ; 

Arte  del  Romance.         Paleographia, 


Lin.  I.  D.  Fernán. 
L.  8.  razonado. 
L.  6.  esforzado. 
L.  7.  fazedor. 
L.  p.  Jesu  Christo. 


Don  Fernand, 
ratonado, 
esforzado, 
facedor. 
Ihesu  Christo. 


En 


(77) 

En  la  Muestra  en  prosa  del  siglo 
XIV.  que  está  á  la  pag.  66  de  las  épo- 
cas del  Romance  ,  y  su  Autor  tomó  de 
la  Paleographia  pag.  59  ,  se  deben  e- 
mendar  las  erratas  siguientes : 

Arte  del  Romance,         Paleogra^pliia. 


Lin.  II.  lluvias. 

luvias. 

L.  16.  lluvia. 

luvia. 

L.  17.  todas. 

á  todas. 

L.  20.  y  húmeda. 

et  húmida. 

L.  JJ.  humedat.   . 

humidat. 

L.  47.  no  tiran. 

non  tiran. 

En  la  Muestra  en  verso  del  año 
1589  ,  que  el  Autor  del  Arte  del  Ro- 
mance pone  á  la  pag.  72  ,  y  tomó  de  la 
Paleographia  de  Terreros  al  fol.  82  ,  se 
deben  emendar  las  erratas  siguientes  : 

Arte  del  Romance,         Pakograph'a, 

Lin.  j.  et  toda  la  no-  et  toda  noble, 
ble. 

Ga  L, 


(78) 


L.  5.  Recivenle. 

Recijbenle. 

Ibid.  Roiseñores. 

L.  7.  dulces. 

L.  o.  y  II.  Reciven- 

Royseñores. 

dulces. 

Recibenle. 

le. 

L.  24.  sin  ella. 

sin  esta. 

L.  25.  bailadas. 
L.  JO,  azófar. 

bayladas. 
azófar. 

L.  J2.  entromete. 

entremete. 

L.  jj.  Gaita. 
Ibid.  Erabeva. 

Gayta. 
Exabeva. 

L.  j8.  no. 

Non. 

L.  40.  i  valles. 

ct  valles. 

Últimamente ,  para  que  ninguno  de 
los  documentos ,  que  publicó  Terreros 
en  su  Paleographia  con  la  debida  exac- 
titud ,  quedase  sin  una  pincelada  de  la 
docta  mano  del  Autor  dd  Arte  del  Ro- 
mance ,  en  aquella  Carta  de  la  Reyna 
Catholica  Doña  Isabel ,  que  Terreros 
pone  en  la  pagin.  56  ,  y  el  Autor  del 
Arte  del  Romance  en  la  pag.  y^  ,  qui- 
tó la  A  en  el  sobreescrito  de  ella  ,  co- 
piando Gómez  Manrique  en  donde  ái^ 
c?  :  A  Gómez  Manrique, 

D. 


(79) 
D.  JüAíT.     Quedo  pasmado  de  que 

el  Autor  del  Arte  del  homance  Castella- 
no haya  incurrido  en  tantos  descuidos  , 
señaladamente  en  unos  documentos  tan 
singulares  como  los  que  copió  de  la 
Paleographia  Española  ,  que  compuso 
Burriel  á  instancia  de  Terreros  ,  para 
que  en  su  Traducción  del  Espectáculo 
de  la  Naturaleza  llenase  el  lugar  de  la 
Paleographia  Francesa. 

D.  Antonio.  Amigo  Don  Juan  , 
Vm.  parece  que  se  espanta  de  huevos 
asados.  Estos  descuidos  son  nada  respec- 
to de  lo  mucho  que  se  queda  por  se- 
ñalar. Solo  las  notas  marginales  que  el 
Autor  del  Arte  del  Romance  Castellano 
puso  al  retazo  del  Monge  de  Silos  X). 
Gonzalo  Bercéo  ,  son  capaces  de  hacer 
que  Vm.  se  suba  por  las  paredes. 

D.  Juan.  ¿Qué  dice  Vm.  ?  ¿  Es  po- 
sible que  un  Autor  Neotérico  tan  pul- 
cro ,  y  tan  aliñado  como  el  Autor  del 
Arte  del  Romance  Castellano  ,  haya  des- 
cubierto semejante  hilaza  ?  Un  Autor 
que  habla  ex  cathedra  cortando  y  ra- 
jando el  Komance  Castellano ;  revolvien- 
Gj  do 


do  Autores  Castellanos  como  tierra  ? 
Un  Autor  que  dice  en  la  Dedicatoria  : 
Después  de  averme  dedicado  dende  mis 
tiernos  años  d  su  estudio  ,  (  habla  de 
las  Lenguas  ,  y  Ciencias  )  Tiagé  por  los 
F  ais  es  estrangeros  ,  tratando  por  tres 
años  con  los  Sabios  ,  /  primeros  Maes- 
tros de  Italia ,  /  ^visitando  las  Escuelas^ 
Academias  ,  i  Universidades  mas  ilus- 
tres de  ella.  ¿Es  posible  ,  vuelvo  á  de- 
cir ,  que  un  Autor  de  esta  clase  haya 
cometido  algún  gazafatón  en  las  notas 
que  Vm.  dice  ? 

D.  Antonio.  Vm.  parece  que  me 
da  cordelejo.  Pues  sepa  Vm.  que  digo 
la  verdad  ;  y  en  prueba  de  ella  confie- 
so de  buena  fe  que  todo  lo  que  parece 
errata  no  lo  es  ,  sino  Emiendas  hechas 
por  el  Autor  del  Arte  del  Romance  ,  cre- 
yéndose capaz  de  ilustrar  y  entender 
las  voces  antiguas  de  nuestros  Autores 
Castellanos.  Se  me  arde  la  asadura  de 
enfado  de  ver  ,  que  confesando  abierta- 
mente el  Padre  Ver  gara  ,  Editor  del 
Poema  de  Santo  Domingo  de  Silos  , 
compuesto  por  el  Monge  Bercéo  ,  en  el 

num. 


(80 
num.  7  de  su  Prologo  ;  Que  da  d  la 
prensa  tres  Autores  con  las  mismas  vo^ 
ees  de  sus  originales  :  y  diciendo  en  el 
num.  8  :  Algunas  'voces  se  hallarán  es- 
critas con  mucha  'variación  :  como  OmCy 
Omme  ,  Omne  ,  Hombre  ,  y  otras.  No  es 
falta  de  legalidad  ,  ni  yerro  de  impresa 
sion  ,  sino  estar  assi  en  los  originales  ,  o 
ser  preciso  valerse  de  las  copias  ,  por 
faltar  en  aquellos  hoja  ,  o  alguna  vez  no 
poderse  leer.  Parece  que  algunos  'versos 
son  defectuosos  :  acaso  la  pronunciación 
antigua  los  harta  muy  cabales  :  se  nos 
venga  ahora  el  Autor  del  Arte  del  Ro- 
manee  Castellano  á  emendar  y  glosar  , 
ó  por  mejor  decir  ,  á  obscurecer  una 
obra  en  que  anduvieron  los  hombres 
mas  literatos  del  Monasterio  de  San 
Martin  de  Madrid.  Quanto  ha  errado 
asi  en  la  Ortographia  ,  como  en  las  no- 
tas marginales  ,  lo  conocerá  Vm.  ii  otro 
qualquiera  por  la  confrontación.  Y  pa- 
ra que  Vm.  se  desengañe  ,  solamente  la 
declaración  del  verbo  Asmar  ,  que  el 
Autor  del  Arte  del  Romance  emienda 
poniendo  Assignar  ,  ó  Asinar  ,  da  á 
G  4  en- 


(8^) .   .    . 

entender  la  profunda  inteligencia  que 
tiene  de  la  Lengua  Castellana. 

D.  Juan.  Jesús  ¡qué  desatino!  As- 
mar ,  según  Cobarrubias  ,  y  todo  buen 
Castellano  ,  significa  quedarse  un  hombre 
suspenso  y  fensati^o.  Y  también  tiene 
otras  significaciones  ,  que  puede  Vm. 
ver  en  el  Diccionario  de  la  Real  Aca- 
demia Española. 

D.  Antonio.  Pues  de  ese  calibre 
son  las  mas  notas  ,  y  emiendas  del  Au- 
tor del  Arte  del  Romance. 

D.  Juan.  ¿Quién  le  ha  dado  go- 
lilla para  este  entierro  ? 

D.  Antonio.  El  se  la  ha  tomado 
de  autoridad  propia  para  enseñarnos. 
Por  de  contado  ,  ningún  Castellano  sa- 
bía ,  ni  sabe  ,  qué  es  acudillar  ;  verbo 
nuevo  ,  que  se  descubre  al  pie  de  la 
pagina  55  áú  Arte  del  Romance. 

D.  Juan.  ¡  Es  cosa  lastimosa  1  Ya 
me  voy  yo  enfadando  ,  y  quasi  quasi 
estoy  tentado  de  tomar  el  tal  Arte  del 
Romance  desde  el  principio  hasta  el  fin, 
y  divertirme  en  notar  todo  lo  que  Vm. 
me  diga  que  es  digno  de  escribirse. 


(8j) 

D.  Antonio.  A  Ja  verdad  asi  de- 
bía ser  ;  pero  por  ahora  no  conviene  le- 
vantar  la  caza.  Esa  era  obra  larga  ,  y 
que  solo  debería  emprenderse  en  caso 
de  que  el  Autor  del  Arte  dd  Romance 
quisiera  vindicar  su  obrilla.  Y  si  lo  hi- 
ciese ,  entonces  si  que  se  tomaría  con 
calor  ,  haciendo  anatomía  rigurosa  ,  en- 
tresacando todos  sus  nervios  ,  hilvanes , 
&c  hasta  dexarla  en  esqueleto.  Enton- 
ces si  ,  amigo  Don  Juan  ,  que  se  vería 
el  verdadero  mérito  de  su  Autor  ,  y 
quienes  eran  los  dueños  de  los  materia- 
Jes  de  aquel  edificio. 

D.  Ji'AN.  ¡Quanto  me  alegraría  de 
que  llegase  ese  caso  ! 

D.  Antonio.  Hablando  en  puri- 
dad ,  es  demasiada  satisfacción  en  un 
Autor  ,  que  no  tiene  otra  cosecha  pro- 
pia que  las  puntadas  ,  ó  hilvanes  de  re- 
miendos ágenos  ,  esto  es  ,  el  trabajo  que 
puso  en  zurcir  ,  ó  coser  las  produccio- 
nes ,  y  vigilias  literarias  de  hombres 
verdaderamente  doctos  ,  hable  con  tan- 
to magisterio  como  sí  tuviese  absoluto 
dominio  en  nuestro  Idioma ,  queriendo 

dar 


(84) 

dar  reglas  sin  conexión  ,  tomando  los 
fines  por  principios  ,  y  al  contrario. 

D.  Juan.  Es  como  Vm.  dice.  Por- 
que todo  el  Libro  primero  de  su  Arte 
del  Romance  no  es  Gramática  ,  sino  His- 
toria ;  es  el  fruto  que  debe  cogerse  des- 
pués de  haber  aprendido  una  Grama- 
tica  Castellana  recta  y  aplaudida  en  ge- 
neral ,  como  las  muchas  que  tenemos, 

D.  Antonio.  Añada  Vm.  (  para 
explicación  de  ese  pensamiento  )  que  el 
Autor  del  Arte  del  Komance  quiere  una 
cosa  imposible  ,  y  contra  la  naturale- 
za ,  como  es  por  exemplo  coger  antes 
de  sembrar.  Esto  mismo  ,  aunque  es 
contra  natural  ,  le  ha  sucedido  al  Au- 
tor ,  pues  sin  haber  sembrado  grano  , 
ha  cogido  todo  el  trabajo  de  Andrés 
Burriel  ,  y  Terreros  ;  todo  el  largo ,  y 
prolixo  estudio  de  Gayoso ;  mucho  del 
Señor  Mayans  ,  &c. jorque  del  traba- 
jo de  estos  ha  formado  su  Arte  del  Ro* 
manee. 

D.  Juan.  ¿Conque  se  vale  de  Ja 
Gramática  Castellana  de  Gayoso  ? 

D.  Antonio.     De  ninguno  de  los 

Au- 


Autores  citados  ha  tomado  tanto  como 
de  dicha  Gramática.  Quasi  toda  la  há 
incorporado  en  Ja  suya  ;  pero  con  el 
artificio  que  á  su  tiempo  se  verá. 

D .  Juan.  ¡  Cada  vez  me  admiro 
mas  !  ¡  Que  haya  hombres  semejantes  ! 
Por  Dios  pido  á  Vm.  que  hagamos  un 
cotejo  de  alguno  ,  ó  algunos  pasages  de 
ios  que  Vm.  dice  ha  copiado  de  Ter- 
reros. Ya  veo  que  son  cerca  de  las  diez; 
pero  paciencia. 

D.  Antonio.  Toda  la  Paleogra- 
phia  ,  que  es  obra  original  de  Burriel, 
la  hallará  Vm.  en  el  primer  libro  del 
^rte  del  Romance  ,  cuyo  Autor  usó 
para  copiarla  de  la  astucia  de  saltar  de 
aqui  para  alli.  Pero  siguiendo  los  mis- 
mos saltos  ,  se  verá  la  verdad  ,  y  que 
su  trabajo  es  inútil  teniendo  exemplares 
de  la  Paleographia  en  abundancia  ,  y 
una  nueva  edición  corregida  y  aumen- 
tada de  la  preciosa  Gramática  de  nues- 
tro Castellano  Don  Benito  Gayoso  ,  y 
otras. 

D.  Juan.  Vamos  al  negocio,  por- 
que me  cómo  las  uñas  jor  coger  al  Au- 
tor 


(86) 

tor  del  Arte  del  Romance  en  los  hurtos 
literarios. 

D.  Antonio.  Vea  Vm,  la  con- 
frontación de  estos  párrafos  que  he  he- 
cho de  paso  ,  y  veámonos  después.  Pe- 
ro lleve  Vm.  entendido  que  por  ahora 
no  quiero  dar  mas  pruebas  por  lo  que 
toca  á  la  Paleographia  ;  y  que  ,  como 
dixe  ,  esa  es  obra  para  mas  despacio. 

D.  Juan.  Quedo  enterado  ,  y  qué- 
dese Vm.  con  Dios  hasta  mañana. 

D.  Antonio.  A  Dios ,  señor  Don 
Juan  ,  hasta  la  vista. 

Prosigue  el  Dialogo, 

D.  Juan.  Me  alegraré  ,  señor  D. 
Antonio  ,  que  haya  Vm.  descansado  de 
la  fatiga  que  tuvimos  con  el  Arte  del 
Romance, 

D.  Antonio.  A  mi  no  me  cansan 
estas  cosas  ,  y  asi  no  me  impiden  las  ho- 
ras destinadas  al  descanso.  Y  Vm.  ¿  có- 
mo há  pasado  la  noche  ? 

D.  Juan.  Quasi  en  vela  ,  por  que 
luego  que  me  aparté  de  Vm.  y  llegua 


(8?) 
á  mí  casa  ,  me  puse  á  cotejar  la  Tako* 

graphia  con  el  Arte  dd  Romance  ,  y  fué 
tanto  lo  que  me  enfrasqué  en  la  con- 
frontación ,  que  me  acosté  entre  gallos 
y  media  noche  ;  y  como  la  cabeza  se 
calentó  ,  no  pude  pegar  los  ojos  en  to- 
do lo  que  faltaba  de  ella  ,  pensando  en 
el  artificio  con  que  el  Autor  del  Arte 
del  Romance  Castellano  disfruta  todos  los 
pensamientos  del  erudito  Andrés  Bur- 
riel  en  la  dicha  Paleographia  ,  que  sa- 
lió en  nombre  de  Terreros  ,  y  los  hace 
á  primera  vista  parecer  suyos  ,  esto  es 
de  cosecha  propia  ,  bien  que  truncados, 
y  maltratados  con  el  trabajo  de  zurcir 
tantos ,  y  tan  diferentes  pedazos. 

D.  Antonio.  Como  Vm.  es  no- 
vicio en  esto  de  hurtillos  literarios ,  y 
no  está  Vm.  hecho  a  correr  éstas  Lie- 
bres ,  no  me  admiro  de  que  se  canse  en 
la  precisión  de  seguir  los  saltos  zorre- 
ros de  un  copiante  artificioso.  ¿  Há  visto 
Vm.  si  es  cierto  ,  ó  no  ,  lo  que  dixe  a- 
noche  ? 

D.  Juan.  Es  evidente ;  y  en  confir- 
mación de  ello  traygo  esta  uoche  co- 
pia- 


(88) 

dos  algunos  pasages  del  Autor  del  Ar^ 
te  del  Romance  ,  y  el  original  de  la  Pa- 
leographia  ,  para  que  asi  se  vea  con 
facilidad  esta  literaria  transmutación. 

D.  Antonio.  Ha  hecho  Vm.  co- 
mo muy  advertido  ;  y  en  esto  se  cono- 
ce que  es  Vm.  mas  hombre  que  su  a- 
buela. 

D.  Juan.  Quando  yo  estudiaba 
Gramática  ,  oía  decir  muchas  veces  á 
mi  Maestro  ésta  sentencia  ,  que  jamás 
hé  podido  olvidar  :  Contraria  juxta  ss 
Rosita  magis  elucescunt. 

D.  Antonio.  Es  verdad  ,  porque 
lo  blanco  junto  á  lo  negro  es  blanquisi- 
mo  ;  y  lo  negro  junto  a  lo  blanco  es 
mucho  mas  negro.  Me  alegro  que  Vm. 
lo  entienda  ,  y  que  vaya  penetrando 
los  entresijos  del  Arte  del  Romance  Cas- 
tellano. 

D.  Juan.  ¿  Pues  qué  ,  se  me  ha- 
bía de  escapar  el  pez  ,  que  Vm.  me  a- 
seguró  estaba  en  el  garlito  ?  En  alguna 
cosa  se  há  de  conocer  que  ando  a  di- 
rección de  Vm.  Por  lo  menos  es  gloria 
del  Maestro  el  aprovechamiento  del 
Discípulo.  D. 


(89) 

D.  Antonio.  Veamos  la  confron- 
tación de  esos  lugares. 

D.  Juan.  Aquí  los  tiene  Vm.  y  no 
tan  solamente  vienen  copiados  al  pie  de 
la  letra  ,  sino  colocados  uno  en  frente 
de  otro.  De  este  modo  se  consiguen  dos 
cosas ,  que  son  ;  descubrir  el  PLAGIO, 
y  las  puntadas  con  que  el  Autor  los  des- 
figura ,  y  los  hace  propios ,  como  el  otro 
que  copiaba  los  versos  á  Marcial  ,  y  és- 
te le  concedía  que  eran  suyos  ,  porque 
aun  no  sabia  pronunciarlos. 

D.  Antonio.  Lo  mismo  se  puede 
decir  al  Autor  del  ARTE  DEL  RO- 
MANCE CASTELLANO ;  pero  va- 
mos al  asunto ,  y  no  hay  que  detenerse 
en  episodios  que  nos  hacen  perder  el 
tiempo. 


^r- 


(90) 

Arte  del  Romance  ^ag,  7^8. 

Pareciendo  á  los  Godos  prolija  la 
variación  de  los  nombres  ,  i  verbos  ,  o- 
mitieron  las  declinaciones ,  i  usaron  de 
los  nombres  latinos  sin  casos ;  quitaroa 
la  voz  pasiva  de  los  verbos  ,  i  en  su 
lugar  usaron  de  los  participios  con  el 
verbo  substantivo  ser ,  6  aver  ,  i  aun  en 
algunos  tiempos  de  la  voz  activa  hi- 
cieron lo  mismo.  Trocaron  el  uso  de 
las  Preposiciones  :  mudaron  a  muchas 
voces  la  significación  :  formaron  nuevos 
adgetivos  ,  i  verbos  ;  alteraron  las  ter- 
minaciones ,  i  aun  la  pronunciación  i 
ortographia. 


Pa- 


(90 

Pakografhía  pag,  6. 

Usaban  de  los  nombres  latinos  ,  mas 
sin  variación  de  casos,  porque  en  las  len- 
guas del  Norte  son  indeclinables  ,  sub- 
stituyendo artículos  para  distinguirlos. 
Omitían  la  voz  pasiva  de  los  verbos  ,  y 
en  su  lugar  se  valian  de  los  participios 
con  el  verbo  substantivo  ,  y  frequente- 
mente  tomaban  el  participio  activo  por 
el  pasivo.  Trocaban  el  uso  de  las  Pre- 
posiciones ,  mudaban  á  muchas  voces  la 
significación  ,  formaban  nuevos  adjeti- 
vos ,  y  verbos ,  alteraban  las  terminacio- 
nes ,  pronunciación  ,  y  ortographia  ,  y 
usaban  con  ayre  latino  muchos  vocablos 
de  su  idioma  forastero  .  .  . 


H  Ar^ 


(9^) 

Arte  del  "Romance  fag.  9  y  10. 

En  los  principios  del  siglo  octavo  entra- 
ron en  España  los  Moros ,  i  ocuparon  casi  to- 
das sus  Provincias.  Desde  luego  se  dividió  la 
Nación  en  dos  vandas  ,  una  de  los  que  que- 
daron sugetos  al  dominio  de  los  Conquista- 
dores ;  otra  ,  i  era  mucho  menor  ,  de  ios  que 
conservaron  la  independencia.  Los  primeros 
aunque  consiguieron  el  libre  €gercicio  de  la 
Religión  Christiana  ,  i  de  governarse  confor- 
me al  uso  Godo  ,  abrazaron  el  habla  de  sus 
Soberanos  con  tanto  empeño  ,  que  por  el  si- 
glo nono  les  era  vulgar  i  común  el  Árabe ,  de 
que  se  lamento  mucho  el  Martyr  San  Eulo- 
gio. La  porción  de  Nación  ,  que  se  mantuvo 
en  la  Soberania  ,  se  dividió  en  pequeños  Es- 
tados ;  i  de  esta  división  nació  en  diferentes 
maneras  el  Romance  ,  que  hoi  usamos.  Los 
Cántabros  o  Vizcainos  no  dominados  conser- 
varon su  idioma  antiguo.  Los  Cathalanes  ,  i 
Valencianos  por  averse  valido  para  sus  Con- 
quistas de  los  franceses  de  las  Provincias  ve- 
cinas ,  quedaron  casi  en  el  mismo  lenguage 
Provincial,  que  se  empezava  a  hablar  en  Len- 

fuadoc,llamado  también  Lemosmo  del  Paisde 
imoges  uno  de  los  de  aquella  Provincia.  Los 
Gallegos  que  tuvieron  dominio  separado  por 
el  casamiento  de  Doña  Urraca,  hija  de  D.  A- 
lonso  VI.  con  el  Conde  D.  Ramón  Francés , 
formaron  su  lengua  distinta  ,  a  la  que  se  pare- 
cía mucho  Ja  Portuguesa...  Pa- 


(93) 

Pakographia  ,fag.  j  y  8. 


Aumentóse  considerablemente  esta  corrupción  con 
la  inundación  de  los  Moroi  ,  que  entraron  en  España 
á  principios  del  siglo  VIH  ,  y  la  ocuparon  casi  tod« 
á  excepción  de  las  Montañas  ,  y  tierras  ásperas  del 
Norte  de  ella  ,  y  confines  de  la  Francia.  La  Nacioa 
Española  se  vio  entonces  dividida  en  dos  ramai :  una 
de  los  que  quedaron  baxo  el  imperio  de  los  M-mos  : 
otra  de  los  que  conservaron  su  libertad  con  la  t'ta* 
gosidad  de  los  montes.  Entre  los  primeros  se  con- 
servó con  bástame  regularidad  la  Religión  y  Ge- 
rarchía  Eclesiástica  ,  y  aun  el  gobierno  político  se- 
gún las   Leyes    Godas Mas  con  el    tiempo  la 

lengua  vulgar  de  esta  rama  de  la  Nación  fué  la  A- 
rabe  ,  que  en  el  siglo  IX.  cultivaban  muchos  Chris- 
tianos  en  Cordová  con  tanta  afición  ,  que  competían, 

aun  excedían  en   primor  á  los   Motos  .  .  .  como  lo 
amenta   en  sus  obras  el   Maityr  San  Eulogio  ,  elect© 
Arzobispo  de  Toledo. 

La  otra  rama  de  la  Nación  ,  que  quedó  libre  del 
yugo  Mahometano  ,  se  dividió  en  pequeños  Esra- 
dos  ,  6  Señoríos,  y  de  esta  división  nació  la  qué 
dura  hasta  oy  en  España  de  las  lenguas  vulgares. 
Los  Cántabros  mai  apartados  ,  y  con  la  barrera  de 
otras  tierras  ,  poseídas  por  Christianos  ,  pudieron 
conservar  su  antiguo  lenguage  .  .  .  Los  Catalanes  se 
ayudaron  para  sus  Conquistas  de  l>  s  Franceses  de 
Jas  Provincias  vecinas  ,  y  con  el  tiempo  quedaron  ca- 
si con  el  lenguage  mismo  ,  que  se  hablaba  en  la 
Provenza  ,  y  en  Leiiguadoc  ,  que  por  el  País  de 
L¡in«»ges  se  llamó  Limo^'m  ,  ó  Lemostn  ,  y  por  la  Pro- 
venza  se  llamó  generalmente  Proven^nl  ....  Los  As- 
turianos ,  y  Gallegos  conservaron  con  mas  pureza 
<jue  otros  el  fondo  de  la  antigua  Lengua  Latina  ... 
acaso  nació  de  los  casamient(»s  ,  que  a  linos  \.\%\  si- 
glo XI.  hizo  Don  Alonso  VI  de  sus  dos  hijas  Do- 
lía Urraca  .... 


H  a  Ar. 


I 


(94) 

Arte  del  Romance  fag.  56  y  ^y. 

Por  Españoles  se  entienden  los  nue- 
vos Conquistadores  antiguos  Españoles 
Asturianos ,  Montañeses ,  Leoneses ,  A- 
ragoneses ,  Gallegos  ,  i  particularmente 
Castellanos  por  cuya  Corona  se  hizo  es- 
ta Conquista. 

El  nombre  de  Francos  comprende  á 
todos  los  estrangeros ,  que  vinieron  en 
gran  numero  a  militar  en  esta  guerra 
santa  ,  singularmente  de  las  Provincias 
vecinas  de  Francia.  Estos  se  governaron 
por  las  leyes ,  i  fuero  de  su  Nación ,  que 
era  mui  privilegiado  ,  i  de  aqui  se  to- 
maron los  nombres  de  Franquear  ,  Fran- 
queza ,  Franco.  El  nuevo  Arzobispo  de 
Toledo  D,  Bernardo  con  la  mayor  par- 
te de  su  Clero  era  Franco  ... 


Pa. 


(9¿> 

Taleogr afilia pag.  ij y  i S/^ 

Por  Castellanos  se  entendían  todos 
los  nuevos  Pobladores  Españoles  ,  aun- 
que jpuesen  Leoneses  ,  Gallegos ,  ó  de  o- 
tras  Provincias  ,  porque  la  Conquista  se 
hizo  por  la  Corona  de  Castilla  .  .  .  En 
el  nombre  de  Francos  se  comprehendían 
todos  los  Estrangeros  que  vinieron  en 
gran  numero  a  la  guerra  santa  ,  ó  á  po- 
blar y  comerciar  después  de  ella  .  .  .Su 
Fuero  ,  que  aún  se  conserva  original  en 
Toledo  ,  era  con  saludable  politica  muy 
privilegiado  ,  y  de  ahí  nacieron  las  vo- 
cts franquear  ^franco  ^franquicia  , fran- 
queza ,  &c.  El  nuevo  Arzobispo  Don 
Bernardo  ,  y  gran  parte  del  Clero  ,  que 
estableció ,  eran  Francos  .  .  • 


Hj  Ar- 


(96) 

Arte  del  Romance  pag.  jy  yjS. 

....  i  pudieron  tanto  estos ,  que  a  sus 
instancias  mandó  el  Rei  Conquistador  , 
^ue  no  se  usasse  en  adelante  de  la  letra 
Gótica  ,  i  en  su  lugar  se  admitiesse  la 
Galicana  ,  o  Francesa  ....  No  obstante 
los  Muzárabes  siempre  constantes  en  sus 
usos  mantuvieron  la  letra  i  ritos  anti- 
guos de  la  Nacix:)n.  ... 

Los  Moros  i  Judios  quedaron  con 
la  acostumbrada  obstinación  en  sus  Alja- 
mas i  Synagogas  ,  governandose  a  su 
Leí  i  modo. 


Pa- 


(97) 
Paleographia  fag,  iS  y  19. 

El  Rey  Conquistador  ,  á  influxo  de 
los  Francos  ,  mandó  ,  contra  toda  bue- 
na, política  ,  que  no  se  usase  mas  déla 
antigua  letra  Gothica  ,  y  que  en  su  lu- 
gar se  escribiese  todo  en  letra  Galicana  , 
ó  Francesa  . .  ;  .Solo  los  Clérigos  Mu- 
zárabes de  Toledo  ,  fuertemente  asidos 
á  sus  antiguas  costumbres ,  y  aun  al  mo- 
do de  vestir  ,  conservaron  en  sus  libros 
litúrgicos  el  uso  de  la  letra  Gothica  .  .  , 

Los  Moros  finalmente  y  los  Judios 
quedaron  en  sus  Aljamas  ,  y  Synagogas 
con  entera  libertad ,  aun  en  el  uso  de 
sus  sectas ,  gobernados  por  Jueces  de  sus 
Naciones  ,  del  misino  modo  quq  estaban 
en  todos, los  Pueblos  principales  de  Es* 
paña. 


H4  Ar- 


(98) 

Arte  del  Romance  ^ag,   ^^, 

.  .  .  que  desterró  de  los  despachos  rea- 
les ,  í  públicos  el  uso  del  Latin  ;  i  los 
particulares  lo  abandonaron  también  a 
su  egemplo.  Mandó  traducir  en  Román- 
ce  el  Forum  ludiciim  o  Futro  Juzgo  de 
los  Godos ;  i  lo  di©  por  Fuero  proprio 
a  la  Ciudad  de  Cordova  ,  i  a  sus  nue- 
vas Conquistas.  Ideó  un  systema  legal, 
por  el  que  se  governassen  uniformemen- 
te todos  sus  Vasallos ;  bien  que  preveni- 
do de  la  muerte  quedó  la  egecucion  de 
esta  importante  obra  para  su  hijo  i '  suíP 
Cessor  Don  Alonso  X.  que  se  mereció 
justamente  el  renombre  de  Sabio.  Este 
dio  a  luz  publica  su  Fuero  Real  ;  i  acá'i 
bó  la  inmortal  obra  dc4as  siete  Partid 
das.  '    I 


Pa- 


(99) 

Pakogr afilia  pag.  id  y  ij, 

Pero  (es  cosa  fuera  de  duda  ,  que  al  Santo 
Rey  se  debe  la  gloria  de  haber  quitado  el 
embarazo  de  la  Lengua  Latina  en  los  Despa- 
chos Reales  ,  y  en  las  Leyes.  Hallanse  mu- 
chos Privilegios  ,  Alvalaes  ,  y  otras  Cartas 
Reales.,  del  Santo  en  Castellano ,  singularmen- 
te de  ^us  dtimos  años  ,  y  á  su  exemplo  los 
Vasallos  dexaron  en  sus  escrituras  la  Lengua 
Latina  ;■.  ^.  Luego  que  ganó  de  los  Moros  á 
Cordova  ,  mando  traducir  el  Foriim  Judi- 
ciim  en  lengua  vulgar  ,  y  le  dio  á  dicha  Ciu- 
dad por  Fuero  proprio  ,  como  también  le  dio 
después  á  Sevilla  ,  Murcia  ,  Alicante  ,  y  á 
otras  Conquistas  de'  su  tiempo.  No  contento 
con  esto  ,  dispuso  formar  un  gran  Systéma 
leg^al  en  Lengua  Castellana  ,  acomodado  á 
la  constitución  actual  de  sus  Pueblos  j  pero 
viéndose  prevenido  de  la  muerte  en  el  año 
de  12^2  ,  dexó  muy  encargada  la  execucion 
de  esta  obra  a  su  Hijo  ,  y  Sucesor  Don  A- 
lonso  X  ,  ■  llamado  con  justa  razón  el  Sa- 
bio ....  Su  lenguagc  fué  tan  puro  ,  y  li- 
mado,  como  se  vé  ,  á  pesar  de  yerros  do 
copias  ,  y  prensas  ,  en;  el  Fuero  Real ,  y  ea 
la  obra  immortal  de  las  Siete  Partidas. 


D. 


(loo) 

D.  Antonio.  ¡  No  pueden  darse 
pruebas  mas  convincentes!  En  ellas  se 
vé  el  mérito  de  una  y  otra  obra.  De- 
Keias  Vm.  asi  provisionalmente  ,  pues 
en  vista  de  ellas  se  hará  cargo  aun  el 
menos  avisado  ,  de  que  el  Autor  del 
Aru[del  Romance  en  ípsLrtc  copió  mal: 
y'en  pajrte  no  hace  otra  cosa  que  refe- 
jirnos  peor  lo  que  el  Autor  de, la  Paleo- 
graphia  dixo  bien. 

'  .D:  'JtJAN.  Es  así  ;  porque  en  algu- 
nos lugares  tuerce  él  sentido,  omitien- 
do lineas  ,  saltando  de  unas  paginas  a 
otras,  pero  ,  á  Dios  -gracias  ,  ya  le  co- 
nocernos ;  y  si  mucho  sabe  la  zorra  , 
mucho  mas  sabe  quien  la  toma.  No  sería 
malo  que  pusiésemos  un  par  de  exem- 
piares  de  estas  supresiones  ,  y  modos  de 
torcer  los  pensamientos  ,  y  noticias  del 
Autor  de  la  Paleographia, 

D.  Amtonio.  ,  Tenga  Vm,  fecho  ,  y 
criará  espalda.  Ya  se  dixo  anoche  , 
que  bastaba  lo  hecho  por  lo  que  toca  a 
Pakographia  ,  y  asi  no  gastemos  la  pól- 
vora en  salvas. 

D.  Juan.  Bien  está ;  pero  entre- 
/]  tan- 


tanto  bien  podremos  cumplir  el  refrán 
de  que  quien  calla ,  piedras  apaña  ,  can- 
tando con  Anastasio  Pantaleon  ,  Roman- 
ce 17. 

Que  sufriendo  ,  aunque  callo  , 
MU  tirados  disparates  , 
Piedras  apaño  injinitas  : 
¡  O  bien  haya  mis  refranes  ! 

D.  Antonio.  Convengo  en  ello  ; 
y  es  muy  justo  que  reservemos-  doctri- 
na, por  si  fuere  menester  algún  dia. 

D.  Juan.  Antes  que  se  me  vaya  la 
especie  ,  quiero  preguntar  á  Vm".  (si 
acaso  la  penetra )  ¿  por  qué  razón  el 
Autor  del  Arte  del  Romance  Castellano, 
asi  como  nos  da  Muestras  de  Prosa  ,  y  de 
Verso  en  cada  Época  ,  no  presenta  nin- 
guna de  las  que  correspondía  se  pusie- 
sen desde  la  Época  lIL  hasta  la  V.  y 
última  ? 

D.  Antonio.  La  respuesta  está 
muy  a  la  mano.  Porque  no  las  halló  en 
la  Palcographia  Española,  Solo  se  con- 
tentó con  citar  Autores ,  á  quienes  en 

unas 


(I02) 

unas  partes  llama  Patriarchas  de  la  Icn^ 
gua  ,  (i)  en  otras  modelos  i  Patriarcas 
del  Romance  ,(2)7  en  otras  grandes 
Padres  de  nuestra  habla  ,  (j)  hacien- 
do ensalada  de  Poetas  con  Oradores  ,  y 
dándonos  noticias  que  son  muy  viejas 
por  acá  entre  hombres  de  vigóte  y  pe- 
ra ;  y  si  son  noticias  para  niños ,  mas  les 
servirán  dfe  confusión  que  de  claridad, 

D.  Juan.  ¿Y  de  dónde  copió  aque- 
lla runfla  ,  ó  cáfila  de  Autores  ,  que  es- 
tá desde  la  pag.  102  hasta  la  I2j  del 
Origen  y  Épocas  del  Romance  ,  con  este 
cpigY2LiphQ  :  Cathalogo  de  los  Autores  de 
mayor  nota  en  todas  las  edades  de  núes* 
tra  lengua  para  uso  de  los  que  la  estu- 
dian ? 

D.  Antonio.  Del  primer  Tomo 
del  Diccionario  de  la  Lengua  Castella- 
na ,  pero  no  todos  ,  sin  hacerse  cargo 
de  que  la  docta  Academia  Española  po- 
ne aquel   Catálogo    de  Autores   como 

fuen- 

(i)     Pag.  XXIII.  del  Prologo,  p.  95.  t.  i. 
(2)     Pag.  XV.  del  Prologo. 
O)     Pag.  154.  tom.2. 


fuentes ,  de  donde  se  han  sacado  hs  vo- 
ces Castellanas  ;  pero  no  como  Patriar- 
cas del  Romance.  V.g..  la  Muestra  que 
el  Autor  del  Arte  del  Romance  pone 
pag.  69  de  sus  Épocas  ,  puede  ser  ütil 
para  aumentar  ,  aclarar  ,  ó  enriquecer 
nuestro  Diccionario  con  muchas  voces 
asi  de  Castilla  ,  como  de  otras  Provin- 
cias ;  pero  no  habrá  hombre  de  razón 
que  diga  ,  que  puede  servir  de  modé* 
lo  para  la  imitación  de  un  buen  len- 
guage  Castellano.  Semejante  algaravía 
jamás  se  há  usado  en  Castilla  ,  ni  en 
parte  alguna  de  España. 

D.  Juan.  ¿  Pues  á  qué  fin  pone  el 
Autor  del  Arte  del  Romance  la  referi- 
da Muestra  ,  que  dice  es  versión  anti- 
gua del  Hebreo  ? 

D.  Antonio.  Será  para  lucir  con 
aquellas  notas  marginales  .... 

D.  Juan.  No  tiene  duda  que  las 
traducciones  hechas  palabra  por  pala- 
bra, como  la  de  la  Biblia  de  Ferrara,  (de 
donde  parece  haber  tomado  el  Autor  del 
Romance  aquel  trozo  de  traducción  )  so- 
lo pueden  servir  para  lo  que  Vm.  dice; 

p(V- 


(104) 
porque  una  cosa  son  voces  Castellanas 
legitimas  j  y  otra  ,  el  buen  uso ,  ó  elec- 
ción de  ellas  para  formar  un  discurso 
en  qualquier  asunto. 

D.  Antonio.  Tiene  Vm.  razón  ^ 
señor  Don  Juan  ,  hé  leido  la  Biblia  de 
Ferrara ;  pero  semejante  lenguage  nun- 
ca se  há  usado  por  acá  ,  y  asi  es  desati- 
no que  el  Autor  del  Arte  del  Román- 
ce  ponga  aquel  fragmento  entre  los  que 
copió  de  la  Paleographia  Española ;  por- 
que esto  no  es  mas  que 

Con  desconcierto  obscuro 

Juntarse  lo  apacible  con  lo  duro  , 

Las  aves  con  serpientes  , 

Los  corderos  con  tigres  inclementes,  (*)  • 

Si  fuesen  fragmentos^ ó  muestras  del 
lenguage  de  algunas  Biblias  traducidas 
al  Castellano  por  Castellanos  Cathóli- 
cos ,  como  algunas  que  se  guardan  eir 
la  Librería  de  San  Lorenzo  ,  le  daria- 


mos 


(*)    Horatio  in  Arte  Poétici. 


irios  muchas  gracias  ,  y  diríamos  ,  que 
tenia  buena  elección. 

D.  Juan.  ¿  Puede  Vm.  darme  mu-. 
cstras  de  ellas  ?  -<'  '.  "J 

D.  Antonio.  S¡  ,  señor;  pero  ahor 
ra  no  me  permiten  varias  razones  ,  que 
reservo  ,  el  poder  satisfacer  la  curiosi- 
dad de  Vm.  No  faltará  ocasión  en  que 
Vm.  las  vea.  : 

D.  Juan.  Por  vida  mia  que  según 
Vm.  las  pondera  serán  piezas  admiran 
bles.  oro 

D.  Antonio.  No  me  vuelva  Vm* 
á  decir  Pieza ,  ni  Piezas.  Hable  Vm, 
en  Castellano  ;  porque  Pieza  tiene  di- 
ferentes significaciones  ,  pero  ninguna 
que  signifique  lo  que  Vm.  quiere  ;  y 
aun  en  cierto  sentido  suena  muy  mal 
entre  nosotros. 

D.  Juan.  Quedo  corregido  ;  pero 
como  la  hallé  usada  por  el  Autor  del 
Arte  del  Romance  Castellano  ,  pagina 
XVII.  en  singular  ,  y  en  plural  en  la 
pagina  XXIIl.  de  su  Prologo  :  creía  yo 
que  era  voz  Castellana.  .VxU 

D.  Antonio.     ¿Y  qué  importa  que 

la 


(io6) 

la  use  el  Autor  del  Arte  dd  Romance  , 
si  no  es  Castellana  ,  asi  como  tampoco 
lo  son  otras  muchas  voces  de  que  se  va- 
le ?  Sea  fiador  de  esta  verdad  de  que 
Pieza  no  significa  lo  que  quiere  e]  Au- 
tor ,  nuestro  Cervantes  ,  que  en  varias 
partes  del  Quixote  usa  de  ella  en  los 
sentidos  que  propriamente  tiene  en  Cas- 
tellano. Lib.  I.  cap.  5.  dice:  Llegaba 
donde  solia  tener  la  puerta  ,  y  tentábala 
con  las  manos  ,  y  vohta  y  revolvía  los 
ojos  por  todo ,  sin  decir  palabra  ;  pero  al 
cabo  de  una  buena  pieza  preguntó  d 
su  Ama En  la  segunda  parte  ca- 
pitulo I  j  dice  :  .  ,  .  y  de  una  en  otra  se 
les  viene  d  encender  la  colera  ,  y  d  vol- 
ver los  caballos  ,  y  d  tomar  una  buena 
PIEZA  del  campo  ...  En  la  tercera  par- 
te cap.  16  dice  :  .  ,  Aa  qual  vencida  de 
su  gentileza  ,  se  había  enamorado  de  ély 
y  prometido  ,  que  aquella  noche  d  furto 
de  sus  padres  vendría  d  yacer  con  él  una 
huma  PIEZA  .  .  .  Ibi  cap.  20  dice :  .  .  . 
Y  habiendo  andado  una  buena  pieza  por 
entre  aquellos  castaños  ,  &c. 

^i  no  basta  la  autoridad  de  Cervan- 


tes  ,  oiga  Vm.  lo  que  dice  Jor^e  Piti- 
llas contra  los  escritores  malos  de  su 
tiempo  ,  que  también  puede  servir  para 
los  del  nuestro. 

Hablo  francés  aquello  que  me  basta 
Para  que  no  me  entiendan  ,  ni  yo 
entienda  , 

Y  2.  fermentar  la  Q^stúloím  pasta  ; 

Y  aun  por  eso  me  choca  la  leyenda-^t 
En  que  no  arriba  hallarse  un  apanage  , 
JBiín  entendido  ,  que  al  discreto  ofenda. 

Batir  en  ruina  es  celebre  pasage 
Para  adornar  una  Española  pieza  , 
Aunque  Calvan  no  entienda  tal  potage. 

¿Qué  es  esto,  Lelio,  mueves  la  cabeza? 
¿Qae  no  me  crees,  dices?  ¿Que  yo  mismo 
Aborrezco  tan  barbara  simpleza  ? 

Tienes,  Lelio,  razón  :  de  éste  idiotismo 
Abomino  el  ridiculo  exercicio  ', .  . 

Y  huyo  con  gran  cuidado  de  su  abismo. 
La  practica  de  tanto  error  y  vicio 

Es  empero  (según  te  la  he  pintado) 
De  un  moderno  escritor  sabido  oficio. 
Hacele  la  ignorancia  mas  osado  , 

Y  basta  que  no  sepa  alguna  cosa  , 

I  Pa- 


(io8) 
Para  escribir  sobre  ella  un  gran  tratado. 

Habla  como  han  hablado  tus  abuelos  , 
Sin  hacer  profesión  de  boquilobo  , 

Y  en  tono  que  te  entienda  Cienpozuelos, 
Perdona  ,  Lelio  ,  el  descortés  arrobo  , 

Que  en  llegando  a  éste  punto  no  soy  mió, 

Y  estoy  con  tales  cosas  hecho  un  bobo. 
Dexame  lamentar  el  desvarío 

De  que  nuestra  gran  lengua  esté  abatida. 
Siendo  de  la  eloquencia  el  mayor  rio. 

Es  general  locura  tan  crecida 
Que  casi  todos  hablan  qual  pudiera 
Belloso  Geta  ,  ó  rustico  Numida. 

¿Ya  estos  respeta  el  Taxo  ?  ¿  A  estos 
venera 
Manzanares  ,  y  humilde  los  adora  ? 
j  O  ley  del  Barbarismo  agria  y  severa ! 

¿  Qué  le  parece  a  Vm.  de  las  auto- 
ridades de  Cervantes  ,  y  del  buen  Jor- 
ge Pitillas  ? 

D.  Juan.  Lo  que  me  parece  es , 
que  asi  el  uno  como  el  otro  son  bravas 
PIEZAS. 

D,  Antonio.    ¿  Hombre  de  Dios,  me 

es- 


estoy  aeshacienao  p^ra  persuadir  á  Vm. 
que  no  use  de  la  voz  Pieza ,  y  me  rom- 
pe Vm.  la  cabeza  con  ella  ? 

D.  Juan.  Es  verdad  ,  confieso  que 
se  me  olvidó  ,  pero  a  vueltas  de  eso  te- 
nemos ya  la  voz  Pieza  y  Piezas  en  o- 
tro  significado  muy  diferente  del  que  le 
dan  los  autores  citados  ;  porque  decir 
que  uno  es  peza  ,  es  para  elogiarle  ,  ó 
vituperarle. 

D.  Antonio.  Si  vamos  á  significa- 
dos ^  pieza  es  la  de  lienzo ,  paño  ,  ó  cin- 
ta ,  y  si  apretamos  las  clavijas  ,  saldrán 
por  piezas  las  del  juego  de  Damas  y 
aun  los  quartos  de  la  casa  en  que  esta- 
mos. Vaya  un  polvo  ,  y  oiga  Vm.  una 
historieta.  Perseguían  los  muchachos  á 
un  pobre  hombre  ,  y  porque  lo  sentia  , 
le  llamaban  Canéne  en  todas  partes '.fue- 
se á  querellar  al  Alcalde  de  que  le  mo* 
lestaban  no  solo  los  chicos  sino  los  gran- 
des ,  y  le  dixo  :  Todos  me  llaman  Cané- 
ne ,  Se?íor  Alcalde  ,  ¿  Qué  haré  ?  Y  hay 
quien  dice  que  dio  la  respuesta  siguien- 
te :  Vayase  con  Dios  ,  Canéne  ,  que  yo  lo 
remediaré.  La  voz  Pieza  me  ha  tiaido 
la  á 


á  la  memoria  ésta  patraña  ,  pues  siendo 
asi  que  no  es  voz  Castellana  en  el  senti- 
do que  la  usa  el  Autor  del  Romance  ,  y 
la  reprehende  Pitillas ,  con  todo  eso  nos 
ha  detenido  su  explicación, 

D.  Juan.  Pues  es  cosa  muy  notable 
en  un  Autor  que  pretende  enseñar  buen 
lenguage  Castellano  ,  el  usar  de  voces 
estrangeras. 

D.  Antonio.  No  solo  es  notable , 
sino  ridiculo  y  despreciable ,  mayormen- 
te quando  tenemos  synonymos  harto 
mas  expresivos  ;  por  exemplo  Pedazo  , 
Trozo  ,  Retazo  ,  &c. 

D.  Juan.  Pues  por  esa  regla  tam- 
bién será  despreciable  la  voz  modismo , 
y  modismos  en  plural  ,  como  dice  el 
Autor  del  Romance  en  la  pag.  XIV.  del 
Prologo  ;  y  la  palabra  Patriotismo  ,  de 
que  usa  en  la  pag.  XVIII.  sin  acordar- 
se de  lo  que  magistralmente  previene  en 
la  pag.  15J  del  Tomo  2  ,  donde  di- 
ce :  jy  El  Barbarismo  se  puede  cometer 
5í  de  tres  maneras.  I.  admitiendo  en  el 
íi  Romance  alguna  ■palabra  estrangera  , 

9>&C.  U 

D. 


D.  Antonio.  Es  asi  ;  mas  la  voz' 
Patriotismo  no  es  ya  tan  despreciable 
como  esas  y  otras  ,  por  tenerla  recibida 
el  Publico  ,  que  es  el  Maestro  y  su  pro- 
tector. Y  asi  ,  sin  ir  contra  el  uso  ,  dare- 
mos noticia  breve  de  la  palabra  Patrio- 
tismo; y  no  se  haga  Vm.  tan  melindro- 
so. Patriota  (  de  donde  se  dixo  Patrio- 
tismo )  €s  palabra  Góthica  ,  como  nos 
lo  enseña  el  Maestro  Bartholomé  Bar- 
rientos ,  Catedrático  de  Humanidad  de 
la  Universidad  de  Salamanca  ,(*)«#<; 
di^na  sunt  qu¿e  froforantur,  Gothica 
frorsus  inveniuntur. 

D.  Juan.  Pues  volviendo  ahora  al 
pedazo  de  Biblia  Castellana  ,  que  nos 
presenta  el  Autor  del  Romance  ,  confieso 
llanamente  ,  que  solo  puede  servir  pa- 
ra lo  que  Vm.  dixo  ;  y  que  el  Autor 
del  Romance  debia  haberse  valido  de 
otros  documentos  como  uno  que  vi  po- 
co ha  en  la  Librería  del  Real  Conven- 
Ij,  to 

(*)  Lima  Barbarici  ,  litera  P.  pag.  6i. 
V.  Patriota,  et  Patriare.  Salamanca  a  Por- 
tonar iis  1570,  octavo. 


(I  12) 

to  de  San  Gil  de  esta  Corte  ,  cuyo  len . 
guage  Castellano  me  pareció  muy  bien. 

D.  Antonio.  ¿  Qué  documento  es 
ese  ? 

D.  Juan.  Es  un  Libro  M.  S.  pri- 
morosamente ,  del  qual  copié  por  mera 
curiosidad  algunos  pedazos  ;  y  los  he 
de  tener  en  ésta  Cartera  ,  si  mal  no  me 
acuerdo  ....  Con  efecto  aquí  están  ,  y 
el  primero  dice  con  su  propia  ortogra- 
phia  : 

9í  Aqui  comienca  la  Epístola  de  Sant 
f>  Teronimo  enviada  a  Paulino  de  todos 
59  los  libros  de  la  ystoria  divina  que  son 
9í  dichos  Sancta  Escriptura. 

5í  Frey  Anbrosio  a  mi  tus  presentes 
11  trayendo  ,  troxo  a  bueltas  tanbien  tus 
51  muy  suaves  letras  ,  las  quales  desde  el 
j->  comiendo  de  las  amigan^as  dauan  nue- 
^'>  va  fé  de  Ja  fé  vieja  de  la  amigan^a 
11  ya  prouada.  Porque  aquella  es  ver- 
il dadera  ne^essidad  ,  é  al  pegamiento 
^•>  de  Chiisto  conjuncta  ,  la  qual  non  el 
^j  provecho  de  la  cosa  familiar  ,  non  la 
^y  presencia  tan  solamente  de  los  cuer- 
11  pos ,  non  la  engañosa  é  palpable  falsa 

>i  ala- 


("5) 

f>  alabanza  ,  mas  el  temor  de  Dios ,  h  los 

5í  estudios  de  las  Escripturas  divinas  la 
»  allegan.  Leemos  en  las  viejas  estorias 
»  algunos  aver  visitado  Provincias ,  aver 
>í  ido  á  Pueblos  nuevos ,  aver  pasado  los 
í>  mares  por  amor  que  aquellos  que  co- 
5í  noscido  avian  de  los  Libros  ante  sy 
?í  ciertamente  los  viesen  ,  assy  como  ñ* 
ji  zo  Pithagoras  a  los  Eraphiticos  Poetas, 
j>  assy  como  Platón  á  Egipto  ,  é  Archi- 
jy  te  Tarentino  á  esa  ribera  de  Italia, 
j>  la  qual  en  otro  tiempo  la  grand  Gre- 
5>  cia  era  nombrada  ,  que  muy  traba josa- 
íí  mente  la  andovo  ,  por  tal  guysa  que 
9y  aquel  que  en  Athenas  era  Maestro  ,  la 
ií  doctrina  del  qual  los  de  Academia  ,  é 
»  de  Gignasia  pregonaban  ,  se  fíciese  pe- 
59  regrino  ,  e  discipulo  ,  queriendo  mas 
j>  las  S^iencias  agenas  con  vergueiía  a- 
>í  prender  ,  que  las  suyas  sin  prudencia 
5>  conplida  enseñar.  A  la  final  ,  como  el 
?>  prosiguiese  las  letras ,  asy  como  sy  to- 
5>  do  el  mundo  le  fuyese  ,  preso  por 
í>  los  Py ratas  ,  é  vendido  á  un  Tyrano 
í>  muy  cruel ,  ovo  de  venir  á  padesccr 
i>  cativo  ,  traydo  aprisionado  c  siervr. 
1 4  nPe- 


j-í  Pero  por  quanto  er.i  Phílosofo  de  muy 
nmas  conplida  voluntad  s¿  fízo. 

ffíi  A  Titu  livio  ,  el  qual  asy  como 
íí  fuente  la  su  clara  fabla  de  blancura  ,  e 
?>  dulzor  de  leche  manáua  ,  de  las  pos- 
jt  trimerias  partes  de  España  ,  é  de  los 
5í  estreñios  de  Francia  algunos  nobles  a- 
>i  ver  venido  leemos.  E  aquellos  que 
)i  Roma  á  su  contemplación  non  avia 
n  traído  ,  la  fama  de  un  orne  los  troxo  é 
5?  ovo  aquella  edad  en  sonadia  ,  para  en 
?>  todos  los  siglos ,  é  miraglo  muy  honr- 
ií  rado.  i< 

D.  Antonio.  ;  Bueno  ,  bueno  ,  por 
vida  mia  !  ¡  Es  un  lenguage  castellano 
harto  mejor  que  el  de  Juan  de  Mena  ! 
¿  Pero  de  qué  libro  ha  tomado  Vm.  esa 
traducción  ? 

D.  Juan.  Después  lo  diré  :  oiga 
Vm.  otro  retazo  ,  si  gusta  ,  y  no  me  ha- 
ble Vm.  á  la  mano. 

D.  Antonio.  Prosiga  Vm.  muy 
en  hora  buena  ,  porque  aunque  ese  Pro- 
logo ,  ó  Epístola  ,  no  tuviera  otra  auto- 
ridad que  la  de  usar  la  voz  MIRAGLO 
como  muy  castellana  ,  y  que  demuestra 

in- 


inmediatamente  su  origen ,  le  oiría  do 
buena  gana. 

D.  Juan.  Pues  esa  voz  MI§.A- 
GLO  ,  asi  pronunciada  ,  esjBiírhar¡^?tí>y 
según  el* Autor  del  Komance  Libro  ijflS 
Cap.  VIL  pag.  155.  >*^ 

D.  Antonio.  ¡Como  de  esas  cosas 
se  hallan  á  cada  paso  en  el  Arte  del  Ro- 
mance !  Si  Vm.  hace  caso  de  ellas  ,  per- 
derá la  chaveta  ,  y  á  mi  me  hará  salir  de 
mis  casiJLlas., feúcho  me  ocurre  que  de- 
cir sobre  la  decisión  magistral  del  Autor 
del  Romance  ;  pero  Ip  dexaré  para  otra 
ocasión  ,  diciendo  aíiora  provisionalmen- 
te ,'  que  apenas  se  ^(dará  voz  castellana 
mas  hermosa,  ni  mas  semejante  á  la  ma- 
dre que  la  parió.    *\\¿- 

D.  Juan.  No  se  amostace  Vni.  Se- 
ñor Don  Antonio  ,  ni  se  canse  en  com- 
probar la  nobkza  de  la  voz  MIRA- 
GLO  :  yo  la  he  hallado  en  Privilegios 
ReAles  ,  y  me  consta  que  en  toda  tier- 
ra de  Garbanzos  pasa  por  voz  antigua  , 
pero  no  por  Barbarismo  ,  como  quiere 
el  Autor  del  Romance,  Digámosle  con 

su 


(ii6) 

SU  Amigo  Quevedo.  (^) 

)í  Arrebócese  sus  baños  , 
,nY  cálese  un  papahígo  , 
*  5?  Y  seqúese  ,  pues  le  falta 
iV  La  fuente  del  Paraíso  .  .  . 

D.  Antonio.  Dice  Vm.  muy  bien, 
jjorque  como  dice  el  mismo  Queve- 
do.  (^**) 

Abril ,  que  á  Febrero  hacía 
Ayer  empezó  á  mayar; 
Y  hoy  á  manera  de  Marzo 
Nos  ha  vuelto  el  arrabal . 

D.  Juan.  Dexemonos  de  Ironías 
festivas  ,  porque  sí  empezamos  con  las 
sales  causticas  del  incomparable  Don 
Francisco  de  Quevedo  y  Villegas  no  a- 
cabarémos  nunca. 

D.  Antonio.  Ese  si  que  es  hom- 
bre , 

(*)     Quevedo  Musa  6.  Romance  95 .     • 
{**)     Quevedo  Musa  6.  Romance  4. 


("7)  . 

bre  ,  ^e  quien.  .  .  .  Prosiga  Vm.  Señor 

Don  Juan  ,  con  la  lección  de  sus  co- 
pias. 

D.  Juan.     Vamos  allá.  El  segundo 
dice  de  este  modo  : 

)í  Prologo  de  Sant  Johan  Apóstol, 
5>quarto  Euangelista. 

?í  Sant  Johan  Apóstol  é  Euangelista 
51  fué  uno  de  los  Discipulos  de  Christo, 
>í  que  fue  Virgen  escogido  de  Christo, 
11  é  fué  llamado  de  las  Bodas  ,  querien- 
51  do  casar  ,  é  amado  de  Christo  mas 
51  que  los  otros.  E  estando  en  la  Cruz  , 
91  a  él  fué  encomendada  la  Madre  de 
51  Christo  ,  por  que  el  que  era  Virgen,. 
51  guardase  á  la  Virgen.  El  escribió  este 
51  euangelio  postrimero  de  todos  en  A- 
51  sia  ,  en  una  Isla  que  es  llamada  Path- 
51  mos  ,  después  que  escribió  el  Apoca- 
51  lipsi  ,  é  puso  primero  el  MIR  AGLO 
51  que  fizo  Christo  en  las  Bodas  ,  quan- 
51  do  menguó  el  vino  ;  por  tal  que  en- 
51  tendiesen  los  leedores  que  él  fuera  el 
51  Esposo.  Este  Sant  Johan  sabiendo  el 
51  dia  de  su  finamiento  ,  llamó  sus  disci- 
55  pulos  en  Ephcso  estando  ,  h  por  mu- 

51  chas 


5í  chas  pruebas  es  dicho  que  acscendió  Je- 
9>  su-Christo  al  logar  donde  él  avie  a  es- 
j>  tar  enterrado.  E  quando  ouo  fecha  su 
jí  oración  ,  finóse  tan  alongado  de  pena 
M  de  muerte  ,  como  era  alongado  de 
5>  corrompimiento  de  su  carne,  u 

D.  Antonio.  \HQnnos<Lsj?iezas  son 
las  que  acaba  Vm.  de  leer  ! 

D.  Juan.  ¡  Ola  !  parece  que  tam- 
bién se  le  va  á  Vm.  la  muía  !  Me  re- 
prehendió Vm.  el  uso  de  la  voz  Pi^zay 
áiÓQtiáo  ,  y  con  razón  ,  que  no  es  caste- 
llana ,  en  el  sentido  que  la  toma  el  Au- 
tor del  Romance  ,  y  ahora  la  usa  Vm.  ? 
;  Buena  pieza  me  parece  Vm. ! 

D.  Antonio.  Amigo  Don  Juan  ^ 
perdone  Vm.  porque  como  dice  nues- 
tro refrán:  Quien  con  lobos  anda  d  aliullar 
se  enseña.  La  oigo  usar  a  cada  paso  á 
hombres  intonsos  ,  y  como  lo  malo  se 
pega  con  mas  facilidad  que  lo  bueno  ,  á 
mi  me  sucedió  el  mismo  trabaxo  ;  pero 
le  doy  a  Vm.  palabra  de  no  volver  á 
pronunciar  la  voz  Pieza  ,  ni  otra  de  su 
estambre  ,  aunque  me  quieran  persuadir 
á  ello  quantos  aran  ,  y  caban.  Pero  de- 

xan- 


o '9) 

xancíonos  de  chufletas  ,  aseguro  a  Vm. 

Señor  D.  Juan  ,  que  los  dos  Prólogos 
leídos  son  buenos  buenos  por  vida  mia  ; 
pero  aunque  su  castellano  es  puro  y  cas- 
tizo ,  hay  otros  de  ese  mismo  siglo  en 
que  se  halla  mas  limado.  Para  prueba 
de  ello  voy  á  leer  á  Vm.  algunos  apun- 
tamientos que  tengo  aqui  en  el  Carta- 
pacio ,  sacados  de  algunos  M.S.  que  se 
guardan  en  la  insigne  Librería  de  San 
Lorenzo  el  Real. 

D.  Juan.  ;  Buenos  ,  y  aun  bonísi- 
mos serán  precisamente  ,  si  han  de  echar 
la  pierna  á  los  que  yo  he  leído  ! 

Don  Antonio.  Para  que  conozca 
Vm.  que  es  un  pobre  hombre  ,  oiga  con 
atención. 

i>  Comie9an  los  versos  del  Rabí  D. 
j>  Santo  al  Rey  Don  Pedro.  (*) 


jí 


Se- 


(*)  De  nn  Libro  M.S.  qne  se  guarda  en 
la  Librcrin  del  Monnstcrio  de  San  Lorenzo , 
Caxon  lY.  Letra  b.  numero  21. 


(i  20) 

»í  Señor  noble  Rey  alto , 
?9  Oid  éste  Sermón  , 
íí  Que  vos  dice  Don  Santo, 
?>  Judio  de  Carrion. 

11  Comunalmente  rimado 
51  De  glosas  moralmente  , 
51  De  Phylosophia  sacado 
51  Es  el  decir  siguiente. 

51  El  Rey  Alfonso  finando  , 
51  Asy  fincó  la  gente 
51  Como  el  pulso  ,  quando 
51  Fallesce  al  doliente. 

^^  Ca  ninguno  cuydava 
^y  Que  tan  gran  mejoria 
51  En  el  Reyno  fincaba  , 
55  Nin  hombre  lo  creia  ,  &c. 

D  Juan.  ¡  Válgame  Dios !  ¡  Que 
cosa  tan  buena  !  Prosiga  Vm.  con  ella. 

D.  Antonio.  Basta  ,  basta  esa  go- 
losina para  noticia.  Oiga  Vm.  otra.  (*) 

51  Bus- 

(*)  Tomada  del  folio  X.  de  un  Libro  US. 
en  folio  común  de  un  Poeta  Anonymo  ,  qué 
se  guarda  en  la  Librería  de, San  Lorenzo  d 


(,al) 

jí  Busco  muchas  viandas  costosas  h  pre- 
ciadas 

»  De  diversos  sabores  ricamente  adoba- 
das ; 

ji  A  Yantar  é  á  Cena  siempre  fincan  so- 
bradas, 

5>  E  muchos  pobres  fanbrientos  las  tienen 
deseadas.  / 

>í  Por  este  tal  pecado  el  rico  peresció, 

5>  Que  con  el  pobre  lasdrado  su  pan  muy 
mal  partió  : 

i>  Comía  muchos  manjares  ,  mas  en  cabo 
murió  > 

j>  E  después  en  el  Infierno  perdido  des- 
cendió. 

f  >  Comer  ante  de  ora  y  tiempo  desorde- 
nado , 

»>  Es  pecado  sin  dubda  ,  h  muy   acalo- 
ñado  : 

jíPor 


Real.  Contiene  la  Confesión  de  un  Pecador , 
que  va  discurriendo  por  los  Mandamientos  , 
Pecados  capitales  ,  &€.  La  Historia  de  Job, 
y  otras  obras.  Üstá  Caxou  111.  Letra  h.  nu- 
mero 19. 


(122) 

>rPor  eso  locathias  de  muerte  fue  ¡uz-r 
gado  , 

Ȓ  Sy  el  Pueblo  non  oviera  por  el  mu- 
cho rogado. 
11  Señor  ,  ¿  qué  será  de  mi  pecador  , 

)>  Que  en  esto  ,  é  en  otro  yago  en  grant 
herror  , 

)i  Que  siempre  fuy  ,  é  so  muy  mal  a- 
yunador  , 

yy  E  con  los  pobres  tuyos  escaso  parti- 
dor ? 

9í  Yra  es  un  pecado  que  a  muchos  es- 
carnesce  , 

>i  Pierden  por  ello  el  Alma  ,  é  el  cuer- 
po padesce  ; 

5>  Al  que  la  ha  usada  ,  nunca  le  ella  fa- 
lles^e 

yy  Con  mala  compañia  qual  él  se  la  me- 
res(^e. 

í>  Esta  trae  discordias  é  guerras  todavia, 

?>  E  toda  mal  querreacia  ,  é  toda  robe- 
ria  : 

í>  Esta  quema  los  Reynos  ,  h  destruye 
en  un  dia 

)>  Lo  que  en  grant  tiempo  cobrar  non  se 
püdtfia  ,  &c. 

D. 


D.  Juan.  ¡  Jesús ,  Jesús  que  cosa 
tan  buena  !  ¿  Por  qué  no  se  imprime  é-* 
sa  obra ,  que  en  mi  pobre  juicio  es  me- 
jor ,  mas  ñuida  ,  y  mil  que  la  del  Ar- 
cipreste de  Hita  Juan  Ruiz  ? 

D.  Antonio.  Que  loes  ,  ya  lo  sa- 
bia yo  dias  ha  ;  pero  no  puedo  por  a- 
hora  responder  á  la  curiosidad  y  bu^n^ 
deseo  de  Vm.  Solo  si  diré  que  se  debía 
hacer  un  Parnaso  Castellano  de  nuestros- 
Poetas ,  sacando  los  M.  SS.  de  entre  las* 
Tablas ,  y  el  polvo  de  las  Librerias ,  po- 
niéndolos por  sus  Épocas  ,  con  glosas 
breves  ,  é  instructivas  en  donde  lo  pi- 
diese la  materia  ,  la  voz  ,  &c.  Todo  lo 
demás  es  niñería  ,  y  andarse  por  las  ra- 
mas. 

D.  Juan.  ¿  Pues  no  tenemos  el  Par- 
naso Español  ? 

D.  Antonio.  Yo  no  sé  que  haya, 
otro  Parnaso  que  un  Monte  asi  llamado, 
y  aquel  celebre  Libro  de  aquel  nunca 
bastantemente  alabado  Don  Francisco 
de  Que  vedo  ,  en  que  se  hallan  obras 
poéticas  relativas  al  oficio  de  cada  una 
de  las  Musas  ;  y  asi  toda  Colección  de 
K  re- 


(i  24) 
retazos  poéticos  ,  que  no  lleve  el  orden, 
que  enseña  el  citado  Qucvedo  ,  no  será 
Parnaso  ,  ni  calabaza  ,  sino  un  Centón 
desordenado  ,  sin  mas  elección  que  el 
capricho  bueno  ,  ó  malo  del  copiante^ 
que  le  formó. 

D.  Juan.  Tiene  Vm.  sobradisima 
razón;  y  en  caso  de  publicar  alguna  co- 
lección  de  obrillas  poéticas ,  la  daria  yo 
el  nombre  de  Flores  de  Poetas  ilustres^ 
como  lo  hizo  Pedro  de  Espinosa  ,  na- 
tural de  Antequera  ,  en  un  Tomo  en 
quarto  ,  impreso  en  Valladolid  ,  en  casa 
de  Luis  Sánchez  ,  año  de   i6o5# 

Don  Antonio.  Conozco  esa  obra 
mucho  tiempo  ha  ,  j  y  por  vida  de  Ura- 
nia que  contiene  cosas  excelentisimas ! 
¡  Tiene  unas  quantas  Traducciones  de 
varias  Odas  de  Horacio  ,  que  igualan  , 
si  no  exceden  ,  á  los  originales  ! 

I).  Juan,  O  si  no,  la  llamaria  Pri- 
mavera ,  y  Flor  de  Romances  ,  /  Saty- 
ras  ,  que  se  han  cantado  en  la  Corte  , 
como  lo  hicieron  el  Licenciado  Pedro 
Arias  Pérez ,  y  su  continuador  el  Al- 
férez Francisco  Segura  ,  que  añadió  en 

la 


(125) 
la  segunda  parte  varias  Canciones  ,  y- 

Letrillas  curiosas ,  de  que  se  formó  ,  é 
imprimió  un  Librito  en  dozavo  en  Ma- 
drid ,  año  1659. 

D.  Antonio.  También  conozco  e-r 
sa  obrita  ,  y  en  ella  se  hallan  cosas  be- 
llísimas. Pero  dexandonos  por  ahora  d& 
interrupciones  y  episodios  ,  prosigamos 
con  otros  pcdacillos  ,  ó  muestras  del 
buen  lenguage  Castellano  de  algunas  o- 
bras  ,  que  todavía  -no  han  visto  la  luz 
publica. 

D.  Juan.  Vamos  con  ellas  ,  y  no 
interrumpiré  á  Vm.  á  no  ser  que  me 
pique  como  Tábano  alguna  especie  ,  y 
me  haga  quebrantar  el  silencio. 

D.  Antonio.  El  tercer  pedazo  que 
ocurre  es  de  otro  Poeta  Castellano  ,  y 
dice  de  este  modo  :  (*) 

K  2  >>  Quann 


(*)  Se  tomo  éste  retazo  de  un  M.S.  que' 
se  guarda  cii  la  Librería  del  Real  Monasterio 
de  San  Lorenzo  ,  Caxon  IV.  Letra  b.  nu-»' 
mero  21. 


(126) 

)>Quando  ovo  Don  Ñuño  acabado  su 
ra^on  , 

)>  Comentó  el  buen  Conde :  ese  íirme 
varón 

»» Avia  gran  complimento  del  seso  de 
Salomón  , 

jí  Nunca  fue  Alexandre  mas  grand  de 
coraron. 

>»  Dixo  Ñuño  Laynez ;  buena  ra§on  di- 
xistes  , 

9j  Las  cosas  como  son  asy  las  departistes, 

»  De  alongar  esta  lid  creo  que  ansy  di- 
xistes , 

5í  Porque  vos  lo  dixo  vos  mal  lo  apren- 
distes. 

»  Mon  debe  el  que  puede  la  lid  alongar, 

9}  Quien  tiene  buena  ora  otra  quiere  es- 
perar : 

»  Un  dia  que  perdemos  nunca  lo  podre-» 
mos  cobrar  , 

?>  Jamas  en  aquel  dia  non  podemos  tor- 
nar. 
»  Si  el  orne  el  su  tiempo  en  valde  lo 

quiere  pasar , 
ííNon  quiere   de  ést$  mundo  otra  co- 
sa levar 

»Si 


íy  Si  non  estar  vicioso  ,  h  dormir  h  fol- 

gar: 
íí  De  éste  atal  muere  su  fecho  quando 

viene  á  finar. 
»>  El  vicioso  c  el  lazrado  amos  han  de 

morir , 
Ȓ  El  uno  nin  el  otro  non  lo  puede  foir  ; 
ji  Quedan  los  buenos  fechos,  estos  han  de 

visquir , 
5>  Dellos  toman  ensiemplo  los  que  han 

de  venir. 
í>  Todos  los  que  gran  fecho  quisieren  a- 

cabar  , 
j>  Por  muy  grandes  travajos  ovieron  a 

pasar  , 
»  Non  comen  quando  quieren  en  cena  , 

ni  a  yantar , 
í»  Los  vicios  de  la  carne  an  los  de  olvidar. 
íí  Non  cuentan  de  Alexandre  las  noches, 

ni  los  dias , 
»i  Cuentan  sus  buenos  fechos ,  h  sus  ca- 

ballerias ; 
9>  Cuentan  del  Rey  Davit  que  mató  a 

Golias ; 
j>  De  Judas  el  Macabco  fixo  de  Mata- 

vias ,  &c. 

Kj  D. 


(128) 

"  D.  Juan.  Prosiga  Vm.  Señor  Don- 
Antonio  ,  ya  que  no  sea  por  mi ,  por 
los  siete  hermanos  Machabeos. 

D.  Antonio.  ¿No  se  acuerda  Vm. 
de  que  ofreció  callar? Pues  £n  pena  mor- 
tificaré á  Vm.  cortando  el  hilo  al  sato- 
rete, 

D.  Juan.  Ya  lo  conozco  ,  pero  mi 
oferta  fué  condicional  ,  reservándome  eí 
derecho  de  mis  habladurías.  ¡  Como  me 
da  Vm.  unos  pedacitos  tan  sabrosos ,  me 
quedo  á  media  miel,  y  me  chupo  las  uñas! 

D.  Antonio.  Amigo  ,  Vm.  tiene 
razón  ,  pero  no  hay  tiempo  para  mas. 
Oiga  Vm.  si  quiere  ,  otro  retal  de  Poe- 
sia  inédita  ,  que  dice  :  (*) 

líEn 


(*)  Sacado  de  un  Libro  M.S.  que  se  guar- 
da en  la  insigne  Librería  de  la  Santa  Iglesia 
Primada  de  Toledo  ^Caxon  XVIL  num.  6  , 
intitulado  Vocabulario  antiguo ,  y  contiene 
otros  tratados. 


(129) 

fS  En  el  nombre  de  Dios ,  h  de  Santa 
Maria 

jí  Quiero  decir  una  razón 

)í  De  las  palabras  que  dixo  Salomón  , 

M  Fabla  de  este  Mundo  é  de  las  cosas 
que  ay  son 

91  Como  son  fallecedcras  á  poca  de  sa- 
9on. 

)>  O  mezquino  de  este  mundo  como  es 
lleno  de  engaños 

jí  En  allegar  riquezas   é  haberes   ata- 
maños 

51  Muías  ,  é  palafreses  ,  vestiduras  ,   é 
paños , 

5>  Para  ser  fallescederas  en  tan  pocos  de 
años. 

51  Comer  ,  h  beber  ,  h  cabalgar  en  mu- 
la  gruesa, 

jiNon   se  le  miembra  el  tiempo    que 
ha  de  yaser  en  la  fuesa, 

11  El  cabello  pelado  ,  é  la  calabera  mue- 
sa. 

11  El  bien  de  aqueste  mundo  la  muer- 
te lo  destrata  , 

11  Fallecen   los  dineros ,  h  el  oro  é  la 
plata. 

K  4  11  El 


(I  jo) 

yy  El  Pres  e  la  Bruneta  ,  Verdescur  e 
Escarlata. 

y,  Moran  los  poderosos  Reyes  é  Potesta- 
des , 

?>  Obispos  ,  é  Arzobispos ,  Clérigos  é 
Abades, 

>í  Fincarán  los  haberes  en  todas  las  Cib  - 
dades 

5»  Las  tierras  é  las  viñas  ,  é  todas  las  he- 
redades. 

9j  Atal  es  este  mundo  como  en  la  mar  los 
pescados  , 

5>  Los  unos  son  menores ,  los  otros  son 
granados  ; 

^í  Gómense  los  mayores  a  los  que  son 
menguados 

y-f  Estos  son  los  ricos  ,  h  los  apodera- 
dos. . .  .  &:c. 

D.  Juan.     Me  gusta  mucho  ;  pero 
no  me  atrevo  a  decir  que  prosiga  Vm. 

D.  Antonio.     Pues  oiga  Vm.  aho- 
ra un  pedazo  de  buena  Prosa.  (*) 

i>De 

(*)     Sacado  de  un  Libro  M.S.  intitulado 
Espejo  del  Alma  ,  compuesto  por  Fray  Lo- 


,,  De  la  certedumbre  de  Ja  muerte, 
,,  é  de  Ja  amargura  della. 

,,  De  Ja  certedumbre  de  la  muerte, 
,,  que  es  Ja  segunda  cosa  ,  que  fa^e  ,  ó 
„  amonesta  dexar  eJ  Mundo  ,  non  con- 
,,  viene  traer  mucJias  rabones  para  Ja 
,,  prueba  ,  porque  eJ  mas  nescio  ombre 
,,  deJ  Mundo  es  cierto  que  lia  de  mo- 
,,  rir.  Porque  como  dice  eJ  Aposto J  ; 
,,  Ordenamiento  es  feclio  que  cada  liom- 
,,bre  muera  una  vez  ;é  sin  decirJo  él 
5,  lo  vemos  de  platica  cada  dia.  Pues  de 
,,  Ja  muerte  non  dubdamos ,  si  pensáre- 
,,  mos  quales  seremos  ,é  que  sentiremos, 
,,  quando  por  ella  pasáremos,  e  que  sen- 
,,  tiremos  quando  en  nos  Ja  viéremos  , 
,,  poca  gana  avremos  de  vevir  en  el 
,,  Mundo  ,  mayormente  non  seyendo 
,,  ciertos  de  su  venida  ,  ni  de  su  ora. 
,,  Non  puede  ninguno  pensar  qu^ind  do- 

„  le- 
pe Fernandez  ,  del  Orden  de  San  Agustín. 
Guardase  en  la  famosa  Librería  de  San  Lo- 
renzo el  Real  ,  Caxon  IL  Letra  h.  numero 
14..  Contiene  ,  además  de  este  ,  otros  Trata- 
dos. 


„  lorcsos  sufrimientos  sufren  los  que  des- 
,,  te  mundo  passan  en  la  hora  de  la 
,,  muerte»  Cá  sienten  entonces  dolor  ,  é 
,,  amargura  ,  é  miedo  qual  nunca  fasta 
,,  allí  sentieron  ,  nin  puede  ser  mayor 
,,  imaginado.  Cá  sienten  amargura  por 
„  las  cosas  que  dexan  ;  dolor  de  la  pena 
5,  que  sufren  ;  é  miedo  de  lo  que  espe- 
5,  ran  sofrir.  Qué  mayor  amargura  pue- 
,,  de  en  este  mundo  sofrir  ,  é  sentir  el 
„  que  del  se  paga  ,  &c. 

D.  Juan.  Quedo  convencido  de 
que  los  retazos  que  Vm.  ha  leido  son 
harto  mejores  que  los  mios  ,  é  infiero  de 
aqui ,  que  donde  hay  bueno  hay  mejor , 
y  en  suma ,  que  en  un  mismo  siglo  hay 
Autores  que  escribieron  en  lenguage 
Castellano  bueno  ,  mediano  ,  y  malo. 
,  D.  Antonio.  ¿  Quién  duda  de  c- 
so  ?  Si  fuéramos  á  comprobar  esa  verdad 
con  documentos  ,  seria  obra  larga  ,  que 
daria  golpe  aun  al  Autor  del  Arte  del 
Komance, 

D.  Juan.     ¡  Quánto  importaria  esa 
curiosidad ! 

D.    Antonio.     No  es  ahora  tiem- 
po 


po  :  á  cada  puerco  le  llega  su  San  Mar- 
tin. 

D.  Juan.  Si  el  Autor  del  Romance 
hubiera  tenido  noticia  de  esos  Libros, 
los  hubiera  puesto  en  su  Lista  ,  asi  co- 
mo puso  el  Arcipreste  de  Hita. 

D.  Antonio.  No  lo  dudo  ,  pero 
como  no  los  halló  en  la  Paleoj^rafJda 
de  Terreros  ,  no  pudo  hacerlo.  Y  aun- 
que los  pusiera,  ¿  qué  sacaríamos  de  ello? 
Valga  la  verdad  ,  Amigo  Don  Juan  ,  el 
hacer  uso  de  semejantes  documentos  ,  y 
discernir  si  son  buenos  ,  ó  malos  es  mas 
obra  de  lo  que  parece.  Porque  es  nece- 
sario lo  primero  que  salga  de  pelo  ;  lo 
segundo  j  que  preceda  una  diligencia 
-exquisita  con  un  olfato  ,  y  gusto  muy 
delicado  para  buscar  ,  separar  ,  y  seña- 
lar esto  es  bueno  ,  y  aquello  no.  Última- 
mente ,  el  modo  de  conquistar  esta  Pro- 
vincia es  el  de  la  continua  lección  de 
los  muchos  documento?  inéditos  que  se 
guardan  en  los  Archivos  y  Librerías  de 
los  Reynos  de  Castilla  y  León  ,  sin  ne- 
cesidad de  hacer  viages  á  las  Ciuda- 
des de  Italia. 

D. 


(íJ4) 
~  D.  Juan.  Eso  se  llama  tomar  las 
cosas  de  raiz  ,  y  según  infiero  de  lo  que 
Vm.  dice  ,  era  menester  hacer  la  Synta- 
xis  de  cada  siglo  ,  y  la  etymologia  de  las 
voces  ,  empezando  desde  aquel  tiempo 
en  que  se  hallasen  documentos  ,  y  de  es- 
te modo  se  vería  claramente  el  adelan- 
tamiento, ó  la  decadencia  de  nuestro  len- 
guage  castellano. 

D.  Antonio.  Me  alegro  de  que 
haya  Vm.  tocado  en  la  dificultad.  Pero 
dexando  por  ahora  este  asunto  ,  (  ya  se 
olvidaba  )  digame  Vm.  ¿  qué  documen- 
to es  aquel  de  donde  copió  los  Prólogos? 

D.  Juan.  ;  Con  efecto  ya  se  olvi- 
daba !  Es  un  libro  ,  como  empecé  á  de- 
cir ,  escrito  primorosamente  en  perga- 
mino avitelado  para  alguna  persona  Real, 
como  lo  da  a  entender  el  escudo  de  Ar- 
mas Reales  de  Castilla  y  León  ,  ilumi- 
nado á  colores ,  que  se  halla  en  cada  u- 
na  de  las  guardas  de  él.  Toda  esta  obra 
forma  un  grueso  volumen  de  marca  ma- 
yor. 

D.  Antonio.     ;  Hago  memoria  de 
haber  visto  esa  obra  ,  y  con  efecto  mere- 
ce 


ce  toda  la  estimación  que  la  dan  sus  sa- 
bios poseedores ! 

D.  Juan.  Pues  ahora  quisiera  yo 
que  Vm.  me  dixese  á  qué  siglo  ,  ó  épo- 
ca pertenece  este  documento  ,  y  me  de- 
clarase algunas  voces  que  no  entiendo  j 
aunque  he  nacido  en  el  Reyno  de  Cas- 
tilla ,  y  tratado  con  doctos  y  sabios  Cas- 
tellanos. 

D.  Antonio.  Vm.  me  perdone 
por  ahora.  Lo  que  Vm.  puede  hacer  es, 
cmbiarlas  al  Autor  del  ARTE  del  Ro- 
mance ,  para  que  le  saque  de  esa  duda. 
Y  por  lo  que  toca  á  las  voces  ,  si  no  las 
declara  ahora  ,  lo  hará  después  en  el 
Diccionario  que  nos  promete  por  estas 
palabras ;  (*)  En  tanto  que  se  dispone  a 
este  Jin  un  Diccionario  cumplido  ,  que  ex- 
prese  la  raíz  de  los  uocab^os  ,  su  pureza 
i  legalidad ,  su  significado  proprio  i  tras" 
iadado  ,  con  sus  MODISMOS  i  phra- 
ses  ,  como  también  la  legitima  correspon^ 
dencía  entre  el  Latin  i  el  Romance :  i  es- 

pe- 

{*)  Pa^.  94.  Del  origen ,  ^  épocas  dd 
Romance. 


fero  podra  servir  al  Publico  el  trabajo 
que  yo  tengo  hecho  en  la  egecucion  de  este 
designio. 

D.Juan.  Como  el  Diccionario  sea 
como  las  muestras  que  nos  da  el  Autor 
del  Arte  del  Romance  Castellano  ,  en  las 
notas  al  Monge  Bercéo  ,  será-  cosa  su^ 
mámente  apreciable. 

D.  Antonio.  Me  inclino  á  que  se- 
rá mucho  mas. instructiva  aquella  obra  , 
y  que  ilustrará  nuestra  obscuridad.  Por 
de  contado  aseguro  á  Vm.  que  la  tal 
obrita  del  Diccionario  es  digna  de  mu- 
chos hombres. 

D.Juan.  Es  cierto  que  el  Autor 
del  Arte  del  Romance  es  hombre,  de  buer 
nos  deseos ,  y  pretende  hacer  lo  que  hi- 
cieron otros :  Horacio  dice  ;  (*) 

Nil  mortalibus  arduum  est. 

Coelum  ipsum  petinnis  stulHtía  :  nequs 
Per  nostrum  patimur  se  mis 

Iracunda  Jovem  poneré  fulmina. 


(*)    Lib.  I.  Od.  III 


Y  repite  en  Castellano  D.  Estevan  Ma- 
nuel de  Villegas  ; 

Nada  hay  dificultoso 

A  la  gente  mortal  pues  cala  ,  y  sube 

A  la  mas  alta  nube  , 

'Ni  deja  estar  en  inmortal  reboso 

De  Jove  el  rayo  ardiente 

A  su  ignorancia  vengador  valiente, 

D.  Antonio.  Me  gusta  mucho  el 
oír  á  Vm.  echar  sus  puntadillas  de  eru- 
dición. 

D.  Juan.  Me  he  aplicado  mucho , 
desde  que  salió  un  librito  ,  en  que  se  da 
una  confusísima  idea  de  Gramática  La- 
tina ,  en  que  leí  que  era  menester  que  no 
fuésemos  barbaros  ,  &c. 

D-  Antonio.     Eso  me  parece  bien. 

D.  Juan.  Pues  si ,  señor :  ahora  me 
ha  venido  fluxo  de  erudito  ;  y  quiero 
referir  á  Vm.  unos  versos  harto  antiguos, 
para  que  vea  si  tengo  gusto  en  apren- 
der cosas  curiosas;  y  principalmente  pa- 
ra que  Vm.  me  diga  á  que  época  perte- 
necen ,  y  me  declare  algunas  voces  que 
yo  lio  penetro.  D. 


D.  Antonio.  Eso  es  volver  lasniíe^ 
CCS  al  cántaro.  Diga  Vm.  los  versos  ;  pe- 
ro por  lo  que  toca  á  decir  nada  de  lo  que 
Vm.  pretende  ,  ya  he  dicho  ,  que  no  lo 
haré,  i  No  tiene  Vm.  al  Autor  del  Arte 
del  Romance  ? 

I).  Juan.  Perdone  Vm.  Señor  D. 
Antonio  ,  que  no  me  acordaba.  Los  vér^ 
sos  dicen  de  este  modo  ;  (  y  son  de  un- 
Autor  ,  que  cita  (*)  el  que  lo  es  del 
Arte  del  Romance  Castellano' ^  sin  haber- 
Je  saludado  jamás  ,  ni  es  posible  que  le 
salude  ,  si  no  se  le  damos  impreso,  ) 

Un  perro  planchete  con  su  Señora  ju- 
gaba , 

Con  su -lengua  y  boca  las  manos  le  be- 
saba , 

Ladrando  et  con  la  cola  mucho  la  fala- 
gaba  , 

Demostraba  en  todo  grant  amor  que  le 
amaba. 

Antella  et  sus  compañas  en  pino  se  te-, 
m'a  , 

For- 

'    (^)     P^^-  103'  del  orige7í  y  y  ej)ocas  &c- 


.  (^J9) 

Formaban  con  él  todos  solaz  et  alegría, 

Dábale  cada  uno  de  quanto  él  comía  ; 

Veíalo  el  asno  esto  de  cada  día. 

El  asno  de  mal  seso  pensó  et  tovo  mien- 
tes ; 

Dixo  el  burro  nescío  assi  entre  sus  dien- 
tes : 

Yo  a  la  mi  Señora  et  a  todas  sus  gentes 

Mas  con  provecho  sirvo  que  mil  tales 
planchetes  : 

Yo  en  mi  espinaso  les  trayo  muncha 
leña  ,        ^  .(i 

Trayoles  la  fariña  que  comen  del  A9e- 
ña  ; 

Pues  también  terne  pino  et  falagaré  la 
dueña 

Como  aquel  Planchete  que  yase  so  su 
Peña. 

Salió  bien  rebusnando  de  la  su  establía  , 

Como  Garañón  loco  el  nescio  tal  venía 

Retobando  et  faciendo  muncha  de  ca- 
^orría , 

Fuese  para  el  estrado  dó  la  Dueña  dor- 
mía ; 

Puso  en  los  sus  ombros  amos  los  sus  bra- 
cos, 

L  Ella 


Ella  dio  grandes  vo^es  et  vinieron  los 
collados  , 

Dieronle  muchos  palos  con  piedras ,  e 
con  ma^os , 

Fasta  que  ya  los  palos  se  finieron  peda- 
90S. 

Non  debe  ser  orne  al  fa^er  denodado, 

Nin  de^ir  nin  cometer  lo  que  non  le  es 
dado  , 

Lo  que  Dios  et  natura  an  negado  et  ve-' 
dado, 

De  lo  fa^er  el  cuerdo  non  debe  ser  osa- 
do. 

Quando  cuida  el  nescio  que  dise  bien 
derecho, 

Et  cuida  fa^er  servicio  et  placer  con  su 
fecho, 

Pi^e  mal  et  locura  et  fas  pesar  et  des- 
pecho : 

Callar  a  las  vegadas  fa9e  mucho  prove- 
cho. . .  . 

D.  Antonio.  Son  muy  graciosos 
versos  ;  y  aunque  son  semejantes  en  el 
numero  de  sylabas  á  los  del  Monge  Don 
Gonzalo  Bercéo  ,  excede  su  bondad  en 
muchos  lugares.  D. 


D.  Juan.  Diga  Vm.  aJgo  sobre 
ellos. 

D.  Antonio.  Digole  á  Vm.  que 
no  quiero.  ¿  Quién  me  mete  á  mi  en 
camisa  de  once  varas  ?  Al  Autor  del 
Arte  del  Romance  con  ellos ;  y  si  no  los 
declara  ,  no  faltará  por  allá  alguno  de 
aquellos  PATRIARCAS  del  Romance, 
y  Padres  de  nuestra  hdíla  ,  que  expli- 
que sus  MODISMOS.  ¿Estamos  aquí, 
ó  en  Xauja  ? 

D.Juan.  jEsVm.  terrible!  Pero 
ya  que  Vm.  no  quiere  decir  nada  sobre 
los  versos  ,  por  dexar  la  gloria  de  su  co- 
mento ,  ó  glosa  al  Autor  del  Arte  del 
Romance  ,  por  lo  menos  hablemos  un 
rato  sobre  la  voz  Patriarcas  del  Román- 
c^  ,  porque  siempre  que  los  oygo  men- 
tar ,  me  causa  mucha  risa. 

D.  Antonio.  No  merece  otro  a- 
precio  una  expresión  que  jamás  se  ha  u- 
sado  por  acá  ;  y  si  se  usa  ,  es  en  tono  de 
fiesta  y  chacota.  Yo  no  venero  mas  Pa- 
triarcas ,  Acostóles  ,  ó  Profetas  ,  que 
los  que  venera  la  Iglesia  Cathólica.  De 
los  que  dice  el  Autor  del  Arte  del  Ro- 
L  2  man- 


(i42) 
manee  ,  se  me  da  un  tomate  ,  y  dos  vq- 
rengenas ,  y  tengo  ,  ó  me  tomo  la  licen- 
cia de  reirme.  Pero  vaya  de  historia. 

Un  buen  hombre  recogió  una  noche 
á  un  pobre.  Este  entró  en  la  cocina  , 
sentóse  en  un  poyo  á  la  lumbre  ,  y  le- 
vantando la  cabeza,  vio  que  estaban  col- 
gadas al  humo  las  longanizas  ,  morcillas, 
y  morcón  de  la  matanza  del  ano.  Pare- 
ciéronle bien  ,  y  se  le  propuso  pegar  un 
petardo  al  siguiente  dia.  Cenó  con  sus 
bienhechores  ,  los  quales  se  fueron  a  a- 
costar  después  ,  y  él  se  recostó  sobre  un 
poyo.  Luego  que  vio  la  luz  del  dia,  que 
entraba  por  el  canon  de  la  chimenea,  pu- 
so en  practica  el  hurto  ,  y  empezó  á  des- 
colgar longanizas  ,  y  morcillas  quantas 
pudo  con  la  mano  (  excepto  el  morcón, 
que  por  estar  muy  alto  ,  no  le  pudo  al- 
canzar )  y  las  metió  en  su  zurrón.  Con- 
cluida esta  maniobra  ,  y  en  disposición 
de  marchar  ,  se  puso  á  cantar  lo  siguien- 
te ; 


Pa- 


(MJ) 

Tatriarcas  y  Trofetas 
Todos  rúan  en  el  fardel ; 
Dios  se  quede  con  aquel 
Que  no  le  pude  alcanzar. 

Los  dueños  de  la  casa  (  cuya  alcoba 
estaba  contigua  á  la  cocina  )  oyeron  la 
plegaria  ,  señaladamente  la  muger  ,  que 
dixo  á  su  marido  :  Mira  ,  mira  cerno  el 
fobrecito  nos  esta  encomendando  d  Dios 
j)or  la  buena  acogida  que  le  hemos  hecho. 
Levantados  estos  ,  fueron  á  ver  el  po- 
bre para  darle  de  almorzar  ;  pero  había 
ya  tomado  las  de  Villadiego.  Notaron 
el  robo  de  sus  longanizas  ,  y  morcillas  , 
y  que  solo  había  quedado  el  morcón. 
Empezaron  a  maldecir  su  fortuna  ,  por- 
que hasta  entonces  no  entendieron  la 
canción  ,  que  se  dirigía  á  que  si  se  de- 
xaba  el  morcón ,  ó  Patriarca  de  las  mor^ 
cillas  ,  era  porque  no  le  había  podido 
alcanzar. 

Don  Juan.    ¡  Valiente  chasco  fué 


esc! 


D.  Antonio.    No  fué  malo  ,  y  le 
L  .7  re- 


(i  44) 
refiero  por  la  conexión  que  tienen  los 
Patriarcas  del  Romance  ,  y  Padres  de 
la  habla  con  los  morcones  ,  Patriarcas, 
ó  Padres  de  las  morcillas. 

D.  Juan.  Está  muy  bien  traído , 
aunque  uno  y  otro  es  un  par  de  dispara- 
tes sufribles  solo  en  la  conversación.  Yo 
conocí  en  Salamanca  un  grandísimo  be- 
bedor ,  a  quien  por  su  buena  corambre 
le  llamaban  los  que  no  la  tenían  tan 
buena  ,  el  Apóstol  del  wino  ;  y  era  por- 
que á  una  tinaja  de  cien  arrobas  ,  que 
estaba  demediada  ,  la  desmenguaba  de 
un  resoplido  como  dedo  y  medio. 

D.  Antonio.  Aun  mases  eso.  Pe- 
ro dexandonos  de  bufonadas  ,  ¿  ha  he- 
cho Vm.  alto  sobre  aquel  retazo  de  una 
Poesía  de  Juan  de  Mena  ,  que  el  famo- 
so Autor  del  Arte  del  Usmance  Caste- 
llano pone  allá  en  la  pag.  jy  de  sus  e- 
pocas  ? 

D.  JüAN.  Si  ,  señor  ;  he  reparado 
en  él  ,  por  mas  señas  que  ,  aunque  fue- 
se Autor  que  debiéramos  seguir  por  mo- 
delo ,  ó  Patriarca  (  usemos  del  entu- 
siasmo del  Autor  )  no  estaba  puesto  en 

el 


045) 
el  lugar  que  le  corresponde. 

:  D.  Antonio.     Tiene  Vm.  razón  ; 

y  yo  no  había  advertido  tanto.  Juan  de 

Mena  floreció  en  tiempo  de  Don  Juan 

el  Segundo  ,  y  no  en  el  de  los  Reyes 

Cathólicos.  Es  un  defecto  que  Juan  De- 

lencina  y   otros  llaman  Anachronismo , 

que  en  Castellano  significa  perturbación 

de  tiempos  ,  como  si  yo  dixese  que  Vir* 

Í^ilio  era  mas  antiguo  que  Homero.  Si 
o  dixera  un  bodoque  ,  era  digno  del 
disimulo  ;  pero  incurrir  en  semejante  vi- 
cio un  Autor  que  de  intento  trata  de  las 
edades  y  épocas  de  la  lengua  Castella- 
na ,  es  cosa  que  no  puede  pasar  ,  ni  se 
debe  disimular.  Dice  Vm.  muy  bien 
que  no  sirve  Juan  de  Mena  para  mo- 
delo del  buen  lenguage  Castellano  ,  por 
ser  Andaluz  ,  en  cuyo  asunto  los  de  a- 
quel  Pais  no  pueden  darnos  regla,  como 
dice  uno  de  los  Interlocutores  del  Dia- 
logo de  las  Lenguas  ,  que  publicó  el  Se- 
ñor MayaUí). 

D.  Juan.     Pues  de  ese  modo  tam- 
poco viene  alli  el  fragmento  de  la  tra- 
ducción del  Hebreo  que  puso  el  Autor 
L4  del 


(146) 

del  Arte  del  Romadice  Castellano, 

D.  Antonio.  Es  como  Vm.  dice, 
mediante  lo  qual  se  deben  desechar  co- 
mo inútiles  para  el  fin  que  se  propone 
el  Autor  del  Arte  ;  y  lo  mismo  digo  de 
la  mayor  parte  de  los  Autores  que  po- 
ne en  aquella  lista  ,  pues  si  vamos  a  ele- 
gir modelos  ,  o  dechados  para  la  imita- 
ción ,  quedarán  reducidos  a  muy  pocos. 

D.  Juan.  A  Vm.  le  sobra  la  razón. 
Pero  dexando  ya  este  punto  ,  que  es  lar- 
guísimo ,  quisiera  que  entrásemos  por 
mayor  á  registrar  los  entresijos  de  la 
Gramática  ,  porque  ,  según  entiendo  , 
nos  ha  de  suceder  lo  mismo  que  con  la 
Paleogra^pliia. 

D.  Antonio.  Es  ya  tarde  ,  y  con 
la  niebla  de  hoy  me  duele  un  poco  la 
cabeza.  Si  á  Vm.  le  parece  ,  lo  dexaré- 
mos  para  otras  conversaciones. 

D.  Juan.  Me  parece  muy  bien  : 
por  tanto  quédese  Vm,  con  Dios  hasta 
mañana. 

D.  Antonio.  El  mismo  Señor  va- 
ya con  Vm .  y  á  mi  no  me  olvide. 

CON- 


(i  47) 
CONVERSACIÓN  III. 

SOBRE  LOS   HURTOS   LITERARIOS 

del  Autor  del  Libro  intitulado 

.  oi 

ARTE    DEL    ROMANCE     CASTELLANO  y 

de  la  Gramática  Castellana  de  D. 
Benito  Gayo  so. 

D  Antonio.  Sea  Vm.  muy  bien 
'  venido  ,  Señor  Don  Juan.  Crea 
Vm.  que  estaba  cuidadoso  de  la  tar- 
danza. 

D.-JuAN.  Como  me  encargó  Vm. 
que  viese  por  mayor  los  libros  II.  III. 
y  IV.  del  Arte  del  Romance  ,  para  ha- 
cer materia  a  la  conversación  de  esta 
noche  ,  y  ese  sea  un  camino  muy  fasti- 
dioso ,  y  lleno  de  maleza  ,  en  que  es 
menester  tropezar  á  cada  paso  ,  no  he 
podido  concluir  hasta  la  hora  presente. 

D. 


(148) 

D.  Antonio.  ¿  Y  qué  le  han  pare- 
cido á  Vm  ? 

D.  Juan.  Responderé  á  Vm,  con 
una  historieta.  Escribió  un  buen  hom- 
bre un  Librito  ,  que  se  componia  de  O- 
raciones  devotas  ,  Kesponsorios  ,  Nove- 
nas ,  y  otras  varias  cosas  de  este  jaez. 
No  tenían  conexión  entre  sí ,  y  por  tan- 
to le  intituló  Pefitoria  EspirituaU  Qui- 
so darle  á  luz  con  todas  las  Licencias 
necesarias.  Antes  de  conceder  la  suya  el 
Ordinario  ,  envió  la  obrita  á  la  censura 
de  una  persona  tan  docta  como  zelosa 
de  la  honra  de  la  Nación  ,  el  qual  ,  des- 
pués de  vista  y  revista  ,  temó  la  pluma, 
y  escribió  lo  sigiúcnte:  He  leído  palabra 
por  palabra  el  Librito  intitulado  PEPI- 
TORIA ESPIRITUAL,  Sé  muj  bien 
que  las  pepitorias  se  componen  de -cabe- 
zas ,  pescuezos  ,  alones  ,  /  patas  ;  pero 
como  yo  no  halle  en  esta  lo  primero  ,  ni  lo 
ultimo  ,  soy  de  parecer  que  se  le  -niegue 
al  Autor  la  licencia  que  solicita, 

D.  Antonio.  ¡  liara  censura  fué 
esa  !  Pero  no  puede  aplicarse  al  Arte 
del  Romance» 

D. 


(i49) 
D.  JcTAN.     Yo  no  la  aplico  ;  antes 

bien  respondo  á  la  pregunta  que  Vm, 
me  hizo  ,  y  asi  hablando  por  rodeos  , 
digo  ,  que  lo  que  me  parece  es  Ensa^ 
lada  ,  ya  que  no  sea  Pepitoria  ,  y  ea 
una  palabra  ,  una  obra  falta  de  método, 
y  sobrada  de  confusión.  Para  mi  bastaba 
el  haber  oído  a  Vm.  sobre  la  división  en 
general  que  hace  el  Autor  del  Arte  ,  de 
su  Gramática  ;  del  extravío  con  que  ca- 
mina ;  y  en  una  palabra  ,  el  que  Vm. 
me  haya  hecho  ver  mas  claramente  que 
á  la  luz  del  mediodia  ,  que  el  referido 
Autor  del  susodicho  Librito  se  vistió  de 
plumas  agenas  ,  destrozando  la  Paleo- 
graphia  Española  ,  y  otras  obras  bue- 
nas ,  y  malas  ,  para  formar  la  suya  ,  de 
que  no  teniamos  necesidad.  Esto  solo  , 
vuelvo  a  decir  ,  era  bastante  para  pro- 
nunciar que  el  Autor  perdió  el  tiempo, 
y  el  aceyte. 

D.  Antonio.  Estoy  bien  con  eso  ; 
pero  no  basta  el  que  se  diga  de  montón. 
Es  necesario  que  se  den  algunas  pruebas. 
En  una  conversación  de  las  noches  pasa- 
das se  dixo  que  el  Autor  del  Arte  había 

co- 


(i5o) 
copiado  la  Gramática  Castellana  de  Ga- 
joso ;  y  asi  es  muy  justo  que  se  haga 
ver  ,  antes  que  empiece  Vm.  á  relatar 
lo  que  ha  observado  en  la  lección  de 
mañana  ,  y  tarde, 

D.  Juan.  Me  conformo  con  el  pa- 
recer de  V^m. ,  porque  de  otra  suerte  no 
se  observaría  el  método  que  se  ha  teni- 
do hasta  aquí  ,  de  probar  nuestras  aser- 
ciones ;  y  nos  tendrian  por  maldicientes, 
si  las  paredes  oyen.  Veamos  esas  prue- 
bas ,  y  después  hablaremos  lo  que  nos 
ocurra. 

D.  Antonio.  Véalas  Vm.  aqui 
colocadas  una  enfrente  de  otra,  para  que 
con  facilidad  se  perciba  si  el  retrato  se 
parece  a  su  original. 

D.  Juan.  Ha  hecho  Vm.  bien  en 
ponerlas  de  este  modo  ,  para  que  leyen- 
do primero  un  pedazo  ,  y  después  otro, 
qualquiera  pueda  ser  Juez  en  esta  causa. 

D.  Antonio.  No  tan  solo  se  conse- 
guirá el  persuadir  á  los  lectores  que  el 
Autor  del  Arte  del  Romance  Castellano 
copió  de  la  Gramática  Castellana  de 
nuestro  D.  Benito  Gayoso  ,  sino  que  co- 

noz- 


(151) 
nozcan  el  modo  que  observó  en  su  copia, 

poniendo  algunas  palabras  sjnonpnas , 
esto  es  ,  que  significan  lo  mismo  que  di- 
ce Gayoso ,  para  que  si  le  cogian ,  como 
ahora  le  ha  sucedido  ,  con  las  manos  en 
la  masa  ,  no  se  pudiese  decir  ,  que  había 
copiado  a  la  letra  ,  ó  que  era  un  mero 
copiante  de  pensamientos  ágenos. 

D.  Juan.  Toda  copia  para  ser  bue- 
na ,  ha  de  parecerse  en  un  todo  a  su  ori- 
ginal. Es  asi  que  el  Autor  del  Arte  del 
Romance  Castellano  no  copia  literalmen- 
te ,  antes  bien  usa  de  voces  equivalentes, 
y  comunes  entre  los  Gramáticos ,  luego 
el  Autor  no  es  copiante ,  y  si  lo  es  ,  no 
será  bueno  ,  sino  malo  ,  y  su  trabajo  me- 
recerá el  mismo  aprecio  que  el  de  ajquel 
Pendolista  ,  que  dixo  :  Estoy  escribiendo 
sobre  San  Agustin ,  y  era  porque  le  ser- 
via de  Atril  un  Libro  de  este  gran  Santo 
y  Doctor  de  la  Iglesia. 

D.  Antonio.  Vm.  tiene  gana  de 
oírme  ,  y  yo  la  tengo  de  aprovechar  el 
tiempo  en  la  comprobación  de  mi  ver- 
dad con  los  presentes  documentos ,  que 
dicen  de  este  modo  : 


Arte  del  Romance  ,  Prologo  fag.  24. 

Se  llama  Gramática  el  Arte  que  en- 
seña a  hablar  i  escrivir  bien ;  esto  es , 
conforme  a  las  reglas  autorizadas  por  el 
uso  de  los  doctos. 

Ibidem. 

De  las  palabras  ordenadas  nace  cl 
razonamiento  o  la  oración  ,  que  las  con- 
sidera como  sus  partes  ,  i  en  la  lengua 
Española  son  en  nueve  maneras ;  Nom- 
bre ,  Articulo  ,  Pronombre  ,  Verbo , 
Participio  ,  Adverbio  ,  Preposición , 
Conjunción  ,  Interjecion. 


GéL 


(I5J) 
Gajoso  fag,  I.  de  la  \.  edición. 

Gramática  es  el  Arte  ,  que  enseña  á 
hablar  ,  y  escribir  según  el  uso  de  los 
Varones  doctos  ,  por  cuya  autoridad  se 
prueban  sus  preceptos. 

ídem  pag.  2. 

El  fín  de  estas  quatro  partes  es  leer^, 
y  escribir  ,  declinar  los  Nombres ,  y  con- 
jugar los  Verbos ,  conocer  la  naturaleza 
y  fuerza  de  las  palabras  ....  para  ha- 
cer de  este  modo  una  oración  perfecta. 

La  perfecta  oración  Castellana  ha  de 
tener  nueve  partes  ,  que  son  Artículo  , 
Nombre  ,  Pronombre  ,  Verbo  ,  Partici- 
pio ,  Preposición  ,  Adverbio  ,  Interjec- 
ción ,  y  Conjunción. 


Ar^ 


054) 

'    Arte  del  Romance  ,  Lib»  IL 
fag.  ij8./  IJ9. 

Para  denotar  el  genero  neutro  sirve 
el  articulo  lo  i  conviene  solo  a  los  adje- 
tivos tomados  a  manera  de  substantivos, 
i  esto  no  mas  que  en  el  numero  singu- 
lar :  como  Dios  ama  lo  bueno  ,  i  ahorre^ 
ce  lo  malo.  Para  suplir  el  plural  lo  pa- 
samos al  genero  femenino  Con  este'  nom- 
bre cosas  ,  diciendo  ;  Dios  ama  las  co^ 
sas  buenas  ,  esto  es  señalar  que  no  ai  en 
Castellano  nombre  ni  genero  verdade- 
ramente neutro. 


Ga- 


ídem  yfag,  28. 

El  Articulo  LO  ,  que  llaman  neu- 
tro ,  no  se  puede  juntar  á  ningún  nom- 
bre substantivo  ,  por  no  tener  la  lengua 
Castellana  nombres  del  Genero  neutro, 
como  la  Latina.  Usase  de  dos  modos  ; 
el  primero  con  los  adjetivos  tomados  á 
solas ,  sin  substantivo  alguno  ;  y.  g.  Lo 
bueno  ,  Lo  malo  ,  Lo  posible  ,  &c.  El  se.- 
gundo  hacemos  la  oración  á  manera  de 
substantivo  .... 


M  Ar^ 


(156) 

Arte  del  Romance ,  Ltb.  IL 
pag,  141./  142. 

Se  conoce  que  un  Nombre  está  en 
singular  cuando  significa  solo  una  cosa  i 
le  precede  o  le  puede  preceder  el ,  la  ,  o 
lo  ,  como  ¿"Z  Sol ,  la  Luna  ,  lo  honesto.  Pe- 
ro estará  en  plural  cuando  expressa  mu- 
chas cosas  ,  i  le  preceden  o  le  pueden 
preceder  los  ,  o  las  ,  como  los  Prophe- 
tas  y  las  narices, 

Ihidem, 

Ai  a  mas  de  esto  otra  regla  para  dis- 
cernir el  singular  del  plural  por  la  ter- 
aiiinacion  en  esta  manera  :  todos  los  nom- 
bres sean  substantivos  sean  adjetivos  a- 
cabados  en  a  ,  e  ^  o  hacen  el  plural  aña- 
diendo una  s  ;  todos  los  demás  de  otras 
terminaciones  añaden  es  para  el  plural. 


Ga- 


Gayos  O  ,  pag.  j6. 

Numero  en  el  Nombre  es  aquello 
por  que  se  distingue  uno  de  muchos.  El 
Numero  que  significa  uno  ,  se  llama  sin- 
gular ,  como  el  hombre  ,  la  muger.  El 
Numero  que  significa  muchos ,  se  llama 
plural  i  V.  g.  Los  hombres  ,  las  muger  es» 


ídem 


P^g'  33* 


Los  acabados  en  qualquiera  de  estas 
vocales  a  ,  e  ,  o  ,  forman  su  numero  plu- 
ral añadiéndoles  una  S  al  singular. 

Los  acabados  en  las  restantes  voca- 
les /  ,  «  ,  y  consonantes  expresadas  ,  le 
forman  añadiéndoles  á  su  singular  la  sy- 
laba  es. 

Véanse  los  exemplos  de  uno  y  otro. 


M  2  Af' 


(158) 

'Arte  dsl  Romance  ,  Lib,  IL 
fag.  142. 

Los  nombres  proprios  no  tienen  en  ri- 
gor plural  ,  pero  si  se  hacen  de  algún 
modo  comunes  ,  i  asi  lo  pide  el  sentido 
de  la  oración ,  les  da  nuestra  lengua  plu- 
ral según  las  reglas  generales ,  i  assi  de- 
cimos los  Fernandos  ,  ¡as  Isabeles  ,  los 
Moneaos  ,  los  Trigos  ,  ¡os  Arrozes, 

Otros  nombres  ai  ,  que  se  usan  solo 
en  plural  ,  y  no  se  hallan  en  singular  , 
como  albricias  ,  angarillas.  ... 

Arte  del  Romance  ^Lib,  IL  ^ag,  145. 

Aunque  nuestro  Romance  no  dis- 
tingue casos  en  los  nombres  por  su  ter- 
minación como  el  Latin  ,  i  Griego  ,  con 
todo  se  puede  notar  esta  variedad  por 
las  preposiciones  i  articulos ,  que  prece- 
den ;  i  con  esto  guardarse  la  analogia 
en  las  declinaciones  con  los  Latinos. 


Ga^ 


(159) 

Xxayoso ,  pag,  41./  42. 

Los  Nombres  propios  de  hombres  ,  y 
mug-eres  ,  tienen  solamente  singular  ,  pomo. 
Pedro  ,  Domingo  ,  Agustiu  ,  Fernando  ,  .  . 
Pero  si  decimos  Pedros ,  Fernandos  ,  ^¿2- 
r/Vtj  ,  Claras  ,  o  Teresas  ,  es  porque  estos,  y 
otros  Nombres  propios  convienen  a  muchos, 
y  de  esta  suerte  se  puede  en  algún  modo 
decir  ,  que  pasan  á  Apelativos ,  ó  comunes. 

Tieaen  plural ,  y  carecen  de  singular  al- 
gunos Nombres  de  Lugares  ,  como  Burgos, 
Bruxelas  ,  Dueñas ,  Cae  eres  ,  3j:c.  y  otros 
diferentes  ;  v.  g.  Angarillas  ,  Parrillas  , 
Trevedes ,  Grillos  ,  Llares  ,  .  .  , 

Gayosoypag,^!. 

La  Declinación  es  una  variación  de  las 
partes  declinables  de  la  oración  ;  pero  los 
Nombres  Castellanos  son  indeclinables  ;  bien 
que  hacemos  ,  que  se  declinen  con  ciertas 
Aposiciones  ,  o  Artículos  indefinidos  ,  que 
van  puestos  antes  del  Nombre  ,  y  del  Ar- 
ticulo ,  6cc. 


Mj  Ar- 


Arte  del  Romance  ,  Lib.  JL 
fag.  150.7  151. 


....  De  estos  unos  se  forman  de  otro 

nombre 

i  se  llaman  denominati'vos 

I.   Los 

Denominativos    mas  especiales 

tienen  las  siguientes  terminaciones  en 

dad  como  de  Mozo.  .  ,  Mocedad. 

ada  . .  . 

de  Vacca  .  .  .  Vaccada  , 

ado  .  .  . 

de  Tabla  .  .  .  Tablado  . 

al..,  . 

de  Celeste  .  .  Celestial. 

ar  .  .  ,  . 

de  Pino  ....  Pinar. 

ario  .  .  . 

de  Hierva.  .  .  Herbolario, 

aza  .  . . 

de  Hilo  . .  . .  Hilaza. 

azo  .  .  . 

de  Saeta.  .  .  ,  Saetazo. 

eda. . .  . 

de  Álamo  .  . .  Alanieda. 

edo  .... 

de  Olmo.  .  .  .  Olmedo, 

era  .  ..  . 

,  de  Lado.  .  .  .  Ladera. 

ero  .... 

de  Monte  .  .  .  Montero. 

iento .  .  . 

de  Sed Sediento. 

dor.  .  .  . 

de  Leña  . . .  .  Leñador, 

oso  ,  .  .  . 

de  Gloría  .  . .  Glorioso. 

udo .... 

de  Cabeza. .  .  Cabezudo. 

uno.  .  .  , 

,  de  Oveja.  .  . .  Ovejuno, 

ura  . .  • , 

.  de  Pintor  . .  .  Pintura. 

Ga. 


(i6i) 

Gayoso  ,  pag.  6j.  y  64. 

El  Nombre  DenomÍ7iativo  es  aquel  que 
nace  ,  y  se  deriva  de  otro  Nombre.  Los  mas 
especiales  se  acaban  en  las  terminaciones  a  , 
ad,  ada  ,  ado  ,  al ,  ar ,  edo ,  ^¿/¿?  ,  oso  ,  iento, 
aza,  azo ,  //¿Z?,  /mo,  ¿?r/í>,  ero,  era.or, . . 

En  a  ,  como  de  Cí/or ,  calentura ,  de 
Gordo  .gordura.  En  .^¿Z  ,  como  de  Bueno  , 
bondad  :  de  Afo^o  ,  mocedad.  En  ¿2^:/^  ,  de 
F^r^,  vacada :  de  Bofe^,  bofada.  En  ^^£?,  de 
Tabla,  tablado-.  A^Cerca, cercado.  En  al,  de 
Jieinpo  temj}oral\  de  Muerte,  mortal.  En  ¿^r, 
de  P/w(? ,  finar-,  de  Colmena  ,  colmenar-.  En 
í'<3^(9,  de  0//7ZÍ?,  olmedo-,  de  Sauce,  salcedo.  Los 
acabados  en  r^/^?;  v.g.  de  Árbol,  arboleda-,  de 
Fresno,  fresneda.  En  í?jo,  de  Amor,  amoroso; 
de  Fama,famoso.Y  los  femeninos  en  <í,€omo 
Amor  os  a,  famosa.  En  í?«/-í>,  <i^^  Sed,sediento  : 
de  Hambre  hambriento-.  Y  los  femeninos  en 
¿?  ;  V.  g.  Sedienta  ,  hambrienta.  En  ¿zzo  ,  de 
Saeta  ,  saetazo  :  de  i^i^/¿z ,  balazo.  Y  los  fe- 
meninos en  íí2¿í ,  de  Lino,  linaza  :  de  i/Z/o  , 
hilaza  ,  &c. 

Toda  esta  Lección  VI.  en  el  ilr/*  á*/  Romance  es  ro- 
mnda  de  la  Gramática  CattelUna  de  Gayoso  ,  Lección. 
XI.  pero  c«>n  inversión  total  de  ella  ,  tomando  los  fi- 
nes por  principios  ,  y  al  contrario  ,  omitiendo  en  u- 
nas  partes  ,  y  añadiendo  en  otras  lo  que  le  pareció  á 
proposito  para  disfrazar  el  hurto  j  como  lo  vera  qual- 
quiera  que  coteje  las  dos  Lecciones. 

M  4  Ar- 


^rt?  del  Romance  ,  J^ib.  II. 
fag,  167. 
Se  llaman  Pronombres  demonstratí- 
vos  los  que  sirven  para  señalar  o  mostrar 
aquella  cosa  de  que  se  Jiabla ,  i  son  los  si- 
guientes. 

Singular.  Plural. 

Masculino     este estos. 

Femenino     esta .  .  .  ,  estas. 
Masculino     esse .....  essos. 
Femenino     essa  ....  essas. 
Masculino     Aquel .  ,  .  Aquellos, 
Femenino      Aquella . .  Aquellas, 

I  los  Compuestos : 
Masculino     Aqueste .  .  Aquestos, 
Femenino     Aquesta.  .  Aquestas, 
Masculino     Aquesse,.  Aquessos, 
Femenino     Aquessa.  .  Aquessas, 

Como  también  los  compuestos  del  ad* 
jetivo  otro ,  como  estotro  ,  estotros  ;  esto- 
tra ,  estotras  ;  essotro  ,  ^ssotros  ;  essotra^ 
ess  otras. 

JEste  demuestra  la  cosa  mas  cerca  de  mi  ; 
esse  h  mas  cerca  de  ti ;  aquel  h  cosa  mas  le- 
jana de  mi ,  i  de  ti, 

Ga- 


Gajoso  ^pag.  yg. 

Pronombre  Demonstrativo  es  aquel, 
que  muestra  ó  señala  alguna  cosa  ;  v.  g. 
Este  ,  Esse  ,  Aquel ;  y  sus  compuestos 
Aqueste  ,  y  Aquesse  ,  que  son  del  gene- 
ro Masculino;  y  los  del  Femenino  se  ter- 
minan en  a  ;  v.g.  Esta  ,  essa-.  Aquella  , 
Aquesta  ,  .Aquessa  ;  y  en  el  plural  se  les 
añade  una  S',  v.g.  Estas,  Essas ,  Aque^. 
lias.  Aquestas,  Y  los  Neutros  hacen  en 
o;  v.g.  Esto,  eso,  aquello^  aquesto,  aquesso. 
El  Pronombre  Este  muestra  la  cosa  mas 
cercana  de  mi  :  Esse  la  mas  cercana  de 
ti :  Aquel  señala  lo  que  está  apartado  de 
mi ,  y  de  ti. 

Otros  Pronombres  Demotistrativos 
hay  compuestos  del  Adjetivo  Otro ;  v.g. 
Estotro ,  essotro  :  Aquestotro  ,  aquesso- 
tro 

Quanto  dice  de  los  Pronombres  el  Autor 
del  Arte  del  Romance  es  tomado  de  la  Gra- 
mática Castellana  de  Gayoso  ,  con  la  cautela 
de  invertir  el  orden  ,  á  fin  de  deslumhrar-  a 
los  Lectores. 

.  ^  Ar- 


(1 64) 

Arte  del  Romance  ,  Lib»  II, 
j)ag.  170. 

Que  no  siempre  es  relativo  ;  puede 
ser  también  conjunción  que  en  Latin  cor- 
responde al  quam ,  como  diciendo  :  Mas 
'vale  un  toma  que  dos  te  daré.  Otras  ve- 
ces denota  infinitivo  ,  como  cuando  se 
dice  :  Piensa  el  Ladrón ,  que  todos  son  d& 
su  condición. 


.\  Ga- 


(i65) 
Gayoso  yfag.  7.11. 

La  partícula  que  no  siempre  es  Re- 
lativo (  como  explicaremos  adelante  ) 
pues  muchas  veces  es  partícula  conjunti- 
va ,  regida  de  varios  Verbos  determi- 
nantes; v,g.  Creo,  juzgo  ,  entiendo,  &c. 
No  sé  que  decir  ,  ó  qué  diga  de  ti.  Bien 
se  ve  que  la  partícula  que  no  es  Relati- 
va ,  sino  continuativa  del  verbo  Saber 
al  modo  infinitivo  ,  ó  subjuntivo. 


Ar^ 


(i66) 

Arte  del  Romance  ,  pag.  jo; 
Tomo  IL 

Se  llaman  verbos  anómalos  o  irrc^ 
guiares  los  que  en  la  formación  de  sus 
tiempos  i  personas  no  guardan  la  analo- 
gía i  reglas  de  las  Conjugaciones  regu- 
lares según  se  an  dado  en  los  egemplos 
precedentes ;  porque  mudan  alguna  le- 
tra o  sylaba.  Se  reducirán  a  clases  estas 
mismas  anomalías  ,  por  mantener  orden 
cuanto  se  pueda  ,  i  se  dirán  solo  los 
tiempos  i  personas  ,  donde  uviere  irre- 
gularidad ,  deviendose  entender  lo  de- 
más según  las  reglas  generales.  Al  ñn 
se  pondrán  aquellos  anómalos  ,  que  no 
entran  en  classe  alguna  ;  i  se  notarán  por 
orden  sus  irregularidades. 


Ga- 


(1 67) 

Gajoso  y  pag.  182. 

Verbos  Anómalos  ,  ó  Irregulares  , 
son  aquellos  ,  que  no  guardan  en  la  for- 
mación de  sus  tiempos  ,  y  personas  la 
analogía  ,  y  reglas  de  los  Verbos  Re- 
guiares  ,  cuyas  conjugaciones  hemos  de- 
clarado. Su  irregularidad  consiste  en  que 
mudan  ,  pierden  ,  ó  añaden  algunas  le- 
tras ,  ó  sylabas  en  ciertos  tiempos  ,  y 
personas. 

Procuraremos  reducir  sus  principa- 
les Anomalías  ,  ó  Irregularidades  ,  á 
ciertas  Reglas ;  y  las  que  no  cupieren 
en  ellas  ,  se  comprehenderán  en  un  ín- 
dice Alphabetico  ,  que  se  añadirá  al  fin. 


No- 


Ci68) 

Nota  a  la  pag.  45.  Tom.  II. 

del  Arte  del  Romance, 

En  el  índice  Alfabético  de  los 
Verbos  irregulares  pone  el  Autor  del 
Arte  los  mismos  que  comprehende 
el  de  la  Gramática  Castellana  de  Ga- 
yoso  ,  (  que  empieza  pagina  191  )  á 
excepción  de  ASIR  ,  que  (  acaso  d^ 
intento  )  omite  ,  y  SATISFACER  , 
que  añade  ,  cometiendo  el  yerro  de 
mezclar  con  las  personas  irregulares  al- 
gunas ,  que  no  tienen  irregularidad  , 
como  en  el  verbo  Dormir  ,  las  perso- 
nas dormimos  ,  dormis  ,  dormid  :  en 
Hacer  ,  haces  ,  Sac,  haciendo  :  en  Mo- 
rir ,  morimos  ,  morís  ,  morid  :  en  Oir , 
cid :  en  Oler  ,  las  personas  olemos  ,  oléis, 
oled.  Y  la  misma  inadvertencia  se  le 
nota  en  las  primeras  ,  y  segundas  per- 
sonas del  plural  del  presente  de  Indi- 
cativo ,  y  en  la  segunda  de  plural  del 
Imperativo  de  algunos  verbos  ,  que 
están  después  de  los  que  acabamos  de 

de- 


(i69) 
decir.  En  el  verbo  IR  ha  dexado   de 
expresar  la  irregularidad  que  tiene  en 
el  pretérito  imperfecto  de  Indicativo. 


Ar 


(170) 

^Arte  del  Romance  ^  pag,  78. 
Tomo  11. 

Algunos  todavía  no  se  an  anticuada,  i 
se  usan  como  verdaderos  participios,  co- 
mo ;  L,os  liednos  estantes  i  habitantes  en 
esta  Villa.  Los  Procuradores  residentes 
en  la  Corte.  El  Correo  iente  ,  i  ^veniente. 
Los  Estados  pertenecientes  ,  tocantes  a  la 
Corona  ,  i  otros  pocos  que  nos  an  queda- 
do en  el  estilo  legal. 

Arte  del  Romance  ,pag.  yg.  Tom,  11. 

El  Advei"bio  es  una  voz  indeclinable 
que  se  ayunta  regularmente  al  verbo  pa- 
ra expressar  algún  modo  suyo  o  circuns- 
tancia. Como  diciendo :  ^mó  tiernamen- 
te Christo  a  sus  Discípulos.  Los  Vasa- 
llos deven  servir  fielmente  a  su  Soberano  : 
donde  tiernamente  i  fielmente  denotan  la: 
circunstancia  de  los  verbos  amar  i  servir. 
Por  lo  que  de  ordinario  acrecientan,  men- 
guan ,  o  mudan  la  significación  del  ver- 
bo ,  como  mucho  lee  :  poco  observa  ,  na- 
da sabe. 

Ga- 


(>7i) 
Gapsó  ffag.  101,  y  202. 

Hallanse  ,  no  obstante ,  algunos  usa- 
dos como  verdaderos  Participios  ;  v.  g. 
Monarca  rejna^ite  ;  esto  es  ,  que  actual- 
mente rey  na.  El  Correo  yente  y  njiniente\ 
esto  es ,  que  va  ,  i  viene.  Los  Cuidada- 
nos  estantes  ,  habitantes  ,  y  residentes  ; 
esto  es  ,  que  están ,  habitan  ,  y  residen. 
Los  negocios  tocantes  ,  y  pertenecientes  d 
la  Corona  ;  esto  es  ,  que  tocan ,  y  perte- 
necen a  la  Corona. 

Gayo  so  i  p^g'  íio6. 

El  Adverbio  es  una  parte  indeclina- 
ble de  la  oración  ,  que  se  junta  al  verbo  , 
y  a  otras  partes  ,  afirmando  ,  ó  negando  , 
aumentando,  disminuyendo,  ó  mudan- 
do la  significación  de  la  oración  ;  v.  g. 
No  leo  :  Menos  amo  :  Mucho  escribo  : 
Bien  corre  :  Mal  anda.  Llamase  adver- 
bio ,  porque  regularmente  se  junta  al 
Verbo  para  determinar  alguna  calidad 
que  en  él  se  ofrece. 

N  Ar- 


(172) 

Arte  del  Romance  ^fag,  87.  Tom.  II, 

A  mas  de  estas  preposiciones  ,  que  se  lla- 
man separadas  ,  se  consideran  las  que  sirven 
para  componer  otras  palabras  ,  aumentando  , 
disminuyendo  o  mudando  en  contrario  la  sig- 
nificación del  verbo  ,  nombre ,  o  división  ,  en 
cuya  composición  entran  ,  son  las  siguientes. 

A  como  :  Aclamar  ,  aplacer  i  de  ordinario 
aumenta  la  significación. 

Ab.  .  .  Abjurar ,  abominar  ,  abortar  ,  ab- 
solver. 

Ad .  .  .  Advenedizo  ,  admirar.  Acerca  la 
cosa. 

Am  .  .  Amjparar,  Aplica  mas  la  cosa  que  sig- 
nifica. 

Des,  .  Desamar ,  desobligar.  Muda  la  sig- 
nificación en  contrario. 

Dis  .  .  Disgusto  y  distraher.  Suele  mudar  la 
significación  del  simple, 

Em.  .  .  Émbaynar.  Aumenta  la  significación. 

Ex .  .  .  Ex-pressar  ,  exj)omr.  Declara  mas 
que  el  simple. 


Ga- 


(.^73) 
Gayoso ,  j)ag.  205. 

Las  Preposiciones  Juntas  ,  y  que  en- 
tran en  composición  de  muchos  Nom- 
bres ,  y  Verbos ,  y  no  tienen  significa- 
ción alguna  fuera  de  composición  ,  son 
las  siguientes;  A  ,  ad ,  an y  des ,  di  ,  dis^ 
ex  ,  in  ,  ob  ,  pre  ,  pro  ,  re  ,  se  ,  su  ;  v.g. 
aclamo  ,  advenedizo  ,  amparo  ,  deshago  , 
divertido  ,  dispuesto  ,  expongo  ,  z«^^ro  , 
obtengo  ,  Prepósito  ,  propongo  ,  retenido  , 
separado  ,  socorro  ,  supuesto. 


Na  ^r 


(í74) 
Arte  del  Romance  y^ag.  95.  Tom.  11. 

La  interjección  es  una  parte  indecli- 
nable de  la  oración  ,  <^ue  sirve  para  de- 
clarar algunos  afectos  del  alma  ,  como 
de  gozo  ,  de  pena  ,  de  temor  ,  &c.  Casi 
en  todas  las  Lenguas  son  unas  mismas. 
Assi  para  manifestar 

Dolor  se  usa  :  Hai !  ha  !  hai  I  hai ! 
Guai  del  latin  vae  I 

Alegria  i  placer  :  Ha  \ha\he  \  O 
hala  !  hala  alágala  !  tararira  \ 

Admiración  \  O  \  o  Dios  !  I  otras 
por  suplemento. 

De  miedo  :  Tal  tal  tate  !  tate  ! 

De  silencio  :  Chito  I  chiton  !  Ea  ! 

De  llamar  :  Chis  Ola.  He  I  oh  \ 

De  amenaza  :  Guai.  Ya  ,  ya. 


Ga- 


075) 
Gajoso  j^ag.  211. 

La  Interjección  es  una  parte  indecli- 
nable de  la  oración  ,  que  declara  los  va- 
rios afectos  que  hay  en  el  alma  ;  v.  g. 
Ay  de  mi !  y  asi  quantos  afectos  ,  y  al- 
teraciones se  hallen  en  ella  ,  tantas  inter- 
jecciones demuestra.  Llámase  Interjec- 
ción ,  porque  se  arrima  ,  y  junta  con  to- 
das las  demás  partes  de  la  oración.  Las 
significaciones  de  las  Interjecciones  son 
muchas  ,  y  las  mas  son  comunes  á  todas 
las  Lenguas  ;  y  son  como  se  siguen. 

T>e  admiración  ;  v.  g.  O  buen  Je- 
sús !  Válgame  Dios ! 

De  dolor  ;  v.g.  Ay  de  mi !  Ay  ,  ay! 
&c. 


Nj  Ar- 


(176) 

Arte  del  Romance ,  fag.  112  y  1 2  j . 
Tomo  IL 

Es  phrase  mui  usada  nombrar  la  co- 
sa por  genitivo  de  su  nombre  proprio, 
puesto  delante  el  común  o  algún  adje- 
tivo ,  diciendo :  La  Ciudad  de  Huesca, 
por  la  mesma  Ciudad  Huesca  ,  el  mes 
de  Enero  ,  la  Villa  de  Madrid  :  el  bovo 
de  Juan  ,  por  Juan  el  bovo  ;  el  vellaco 
del  Ventero  ,  por  el  Ventero  vellaco. 
De  aqui  nació  una  gracia  ,  de  que  usa- 
mos a  dos  sentidos  ,  diciendo  :  el  asno  de 
Sandio  ,  por  el  i  su  asno  :  el  rocin  del 
Doctor  ,  por  los  dos. 


Ga- 


Gayoso  ,  pag,  229.  /  256. 

ij 

Usase  también  quando  ponemos  cl 
adjetivo  en  nominativo  ,  ó  en  otro  caso, 
juntándole  dicha  aposición  DE  ;  v.g.  El 
tonto  de  Francisco.  El  bárbaro  de  Juan, 
El  ladrón  del  Ventero ,  &c.  que  es  lo 
mismo  que  Francisco  tonto  ,  Juan  bár- 
baro ,  el  ladrón  Ventero  :  y  asi  mismo  en 
los  Femeninos ;  v.g.  La  infame  de  Jua* 
na ,  la  ingrata  de  Maria  ,  &c. 

Todos  los  Nombres  Substantivos  , 
comunes  ,  ó  Apelativos  ,  en  todos  los 
casos  del  singular  ,  y  plural  pueden  te- 
ner Genitivo  después  de  si ,  &c. 


N4  D. 


D.  Juan.  No  pueden  darse  prue- 
bas mas  convincentes  de  que  el  Autor 
usó  del  plagio.  No  sé  yo  como  se  inge- 
niará para  salir  de  este  aprieto. 

D,  Antonio.  Ni  yo  lo  sé.  Solo 
me  acuerdo  de  Horacio  ,  (*)  que  dice  ; 

Publica  materies  privati  ¡uris  erit ,  si 
Nec  circa  vilem ,  patulumque  moraberis 

orbem. 
Nec  verbum  verbo  curabis  reddere  íidus 
Interpres  ,  nec  desilies  imitator  in  ar- 

ctum  ; 
Unde  pedem  proferre  pudor  vetet ,  aut 

operis  lex. 

Que  traduce  Vicente  Espinel  de  es- 
te  modo  : 

La  publica  materia  harás  tuya  , 
Si  del  vulgacho  la  opinión  no  sigues ; 
Y  siendo  en  declarar  fiel  Interprete  , 
No  traduzcas  palabra  por  palabra  , 

Ni 

(*)     En  su  Arte  Poética. 


(í79) 
Ni  imitando  desciendas  en  estrecho  , 

De  donde  k  vergüenza  ,  ó  lo  que  imitas 

Te  estorve  el  paso  á  que  salir  no  puedas. 

Esto  es  :  qualquier  asunto  ,  ó  mate- 
ria ,  en  que  otros  han  trabajado ,  se  po- 
drá llamar  propia,  escribiéndola  con  al- 
gún realce  ,  variando  con  ingenio  el  mo- 
do y  palabras  ,  con  que  los  otros  lo  hi- 
cieron ,  pero  sin  apartarse  de  la  substan- 
cia y  la  verdad.  Pero  detenerse  á  copiar 
á  la  letra  sin  variar  ,  es  lo  que  llama 
Horacio  Orbem  vikm  ,  et  fatulum  ,  y 
con  mucha  razón  ;  porque  á  la  verdad 
es  demasiada  pobreza  de  ingenio  qual- 
quiera  clase  de  hurto  literario  ;  y  sea 
quien  fuere  el  que  incurra  en  él  ,  no  de- 
be ser  llamado  imitador  ,  sino  relator , 
porque  no  dice  cosa  suya.  Además  de 
que  procediendo  de  este  modo,  se  expo- 
ne el  miserable  copiante  á  entrar  en  lu- 
gares tan  estrechos  ,  que  no  pueda  vol- 
ver atrás  ,  ni  pasar  adelante. 

D.   Juan.     Es  cierto   lo    que  dice 
Horacio  ;  y  oxalá  todos  los  que  inten- 
tan escribir  alguna  obra  ,  ya  sea  en  pro- 
sa 


('8o) 
sa  ,  ya  en  verso  ,  leyesen  antes  5U  Arte 
Poética  ,  para  no  exponerse  á  la  risa  del 
Público.  Y  ya  que  Vm.  me  ha  citado, 
ó  refrescado  las  especies  del  Arte  Peoti- 
ca  de  Horacio  (  que  aprendí  de  memo- 
ria )  le  confieso  a  Vm.  llanamente  ,  que 
veo  con  mas  perspicacia  ,  ó  distinción , 
que  el  Autor  del  Arte,  del  Romance  no 
tuvo  presentes  los  preciosos  documentos 
de  Horacio ;  porque  si  los  hubiese  leí- 
do ,  quizá  no  emprendería  la  forja  del 
Arte  del  Romance  Castellano, 

D.  Antonio.  Eso  es  evidente.  Pe- 
ro dígame  Vm.  por  vida  suya  ,  ¿  qué 
pecados  ha  cometido  el  Autor  del  Arr 
te  del  Romance  Castellano  contra  el  Arte 
Poética  de  Horacio  ? 
,  D.  Juan.  ¡  Ahí  es  un  grano  de  anís ! 
Todo  quanto  escribe ,  es  contra  los  man- 
damientos que  nos  dexó  Horacio  en  a- 
quglla  Pieza  preciosísima. 

D.  Antonio.  Si  vuelve  Vm.  a  de- 
cir Pieza  y  cortaremos  la  conversación;  y 
Christo  con  todos.  Ya  le  dixe  a  Vm.  , 
que  Pieza  ,  en  el  sentido  que  Vm.  ha- 
bla ,  no  es  palabra  Castellana.   Escuse 

Vm. 


(i8i) 
Vm.  el  uso  de  voces  estrangeras ,  y  use- 
mos en  nuestra  conversación  de  Ja  abun- 
dancia admirable  de  nuestro  Idioma. 

D.  Juan.  Perdone  Vm.  Señor  D. 
Antonio  ;  que  se  me  escapó  sin  poder- 
lo remediar.  Pero  volviendo  al  asunto 
digo  ,  que  si  el  Autor  del  Arte  del  Ro- 
mance hubiese  tenido  presente  aquella 
hermosisima  obra  (  qual  es  á  voto  de 
todos  el  Arte  Poética  de  Horacio  )  es- 
cusariamos  esta  ,  y  otras  muchas  con- 
versaciones. I  O  qué  bien  dixo  en  estos 
versos ; 

Sumite  materiam  vestris  qui  scribitis  x- 

quam 
Viribus  ,  et  vérsate  diu  quid  ferré  re- 

cusent  , 
Quid  valeant  humeri  ,  cui  lecta  poten- 

ter  erit  res  , 
Nec  facundia  deseret  hunc  ,  nec  lucidus 

ordo. 
Ordinis  hxz  virtus  erit  ,  et  Venus  (  aut 

ego  fallor  ) 
Ut  jam  nunc  dicat ,  jam  nunc  debentia 

dici: 

Pie- 


(.82) 

Plchr^que  differat ,  et  príBsens  in  tempus 
omittat. 

Que  suenan  en  Castellano  según  la 
traducción  de  Vicente  Espinel  : 

Vosotros  ,  que  escribís  ,  buscad  materia 
Igual  a  vuestras  fuerzas ,  y  gran  tiempo 
Pensad  ,  y  revolved  qué  carga  pueden 
Llevar  ,  ó  qual  reusan  vuestros  hom- 
bros , 
Al  que  escogiere  lo  que  puede  y  sufre, 
Nunca  le  faltará  elegancia  ,  y  orden. 
Esta  del  ordenar  es  la  excelencia  , 
Y  la  gracia  se  engaña,  ó  yo  me  engaño: 
Que  de  las  cosas  que  decirse  deben 
Las  mas  propias  escriba  ,  y  las  restantes 
A  mejor  tiempo  y  ocasión  las  dexe. 

D.  Antonio.  Es  cierta.  Pero  pre- 
gunto i  nó  ha  hecho  lo  mismo  el  Au- 
tor del  Arte  del  Romance  ?  ¿  Por  ventu- 
ra le  contempla  Vm.  tan  falto  de  fuer- 
zas ,  que  no  pueda  escribir  ,  ó  formar 
de  nuevo  una  Gramática  Castellana  ?j 

D.  Juan.     Señor  D.  Antonio  ,  Vm. 

tie- 


tiene  gana  de  fiesta  ,  según  parece. 

D.  Antonio.  Diga  Vm.  lo  que 
quisiere  ,  porque  me  gusta  ;  y  una  vez 
que  no  le  contradigo  ,  no  debe  Vm.  pri- 
varme de  esta  diversión. 

D.  Juan.  Pues  bien  ,  vamos  acor- 
des ,  y  prosigo  diciendo  ,  que  el  Autor 
del  Arte  del  Romance  ,  tiene  poco  de 
cosecha  propia  ,  sino  las  puntadas ,  y 
que  a  cada  paso  se  le  halla  circa  'vi- 
km  ,  et  fatulwn  orbem  ,  por  mas  que  es- 
forzó su  ingenio  en  destrozar  las  obras 
de  que  formó  su  Arte, 

D.  Antonio.  Es  cierto  ;  porque 
aunque  puso  los  fines  por  principios ,  y 
al  contrario  ,  saltando  de  un  lugar  a  o- 
tro  ,  hemos  visto  ,  (  y  lo  puede  ver  qual- 
quicra  )  que  siempre  copia  de  Autores 
que  tenemos  entre  las  manos. 

D.  Juan.  Añada  Vm.  á  esto  ,  que 
si  descubre  algo  que  sea  de  cosecha  pro- 
pia ,  es  contrario  al  uso  ,  y  costumbre. 

D.  Antonio.  Si  fuéramos  ahora  á 
notar ,  y  criticar  palabra  por  palabra  to- 
do el  Arte  del  Romance  Castellano  ,  no 
acabaríamos  en  un  año.  Diga  Vm.  al- 


(i84) 
gunas  de  sus  observaciones  conforme  le 
ocurran   ,   y  quédense  las  demás  para 
quando  fueren  menester. 

D.  Juan.  Esta  noche  ha  de  ser  Ho- 
racio mi  norte  ,  mi  guia  ,  y  en  una  pa- 
labra y  el  thema  ,  y  escudo  de  la  ma- 
yor parte  de  quanto  he  de  hablar  ;  y 
asi  digo ,  que  todo  lo  que  toca  al  Ori- 
gen y  Épocas  del  Romance  ,  tomado  de 
Ja  Paleografhta  Esfajíoia  ,  Origines  de 
la  Lengua  del  Señor  Mayans ,  Aldere- 
te,  &c.  es  contra  la  doctrina  de  Horacio. 

D.  Antonio.  Dificulto  mucho  que 
Vm.  lo  pruebe. 

D.  Juan.  No  tiene  dificultad  el  ha- 
cerlo ;  lo  primero  ,  porque  todo  lo  que 
se  dice  en  el  citado  Libro  I  ,  mas  per- 
tenece á  la  Historia  ,  que  á  la  Gramá- 
tica, Lo  segundo  ,  porque  aunque  toca- 
se especialmente  a  esta ,  no  viene  ni  ha- 
ce al  caso  para  la  Gramática  Castellana 
moderna.  Lo  tercero  ,  porque  las  tales 
Épocas  ,  ó  Historia  ,  no  son  para  Mu- 
chachos ,  sino  para  adultos.  Lo  quarto, 
porque  aunque  perteneciesen  a  aque- 
llos ,  debian  dárseles  al  íin  de  la  Gra- 
ma- 


matica  ,  como  fruto  ,  ó  cosecha  de  Jas 
reglas  claras ,  simples  ,  y  esenciales  del 
^rte.  Lo  quinto  ,  porque  la  Syntaxis  en 
cada  Época  ,  ó  Edad  difiere  entre  si  no- 
tablemente ;  y  para  que  el  muchacho  lo 
entendiese  ,  parecía  regular  que  le  die- 
se el  Autor  la  Gramática  de  cada  una. 
Lo  sexto,  porque  ¿qué  entenderá  un  ni- 
ño de  Épocas  ,  quando  apenas  ha  salu- 
dado los  rudimentos  de  la  Gramática  ? 
Lo  séptimo  ,  porque  el  Autor  se  em- 
peña en  que  el  muchacho  haga  cosecha 
sin  sembrar  ,  ó  por  mejor  decir  ,  que  la 
tierra  inculta  y  por  labrar  (  que  es  seme- 
jante al  entendimiento  del  niño  ,  ó  mo- 
zuelo bozal  )  produzca  sin  sefnbrarla.... 

íí  ¡  Bonito  soy  Yo  ,  si  tomo 
íí  Alguna  cosa  con  brio  ! 

D.  Antonio.  ;  Terrible  está  Vm. 
Señor  Don  Juan  Zurreño  !  Quasi  qua- 
si  me  voy  acobardando  ,  y  retrayéndo- 
me del  proposito  que  tenia  de  provocar 
á  Vm.  con.  indirectas.  Sosiegúese  Vm. 
porque 

E^as 


(i86) 

Esas  materias  son  humos 
De  algún  humorciJlo  craso  , 
Que  mordicante  exaspera 
Los  sucos  atrabiliarios.  (*) 

Con  efecto  está  Vm.  para  ello,  y  yo 
me  hallo  convencido  de  lo  que  Ym.  di- 
ce ;  porque  hablando  con  verdad  ,  el 
Autor  del  Arte  del  Hvmance  Castellano 
pretende  empezar  por  donde  se  debe  a- 
cabar  ;  que  viene  á  ser  lo  mismo  que  si 
á  un  muchacho  ,  que  quiere  aprender  el 
oficio  de  Zapatero  ,  le  quisiese  su  Maes- 
tro instruir  de  la  antigüedad  del  Calza- 
do ,  del  origen  de  la  Lesna  ,  del  Box  , 
del  Tirafie  ,  Brocas  ,  y  Cerote  ;  el  qual 
diria  :  Señor  Maestro  ,  enséñeme  Vm.  pri- 
mero el  modo  de  hacer  zapatos  como  aho^ 
ra  se  usan  ;  que  después  qiie  jo  sepa  ha- 
cerlos ,  será  para  mi  una  gran  diversión 
el  saber  todo  lo  que  Vm.  quiere  ;  porqus 
JO  no  he  de  hacer  zapatos  como  se  usa^ 

han 

.    (*)     Zamora.  El  Hechizado  por  fuerza. 
Jornada  primera. 


087) 
han  en  tiempo  de  los  Romanos  y  ni  de  los 

Godos  y  y  h  mas  >  mas  ^e  pueden  pedir- 
me de  la  antigüedad  ,  quando  yo  posea 
el  arte  zapateril  \ puede  reducirse  en  su- 
ma  d  unas  Andalias  ,  ó  Sandalias  Ca- 
puchinas ,  ó  unos  Alcorques  ,  ó  Zapa- 
tos á  la  Gerony miaña. 

D.  Juan»  Ese  muchacho  diría  bien; 
y  puede  contraherse  ,  y  aplicarse  muy 
bien  al  chicuelo  que  va  a  emprender  la 
Gramática  Castellana  ,  según  quiere  el 
Autor  del  Arte  del  Romance.  Señor  (  di- 
ría su  Padre  ,  ó  Pariente  al  Preceptor, 
ó  Maestro  )  Vm.  enseñe  d  mi  hijo  las  re^ 
glas  ,  y  el  Arte  de  la  Gramática  :  que 
después  le  tendrá  Vm»  dispuesto  para 
que  sepa  discernir  y  gustar  de  sus  £- 
iPjOCAs ,  y  a  poco  trabajo  conseguirá  Vm. 
su  intento  ;  además  de  que  mi  hijo  no  ha 
de  hablar  ,  ni  escribir  como  se  \us aba  en 

Asas  ÉPOCAS   DEL    ROMANCE.    „•  • 

-o  D.  Antonio.     ¡  Está  Vn?.  precioso] 
D.  Juan.     Pues  no  he  concluido  to- 
davía. ¿  Y  asi' 'pregunto  i  Vm.  si  digo 
Jbien  ,  ó  mal  ? 

,,,.£).  Antonio»  No  pudiera  yo  de- 
i  O  cir 


(i88) 
cir  tanto  como  Vm.   dice. 

D.  Juan.  ¿  Con  que  venimos  á  con- 
cluir ,  que  todo  este  Libro  I,  de  las 
JE^ocas  ,  /  Origen  del  Romance  no  vie- 
ne ,  ni  pega  á  la  Gramática  preceptiva? 

D.  Antonio.  Es  evidente  ,  y  no 
sufre  replica. 

D.  Juan,  Pues  aqui  conmigo  ;  y 
vaya  un  cuento.  Entró  un  Caballero  en 
la  tienda  de  un  Albardcro  á  mandar  ha- 
cer una  albarda  para  una  burra ,  de  que 
se  servían  en  su  casa.  De  allí  á  un  ra- 
to entró  un  muchacho  hijo  del  Maes- 
tro ,  que  venia  de  la  escuela.  Pareció- 
le bien  al  Caballero  la  viveza  del  mu- 
chacho ,  y  le  pidió  las  planas  para  ver- 
las. Gustó  mucho  de  su  buena  letra  ,  y 
dixo  al  Padre  :  ¿  Qué  piensa  Vm.  hacer 
de  este  chico  después  que  sepa  escribir? 
Señor  ,  respondió  ,  mi  pensamiento  es 
darle  tres  ,  ó  quatro  años  de  Gramáti- 
ca ;  y  después  será  un  Águila  en  mi  o- 
ficio. 

D.  Antonio.  Ya  he  penetrado  la 
intención  de  Vm.  por  medio  de  la  his- 
torieta ,  y  se  reduce  ,  si  no  me  engaño, 

á 


(i89) 
a  que  tanta  conexión  tienen  las  Evocas 
del  Romance  con  Ja  Gramática  CasteJJa- 
na  preceptiva  moderna  ,  como  los  tres, 
ó  quatro  años  de  estudio  de  ella  con  el 
oficio  de  Albardero. 

D.  Juan.  Acabáramos  con  ello.  E- 
so  era  lo  que  yo  quería  oir  de  boca  de 
Vm.  cuya  sentencia  ,  y  la  mia  concuer- 
dan  con  la  doctrina  de  Horacio.  Dice 
pues  asi  : 

Incoeptis  gravibus  plerumque  et  magna 

professis 
Purpureus  late  qui  splendeat  unus  ,  et 

alter 
Assuitur  pannus  ,  cum  Lucus  ,  et  Ara 

Dianaí  , 
Et  properantis  aquse  per  amoenos  am- 

bitus  agros  , 
Aut  flumen  Rhenum  ,  aut  pluvius  des* 

cribitur  arcus  ; 
Sed  nunc  non  crat  his  locuis  .... 

Que  suena  en  Castellano  traducido 
fielmente  por  el  citado  Espinel : 

O  2  Muy 


(190) 

Muy  de  ordinario  á  los  principios  graves 

Y  que  van  prometiendo  grandes  cosas , 

Uno  y  otro  remiendo  se  les  cose 

De  Purpura  ,  que  adorne  ,  y  resplan- 
dezca. 

Quando  se  pinta  de  Diana  el  Templo  ; 

La  corriente  del  agua  presurosa  ; 

El  bosque  espeso  ,  ó  quando  el  Rin  fa- 
moso i 

O  quando  el  pluvial  arco  se  pinta  ; 

Pero  qué  importa  ,  que  el  pintarlo  a- 
gora 

Va  fuera  de  ocasión  ,  y  propio  tiempo. 

D.  Antonio.  No  hay  duda  en  que 
€s  reprehensible  todo  Autor  ,  que  pro- 
metiendo un  asunto  grave ,  único  ,  y  sin 
mezcla  de  otro ,  empieza  cosiendo  en  él, 
remiendos  de  otro  paño  diferente, 

D.  Juan.  Me  alegro  que  Vm.  lo 
conozca  ,  y  que  confiese  con  el  mismo 
Horacio : 

Denique  sit  quodvis  simplex  dumtaxat, 
et  unum. 

Que 


(190 

Que  traduce  asi  Espinel  : 

Finalmente  yo  quiero  declararme  : 
Sea  lo  que  escribís  un  cuerpo  solo  , 
Simple  ,  y  sin  mezcla  de  diverso  paño. 

Don  Antonio.  Vm.  ha  probado 
muy  bien  su  intención  ,  mediante  lo 
qual ,  me  inclino  á  que  hará  lo  mismo 
con  todo  lo  demás  que  haya  observa- 
do en  el  Arte  del  Romance.  Pero  quisie- 
ra yo  que  no  nos  enzarzásemos  dema- 
siado ,  echando  toda  la  agua  al  moli- 
no. Bueno  será  reservar  especies  ,  por- 
que según  dice  el  refrán  castellano  , 
Quün  guarda  halla  ,  écc. 

D.  Juan.  Estoy  en  eso  ;  pero  tam- 
bién hay  otro  refrán  ,  que  dice :  En  ca- 
sa llena  ^presto  se  guisa  la  cena.  No  lo 
digo  porque  Vm.  crea  que  tengo  gran- 
des fondos  de  entendimiento  ;  sino  por 
el  Arte  del  Romance  Castellano  ,  en  cu- 
yo bosque  á  cada  paso  salta  un  Gaza- 
po ,  y  a  veces  se  descubren  Culebras ,  y 
Lagartos.  Por  tanto,  aunque  se  diga  mu- 
O  j  cho  , 


(192) 

cho ,  quedará  mucho  mas  por  decir  ,  pa- 
ra quando  fuere  menester  ,  si  nos  acor- 
damos. 

D.  Antonio.  Diga  Vm.  lo  que 
quisiere  ,  en  la  inteligencia  de  que  le 
oiré  con  mucho  gusto,  y  replicaré,  quan- 
do venga  á  cuento  ,  hasta  las  diez  y  na- 
da mas. 

D.  Juan.  Prosigo  ,  pues ,  diciendo, 
que  entre  los  retales  de  que  formó  su  o- 
bra  el  Autor  del  Arte  del  Romance  ,  se 
vienen  a  los  ojos  los  que  tomó  de  algu- 
nos Poetas  Castellanos  ;  a  saber  ,  del  P. 
Fray  Luis  de  León  ,  Garci-Laso  ,  Ar- 
gensola,  Lope  de  Vega,  Gregorio  Her- 
nández ,  Ercilla  ,  Arias  Montano  ,  Gon- 
zalo Pérez  ,  y  Don  Diego  de  Mendoza. 
Pregunto  :  ¿  No  sería  mejor  que  los  e- 
xemplos  para  el  recto  uso  de  las  partes 
de  la  oración  fuesen  de  Autores  que  es* 
cribieron  en  prosa  ? 

D.  Antonio.  Asi  parece  que  debe 
ser  ;  pero  dirá  el  AiHor  ,  que  usa  de  los 
versos  para  que  se  impriman  con  mas 
facilidad  en  la  memoria  de  los  mucha- 
chos, 

D. 


D.  Juan.  A  mi  no  me  satisface  esa 
respuesta  :  porque  las  partes  de  la  ora- 
ción se  colocan  en  verso  al  bueno ,  ó  mal 
gusto  de  los  Poetas  ,  y  en  la  prosa  no 
cabe  tanta  licencia.  Además  de  que  con 
la  misma  facilidad  se  aprende  de  memo- 
ria un  exemplo  de  prosa,  como  de  verso. 

D.  Antonio.  Es  como  Vm.  dice. 
Pero  el  Autor  asi  como  se  engaña  en  ir 
contra  la  corriente  de  los  Gramáticos  , 
quiere  también  que  siendo  la  Poesia  Ar- 
te muy  diversa  ,  sirvan  los  versos  de  re- 
gla para  hacer  buena  presa.  De  suerte  , 
que  según  su  idea  ,  el  muchacho  jamás 
sabrá  escribir  sino  en  verso  ,  mediante 
que  no  le  da  otros  exemplos  que  los  an- 
tiguos ,  que  copia  en  sus  épocas. 

D.  Juan.  Me  quadra  mucho  lo  que 
Vm.  dice  ;  y  es  tan  reparable  ese  defec- 
to como  si  escribiendo  de  Arte  Poética 
se  diesen  exemplos  en  prosa ,  en  lugar  de 
versos. 

D.  Antonio.     El  Autor  intituló  su 

obra  Arte  del  Romance,   Romance  en 

Castellano  es  qualquier  patraña  de  las 

que  suelen  vender  los  Ciegos ,  en  la  cia- 

O  4  se 


(^94) 
íe  de  verso  que  todos  conocemos ;  y  asi 

hace  muy  bien  en  dar  los  exemplos  en 

verso  ,  y  no  en  prosa. 

D.  Juan.  Por  ese  lado  salió  libre  y 
sin  costas  el  Autor  del  Arte  ;  pero  no  es 
de  esa  opinión  en  la  pag.  XX.  de  su 
Prologo  ,  en  donde  dice  ;  nLos  grandes 
i>  Letrados  del  tiempo  de  Augusto  ba- 
i>  jo  del  nombre  de  Gramática  entendían 
5?  generalmente  todo  cuanto  pertenece  a 
5>  la  lengua  ,  esto  es ,  h  ■platica  expedita 
ií  de  leer  bien  ;  la  pronunciación  llena 
íi  i  corregida  ;  la  Ortographia> ajustada; 
j>  la  dicción  o  habla  pura  i  regular  ;  la 
íi  Etymologia  de  las  palabras ;  los  diver- 
ja sos  estados  i  mudanzas  acaecidas  en  la 
5?  lengua  madre  sea  en  prosa  sea  en  ver- 
»so.n 

D.  Antonio.  ;  Raro  lenguage  es  e- 
se  !  Y  todo  el  Periodo  es  una  verdad  de 
Pero  Grullo  ;  pero  no  viene  al  caso  ,  ni 
es  adaptable  a  nuestra  Gramática  Caste- 
llana tanta  confusión  de  especies  como 
én  él  se  contienen. 

D.  Juan.  Pues  ese  Periodito,  ó  Pa- 
rágrafo es  el  Plan  del  Autor  ,  sobre  que 

le- 


.(■95) 
levanta  el  edificio  de  su  Arte  del  Ro- 
mance ;  porque  á  su  continuación  dice  : 
?>  Todos  los  ramos  que  se  ^insinúan  eñ 
jieste  Plan  se  comprehenderán  en  nues- 
j^tra  Gramática  i  Diccionario. 

D.  Antonio.  La  Gramática  ya  ve- 
mos qual  es.  Después  veremos  ese  Dic- 
cionario  cumplido  ,  que  si  corresponde  á 
la  Gramática  ,  será  un  relámpago  que 
nos  obligue  a  echar  á  rodar  todos  nues- 
tros Vocabularios. 

D.  Juan.  Será  un  asombro  ;  y  en- 
tonces los  que  son  Jueces  con  autoridad 
jRcal  ,  esto  es  ,  los  que  escogió  el  Rey 
Don  Alonso  X.  ,  y  los  que  continúan 
el  Vocabulario  de  la  Lengua  Castella- 
na ,  con  la  del  glorioso  ,  y  magnánimo 
Rey  y  Seiíor  Don  Phelipe  V.  tendrán 
que  arrimarse  á  un  lado ,  para  hacer  lu- 
gar al  que  promete  el  Autor  del  Arte 
del  Romance  Castellano» 

D.  Antonio.  Calle  Vm.  por  Dios; 
que  solo  en  pensarlo  se  me  encrespa  la 
colera.  ¿  Cómo  podrá  ser  Maestro  de  un 
Idioma  el  que  todavia  no  ha  penetrado 
sus  primores  ? 

D. 


(196) 

D.  Juan.  Sosiegúese  Vm.  por  la 
Virgen  ,  Señor  Don  Antonio  ;  hágalo 
Vm.  por  los  Letrados  del  tiempo  de 
Augusto  ;  por  los  Patriarcas  de  la  len- 
gua ;  por  sus  MODISMOS  ,  por  los 
Modelos  ,  y  Patriarcas  del  Romance  . .  . 

D.  Antonio.  Me  hace  Vm.  reir 
sin  gana. 

D.  Juan.  Qualquiera  clausula  del 
Prologo  del  Arte  del  Romance  es  capaz 
de  hacer  reir  al  hombre  de  genio  mas 
avinagrado.  Y  en  prueba  de  ello  ,  abra 
Vm.  el  Arte  del  Romance  Castellano  ,  y 
lea  lo  que  saliere. 

D.  Antonio.  Aqui  está  el  Arte  ,  y 
justamente  se  abrió  entre  las  paginas 
15^  y  ^53  ^^1  Tomo  II.  Dice  asi  esta 
ultima  :  55  El  Barbarismo  se  puede  co- 
»  meter  de  tres  maneras,  i .  Admitien- 
>i  do  en  el  Romance  alguna  palabra  es- 
5>  trangera  ,  esto  es ,  de  qualquier  otra 
i>  lengua  aunque  sea  de  la  Francesa  ,  de 
5>  la  Italiana  ,  de  la  Latina  ,  &c,  fuera 
5í  de  aquellas  que  están  ya  recibidas  por 
>>  el  uso  de  los  doctos  ,  i  consentimien- 
»  to  de  la  Nación.  2.  Corrompiendo  la 

5>  voz, 


9í  VOZ  ,  quitando  ,  añadiendo  ,  ó  tras- 
»  poniendo  alguna  letra  ;  v.g.  Perlado 
5)  en  lugar  de  Prelado  ;  miraglos  en  lu- 
)9  gar  de  milagros.  ,  .  . 

D.  Juan.  Tenga  Vm. ;  que  no  hay 
paciencia  para  oir  lo  que  dice  el  Autor 
en  esos  exemplos.  Las  palabras  Perlado^ 
Miraglos  ,  P erigios  ,  y  otras  semejantes, 
son  Castellanas  antiguas  ,  y  la  de  Mi- 
raglos no  puede  ser  mas  castiza.  Si  hu- 
biese visto  Documentos  del  tiempo  de 
San  Fernando  ,  y  de  Don  Alonso  X. , 
en  que  se  hallan  estas  y  otras  muchas  , 
no  diria  BARBARISMO  semejante. 

D.  Antonio.  Luego  si  el  usar  de 
voces  antiquadas  es  Barbarismo  ,  el  Au- 
tor del  Arte  los  comete  a  cada  paso. 

D.  Juan.  Concedo.  Pero  vamos  i 
la  prueba.  En  la  pag.  2  de  su  Dedica- 
toria usa  de  la  voz  Dende  por  Desde. 
Ibi  pag.  5  dice  :  Habla  Castellana  en 
Jugar  de  Idioma  ,  Lengua  ,  ó  Lenguage 
Castellano.  Ibidem  dice :  Libros  Elemen- 
tares en  lugar  de  Cartillas  ,  Artes  ,  Xí- 
hros  de  principios  ,  irc»  Pag.  VIII.  del 
Prologo  usa  el  Autor  del  verbo  endere- 
zar 


(198) 
zar  en  lugar  de  encaminar.  Pag.  IX.  u- 
sa  de  la  voz  Platica  en  lugar  de  Prac- 
tica. Pag.  X.  usa  de  la  voz  nueva  jR^- 
gencia.  Pag  XIV.  usa  de  la  voz  nueva 
Modismos.  Pag.  XV.  dice  :  Sjmetria  del 
razonamiento.  Ibi  :  Modelos  y  Patriar ^ 
cas  del  Romance.  \hi  :  el  hombre  ilustra^ 
do  por  las  reglas  del  Arte.  Pag.  XVII. 
Pieza.Vzg.  XVIII.  unir  las  piezas  Es- 
pañolas. Ibidem.  I  se  sabe  lo  mucho  que 
importa  al  Estado  formar  d  sus  Ciuda- 
danos en  el  Patriotismo.  Pag.  XIX.  I 
aun  para  estender  el  animo  ,  i  formarse 
al  raciocinio  deduciendo  las  reglas  ,  &c. 

D.  Antonio.  Basta ,  basta  ,  no  pro- 
siga Vm.  ,  que  se  me  remueve  el  esto- 
mago intelectual.  ;  Qué  haya  hombres 
semejantes  ! 

D.Juan.  Somos  unos  pobres  trom- 
petas. Al  Autor  del  Arte  le  debemos  ¿ar 
muchas  gracias  mediante  sus  buenos  de- 
seos. Véalos  Vm.  en  la  pag.  XVIII. 
Pei'o  no  solo  a  estos  que  frecuentan  las 
Escuelas  de  Latinidad  se  dirige  esta 
Gramática  ,  pues  deseo  con  ansia  quíf 
todo  buen  Español  sepa  su  lengua  por 

■prin- 


(i  99) 
¡mnctfios  i  por  razón  en  tiempo  ...  Y 

mas  adelante  en  la  pag.  XIX.  dice  : 
Con  este  fin  e  procurado  tratar  las  ma-- 
terías  con  orden  ,  i  claridad  deseando  ser 
Útil  a  la  Nación  en  este  Arte  de  su  len- 
gua. 

D.  Antonio.  ;  Válgame  San  Pan- 
cracio  I  i  Ya  no  puedo  mas  !  \  No  sé  a- 
donde  están  el  orden  ,  la  claridad  y  la 
utilidad  que  el  Autor  ofrece  con  su  o- 
bra  a  iodo  buen  Español  para  que  sepa 
su  lengua  por  principios  !  Dexeme  Vm. 
descansar  contemplando  en  la  siguiente 
pinturilla  : 

Rompe  la  niebla  de  una  gruta  obscura 
Un  Monstruo  lleno  de  culebras  pardas  , 
.Y  entre  sangrientas  puntas  de  Alabardas 
Morir  matando  con  furor  procura  : 
jMas  de  la  obscura  horrenda  sepultura 
Salen  rabiando  bramadoras  guardas 
Dé  la  Noche  ,  y  Pluton  hija$  bastardas , 
Que  le  quitan  la  vida  y  la  Ipcura. 
De  este  vestiglo  nacen  tres  Gigantes  > 
Ydestos  tres  Gigantes  Doralice  , 
Y  desta  Doralice  nace  un  Beudo. 


(200) 

Tu  mirón  ,  que  esto  miras  ,  no  te  es- 
pantes , 

Si  no  lo  entiendes ,  que  aunque  yo  lo 
hice  , 

Assi  me  ayude  Dios  que  no  lo  entiendo. 

D.  Juan.  Ni  yo  tampoco  como  soy 
Christiano.  Señor  Don  Antonio  ,  pare- 
ce que  Vm.  se  cansa  ,  y  que  las  cosas 
del .  Arte  del  Homance  Castellano  ,  que 
viene  á  quitarnos  la  ignorancia  ,  y  crasi- 
tud ,  las  toma  Vm.  como  cosa  de  risa  , 
y  chacota. 

D.  Antonio.  ¿  Qué  quiere  Vm. 
que  haga  a  vista  de  una  satisfacción,  y 
un  magisterio  que  no  se  dará  igual  ? 

D.  Juan.  Me  parece  muy  bien  que 
tome  las  cosas  con  frescura.  Vuelva  Vm. 
á  abrir  el  Libro  ,  y  veamos  qué  Gaza* 
po  salta  entre  los  matorrales ,  y  maleza. 
Sea  por  donde  Vm.  quisiere. 

D.  Antonio.  Obedezco.  El  Libro 
por  si  se  ha  abierto  entre  las  paginas  90 
y  9 1  de  las  Épocas.  Al  fin  de  la  90  dice 
el  Autor  dd  Arte  del  Romance.  >»  A  tan 
5í  miserable  estado  llegó  á  fines  del  siglo 

3>  pas- 


(20l) 

i>  passado  nuestro  lenguage*  Los  verda- 
Ȓ  deros  estudios  de  latinidad  (  prosigue 
5?  en  la  pag.  91)1  elegancia  Romana  se 
5í  abandonaron  aun  de  aquellos,  que  pro- 
)>  fessavan  la  Gramática,  i  hablavan  siem- 
j?  pre  el  latín  con  tanto  escrúpulo  ,  que 
9í  uvieran  creido  profanar  las  facultades 
j>  i  assi  mismos  si  uvieran  dicho  una  pa** 
»  labra  en  Romance.  Lejos  todas  buenas 
}>  artes  i  letras  humanas  ,  destierro  de 
?í  lenguas  Griega  i  Hebrea  ,  avia  de  su- 
»  ceder  precisamente  la  decadencia  de  la 
» lengua.  De  aqui  nació  olvidar  aque- 
í>  lias  voces  de  buena  íií^rc^,í  que  núes* 
í>  tros  Padres  platicaron  con  tanta  gra- 
9í  vedad  :  Empero  ,  assaz  ,  acuciar  ,  d» 
i>  consuno  ,  comedio  ,  hoto  ,  beodo  ,  deme^ 
jí  diar  ,  dende  ,  forende  ,  empos  ,  enru*- 
?í  biar  ,  enmollecer  ,  wwí'//^  ,  feble  ,  r¿íií- 
5í  r¿í ,  azinas  ,  alanzar  ,  aplacer  ,  ¿í«r 
i^gosíura  y  artizar^  tristura  ^  sendos^ 
5»  reproche  ,  /í-io  ,  huessa  ,  aina  ,  semeja- 
>>  /'/f  ,  i  otras  muchas  de  nuestra  edad 
>»  dorada.  De  aqui  el  desfigurar  otras 
í>  por  remedar  al  Latin  ,  o  por  ignorar 
Ȓ  el  buen  Romance  ,  como  Rededor  por 


{201) 

)í  derredor  ,  mutación  por  mudanza ,  des" 
^f  de  por  dende  ,  derrocar  por  derruecar  , 
)í  derecho  por  derechez  i  derechurero  ,  ¿¿Z- 
^y  bujar  por  debujar  ,  colorear  por  colo^ 
)í  r/ír  ,  inteligencia  por  entendimiento  , 
^•i  parar  por  aparar* 

D.  Juan.  ;  No  lea  Vm.  mas,  por- 
que ya  no  puedo  con  tanta  gravedad  , 
tanto  primor  ,  tanta  luz  ,  y  tanto  Ma- 
gisterio ! 

Don  Antonio.  Parece  que  Vm. 
también  se  enfada. 

D.  Juan.  Es  imposible:  disimular  , 
como  lo  he  hecho  algunas  veces. 

D.  Antonio.  Sobre  \o  que  acabo 
de  leer  se  podia  escribir  una  mano  de 
papel  ,  hacienido  ter  al  Kwxos  M  Arte, 
que  se  engaña  ,  ó  por  mejor  decir  nos 
-quiere  engañar  con  sus  sueño?..  Si  hu- 
biera tiempo  ,  s€  le  haría  ver  la  false- 
dad de  todo  lo  que  dice  ;  y  que  si  hu- 
bo la  decadencia  que  supone  ,  no  proce- 
dió de  Autores  CastelianpíS.  Xá  Histo- 
ria de  México  de  Don  Antonio  de  Solís 
es  una  prueba  de  que  el  Autor  habla 
con  poca  critica...  Aquella  exf:e]ente  o- 
..s  bra 


bra  (  no  se  citan  otras  por  ahora  )  dice 
claramente  que  el  lenguage  Castellano 
en  boca  ,  y  pluma  de  los  Doctos  ,  que 
escribieron  a  fines  del  siglo  pasado  ,  es- 
taba en  su  mayor  perfección. 

D.  Juan.  Es  evidente  lo  que  Vm. 
dice  ,  y  es  gastar  tiempo  sin  provecho 
el  responder  al  Autor  del  Arte  del  Ro- 
mance ,  que  su  mayor  cuidado  fué  for- 
jar un  Libro  de  retazos  de  paño  de  va- 
rias clases  ,  y  colores  mal  zurcidos. 

Don  Antonio.  Pero  dexando  es- 
te punto  por  ahora  ,  y  volviendo  á  las 
'voces  de  buena  marca  ,  ¿  ha  oido  Vm. 
en  su  vida  semejante  modo  de  ha- 
blar ? 

D.  Juan.  ;  Jamás  lo  he  oido,  ni  leí- 
do ,  y  es  imposible  que  se  halle  en  Au- 
tor Castellano  !  ¿Qué  es  eso  de  Mar  cal 
Por  acá  no  se  tiene  noticia  de  otras  Mar- 
cas que  las  de  A^iconx  ,  Treves  ,  &c.  ni 
yo  Conozco  otras  que  las  que  usaban  los 
famosos  Armeros  ,  y  Boneteros  de  To- 
ledo. I  Mucho  se  me  ofrecia  decir  sobre 
la  voz  Marca  !  Pero  lo  dexaré  por  aho- 
ra ,  echándolo  al  trenzado  ,  cantando 
P  en- 


(204) 

entre  Paréntesis  con  Juan  Hidalgo  :  (*) 

La  Marca  parlaba  aquesto 
Quando  llegó  la  chirlada  , 
Alzó  el  Jaque  en  alto  zerra 

Y  en  la  garlóna  dispara. 
Talarale  quatro  clamos 
De  la  primer  entubiada  , 

La  Coyma  buelca  por  tierra  , 
Babile  ,  y  reble  destapa. 
Las  nares  le  sina  en  cruz  , 
Juan  Machiz  la  santiguara  , 

Y  un  redejón  de  Babosa  , 
Con  que  el  techado  toldaba  , 
Le  quita  ,  y  dice  :  pelota  , 
Esto  pillo  por  estafa  ; 
Venga  vuestro  Rufo ,  y  pida 
De  su  Coyma  esta  demanda. 

Y  vosotras  Marcas  Ledas , 
Que  ayudastes  á  esta  Marca , 

Y  fuistes  contra  la  mia, 

Go- 


(*)  Juan  Hidalgo  ,  Romances  de  Ger- 
mania.  En  uno  intitulado  :  Déscri^don  de 
la  vida  ayrada. 


Goza  de  aquesta  levada. 
Alza  el  baldeo  ,  y  á  hecho 
Hace  leña  en  la  Montaña. 
Con  esto  se  guiña  el  Jaque  , 
De  la  Pina  se  guiñaba. . . . 

D.  Antonio.  ¿  Y  qué  juicio  hace 
Vm.  de  esas  voces  ,  que  dice  se  olvida- 
ron ,  y  que  nuestros  Padres  ■platicaron 
con  tanta  gravedad  ? 

D.  Juan.  Lo  que  digo  es  ,  que  u- 
ñas  pertenecen  al  siglo  XII.  otras  al 
XIII.  y  asi  succesivamente  hasta  Phc- 
lipe  II.  ;  y  que  estas  se  fueron  dexan- 
do ,  y  renaciendo  otras ,  como  sucede  en 
quasi  todas  las  cosas  en  cada  siglo. 

D.  Antonio.  Luego  es  falso  que  se 
olvidasen  aquellas  z'oces  de  huma  mar' 
ca  á  fines  del  siglo  pasado, 

D.  Juan.  Es  mas  claro  que  el  Sol. 
Asi  lo  dexó  dicho  Horacio  en  su  Arte 
Poética  ,  tratando  del  mismo  asunto. 

Ut  sylvíB  foliis  pronos  mutantur  in  an- 
nos  , 

P  a  Pri~ 


(206) 

Prima  cadiint ,  ita  verbomni  vetus  in- 

terit  setas ; 
Et  juvenum  rita  florent  modo  nata  ,  vi- 

gentque.     / 

Que  traduxo  Espinel  de  este  modo  : 

5í  Como  muda  cada  año  nuevas  hojas 
)>  Qualquiera  selva  ,  y  las  primeras  caen, 
)>  Asi  la  antigüedad  de  las  palabras 
5>  Muere  ,  y  con  la  costumbre  de  los 

mozos 
»  Las  modernas  florecen  ,  y  se  estiman. 

D.  Antonio.  Es  muy  notable  ese 
lugar  de  Horacio  ,  y  todo  lo  demás  que 
dice  tocante  al  inventar  voces ,  y  usar 
de  las  antiguas. 

D.  Juan.  Con  efecto  lo  es ,  y  He 
de  ponerlo  por  escrito,  para  que  el  Au- 
tor del  ^rU  no  se  venga  ahora  á  desfi- 
gurarnos nuestro  Castellano  ,  diciendo 
pag.  9 1 .  Derredor  por  rededor  ;  dende 
por  desde  ;  derruecar  por  derrocar  ;  de- 
rechez ;  debujar  ;  colorar  ;  acarar  por 
farar ,  &c. 

D. 


(207) 

D.  Antonio.  ¿  Con  que  Ic  vuelve 
Vm.  las  palabras  al  cuerpo  ? 

D.  Juan.  Esas  palabras  no  se  usan 
en  Castilla.  Pero  vamos  a  la  doctrina 
de  Horacio,  Dice  pues  en  su  Arte  Poé- 
tica : 

In  verbis  etiam  tenuis  cautusque  seren- 

dis , 
Dixeris  egregié  ,  notum  si  callida  ver- 

bum 
Reddiderit  junctura  novum  ,  si  forte  nc- 

cesse  est 
Indiciis  monstrare  recentibus  abdita  rc- 

rum 
Fingere  cincturis  non  exaudirá  Cethegis 
Contiget  ,  dabiturque    ücentia  sumpta 

prudcnter. 

Multa  renascentur  quse  ¡am  cecidere,  ca- 
dentque 

Qux  nunc  sunt  in  honore  vocabula  ,  si 
volet  usus  , 

Quem  penes  arbitrium  est  et  jus,  et  nor- 
ma loquendi. 

Pj  Que 


(208) 

Que  traduxo  Espinel  en  Castellano 
puro  de  esta  suerte  ; 

También  en  el  sembrar  de  las  palabras , 
Para  cogerlas  en  sentido  nuevo  , 
Siendo  con  discreción  templado  ,  y  corto  y 
Dirás  muy  bien  si  á  la  palabra  antigua 
Por  lo  que  le  juntares  haces  nueva  : 
Y  si  acaso  te  fuere  necesario 
Mostrar  lo  mas  secreto  de  las  cosas 
Con  señales  recientes  y  palabras 
Concederán  que  puedes  inventarlas , 
Del  antiguo  Cethego  nunca  oidas  , 
Tomando  la  licencia  honestamente. 

Muchas  palabras  nacerán  de  nuevo. 
Que  ya  cayeron  ,  y  caerán  algunas 
Que  agora  valen  ,  si  quisiere  el  uso  , 
Al  qual  toca  el  juzgar  de  las  palabras 
La  forma  ,  y  el  derecho  propio  dellas, 

D.  Antonio.  Son  admirables  do- 
cumentos ;  y  en  verdad  que  si  el  Autor 
¿ú  Arte  los  hubiera  tenido  á  la  vista  , 
que  no  hubiera  pecado  tanto  contra  ellos. 

D. 


(209) 

D.  Juan.  Entre  nuestros  Castella- 
Jios  ninguno  usó  de  las  palabras  antiqua- 
das  con  mas  gracia  ,  y  novedad  que  el 
insigne  Miguel  de  Cervantes. 

D.  Antonio.  Es  cierto  :  y  pudie- 
ra el  Autor  del  u4rte  tomar  exemplo  de 
él  ,  no  solo  en  el  uso  de  voces  antiqua- 
das  ,  sino  en  el  de  las  modernas.  Por  vi- 
da mia  que  si  hubiera  tomado  por  de- 
chado ,  ó  por  Patriarca  de  la  habla , 
á  Cervantes,  Rivadeneira,  Luis  de  Gra- 
nada ,  ú  otros  no  muchos  (  excluyendo 
los  Poetas  )  que  no  hubiera  cometido 
tantos  errores  ,  ó  desaciertos  contra  las 
reglas  del  Capitulo  VII.  pag.  155  de 
su  Syntaxis. 

D.  Juan.  Yo  lo  aseguro  también  , 
y  que  si  hubiese  tenido  una  buena  pau- 
ta por  donde  guiarse  ,  no  diria  pagina 
XXI.  ideas  abstractas. 

Pag.  XXII.  perniciosamente í 

Ibi.  Viatica  de  los  buenos  Libros  guia- 
da for  la  lección,  de  la  Gramática» 

Pag.  XXIII.  Habla  Latina  ,  cuyo 
cultivo  a  estado  en  tanto  abandono. 

Pag.  XXIV.  Maneras, 

V  4  Pag. 


Pag.  6.  de  las  Épocas.  Idioma  Pa- 
trio. 

Pag.  y.  As  seo  dd  Latin, 

Pag.  9.  Se  dividió  la  Nación  en  dos 
'v  andas. 

Pag.  ij.  Que  han  platicado  assaz. 

Pag.  24.    Pronunciación  poco  batida. 

Pag.  26.  Gí'^í/o  de  aquella  lengua.' 

Pag.  55.  Piezas  Latinas, 

•^^g-  59-  Q^e  se  hizo  sentir  glorioso. 

Pag.  89.  .fe  méritos  para  con  el  lia- 
rla Castellana  son  de  primer  orden. 

Pag.  90.  Facundo. 

Ibi .  Oidos  que  llegaron  a  sentir  la  sua- 
vidad. 

Pag.  04.  Diccionario  cumplido. 

Ibi.  Modismos. 

Ibi.  Habla  mas  escogida. 

Pag.  p5.  Autores  i  Patriarcas  de  la 
lengua. 

]bi.  Nuestra  platica. 

Pag.  96.  Estima  i  loa. 

Pag.  98.  Hinche  llenamente. 

Pag.  100.  Parangón  de  una  oración. 

Pag.  I  jj.  Cuatro  ultimes. 

Pag.    IJ4.  5í^^¿'ío  «  í?^/Vfo  ¿^í"  /o  qfie 
pensamos.  D. 


(ai  o 

D.  Antonio.  No  se  canse  Vm. 
potque  seria  obra  larga  detenernos  á  se- 
ñalar las  voces  antiquadas  de  que  abusa 
el  Autor ;  y  muy  enfadoso  el  hacer  lis- 
ta de  las  frases  Italianas  ,  y  Francesas^ 
que  se  hallan  a  cada  paso  en  el  tal  Li- 
brito  ^rte  del  Romance. 

D.  Juan.  Tiene  Vm.  sobrada  ra- 
zón ;  y  es  muy  notable  este  defecto  en 
un  Autor  que  trincha  ,  raja  ,  y  corta  de 
nuestros  Autores  con  tal  magisterio  ,  co- 
mo si  tuviese  conocimiento  de  todos  c- 
llos, 

D.  Antonio.  Crea  Vm.  en  Dios, 
que  no  puede;  engañarse  ,  ni  engañarnos. 
Mire  Vm.  señor  Don  Juan  ,  ahora  voy 
á  dar  a  Vm.  una  prueba  (y  pudiera  dar 
muchas  ^  de  lo  poco  que  se  puede  liar 
de  noticias  sin  digerir.  Ya  vio  Vm.  aque- 
lla Lista  de  Autores  que  pone  desde  la 
pagina  102  hasta  la  1 25.  Pues  toda  ella 
es  una  ensalada  Italiana  de  Autores  bue- 
nos ,  y  malos  ,  la  mayor  parte  de  ellos 
inútil  para  el  fin  que  pretende  el  Au- 
tor ,  de  que  sean  dechados  del  Lengua- 
ge  puro  Castellano  en  sus  respectivos 
tiempos.  D. 


(212) 

D.  Juan.  Estoy  en  lo  que  Vm.  di- 
ce ,  y  vivo  persuadido  que  la  ma;^or 
parte  de  esa  Lista  de  Autores  es  rara  , 
no  por  la  pureza  de  su  lenguage  ,  sino 
por  haberse  consumido  ,  ó  acabado  las 
impresiones. 

D.  Antonio.  Me  alegro  que  Vm. 
me  entienda.  Ciertamente  que  me  hol- 
gara infinito  de  tenerlos  todos  á  la  ma- 
ño ,  para  poner  un  retazo  de  cada  uno, 
con  el  fin  de  desengañar  á  los  que  es- 
timan los  Libros  por  lo  raro  de  las  im- 
presiones ,  ó  por  la  carestia  de  ellos. 

D.  Juan.  Yo  veo  desde  aqui  la 
Vision  deleitable  del  Bachiller  Alfonso 
de  la  Torre, 

Don  Antonio.  Es  verdad  que  le 
tengo  ,  y  no  me  acordaba  de  él.  Vea- 
mos su  estilo  ,  y  si  puede  servir  para 
Patriarca  de  la  Habla,  Dice  pues  asi  ; 

?í  Vi  las  cavernas  de  las  Eolias  In- 
i>  sulas  por  la  longeva  edad  de  los  fa- 
j9  dos  cerradas  ser  abiertas  et  irutuar  et 
?í  proceder  de  aquellas  vientos  de  innu- 
)í  merables  opiniones  e  dudas  generan- 

51  tes 


51  tes  fumosas  nuves  de  gran  escuricíad 
^e'tiniebla.  Las  quales  cobrian  toda  Ja 
?í  abitable  parte  poseída  por  las  razona- 
>9  Jes  criaturas.  En  guisa  que  eran  pri- 
n  vados  de  ver  la  acostumbrada  cara 
?i  del  Jucidissimo  Deus  sapientiíe  Apo- 
íi  lo.  E  vi  que  la  fuerza  de  Vulcano  a- 
51  via  entrado  en  las  ascendidas  partes 
5>  epiferias  de  la  tierra.  E  avia  entrado 
55  e  desecado  las  aguas  de  las  peremnes 
55  fuentes  e  rios  ,  &c. 

¿  Qué  le  parece  á  Vm.  señor  Don 
Juan  ? 

D.  Juan.  Lo  que  me  parece  es  , 
que  no  sirve  para  modelo  del  buen  len- 
gua ge  ,  y  qué  debe  borrarse  de  la  Lis- 
ta. Veamos  el  estilo  del  Marqués  de 
VilJena  en  su  Arte  de  Cortar  de  Cu- 
chillo. 

D.  Antonio.  Veamoslo.  Dice  asi  , 
y  es  el  mismo  que  gasta  en  tedas  sus  o- 
bras.  Se  ha  abierto  el  Libro  en  la  pa- 
gina 8  ,  y  es  la  impresión  que  acaba  de 
hacerse  : 


» 


El 


5>  El  mundo  sensible  crió  Dios  a  si- 
«  militud  del  Archetipo  éter  nal  en  su 
?í  idea  entendido.  E  por  essopues ,  en  la 
ji  mundial  e  sensible  machina  comenza- 
>í-da  e  nueva  convenía  los  usos  munda- 
5í  nos  oviessen  comienzo  por  los  omes 
jí  razonables  capaces  de  fallar  las  cosas 
jí  a  ellos  nescesarias.  .  .  . 

Pag.  ao  dice  ;  «  Acatando  los  pro- 
,,  vechos  mencionados  redundantes  en 
i>  decorazion  de  la  pulicia  ,  e  utilidat 
jí  manifiesta  ,  e  salud  de  los  omes  a  to- 
5>  dos  en  general  ,  e  a  los  mayores  en  es- 
9í  pecial ,  aprobada  por  uso ,  esperiencia, 
í>  e  luenga  durada  ,  e  domestica  cogni- 
)>  cion  manifiesta  ,  ansi  los  buenos  de  su 
n  teórica  testiga  la  practica  exercida. 

D.  Juan.  Es  el  mismo  estilo  que 
el  del  Marqués  Don  Enrique  de  Vi- 
llena  ,  y  tampoco  sirve  para  Patriarca 
de  la  Habla. 

D.  Antonio.  Pues  de  este  modo 
era  menester  dar  muestra  de  los  Pa- 
tríarcas  inútiles  ,  y  poner  al  lado  mues- 
tras de  sus  contemporáneos ,  q^ue  deben 

y 


V  pueden  ser  verdaderos  dechados ,  o 
muestras  del  Lenguage  puro  ,  y  castizo 
Castellano. 

D.  Juan.     Sería  obra  útil. 

D.  Antonio.  Y  utilisima  ;  porque 
de  este  modo  se  separaba  el  grano  de 
la  paja  :  se  apartaban  los  Lobos  de  los 
Corderos  :  las  Serpientes  de  las  Aves ;  y 
en  una  palabra  ,  se  vería  que  en  cada 
siglo  hay  ,  entre  los  que  usaron  mal  del 
Idioma  Castellano  ,  uno  ,  ú  otro  que  k 
escribieron  con  pureza  ,  y  perfección. 
Esto  era  lo  que  debia  haber  hecho  el 
Autor  del  Arte  del  Romance  ;  pero  el 
desentrañar  nuestro  Castellano  es  dema- 
siada carga  para  la  delicadeza  de  las 
Ninfas  del  Turia. 

D.  Juan.  Tiene  Vm.  razón  ;  y 
mediante  que  se  han  dado  dos  exempla- 
res  de  mal  Castellano  ,  parece  regular 
que  se  dé  a  lo  menos  otro  del  bueno. 

D.  Antonio.  Es  el  caso  que  estoy 
falto  de  Libros. 

D.  Juan.  ¿Pues  no  tiene  Vm.  el 
Centón  Ejjistolario  del  Bachiller  Cida- 
Real  y  contemporáneo  del  Bachiller  de 

h 


(2 1 6) 

la  Torre  ,  y  del  Marqués  de  Villena  ? 
D.  Antonio.  Tiene  Vm.  razón. 
¡Yo  estoy  medio  tonto  con  el  Arte  del 
Romance  !  Pondremos  una  de  sus  Car- 
tas ,  y  sea  la  que  se  halla  á  la  pagina 
1 04  con  este  epigrafe  : 

Efistola  LXVI.  al  Doto  Varón 
Juan  de  Mma. 

íí  ¡  No  le  bastó  a  D.  Henrique  de  Ví- 
í>  llena  su  saber  para  no  morirse ;  ni  tam- 
j>  poco  le  bastó  ser  Tio  del  Rey  para  no 
jí  ser  llamado  por  Encantador  !  Ha  ve- 
9í  nido  al  Rey  el  tanto  de  su  muerte  ,  e 
5í  la  conclusión  que  vos  puedo  dar  será, 
)í  que  asaz  Don  Henrique  era  sabio  de 
5í  lo  que  a  los  otros  cumplia  ,  e  nada 
»  supo  en  lo  que  le  cumplia  a  él.  Dos 
>í  carretas  son  cargadas  de  los  Libros 
>í  que  dexó  ,  que  al  Rey  le  han  trahido; 
5í  e  porque  diz  que  son  Mágicos  ,  e  de 
>>  Artes  no  cumplideras  de  leer  ,  el  Rey 
íi  mandó  que  á  la  posada  de  Fray  Lo- 
íí  pe  de  Barrientos  fuesen  llevados  ;  e 
jí  Fray  Lope  ,  que  mas  se  cura  de  an- 

>>  dar 


(217) 

y  dar  del  Principe  ,  ca  de  ser  revisor  de 

>  Nigromancias  ,  fizo  quemar  mas  de 

>  cien  Libros  ;  ca  no  los  vio  él  mas  que 

>  el  Rey  de  Marroecos ;  ni  mas  los  en- 
•>  tiende  ca  el  Dean  de  Cida-Rodrigo  ; 

>  ca  son  muchos  los  que  en  este  tiempo 

>  se  fan  dotos  ,  faciendo  a  otros  ínsi- 
9  pientes  ,  e  Magos ;  e  peor  es  ca  se  fa- 

>  zan  beatos ,  faciendo  a  otros  Nigro- 

>  mantés.  ¡Tan  solo  este  denuesto  no  ha- 
?  bia  gustado  del  hado  este  bueno  e  ma- 
í  nifico  Señor  !  Muchos  otros  Libros  de 

>  valia  quedaron  a  Fray  Lope  ,  ca  no 
y  serán  quemados ,  ni  tornados.  Si  vues- 
í  tra  merced  me  manda  una  epístola  pa- 

>  ra  mostrar  al  Rey  ,  que  yo  pida  a 
y  su  Señoría  algunos  Libros  de  los  de 
?  Don  Henrique  para  vos  ,  sacaremos 
í  de  pecado  el  anima  de  Fray  Lope  ,  c 
í  la  an-ima  de  Don  Henrique  habrá  glo- 
í  ria  :  ca  no  sea  su  heredero  «aquel  ca  le 
y  ha  metido  en  fama  de  Brujo  ,  e  Ni- 

>  gromante.  Nuestro  Señor  ,  &c.  ,, 

D.  Juan.  ¡  Es  una  carta  admirable! 
Por  lo  menos  merece  el  Autor  ser  Se- 
mi-Patriarca  del  habla. 

D. 


(2X8) 

D.  Antonio.  Dice  Vm.  muy  bien 
en  llamarle  Medio  Patriarca  ,  porque 
hay  todavía  (  si  se  buscan  )  en  ese  mis- 
mo tiempo  algunos  pocos  que  merecen 
ser  Patriarcas  enteros, 

D.  Juan.  Yo  estoy  enteramente 
persuadido  de  que  el  Arte  del  Romance 
es  una  confusión  ;  y  asi  en  respondían* 
dome  á  una  preguntilla  ,  tomaré  las  de 
Villadiego.  Redúcese  á  saber  ¿  por  qué 
el  Autor  del  Arte  del  Romance  Castellaa 
no  ,  copiando  tantas  veces  varios  trozos 
de  las  Poesías  dd  Maestro  Fray  Luis  de 
León  ,  no  hace  caso  de  Don  Francisco 
de  Quevedo  ,  á  cuya  diligencia  debe 
España  la  publicación  de  ellas  ? 

D.  Antonio.  La  tal  preguntilla  vie- 
ne preñada  de  otra  ,  y  era  necesario  mu- 
cho tiempo  para  satisfacerlas.  No  hay 
duda  en  que  si  el  delicadísimo  gusto  , 
y  profunda  erudición  de  Don  Francis- 
co de  Quevedo  y  Villegas  no  hubiera 
conocido  el  valor  de  aquellas  Poesías ., 
careceríamos  de  ellas ,  y  por  consiguien- 
te no  hubiera  llegado  el  Autor  ¿ú  Ar- 
te á  traerlas  para  dechado  de  la  Prosa 
Castellana.  D. 


(219) 

D.  Juan.  He  notado  que  en  lugar 
de  dar  gracias  á  Que  vedo  por  la  bue- 
na obra  de  haber  publicada  las  Poesías 
del  Padre  Maestro  Fray  Luis  de  León, 
el  Autor  del  Arts  ,  le  apunta  unas  es- 
tocadas mortales,  lavándole  la  cara  (an- 
tes de  tirarle  a  la  tetilla  )  con  estas  pala 
bras  causticas  ,  que  se  hallan  en  las  pa- 
ginas 88  y  89  de  las  Épocas  : 

11  En  Don  Luis  de  Gongora  rena- 
cí ció  un  Marcial  ,  pero  su  extremada 
)>  agudeza  le  hizo  demasiado  obscuro  , 
)>  i  su  excesiva  graciosidad  le  dio  oca- 
?i  sion  de  jugar  de  la  lengua  Castellana 
>íCon  tantos  equivocos  i  donaires  que 
í7  parece  la  ultrajó  en  su  gravedad  i  de- 
•»  coro  ,  de  que  ella  tanto  se  precia  ;  i 
>i  con  esto  dio  ocasión  a  otros  de  inge- 
ií  nio  muy  inferior  al  uso  desmedido  de 
« juegos  i  graciosidades  ,  de  arte  que  íi- 
)>  nalmente  nos  la  dejaron  vana  ,  i  aua 
jí  ridicula.  Pecó  también  Quevedo  ,  i 
>í  aun  acaso  con  mas  exceso  que  Gon- 
íigora  ,  de  igual  ingenio  ,  de  vastisima 
» erudición  ,  profundo  estudio  de  len- 
>í  guas  ,  i  gran  conocedor  del  precio   i 

Q  ncjt 


(2  20) 

j?  excelencias  de  nuestro  Romance  ,  i  de 
)í  los  vicios  con  que  ya  lo  avian  enton- 
5>ces  inficionado  aun  aquellos  que  se 
)>  gloriavan  de  mas  cultos ;  los  que  no- 
5í  tó  graciosamente  en  su  Culta-Latini- 
5>  Parla  ,  i  Cuento  de  Cuentos. 

D.  Antonio.  Tengase  Vm.  Y  fa- 
re  mientes  en  ese  lugar  :  pues  si  notó  y 
satyrizó  Don  Francisco  á  los  que  habían 
viciado  eF  Lenguage  ,  ¿  cómo  se  ha  de 
componer  que  él  incurriese  en  los  mis- 
mos vicios  que  reprehendia  ?  Vayase  á 
aprender  Lenguage  Castellano  puro 
quien  tal  dice  ;  y  si  quisiere  conseguirlo, 
Jea  con  reflexión  á  Don  Francisco  de 
Quevedo  ,  Varón  (  hablo  de  veras  ,  y 
no  en  zumba  como  el  Autor  del  Arte) 
de  ingenio  sin  igual  entre  los  Castellaa 
nos  de  su  tiempo  ,  erudito  en  las  Len- 
guas Griega  ,  Latina  ,  y  Hebrea  ;  y  fi- 
nalmente Varón  que  penetró  todos  los 
primores  ,  y  delicadezas  del  Lenguage 
Castellano,  hablando  ,  y  escribiendo  con 
tres  estylos  :  el  injimo  ,  el  mediano  ,  j  el 
grave  ,  o  sublime  sin  rastro  de  la  afecta- 
ción que  ,  dicen  sus  émulos  ,  se  halla 

en 


(221) 

en  ,el  ultimo.  Tenemos  la  fortuna  de 
que  quien  tal  dice  ,  no  tiene  voto  en  es- 
to de  Lenguage  Castellano  ;  y  asi  debe 
cancelarse  como  inocente  desahogo  con- 
tra algunos  de  los  escritos  de  Don  Fran- 
cisco de  Quevedo.  ¡  No  puedo  por  me- 
nos de  enfadarme  ,  amigo  D.  Juan!  Qüc 
Don  Francisco  de  Quevedo  sabia  todo 
quanto  puede  saberse  en  la  admirable  ex- 
tensión en  la  Lengua  Castellana  ,  es  pu- 
blico y  notorio  a  los  que  la  entienden  , 
como  puede  verse  en  sus  obras  asi  en 
prosa  como  en  verso.  Y  no  solo  sabia  la 
moderna  ,  sino  también  la  antigua  ,  co- 
mo puede  Vm.  ver  en  su  Musa  VI. 
Romance  89.  en  que  dice  : 

ií  Con  ñusco  habedes  yantado , 
51  O  que  mala  pro  vos  faga  , 
ir  Pues  tan  presto  baxó  el  miedo 
jj  Los  yantares  á  las  ancas. 

D.  Juan.     Ya  basta  por  lo  que  to- 
ca  a    Quevedo.  Vamos   ahora  con  el 
Maestro   Fray   Luis  de  León  ,  a  quien 
pone  en  las  nubes  el  Autor  del  Artí^ ;  y 
Q  '2  pre- 


(i  2  i) 

pregunto  :  ¿  por  qué  se  muestra  tan  a- 
pasionado  de  éste  ,  y  desprecia  tanto  a 
aquel  ? 

D.  Antonio.  Esa  es  demasiada  cu- 
riosidad. Ningún  elogio  de  los  que  ha- 
ce el  Autor  del  Arte  al  Padre  Maestro 
Fray  Luis  de  León  ,  llega  hasta  donde 
merece ;  porque  quien  no  conoce  el  gran 
caudal  de  erudición  Castellana  ,  Grie- 
ga ,  Latina  y  Hebrea  de  Don  Francis- 
co de  Quevedo ,  mal  podrá  elogiar  co» 
mo  debe  ,  el  del  Padre  Maestro  Fray 
Luis  de  León.  Pero  esto  no  es  del  dia. 
Diga  Vm.  ahora. 

D.  Juan.  El  Autor  del  Arte  del 
Romance  en  la  pag.  8j  de  las  Épocas  , 
dice  :  ??  Sigúese  luego  (  habló  antes  de 
)>  Arias  Montano  )  él  Maestro  León  a 
jí  quien  esta  va  todavía  reservado  el  nuc- 
»  vo  ,  i  no  usado  camino  de  escrivir  en 
yi  nuestra  lengua  poniendo  en  ella  ««- 
)>  mero  ,  i  levantándola  del  descaimienta 
jí  ordinario.  A  cuyo  ñn  pesó  las  pala- 
5>  bras  ,  miró  su  sonido  ,  i  las  ordenó  en 
r>  su  lugar  con  el  devido  concierto  para 
>>  henchirla  no  solo  de  claridad  ,  sino 

i>  taní- 


>i  también  de  armonía  i  dulzura  ,  i  con 
íícsto  llegó  desde  entonces  nuestra  len- 
?í  gua  a  igualarse  aun  en  esta  virtud  con 
»  las  mejores  ,  a  las  cuales  vence  ella.... 

D.  Antonio.  Todo  lo  que  hay 
oueno  en  ese  retazo  ,  es  copiado  del  Pa- 
dre Maestro  Fray  Luis  de  León  ,  que 
habla  con  Don  Pedro  Portocarrero  O- 
bispo  de  Cordova  ,  lib.  III.  de  los 
Nombres  de  Clirisio.  (*)  Pero  si  el  Au- 
tor del  Arte  del  Romance  leyera  ,  y  no 
copiara  ,  no  se  atrevería  a  decir  ,  que 
al  Maestro  Fray  Luis  de  León  estaba 
todavia  reservado  el  nuevo  ,  y  no  usado 
camino  de  escribir  en  nuestra  Lengua  , 
poniendo  en  ella  NUMERO.  En  aquel 
tiempo  habia  muchos  de  tan  delicado 
gusto  como  el  Padre  Maestro  ;  y  si  fue- 
ra mas  temprano  ,  veria  Vm.  algunas 
pruebas  de  esta  verdad, 

D.  Juan.  Yo  no  me  voy  sin  llevar 
alguna  de  ellas. 

D.  Antonio.  Pues  vea  Vm.  esa  , 
Qj  sa- 

(*)  Impresión  de  Salamanca  hecha  por 
Juan  Fernandez  1595.  fui.  174. 


sacada  de  un  Librito  común  ,  intitulado: 
Cofi'version  de  la  M¿igdalena  ,  compues- 
to por  el  Maestro  Fray  Pedro  Malón  de 
Echajde,  de  la  Orden  de  S.  Agustín.  En 
Alcalá  en  casa  de  Juan  Gradan.  159J. 
en  octavo. 

Vea  Vm.  si  gusta,  el  Prologo  de  ese 
Librito  foL  14  hasta  el   18. 

D.  Juan.  Dice  pues  así : 
De  aquí  nace  una  cosa  ,  que  algu- 
no (  no  entendiéndola  )  podria  acusár- 
mela ,  y  es  que  quando  yo  comenzé  á 
hacer  esta  niñeria  ,  no  faltó  a  quien  Ic 
pareció  mal  ,  que  fuesse  en  nuestra  len- 
gua Española  ,  y  tuve  necesidad  de  res- 
ponder a  esta  acusación  ,  que  se  me  po- 
nía. Y  entonces  hize  en  un  Prologo  lo 
que  también  pondré  en  este.  Como  , 
después  ,  por  las  razones  que  he  dicho, 
lo  dexasse  todo  a  un  rincón  ,  y  se  han 
pasado  algunos  años  ,  he  visto  ,  que  en 
un  Librito  impreso  de  tres  años ,  y  aun 
de  menos  ,  a  esta  parte  ,  puesto  por  un 
muy  curioso  ,  y  levantado  estilo ,  y  con 
términos  tan  polidos  ,  y  limados ,  y  a- 
sentadüs  con    estremado   artificio   ,  en 

quien 


(225) 

quien  se  verá  la  grandeza  ,  y  magcs- 
tad  de  palabras  ,  de  que  nuestra  lengua 
Castellana  está  como  preñada  ,  y  que 
tiene  gran  riqueza  ,  y  copia  ,.  y  mine- 
ros ,  que  no  se  pueden  acabar  ,  de  lu- 
zes  ,  y  flores  ,  y  gala  ,  y  rodeos  en  el 
decir  ,  y  que  en  aquel  libro  está  el  a- 
dorno  ,  que  los  zelosos  del  lenguage  Es- 
pañol pueden  desear  ,  (  el  libro  de  los 
nombres  de  Dios  ,  del  Padre  Maestro 
Fray  Luis  áe  León  de  quien  digo  ) 
ha  viéndole  sucedido  con  él  ,  y  su  di- 
vulgación lo  que  a  mi  con  este,  antes  de 
publicalle  ,  tuvo  necesidad  de  oponerse 
a  la  frente  ,  y  sinjusticia  ,  que  a  la  len- 
gua se  le  hacia  ;  y  asi  constreñido  des- 
te  agravio  añadió  otro  tercero  libro  a 
los  dos  que  avia  impreso  ,  en  cuyo  frin- 
cJfio  hallé  casi  las  mismas  palabras  ,  que 
muchos  años  antes  yo  avia  escrito  a  ese 
mismo  proposito.  Y  aunque  aqui  pudiera 
yo  dexar  de  poner  las  mias  ,  y  remitir 
a  los  lectores  a  que  allá  las  lean  ,  con 
todo  eso  ,  pues  esto  es  cierto  ,  que  las  es- 
creui  yo  anos  antes  ,  no  dexaré  de  po- 
nellas.  Y  nadie  tenga  a  mucho  ,  que  nos 

Q  4  ^ya- 


(a26) 
ayamos  topado  en  esto,  pues  siendo  ver- 
dad la  que  tratamos  ,  y  tan  fundada  cw 
buena  razón  ,  no  es  milagro  que  topen 
dos  con  ella  ,  y  con  los  fundamentos  , 
en  que  apoya  ,  y  estriba.  t 

Digo  ,  pues ,  que  hay  hombres ,  que 
Gon  no  ser  ellos  para  nada  ,  ni  levantar- 
se a  cosa  de  virtud  su  pensamiento  ,  to- 
man por  oficio  dezir  mal  de  todo  aque- 
llo ,  que  no  va  medido  con  su  grosero. 
juicio.  Tienen  otra  cosa  rara  ,  digna  de 
tales  subjetos ,  y  es  ,  que  si  oyen  algo 
fuera  de  lo  que  ellos  han  leydo  en  qiia- 
tro  autores  de  Gramática  ,  lo  asquean 
tanto ,  y  lo  burlan  ,  y  mofan  de  tal  suer- 
te ,  como  si  solo  aquello  ,  con  que  ellos 
han  desayunado  su  entendimiento  ,  fue- 
se lo  cierto  ,  y  de  fe  ,  y  lo  demás  fuese 
patraña  ,  y  sueño.  Bien  se  que  el  inge- 
nio humano  no  se  contenta  de  una  ma- 
nera ,  ni  con  las  mismas  cosas  ,  y  asi  de 
lo  que  a  unos  parece  bien  ,  de  eso  mes- 
mo  murmuran  otros ,  y  aquellos  admi- 
ran y  engrandecen  ,  lo  que  estos  abomi- 
nan y  burlan.  Mas  a  lo  menos  podrian 
dexar  pasar  con .  modestia  Christiana  lo 

que 


(2  27) 

que  no  viene  tan  pegado  con  su  gusto 
como  ellos  desean  ,  y  en^ayarse  ellos  en 
cosas  semejantes ,  para  que  quando  vean 
que  no  es  fácil  como  ellos  lo  soiíauan  , 
con  esto  ,  ya  que  no  tengan  en  mucho 
ios  ágenos  trabajos  ,  dexáran  siquiera  de 
murmurar  dellos ,  y  de  sus  autores.  Ha- 
viendo  yo  comentado  esta  niñería  en 
nuestro  íenguage  vulgar ,  con  proposito 
de  que  quien  me  lo  pidió  ,  pues  no  ha 
llegado  a  la  noticia  de  la  lengua  Latina, 
no  por  eso  quedase  priuada  de  la  doctri- 
na ,  y  conocimiento  de  las  cosas  divinas, 
he  tenido  tanta  contradicion  ,  y  resisten- 
cia para  que  no  pasase  adelante ,  como 
si  el  hacerlo  fuera  sacrilegio  ,  o  por  ello 
se  destruyeran  todas  las  buenas  letras  ,  y 
de  ahi  resultara  algún  graue  daño  ,  y 
perdición  a  la  República  Christiaiía  :  u- 
nos  me  dizen  ,  que  es  baxeza  escreiiir  en 
míe  si  r  a  lengua  cosas  granes :  otros  ,  que 
es  leyenda  para  hilanderuelas  ,  y  miiger- 
citas  :  otros  ,  que  las  doctrinas  granes  y 
de  importania  no  han  de  andar  en  ma- 
nos del  ruulgo  liuíano  ,  despreciador  de  los 
mysterios  sagrados  ,  movidos  por  aquel 

di- 


(228) 

dicho  de  Platón  ;  que  no  era  licito  pro- 
fanar los  mysterios  ocultos  de  la  Filoso- 
fia  ,  que  asi  lo  hizo  él  mismo ,  y  Aris- 
tóteles escriuió  con  tanta  escuridad  co- 
mo si  no  escriuiera.  Y  el  Redemptor  di- 
xo  :  No  arrojéis  las  piedras  preciosas  a 
los  puercos  :  y  que  Hermes  Trimegis- 
to  fue  deste  parecer  ,  y  asi  escriuieron 
los  mas  graues  y  antiguos  de  los  Filó- 
sofos su  doctrina  debaxo  enigmas  ,  y  fi- 
guras. Finalmente  cada  uno  ha  dado  su 
decreto  ,  y  dicho  su  alcaldada.  Podria 
responder  a  todos  juntos ,  que  (  como 
dixo  mi  Padre  San  Agustin  )  huelgo , 
que  me  reprehenda  el  Gramático  a  true- 
que de  que  todos  me  entiendan  :  asi  yo 
quiero  (  si  pudiese  )  hacer  algún  proue- 
cho  a  los  que  poco  saben  de  lenguas  es- 
transieras  ,  aunque  por  ello  me  murmu- 
re-el  bachiller  de  estomago  ,  mofador  de 
trabajos  ágenos.  A  los  que  dizen  ,  que  es 
poca  autoridad  escreuir  cosas  graues  en 
nuestro  vulgar  ,  les  pregunto.  ¿  La  ley 
de  Dios  era  grave  ?  La  sagrada  escriptu- 
ra  ,  que  reueló  ,  y  entregó  a  su  Pueblo, 
adonde  encerró  tantos ,  y  tan  soberanos 

mys- 


(229) 

fnysterios ,  y  sacramentos  ,  y  adonde  pu- 
so todo  el  tesoro  de  las  promesas  de 
nuestra  reparación  ,  su  encarnación  ,  vi- 
da ,  predicación  ,  doctrina  ,  milagros  , 
muerte  ,  y  lo  que  su  Magestad  hizo  ,  y 
padeció  por  nosotros ;  todo  esto  junto, 
y  lo  demás  que  con  esto  iva  ,  pregunto- 
a  estos  tales  ,  ¿  en  qué  lengua  lo  habló 
Dios ,  y  por  qué  palabras  lo  escriuie- 
ron  Moysen  ,  y  los  Profetas  ?  Cierto  es- 
tá que  en  la  lengua  materna  ,  en  que 
hablaua  el  zapatero  ,  y  el  sastr-e  ,  y  el 
texedor  ,  y  el  cabatierra  ,  y  el  pastor  , 
y  todo  el  vulgo  entero.  El  santo  Pro- 
feta Amos  pastor  era  ,  criado  en  varear 
bellota  ,  en  apacentar  ganado  por  los 
montes ,  y  sierras ,  y  profetizó  ,  y  dexó 
su  profecía  escrita  ;  pues  cierto  es  que 
no  aprendió  en  Atenas  ,  ni  en  Roma  o- 
tro  lenguage  que  el  que  se  hablaua  en 
su  tierra.  ¿  Pues  si  mysterios  tan  altos,  y 
secretos  tan  divinos  se  escriuian  en  la 
lengua  vulgar  ,  con  que  todos  a  la  sa- 
zón hablauan  ,  por  qué  razón  quieren 
estos  inuidiosos  de  nuestro  lenguage , 
que  busquemos  lenguas  peregrinas  para 

es- 


cscreuir  lo  curioso  ,  y  bueno  ,  que  sa- 
ben ,  y  podrían  diuulgar  los  hombres 
sabios  ?  (  pues  yo  no  trato  de  mi  ,  pues, 
ni  lo  soy  ,  ni  importaría  mucho  ,  que  lo 
que  puedo  sacar  a  luz  ,  se  sepultase  en 
silencio  y  olvido  )  mas  digolo  por  otros 
muchos  y  muy  sabios  que  podrian  dar 
luz  con  su  doctrina  ,  y  ilustrar  nuestra 
lengua  con  su  buen  estilo.  Si  dizen  ,  que 
aquella  lengua  Hebrea  era  muy  myste- 
riosa  ,  y  que  por  eso  la  escriptura  sagra- 
da se  escriuió  en  ©lia  :  pregunto  ,  ¿  no  se 
traduxo  en  Griego  por  muchos  Traduc- 
tores ?  ¿Y  después  no  se  escriuió  en  La- 
tín ,  que  era  la  lengua  ordinaria  de  Ro- 
ma ,  como  agora  lo  es  para  nosotros  la 
Castellana  ?  Si.  ¿Pues  si  nuestro  Espa- 
ñol es  tan  bueno  como  su  Griego  ,  y  co- 
mo el  lenguage  Romano ,  y  se  sabe  me- 
jor hablar  que  aquellas  lenguas  peregri- 
nas ,  y  por  poco  bien  que  se  escriua  en 
cl  nuestro  ,  se  escriuirá  con  mas  propie- 
dad que  en  el  ageno  ,  por  qual  razón 
les  ha  de  parecer  a  estos ,  que  es  baxe- 
za  escreuir  en  él  cosas  curiosas  ,  y  gra- 
ues  ?  Escriuió  Tulio  en  la  lengua  que  a- 

pren- 


prendió  en  la  leche  ;  y  Marco  Varron  , 
y  Séneca ,  y  Plutarco  ,  y  los  Sanctos 
Chrysostomo  ,  Cyrillo  ,  Atanasio  ,  Gre- 
gorio Nazianzeno  ,  y  San  Basilio  ,  y  to- 
dos los  de  aquel  tiempo  cada  uno  en  la 
suya  y  materna  ,  y  hizieron  bien  ,  y  es- 
tuuoles  bien ,  y  pareció  a  todos  bien  , 
y  Platón  ,  Aristóteles ,  Pitagoras ,  y  to- 
dos los  Filósofos  escriuieron  su  Filoso- 
fía en  su  Castellano  (  porque  lo  diga- 
mos asi  )  de  suerte  que  la  moza  de  can- 
taro  ,  y  el  cocinero  sin  estudiar  mas  que 
los  términos  que  oyeron  ,  y  aprendieron 
de  sus  madres  ,  los  entendian  ,  y  habla- 
uan  dello ,  y  agora  les  parece  a  estos  ta- 
les que  es  poca  gravedad  escreuir,  y  saber 
cosa  caena  en  nuestra  lengua  ;  de  suer- 
te que  quieren  mas  hablar  bárbaramente 
la  agena  ,  y  con  mil  impropriedades  ,  y 
solecismos  ,  y  idiotismos  ,  que  en  la  na- 
tural ,  y  materna  con  propriedad ,  y  pu- 
reza ,  dando  con  esto  que  reir,  y  burlar, 
y  mofar  a  los  estrangeros  que  ven  nues- 
tro desatino.  No  se  puede  sufrir  que 
digan  ,  que  en  nuestro  Castellano  no  se 
deu¿n  escreuir  cosas  graves-.  ¿Pues  có- 
mo 


mo  tan  vil ,  y  grosera  es  nuestra  habla, 
que  no  puede  seruir  sino  de  materia  de 
burla  ?  Este  agrauio  es  de  toda  la  Na- 
ción ,  y  gente  de  España  ,  pues  no  hay 
lenguage  ,  ni  le  ha  auido  que  al  nuestro 
aya  hecho  ventaja  en  abundancia  de  tér- 
minos ,  dulzura  de  estilo  ,  y  en  ser  blan- 
do ,  suaue  ,  regalado  ,  y  tierno  ,  y  muy 
acomodado  para  dezir  lo  que  queremos; 
ni  en  frasis  ,  ni  rodeos  galanos ,  ni  que 
esté  mas  sembrado  de  luzes  y  ornatos  flo- 
ridos, y  colores  retóricos;  si  los  que  le  tra- 
tan quieren  mostrar  un  poco  de  curiosi- 
dad en  ello.  Esta  no  puede  alcanzarse  ,  si 
todos  la  dexamos  caer  por  nuestra  par- 
te ,  entregándola  al  vulgo  grosero  ,  y 
poco  curioso.  Y  por  salirme  ya  desto,, 
digo  que  espero  en  la  diligencia  ,  y  buen 
cuidado  de  los  zelosos  de  la  honra  de 
España  ,  y  en  su  buena  industria  ,  que 
con  el  fauor  de  Dios  auemos  de  ver  muy 
presto  todas  las  cosas  curiosas ,  y  graues 
escritas  en  nuestro  vulgar  ,  y  la  lengua 
Española  subida  en  su  perfección  sin  que 
tenga  inuidia  a  alguna  de  las  del  mun- 
do ,  y  tan  estendida  quanto  lo  están  las 

van- 


vanderas  de  España-  que  llegan  del  uno 
al  otro  Polo  :  de  donde  se  seguirá  que 
la  gloría  que  nos  han  ganado  las  otras 
Naciones  en  esto  ,  se  la  quitemos  ,  co- 
mo lo  auemos  hecho  en  lo  de  las  ar- 
mas. Y  hasta  que  llegue  este  venturoso 
tiempo  ,  que  ya  se  va  acercando  ,  abre- 
mos de  tener  paciencia  con  los  murmu- 
radores ,  los  que  somos  de  los  primeros 
en  el  dar  la  mano  a  nuestro  lenguage 
postrado. 

Oyga  Vm.  ahora  al  Padre  Maestro 

Fray  Luis  de  León  hablando  con  Don 
Pedro  de  Cordova  ,  Libro  IIL  de  los 
Nombres  de  Christo  ,  fol.  1 72  ,  impre- 
sión de  Salamanca  ,  hecha  en  casa  de 
Juan  Fernandez  año  1595  ;  y  verá  Vm. 
como  concuerda  con  los  pensamientos 
del  Padre  Maestro  Fray  Pedro  Malón 
de  Echayde.  Dice  pues  asi  : 

De  los  dos  libros  pasados  ,  que  pu- 
bliqué ,  para  prouar  en  ellos  lo  que  juz- 
gaua  de  aqueste  escreuir  ,  he  entendido, 
Ilustrisimo  Señor  ,  que  algunos  han  ha- 
blado mucho  ,  y  por  diferente  manera. 
Porque  unos   se  marauillan  ,   que   un 

Theo- 


Theologo  ,  de  quien  ,  como  ellos  dizen, 
esperauan  alguaos  grandes  tratados  lle- 
nos de  profundas  questiones  ,  aya  salido 
a  la  fin  con  un  libro  en  Romance  :  otros 
dicen  que  no   eran  para  Romance  ,  las 
cosas  que  se  tratan  en  estos  libros  ,  por^ 
que  no  son  capaces  dellas  todos  los  que 
entienden  Romance.  Y  otros  a  y  que  no 
los  han  querido  leer  ,  porque  están  ea 
su  lengua  :   y  dizen  que  si  estuuieran 
en  Latin  ,  los  leyeran,  Y   de  aquellos 
que  los  leen  ay  algunos ,  que  hallan  no- 
uedad  en  mi  estilo.  Y  otros  que  no  qui- 
sieran Diálogos.  Y  otros  que  quisieran 
Capitulos  ,  y  que  finalmente  se  llega- 
ran mas  a  la  manera  de  hablar  vulgar 
y  ordinaria  de  todos ,  porque  fueran  pa- 
ra todos  mas  tratables ,  y  mas  comunes. 
Y  porque  juntamente  con  estos  libros^ 
publiqué  una  declaración  del  Capitulo 
ultimo  de  los  Proverbios  ,  que  intitulé 
la  perfecta  Casada  ,  no  ha  faltado  quien 
diga  ,  que  no  era  de  mi  persona  ,  ni  de 
mi  profesión  ,  dezirles  a  las  mugeres  ca- 
sadas lo  que  deuen  hazer.  A  los  qua- 
les  todos  responderé  ,  si  son  amigos ,  pa- 
ra 


("^35) 
ra  que  se  desengañen  ,  y  si  no  lo  son  , 
para  que  no  se  contenten  ;  a  los  unos 
porque  es  justo  satisfazerlos  ,  y  a  los  o- 
tros  porque  gusten  menos  de  no  estar 
satisfechos  :  a  aquellos ,  para  que  sepan 
lo  que  han  de  dezir  ;  a  estos  ,  para  que 
conozcan  lo  poco  que  nos  dañan  sus  di- 
chos. Porque  los  que  esperauan  mayo- 
res cosas  de  mi ,  si  las  esperauan  porque 
me  estiman  en  algo  ,  yo  les  soy  muy 
deudor  ,  mas  si  porque  tienen  en  poco 
aquestas  que  he  escripto  ,  no  crean  ni 
piensen  ,  que  en  la  Theologia  ,  que  lla- 
man ,  se  tratan  ningunas  ,  ni  mayores, 
que  las  que  tratamos  aqui  ,  ni  mas  di- 
ficultosas ,  ni  menos  sabidas ,  ni  mas  dig- 
nas de  serlo,  Y  es  engaño  común  tener 
por  fácil  ,  y  de  poca  estima  todo  lo  que 
se  escriue  en  Romance  ,  que  ha  nasci- 
do  de  lo    mal  que   usamos  de   nuestra 
lengua  ,  no  la  empleando  sino  en  cosas 
sin  ser  ;  o  de  lo  poco  que  entendemos 
della,  creyendo  ,  que  no  es  capaz  ,  de  lo 
que  es  de  importancia  :  que  lo  uno  es 
vicio  :  y  lo  otro  engaño  ,  y  todo  falta 
nuestra  ,  y  no  de  la  lengua  ,  ni  de   los 
R  que 


(256) 
que  se  esfuerzan  a  poner  en  ella  todo 
lo  graue  y  precioso  ,  que  en  alguna  de 
las  otras  se  halla.  Asi  que ,  no  piensen 
porque  veen  Romance  ,  que  es  de  poca 
estima  lo  que  se  dize:  mas  al  reues,  vien- 
do lo  que  se  dice  ,  juzguen  que  puede 
ser  de  mucha  estima  ,  lo  que  se  escriue 
en  Romance  ,  y  no  desprecien  por  ia 
lengua  las  cosas  ,  si  no  por  ellas  estimen 
Ja  lengua  ,  si  acaso  las  vieron  ,  porque 
es  muy  de  creer  ,  que  los  que  esto  di- 
2en  ,  no  las  han  visto  ,  ni  leydo.  Mas 
noticia  tienen  dellas  ,  y  mejor  juyzio 
hazen  los  segundos  ,  que  las  quisieran 
ver  en  Latin  ,  aunque  no  tienen  mas  ra- 
zón que  los  primeros  ,  en  lo  que  piden 
y  quieren.  Porque  pregunto  ,  ¿  por  qué 
las  quieren  mas  en  Latin  ?  No  dirán  que 
por  entenderlas  mejor  ,  ni  hará  tan  del 
latino  ninguno  ,  que  profese  entenderlo 
mejor  que  a  su  lengua  :  ni  es  justo  de- 
2Ír  ,  que  porque  fueran  entendidas  de 
menos ,  por  eso  no  las  quisieran  ver  en 
Romance  ,  porque  es  enuidia  no  querer 
que  el  bien  sea  común  a  todos ,  y  tan- 
to mas  fea  ,  quanto  el  bien  es  mejor. 

Mas 


Mas  dirán  ,  que  lo  dizen  ,  sino  por  las 
cosas  mismas  ,  que  siendo  tan  graues  , 
piden  lengua  qué  no  sea  vulgar  ,  para 
que  la  grauedad  del  dezir  ,  se  conforme 
con  la  grauedad  de  las  cosas.  A  lo  qual 
se  responde  que  una  cosa  es  la  forma 
del  dezir  ,  y  otra  la  lengua  en  que,  lo 
que  se  escriue  ,  se  dize.  En  la  forma  del 
dezir ,  la  razón  pide  ,  que  las  palabras, 
y  las  cosas  que  se  dizen  por  ellas  sean 
conformes ,  y  que  lo  humilde  se  diga 
con  llaneza  ,  y  lo  grande  con  estilo  mas 
leuantado  ,  y  lo  graue  con  palabras ,  y 
con  figuras  quales  conuienen  :  mas  en 
lo  que  toca  a  la  leilgua  ,  no  ay  diferen- 
cia ,  ni  son  unas  lenguas  para  dezir  u- 
nas  cosas  ,  sino  en  todas  ay  lugar  para 
todas.  Y  esto  mismo  de  que  tratamos 
no  se  escriüiera  como  deuia  ,  por  solo 
escriuirse  en  Latin  ,  si  se  escriüiera  vil- 
mente :  que  las  palabras  no  son  graues 
por  ser  Latinas  ,  sino  por  ser  dichas  co- 
mo a  la  grauedad  le  conuiene  ,  o  sean 
Españolas   ,  o  sean   Francesas.  Que  si 
porque   a  nuestra  lengua  la   llamamos 
vulgar  ,  se  imaginan  que  no  podemos 
R  1  es- 


(2j8) 
escreuir  sirio  vulgar  y  baxamente  ,  es 
grandísimo  error  :  que  Platón  escriuió 
no  vulgarmente  ,  ni  cosas  vulgares  en  su 
lengua  vulgar.  Y  no  menores ,  ni  me- 
nos leuantadamente  las  escriuió  Cicerón 
en  la  lengua  que  era  vulgar  en  su  tiem- 
po. Y  por  dezir  lo  que  es  mas  vezino 
a  mi  hecho,  los  Sanctos  Basilio,  y  Chry- 
sostomo  ,  y  Gregorio  Nazianzeno  ,  y 
Cyrillo  ,  con  toda  la  antigüedad  de  los 
Griegos  en  su  lengua  materna  Griega  , 
que  quando  ellos  viuian  la  mamauan 
con  Ja  leche  los  niños ,  y  la  hablauan  en 
Ja  pla9a  las  vendederas  escriuieron  los 
mysterios  mas  diuinos  de  nuestra  fe ,  y 
no  dudaron  de  poner  en  su  lengua  ,  lo 
que  sabian  que  no  auia  de  ser  entendi- 
do por  muchos  de  los  que  entendian  la 
lengua.  Que  es  otra  razón  en  que  estriban, 
ios  que  nos  contradizen  ,  diziendo  ,  que 
no  son  para  todos  los  que  saben  Roman- 
ce ,  estas  cosas  que  yo  escriño  en  Ro- 
mance. ¡Como  si  todos  los  que  saben  La- 
tín ,  quando  yo  las  escriuiera  en  Latin, 
se  pudieran  hazer  capaces  delías ;  o  como 
si  todo  Jo  que  se  escriue  en  Castellano  fue- 
se 


(^59) 
se  entendido  de  todos  los  que  saben  Cas- 
tellano ,  y  lo  leen  !  Porque  cierto  es  que 
en  nuestra  lengua  ,  aunque  poco  culti- 
uada  por  nuestra  culpa  ,  a  y  todavía  co- 
sas bien  o  mal  escritas,  que  pertenecen  al 
conoscimiento  de  diversas  artes ,  que  los 
que  no  tienen  noticia  de  ellas  ,  aunque 
las  lean  en  Romance  ,  no  las  entienden. 
Mas  a  los  que  dizen  que  no  leen  aques- 
tos mis  libros  por  estar  en  Romance  ,  y 
que  en  Latin  los  leyeran  ,  se  les  res- 
ponde ,  que  les  deue  poco  su  lengua  , 
pues  por  ella  aborrecen  ,  lo  que  si  es- 
tuuiera  en  otra  tuuieran  por  bueno.  Y 
no  se  yo  de  donde  les  nasce  el  estar  con 
ella  tan  mal  ,  que  ni  ella  lo  merece  ,  ni 
ellos  saben  tanto  de  la  Latina  ,  que  no 
sepan  mas  de  la  suya  ,  por  poco  que 
della  sepan  ,  como  de  hecho  saben  della 
poquísimo  muchos.  Y  destos  son  los  que 
dizen  que  no  hablo  en  Roman(íe ,  por- 
que no  hablo  desatadamente  y  sin  or- 
den :  y  porque  pongo  en  las  palabras 
concierto  ,  y  las  escojo ,  y  les  doy  su  lu- 
gar. Porque  piensan  que  hablar  Roman- 
ce es  hablar  como  se  habla  en  el  vulgo, 


(240) 

y  no  conosccn  ,  que  el  bien  hablar  no 
es  común  sino  negocio  de  particular  jüy- 
ció  ,  ansi  en  lo  que  se  dize  ,  como  en  la 
manera  como  se  dize.  Y  negocio  ,  que 
de  las  palabras  que  todos  hablan  elige 
las  que  conuienen  ,  y  mira  el  sonido  de- 
Has  ,  y  aun  cuenta  a  yezes  las  letras ,  y 
las  pesa  ,  y  las  mide  ,  y  las  compone  , 
para  que  no  solamente  digan  con  clari- 
dad ,  lo  que  se  pretende  d^zir,  sino  tam- 
bién con  armonía  ,  y  dulzura.  Y  si  di- 
zen  que  no  es  estilo  para  los  humildes 
y  simples ,  entiendan  ,  que  asi  como  los 
simples  tienen  su  gusto  ,  asi  los  sabios,  y 
los  graues  ,  y  los  naturalmente  compues- 
tos no  se  aplican  bien  a  lo  que  se  escri- 
ue  mal  y  sin  orden ;  y  confiesen  que  de- 
uemos  tener  cuenta  con  ellos  ,  y  seña- 
ladamente en  las  escrituras  que  son  pa- 
ra ellos  solos ,  como  aquesta  lo  es.  Y  si 
acaso  dixeren  que  es  novedad  ,  yo  con- 
fieso que  es  nueuo ,  y  camino  no  usado, 
por  los  que  escriuen  en  esta  lengua  ,  po- 
ner en  ella  numero  leuantandola  del 
descaymiento  ordinario.  El  qual  camina 
quise  yo  abrir  ,  no  por  presumpcion  que 

ten- 


(241) 

tenga  de  mí  ,  que  se  bien  la  pequenez 
de  mis  fuerzas  ,  sino  para  que  los  que 
las  tienen  se  animen  a  tratar  de  aquí  a- 
delante  su  lengua  ,  como  los  sabios  y  e- 
loquentes  pasados  ,  cuyas  obras  por  tan- 
tos siglos  biuen  ,  trataron  las  suyas  ,  y 
para  que  la  ygualen  en  esta  parte  ,  que 
le  falta  ,  con  las  lenguas  mejores  ,  a  las 
quales  ,  según  mi  juycio  ,  vence  ella  , 
en  otras  muchas  virtudes.  Y  por  el  mis- 
mo fin  quise  escriuir  en  Dialogo  ,  si- 
guiendo en  ello  el  exemplo  de  los  es- 
criptores  antiguos  ,  asi  sagrados  como 
prophanos  ,  que  mas  graue  ,  y  mas  elo- 
quentemente  escriuieron. 

D.  Antonio.  ¿  Qué  le  parece  á 
Vm? 

D.  Juan.  Me  parece  que  es  una  co- 
sa admirable  ,  y  digna  de  que  todos  la 
kan  ,  y  observen.  De  ella.se  infiere  que 
el  Padre  Echayde  tenia  tan  buen  gusto 
como  el  Padre  Maestro  Fray  Luis  de 
Leen. 

D.  Antonio.  No  tan  solo  se  infie- 
re ese  buen  gusto  ;  (  que  era  común  en- 
tre los  Humanistas  de  aquel  tiempo  )  si- 
R  4  no 


(242) 

no  que  el  Padre  Echayde  hizo  versos 
y  paráfrasis  de  algunos  Psalmos  ,  tan 
buenos  como  los  del  Padre  León  ,  mu- 
cho antes  que  se  publicase  la  obra  de 
los  Nombres  de  Christo. 

D.  Juan.     Qué  dice  Vm.  ? 

D.  Antonio.  Que  hizo  en  esa  o- 
bra  de  la  Conversión  de  la  Magdalena 
algunas  traducciones  parafrásticas  tan  be- 
llas como  las  del  Maestro  Fray  Luis  de 
León.  Véalas  Vm.  a  los  folios  25  ,41, 
46  ,  58  ,  149  ,  169  ,  207  ,  211  ,  255  , 
290  ,  &c. 

D.  Juan,  j  Hemos  descubierto  un 
nuevo  Patriarca  de  la  Habla ! 

D.  Antonio.  Mal  año  si  lo  es ,  y 
patriarca  que  no  está  en  la  Lista  que 
copió  el  Autor  del  Romance. 

D.  Juan.  Voy  á  leer  un  Psalmo 
que  traduce  al  folio  58  ,  y  dice  asi : 


Psal- 


(mj) 

Psalmus  119. 

Ad  Dominum  cum  trihularer ,  &c. 

Quando  mas  fatigado 
Me  vi ,  llamé  al  Señor,  y  respondióme, 
Que  en  mi  mayor  cuydado 
Siempre  acudió  ,  y  valióme  : 
Que  no  hay  pena  en  sus  siervos  quel 
no  tome. 

Dixele  ,  fuerte  muro 
Del  alma  que  te  llama  en  su  defensa  , 
Sin  quien  ,  el  mas  seguro  , 
Y  mas  libre  de  ofensa 
Salta  mas  presto  adonde  menos  piensa; 

Libra  aquesta  alma  mia 
De  los  labios  iniquos  ,  y  la  boca  , 
Do  la  ponzoña  fria  , 
Que  el  cuerpo  ,  y  alma  apoca  , 
Con  la  enírafiosa  lengua  hiere  ,  y  toca. 

Tu  del  Gigante  fiero 
Con  una  honda  sola  ,  y  un  cayado 
Me  libraste  ,  y  de  azero 
El  grave  cuerpo  armado 
Le  derroque  en  su  sangre  rebolcado. 

Tu 


('M4) 
Tu  de  los  esquadrones 
De  bravos  enemigos  me  libraste  , 

Y  en  bárbaras  naciones 
Con  mi  espada  triumphaste  , 

Y  en  medio  de  las  armas  me  guardaste. 
Mas  nunca  tan  medroso 

Me  vi  jamas  en  todo  lo  que  cuento  , 
Como  quando  el  furioso 
Enemigo  sangriento 
Con  su  lengua  tocó  mi  sufrimiento. 

Pues  decí  ,  generoso 
David  ,  vos  que  al  León  ,  y  al  Oso  fiero 
En  el  mente  fragoso 
Quitastes  el  cordero  , 
Desquixarando  al  Lobo  carnicero  : 

Una  engañosa  lengua 
¿Qué  daño  os  puede  hacer  que  os  cau- 
se pena  ? 
No  os  puede  venir  mengua  , 
Pues  h  palabra  agena 
Es  solo  un  eco  que  en  el  ayre  suena. 

Mal  estáis  en  la  cuenta  , 
Pues  no  hay  robusto  brazo  que  despida 
La  saeta  sangrienta 
Con  furia  desmedida , 
Que  haga  mas  estrago  en  alma  y  vida. 

No 


(24.0 
No  hay  encendida  brasa  , 

Ni  algún  carbón  de  enebro  en  fragua  ar- 
diente , 
Que  al  fuego  en  fuerza  pasa  , 
Que  abrase  asi  el  doliente 
Leño  ,  como  la  lengua  maldiciente. 

La  flecha  mas  aguda 
La  resiste  un  arnés ,  y  un  flaco  muro : 

Y  de  la  llama  cruda 
Lo  ausente  está  seguro  ; 

Mas  de  una  lengua  no  Jo  está  el  mas 
puro. 
Que  ni  al  Santo  perdona  , 
Ni  al  que  descansa  ya  en  la  fría  tierra : 

Y  al  que  en  la  ardiente  zona 
Huyendo  se  destierra , 

Alli  con  su  veneno  le  da  guerra. 

Ay  me  !  que  mi  destierro 
Se  alarga  cada  punto  ,  y  yo  captivo 
Atado  al  duro  hierro 
Estoy  muriendo  vivo  , 
Entre  los  de  Cedár  linage  esquivo. 

Dura  y  larga  vivienda 
Ha  tenido  mi  alma  entre  esta  gente  ; 
Que  no  hay  quien  los  entienda  , 
Pues  quando  mas  paciente 

Me. 


(m6) 

Menos  quiere  mi  paz  y  la  consiente. 

Si  de  paz  les  hablaba  , 
Con  la  espada  en  la  mano  respondían  : 
Y  si  les  enseñaba 
El  bien  ,  que  no  sabian  , 
Dev.alde  y  sin  razón  me  aborrecían. 

D.  Antonio.     ¿  Qué  tal ,  Señor  D. 

Juan  ? 

D.  Juan.  ¡  Por  vida  de  Euterpe  , 
que  es  cosa  muy  bella  1  No  conocía  tal 
Autor  ;  pero  desde  ahora  digo,  que  no 
cede  al  Padre  Maestro  Fray  Luis. 

D.  Antonio.  Pudiera  ,  si  no  fuera 
ya  tarde  ,  mostrar  á  Vm.  hasta  una  do- 
cena de  obritas  Poéticas  taks  ,  y  tan  bue- 
nas ,  que  habia  Vm.  de  dudar  á  quien 
se  debia  preferir ;  no  le  sucediese  lo  que 
á  Midas ,  quando  quiso  ser  Juez  de  la 
Contienda  entre  Pan  y  Afolo, 

Don  Juan.  Ahora  me  acuerdo  de 
una  especie  que  leí  en  una  edición  mo- 
derna (*)  de  las  Obras  del  Padre  Maes- 
tro 

(*)  Señor  Mayans  en  la  Vida  del  Padre 
Maestro  Fray  Luis  de  León. 


(247) 
tro  Fray  Luis  de  León  ,  en  que  se  di- 
ce :  El  Maestro  León  fue  el  f  rimero^  que 
imitando  a  los  Poetas  antiguos  partió  en 
Romance  algunos  vocablos  ,  cumpliendo 
con  la  primera  parte  de  ellos  la  medida 
del  verso  ,  i  pasando  con  lo  restante  a 
dar  principio  al  verso  siguiente  :  licencia 
que  practicó  algunas  veces  el  Maestro 
León  ,  &c. 

D.  Antonio.  Como  de  esas  abso- 
lutas verá  Vm.  impresas  a  cada  paso. 
Busque  Vm.  el  folio  41  de  la  citada  o- 
bra  del  Padre  Maestro  Malón  ,  y  lea 
Vm.  aquella  traducción  literal  del  Ca- 
pitulo IV.  del  Profeta  Amos  ,  que  em- 
pieza :  Audite  verhum  hoc  ,  vacc^e pin- 
gues ,  qu<£  estis  in  monte  Samariie  ,  &c. 
y  me  dirá  Vm.  si  el  Padre  Fray  Luis 
de  León  fué  el  primero  que  partió  las 
palabras. 

D.  Juan.  Voy  a  verlo.  Ya  está  a- 
qui  el  folio  ,  y  dice  asi ; 


Oídme  vacas  gordas 
Del  monte  de  Samaría 


A  do  pacéis  las  yervas  regaladas , 
Y  las  orejas  sordas 
Bolved  ya  voludtaria- 

ntente,  del  verde  pasto  descuydadas. 
Por  vos  sotí  quebrantadas 
Las  fuerzas  a  los  pobres , 
Robando  sus  alhajas 
Hasta  las  pocas  pajas 
Del  pobre  lecho  :  que  aun  los  duros  ro- 
bres 
Lloran  sus  sinrazones  , 
Con  nó  habelles  Dios  dado  corazones.. 

Pues  ya  Dios  ha  jurado 
Por  vida  de  su  hijo 
Con  la  mano  en  el  ara  Consagrada  , 
Que  el  enemigo  ayrado 
Con  grita  y  regocijo 
Le  vengará  esta  injuria  con  la  espada 
Y  que  ..... 

D.  Antonio.  Basta,  basta ;  que  pa- 
rece que  quiere  Vm.  leer  toda  la  tra- 
ducción. 

D.  Juan.  Es  tan  hermosa  ^  fluida  , 
y  regalada  ,  que  me  la  iba  á  leer  toda. 

D.  Antonio.  Solamente  la  he  ci- 
ta- 


tado  para  que  se  vea  ,  que  el  Maestro 
Fray  Luis  de  León  no  fué  el  primero 
que  usó  de  aquella  licencia  poética  de 
partir  una  palabra  entre  dos  versos. 

D.  Juan.  En  esa  parte  estoy  satis- 
fecho. 

D.  Antonio.  Pues  quando  Vm. 
esté  despacio,  lea  toda  la  obra  del  Maes- 
tro  AI  alón  ,  y  no  dexe  Vm.  aquel  Ser- 
món de  Orígenes  en  ¡a  Resurrección  del 
Señor  ,  que  tradujo  del  Latín  al  Caste- 
llano ,  y  le  dedica  á  la  ilustre  Señora 
Doña  Beatriz  Cerdán  ,  por  medio  de  u- 
na  Carta ,  en  que  dice  pag.  529  ; 

,,  Y  si  en  lo  que  dixere  se  hallare 
,,  menos  gusto  de  lo  que  prometo  ,  o 
, ,  cosa  alguna  ,  que  no  haga  tanta  con- 
,,  sonancia  a  la  oreja  ,  no  quiero  que  se 
,,  entienda  que  es  falta  de  Origenes ,  ni 
,,  que  en  el  Latin  disuena  alguna  pala- 
,,  bra  ;  sino  que  solo  ha  sido  defecto  de 
,,  no  sabello  yo  traducir  por  términos 
,,  tan  dulces ,  y  tan  propios  como  lo  sou 
„  los  Latinos ;  no  por  mengua  de  núes- 
j,  tro  Lengua  ge  Español  ,  pues  es  tan 
,,  abundante  que  ni  en  sello  ,  ni  en  te- 

..  ner 


(250) 

„  ner  galanos  frasis,  y  suavidad  ,  y  muy 
„  cortadas  ,  y  proprisimos  términos  pa- 
„  ra  todo  quanto  lia  de  decir  ,  tie- 
,,  ne  embidia  a  Ja  lengua  Griega  ,  ni 
,,  Latina  ,  ni  Italiana  ,  ni  tiene  necesi- 
5,  dad  de  mendigar  estilo  ,  ni  términos, 
,,  ni  compostura  ,  ni  gala  ,  ni  otra  co- 
„  sa  de  sus  vecinos ,  pues  ella  por  si  so- 
„  la  basta  .  .  . 

D.  Juan.  Asi  lo  haré  ;  y  ahora 
doy  á  Vm.  infinitas  gracias  por  lo  que 
me  ha  enseñado  esta  noche. 

D.  Antonio.  Quiero  dar  á  Vm. 
Señor  Don  Juan  ,  una  muestrecita  de 
las  causas  que  movieron  al  Autor  del 
Arte  del  Komance  Castellano  á  poner  e- 
xemplos  de  T^ersos  para  el  uso  de  las 
parres  de  la  Oración  ,  que  Vm.  dice  , 
(  y  dice  muy  bien)  debian  ser  de  Prosa. 

D.  Juan.  Es  verdad  ;  que  ya  se  ol- 
vidaba este  punto. 

D.  Antonio.  Ha  de  saber  Vm. 
que  el  Autor  no  presenta  al  Publico  el 
Arte  de  hablar ,  y  escribir  buena  Prosa, 
sino  buen  Romance, 

D.  Juan.  ¿  Pues  adonde  están  esos 
Romances  ?  D. 


(251) 
D.  Antonio.     Busque  Vm.  por  su 

vida  la  pagina  21  j  del  Tomo  II.  del 
Arte  ,  y  hallará  una  ,  que  el  Autor  in- 
titula Oración  ,  bravamente  cargada  de 
pies  de  Romances ,  de  Sonetos  ,  &c.  Lea 
Vm.  donde  quiera  ;  y  si  no  los  hallare, 
diga  Vm.  que  soy  un  ignorante  5  maja- 
dero .... 

D.  Juan.     Vamos  allá. 
D.  Antonio.     Lea  Vm.  en  voz  al- 
ta los  versos ,  ó  pies  ,  y  lo  demás  sea  pa- 
ra si. 

D.  Juan.     Suplico  á  Vm.  las  vaya 
escribiendo. 

D.  Antonio.     Diga  Vm. 
D.  Juan.     Que  se  dixo  en  la  Acade- 
mia, Pagina  2 15. 

Pag.  2 1 j.  y  2  14.  ^  manera  de  rio  cau- 
daloso. 
Pag.  214.  Quando  mas  debiera  ella, 
Ibi.  Me  hallo  como  enagenado. 
Ibi.  Dulcemente  embelesado. 
Ibi.  De  una  viva  impresión  del  Patrio^ 

tismo, 
Ibi.  Que  altamente  me  empeña, 
Ibi.  Su  hermosura  ,  importancia  ,  i  exce- 
lencia, S  Ibi. 


Ibi.  T>e  su  cultivo  i  estudio, 
Ibi.  Qué  argumento  mas  digno, 
Ibi.  Dignidad  del  Romance  Castellano. 
Ibi.  Sino  de  todas  las  ciencias, 
Pag.  215.^  ¿-r^w  Fadre  i  celestial, 

I  esclarecidas  hazañas. 
Pag.  116.  I  única  entre  las  demás. 

Por  la  bondad  de  tu  suelo, 

I  apacible  amenidad. 

JLa  dignidad  del  Romance, 

JSlobilisimo  Auditorio. 

Zas  partes  merecedoras. 

Que  mi  oración  i  talento. 

Creciesen  a  medida  de  su  precio. 

I  ser  ella  la  mas  prima. 

Su  primera  discreción. 
Pag.  217.  Los  felicísimos  tiempos  de  los 
Reyes. 

I  Gefe  de  un  sabio  Pueblo, 

Se  puede  decir  ,  el  alma, 

Profundisimo  Político . 

La  prodigiosa  doctrina . 

Mas  sobre  todo  cogiendo. 

A  manos  llenas  los  Reyes. 

Los  Estudios  de  las  Lenguas. 

D.  Antonío.     Basta,  basta  j  porque 


lleva  Vm.  traza  de  copiar  toda  la  ora- 
ción. 

D.  Juan.  ;  Jesús ,  Jesús!  Si  no  lo 
viese  ,  no  lo  creería.  Con  efecto  el  Au- 
tor cumple  perfectamente  con  el  argu- 
mento de  su  Libro  ,  que  es  ARTE  DE 
ROMANCES. 

D.  Antonio.  Y  si  Vm.  me  apura, 
también  puede  serlo  de  Sonetos  ,  Can- 
ciones ,  y  Lyras. 

D.  Juan.  ;  Válgame  San  Pancra- 
cio !  ;  Qué  haya  Vm.  reservado  ese  pun- 
to para  quando  ya  tenemos  la  cabeza  co- 
jno  una  calabaza  ! 

D.  Antonio.  Basta  ya  de  conversa- 
ción :  y  llévese  Vm.  sabido  ,  que  pro- 
meter Prosa  ,  y  escribir  Verso  es  lo  mis- 
mo que  si  escribiendo  Versos  se  hiciese 
Prosa, 

D.  Juan.  Me  voy.  ¡Esto  no  se  pue- 
de digerir !  ¿  Si  en  hoja  y  media  dé  la 
tal  Oración  se  han  sacado  tantos  y  tan 
perfecto?  versos  ,  que  sena  si  la  leyése- 
mos toda  ? 

D.  Antonio.  VayaVm.  con  Dios, 
y  procure  descansar. 

S%  D, 


D.  Juan.  ¡Harto  llevo  para  no  dor- 
mir !  Deseo  que  Vm.  pase  muy  buena 
noche. 

D.  Antonio.  Acuérdese  Vm.  de 
lo  que  dice  el  Autor  del  Arte  dd  Ro- 
mance Castellano  en  la  pag.  loo  de  sus 
Épocas. 

D.  Juan.     ¿  Qué  es  lo  que  dice? 

D.  Antonio.  Estas  mismas  pala- 
bras. Ovgalas  Vm.  con  devoción.  Pero 
ante  todas  cosas  se  a  de  cuidar  en  las 
sentencias  i  pensamientos  ,  que  sean  solí* 
dos  fforque  quien  no  piensa  bien  ,  habla 
inútilmente  ,  i  nunca  sera  elocuente  ,  sino 
charlatán. 

D.  Antonio.  Vamos  de  esta,  por- 
que el  Autor  del  Romance ,  según  su  A- 
migo  Quevedo  ,  Musa  V.  Letra  Satyri- 
ca   15. 

Parece  ,  sí  no  me  engafia 
La  vista  con  algún  velo  , 
Mas  sanguijuela  en  anzuelo  , 
Que  pescador  con  la  cana. 


CON^ 


CONVERSACIÓN  IV. 

SOBRE    LA   ORTOGRAPHIA 

del  Autor  del  Libro  intitulado 

Arte  del  romance   castellano. 

TT^  Juan.  ¿  De  quando  acá  ,  Señor 
■*^-^*  Don  Antonio  ,  se  ha  puesto  Vm. 
tan  enfadado  ?  Parece  que  se  ha  levanta- 
do Vm.  con  alguna  indigestión  ;  y  tal 
vez  procederá  de  que  por  culpa  mia 
cenó  Vm.  anoche  mas  tarde  de  lo  acos- 
tumbrado. 

D.  Antonio.  No  señor :  mi  indi- 
gestión no  es  de  la  cena  ,  sino  de  haber 
leído  anoche  ,  después  que  Vm.  se  reti- 
ró ,  todo  el  libro  V.  de  la  Ortographia^ 
que  llama  Espaiíola  el  Autor  del  Ro- 
mance Castellano  :  y  se  me  ha  sentado 
en  el  estómago  de  tal  modo  ,  que  no  la 
puedo  digerir. 

Sj  D. 


(m6) 
D.  Jltan.  i  Ahora  tencmo?  eso  ?  Ría- 
se Vm.  de  disparates ,  y  eche  en  hora 
mala  esos  Duendes  que  se  le  han  apo- 
sentado en  la  meollera.  Esos  son  Demo- 
nios literarios  ,  que  le  saldrán  al  punto 
con  un  par  de  conjuros  del  Licenciado 
Thomé  de  Burguillos.  (*)  Allá  van  á 
salga  pez  ,  ó  rana  ,  en  este 

Soneto. 

Conjuróte  ,  demonio  Culterano  , 
Que  salgas  deste  mozo  miserable  , 
Que  apenas  sabe  hablar  (¡caso  notable!  ) 
Y  ya  presume  de  Amphion  Thebano. 
Por  la  Lyra  de  Apolo  soberano 
Te  conjuro  Cultero  inexorable  , 
Que  les  des  libertad  para  que  hable 
En  su  nativo  idioma  Castellano. 
Porque  me  toques  barbara  tan  mente  , 
Que  cultiborra  ,  y  Brlndalin  tabaco 
Caractiquizan  toda  intonsa  frente  ? 
Habla  christiano  ,  perro  ,  soy  Polaco. 
Tenedle  ,  que  se  va  ,  no  me  ates ,  tente, 
Suéltame,  aqui  de  Apolo,  aqui  de  Baco. 

D. 
{*)     Thomé  de  Burguillos  Rimas  f.  6o.  b. 


(^57) 
D.  Antonio.      Solo   Vm.  pudiera 

haberme  hecho  reír. 

D.  Juan.  ¿No  ledixeáVm.  que 
esas  ,  y  otras  indigestiones  ,  que  proce- 
den de  haber  leido  Autores  crudos  ,  sa- 
len al  punto  con  una  buena  geringa  de 
agua  crítica  bien  cargada  de  discerni- 
miento ? 

D.  Antonio.  ¡  Es  cierto  que  si  bien 
se  mira  la  tal  Ortographia  ,  es  la  obra 
mas  cruda  ,  é  indigesta  ,  que  he  leido 
en  mi  vida !  El  Autor  ,  ó  por  mejor  de- 
cir ,  ^/  Ziirzidor  de  ella  engullo  en  su  es- 
tomago intelectual  algunas  Ortogr afilias; 
y  como  cargó  tanto  de  ellas  ,  estubo  k 
pique  de  rcbentar  ;  pero  por  fin  logró 
la  excreción  de  la  que  él  llama  Ortogra- 
filia  Española  ,  en  que  se  hallan  toda- 
vía eméritos  los  bocados ,  y  crudos  los 
retales  de  que  quiso  formarla. 

D.  Juan.  ¿  Ahora  tenemos  eso  ? 
¡  Tararira ! 

11  Blasona  de  Castellano 

i>  El  que  nació  esotro  Jueves  , 

)>  Y  no  hay  en  toda  la  Lengua 

S  4  »  S«- 


5>  Solecismo  en  que  no  peque. 
»  Nombre  poético  procura  , 
i>  Galantear  las  Musas  quiere  , 
)>  Sin  haber  jamás  mojado 
9>  Los  labios  en  Hipocrene. 
5í  Ladrandoles  va  de  lexos 
)>  A  los  ingenios  valientes  , 
i>  Y  es  lo  que  él  escribe  hurtado 
5>  De  los  propios  a  quien  muerde  , 
íí  Y  dice  después  ,  que  quanto 
»  Roba  de  ágenos  papeles 
i>  Son  hazañas  de  su  ingenio  , 
j?  I  Mal  haya  yo  si  no  miente  ! 

D.  Antonio.  ¿  Qué  se  pone  Vm. 
a  cantar  ? 

D.  Juan.  ¿  No  quiere  Vm.  que  can- 
te ,  y  ria  oyendo  lo  que  dice  Vm.  ?  Pe- 
ro dexandonos  de  chirinola  ,  y  hablan- 
do con  la  seriedad  que  merece  el  asun- 
to ,  si  es  cierto  lo  que  Vm.  insinúa  ,  no 
puedo  dexar  de  admirarme. 

D.  Antonio.  Es  tan  cierto  ,  que 
Vm.  mismo  lo  podrá  ver  del  mismo 
modo  ,  que  se  vio  en  la  Paleographia 
Española. 

D. 


(^59) 
D.  Juan.    Vaya  ,  vaya  ,  que  no 

lo  creyera.  ¡  Que  haya  hombres  tan  li  - 
geros ,  que  presuman  no  ser  cogidos  con 
el  hurto  en  las  manos!  Creía  yo  que  la 
tal  Ortographia  sería  lo  mejor  del  Arte 
del  Romance  Castellano ,  quando  leí  en 
la  pagina  174.  Yo  me  persuado  se  pueden 
reducir  a  concordia  los  diferentes  pare^ 
ceres  ,  i  establecer  aquellas  reglas  ,  que 
Jijen  para  shmfre  la  escritura  deducidas 
de  esta  Arte  ,  en  que  todos  los  doctos  se 
convienen  al  menos  en  cuanto  al  uso, 

D.  Antonio.  Ríase  Vm.  de  eso; 
y  crea  Vm.  que  el  erudito  Don  Salva- 
dor Joseph  Mañér  en  este  asunto  de 
Ortographias  averiguó  quasi  todo  quan- 
to  podemos  nosotros  decir  en  él,  lle- 
vando siempre  por  delante  el  Norte  de 
la  Real  Academia  Española  ;  y  asi  en 
el  §.  V.  pagina  24.  de  su  Ortographia 
Castellana  ,  (*)  dice  ; 

ií  El  batallón  en  que  los    ingenios 
j>  han  esgrimido  con  mas  tesón  la  punta 

11  de 

(*)    En  Madrid  1762. 


(2  6o) 

11  de  la  pluuma  ,  es  sobre  establecer  un 
51  sistema  ,  en  que  la  Ortographia  se  ii- 
11  xe  en  unas  solas  reglas  ^  sin  disputa 
11  ni  discrepancia  ,  queriendo  unos  que 
9f  se  formen  según  la  derivación  Latina, 
jy  de  quien  tan  legitimo  es  nuestro  Idio- 
11  ma  :  otros  ,  que  absolutamente  se  de- 
9y  ben  regular  los  preceptos  conforme  a 
11  la  pronunciación ;  pues  no  siendo  otra 
9y  cosa  lo  que  se  escribe ,  que  una  fiel  co- 
11  pia  de  lo  que  se  habla  ;  la  Ortogra- 
51  phia  que  mas  lo  imitare  ,  deberá  te- 
jí nersc  por  la  mas  perfecta.  Varios  han 
11  sido  los  reformadores  que  nos  han  quc- 
51  rido  dar  la  ley  :  en  Italia  ,  y  Francia 
51  George  Tris  sin  ,  Maigret  ,  Pdletier  , 
51  Bois  ,  Pedro  de  la  Ramee  ;  y  en  Es- 
51  p^ma  Alemán,  Abril ,  Cor  ñas,  y  otros. 
51  Todos  pretendieron  poner  la  Ortogra- 
51  phia  de  su  Pais  sobre  el  pie  de  la  pro- 
•i^  nunciacion;  y  sin  embargo  que  los  tres 
'i'i  primeros  mencionados  tuvieron  la  pro- 
5iteccion  del  Papa  Clemente  VII.  y 
51  dos  Reynas  de  Francia  ,  y  diversos 
51  Protectores  los  demás  ,  el  PUBLICO 
51  no  quiso  recibirlo  ,  sino  que  se  estu- 

„  vie- 


(.60 
,  viese  á  la  COSTUMBRE  de  los  rc- 
,  feridos  Reynos  en  que  estaban  en  pa- 
,  cifica  posesión.  Muchos  tiempos  se  pa- 
,  saron  ,  por  lo  que  mira  á  nuestra 
,  España  ,  sin  que  alguno  se  la  inquie- 
,  tase ,  hasta  que  el  año  pasado  de  1728 
,  rompió  la  baila  Antonio  Bordazar 
,  con  su  Ortographia  Española  ,  que 
,  imprimió  en  Valencia  ,  pretendiendo 
,  con  un  nuevo  sistema  lo  que  habian 
,  intentado  últimamente  los  pasados  ;  y 
,  como  si  tuviera  una  entera  jurisdi,- 
,  cion  sobre  nuestro  idioma  ,  por  pro- 
,  pia  autoridad  quiso  alterar  los  ter- 
,  minos  ,  los  nombres  del  Bautismo  , 
,  de  los  Pueblos ,  de  las  Provincias  ,  de 
,  las  Familias  ,  y  de  las  cosas  de  la  Re- 
,  ligion  :  que  todo  esto  intentaba  quien 
,  quiere  lo  que  él  queria  ,  sin  hacerse 
,  cargo  de  las  dificultades ,  ni  de  lo  que 
,  le  tenía  ya  prevenido  la  Real  Acade- 
,  mia  Española  en  los  números  17  ,  y 
,  19  de  su  erudita  Ortographia,  ponicn- 
,  dolé  en  este  ultimo  los  gravisimos  in- 
,  convenientes  con  que  se  encuentra  , 
,  dexandole  dicho  en  el  antecedente  , 

„que 


(262) 

,  que  los  que  lo  han  intentado  ,  carian" 
,  do  en  algunas  combinaciones  ,  y  con  es^ 
y pecialidad  en  las  de  la  C, y  laQ  y  es- 
,  crihiendo  cual  por  qual  ,  cuanto  por 
,  quanto  ,  cuatro  por  quatro  ,  y  asi  0- 
,  tras  palabras  ,  ni  fueron  en  todas  con  - 
,  siguientes  ,  ni  sus  excepciones  ,  y  singu- 
,  laridades  han  sido  admitidas  ,  ni  se^ 
,  guidas  ,  ni  han  merecido  general  acep- 
y  tacion  ,  ni  aprobación,  Y  dirigiéndose 
,  tan  derechamente  estas  dos  circunstan- 
,  cías  al  nuevo  sistema  ,  como  el  tiemr 
,  po  ,  y  la  propia  obra  lo  han  manifes- 
,  tado  ,  no  haciéndole  fuerza  á  su  Au- 
,  tor  aquella  gran  autoridad  ,  expuso 
,  el  pecho  á  sus  puntas ,  entrándose  por 
,  ellas  para  que  llegara  el  caso  de  que 
,  aqui  se  lo  dixesemos.  Y  porque  no  se 
,  discurra  ,  que  lo  reducimos  á  genera- 
,  lidades  ,  sirvale  de  prueba  de  que  a- 
,  quellas  dos  circunstancias  le  son  pro- 
,  pias  ,  el  que  la  misma  experiencia  nos 
,  enseña  ,  el  no  haber  merecido  la  gene- 
,  ral  aceptación  y  aprobación  ,  que  la  A- 
,  cademia  le  previno  ,  como  también 
,  en  la  reformación  que  intentó  ,  no  ha- 

„ber 


ber  ido  consiguientes  sus  singularida- 
des :  siendo  de  esto  ultimo  testigo  sin 
repulsa  la  obra  misma  ,  pues  siendo 
abiertamente  su  mira  ,  el  que  se  debe 
escribir  como  se  pronuncia  ,  en  varias 
partes  se  dobla  ,  conformándose  con 
el  uso.  Señalaremos  algunas ,  que  sir- 
van de  la  mejor  prueba.  Pag.  i6  da 
plaza  a  la  z  ,  en  la  que  le  quita  la  9  , 
guardándole  decoro  ,  por  la  posesión, 
(  dice  )  que  tiene  ya  en  las  finales.  Ibi 
dice  ,  que  algunos  han  querido  quitar 
el  uso  de  la  c  para  con  la  e  ,  7  /^  i  , 
poniendo  en  su  lugar  la  z  ;  y  añade  ; 
No  hay  necesidad  de  apartar  d'j  este 
empleo  d  la  c ,  estando  tan  introduci- 
do, Pag.  25  dice  ,  hablando  de  la  h, 
que  no  le  halla  la  aspiración  con  que 
está  admitida  ;  pero  que  se  sujeta  al 
uso  común  ,  por  no  ser  importante  su 
exclusión. 

,,  Pagina  25  supone  la  necesidad  de 
complacer  a  los  impresionados  de  la 
vulgaridad  ^y  costumbre,  Pag.  25  di- 
ce ,  que  se  sujeta  a  duplicar  la  s  en 
las  'voces  en  que  ti^m  posesión,  Nin- 


(264) 

,  guna  cosa  trae  mas  fundada  que  lo 
,  de  expeler  la  x  ,  por  las  razones  que 
,  pone  en  la  pagina  ^y  ,  y  no  obstante 
,  dice  ,  que  en  medio  de  su  impropiedad 
,  manifiesta ,  antes  ha  quejido  tolerar  un 
,  abuso  ,  que  hacerse  mas  odioso  con  a^ 
,  handonar  este  genero  tan  introducido, 
,  Y  no  siendo  esto  solo  en  lo  que  no 
,  va  consiguiente  con  su  nuevo  sistema  , 
,  que  llama  reformación  ,  pues  en  sus 
,  lugares  se  notarán  otros  muchos  pasa- 
,  gcs ,  algunos  de  ellos  opuestos  á  lo 
,  mismo  que  pretende  establecer  ,  se  re- 
,  conoce  ,  que  por  la  mayor  parte  in- 
,  tentó  un  mero  engorro  ,  conforman- 
,  dose  unas  veces  con  el  uso  ,  y  otras 
,  muchas  procurando  destruirle  ,  ciñea- 
,  dose  a  la  pronunciación  :  por  lo  que 
,  discurro  ,  verificado  lo  que  en  su  pa* 
,  gina  8  nos  asegura  ,  ser  su  Ortogra^ 
,  phia  piedra  phoiosophal ,  que  convertí- 
,  ra  en  oro  todo?  los  escritos  :  que  aun- 
,  que  se  le  debe  alabar  la  confianza  ,  se 
,  deberá  esperar  el  oro  de  los  escritos 
,  con  la  misma  presteza  ,  que  el  que  de 
,  aquella  piedra  se  promete.  „ 

D. 


•  D.  Juan.  Admirable  descripción  de 
la  Ortographia  de  Bordazar  !  Sin  otras 
pruebas  quedo  persuadido  de  su  inutili- 
dad. 

D.  Antonio.  Pues  esta  misma  con 
poca  diferencia  es  la  que  nos  pretende 
enseñar  el  Autor  del  Arte  del  Romance 
Castellano, 

D.  Juan.  ;  Ahora  no  me  causa  no- 
vedad el  haber  hallado  á  Vm.  tan  enfa- 
dado ! 

D.  Antonio.  Presumo  que  dentro 
de  poco  tiempo  me  reiré  yo  de  ver  á 
Vm.  aun  mas  enfadado  que  me  halló  á 
mi  ,  si  le  digo  mi  parecer  ,  y  todo  lo 
que  he  observado  en  la  lección  de  la  tal 
Ortographia  del  Autor  del  Arte  del  Ro- 
mance Castellano.  Mediante  lo  qual  no 
quisiera  que  Vm.  se  indispusiese  ,  ó  se 
volviese  Energúmeno  literario  ,  porque 
no  serán  bastantes  á  libertarle  de  Dia- 
blillos balbucientes  todos  los  conjuros  H.lel 
Licenciado  Burguillos  ,  ni  los  de  Don 
Franccsillo  ,  Truhán  del  Emperador 
Carlos  V.  a  la  Nave  en  que  este  se  em- 
barcaba. 


(266) 

D.  Juan.  Diga  Vm.  lo  que  quiera, 
en  la  creencia  de  que  visto  lo  visto  , 
ninguna  cosa  de  quantas  Vm.  me  diga 
del  Autor  del  Arte  del  Romance  Gaste- 
llano  será  capaz  de  alterarme  los  humoi 
res  de  mi  racional  y  bien  organizada 
máquina  ,  excepto  el  que  mueve  la  ri- 
sa ,  que  tal  vez  no  le  podré  contener. 

D.  Antonio.  Sobre  ese  supuesto 
digo  que  el  Autor  del  Arte  del  Romance 
Castellano  ,  sin  poner  otra  cosa  que  el 
hilo  ,  y  las  puntadas  ,  con  la  mismo  au- 
toridad que  tuvo  Bordazar  ,  (  que  sue- 
na Autor  de  aquella  Ortographia  ,  doc- 
ta y  justamente  impugnada  por  Don 
Salvador  Joseph  Mafiér  )  vuelve  á  le- 
vantar aquel  edificio  ,  y  nos  quiere  me- 
ter por  los  ojos  aquellas  mismas  ideas 
que  entonces  no  quiso  admitir  el  Publi- 
co ,  con  otras  muchas  mas  tomadas  de 
aqui  y  allí  ,  con  su  acostumbrado  mo- 
do de  saltar  de  un  Autor  a  otro  ,  para 
que  á  la  primera  vista  pareciese  obra 
original. 

D.  Juan.  Conque  resumidas  cuen- 
tas venimos  á  parar  en  que  la  Ortogra- 
phia 


'(í67) 
phia  del  Autor   se  compctie  de  treinta 
leches  como  el  Queso  de  Flandes. 

D.  Antonio.  ¿Qué  había  de  ha- 
cer un  hombre  que  desea  ser  Autor  en 
un  País  tan  trillado  por  tantos ,  y  en 
que  apenas  hay  punto  que  no  se  ha- 
lle tratado  ,  y.  aun  retratado  ,  sino  echar 
por  un  derrumbadero  ?  Vería  natural- 
mente la.  Ortographia  Castellana  del 
Restaurador  de  las  Letras  Aní;onio  de 
Nebrixa  ,  impresa  el  año  13  \y  6n  doce 
fojas  sin  foliación  ,  en  quarto  ,  letra  de 
Dominico  Tortis  ,  por  Arnao  Guillen 
de  Brocar.  Vería  la  mas  insigne  y  fa- 
iliosa  del  Maestro  Alexo  Vanegas  del 
Basto  ,  impresa  en  Toledo  año  15JI 
en  casa  de  Lázaro  Salvágo  ,  en  quarto, 
Ierra  de  Tortis.  Vería  la  , muy  notable 
de  Juan  López  de  Velasco  ,  fundada  en 
el  origen  de  las  voces ,  impreca  en  Bur- 
gos,  en  octavo  ,  año  1581,;  ' 

Vería  la  de  Pedro  Simón  Abril. 

La  de  Gonzalo  Correas.   .  ,:;. 

La  de  Miguel  Sebastian  ,  Presbytero^, 
con  la  nota  de  Ortología,  . 

La  de  Francisco  de  Robles  de  Ratio- 
ne  accentuum.  T  La 


(.68) 

La  de  Pedro  Madariaga. 

La  de  Juan  del  Villar. 

La  de  Francisco  de  San  Juan. 

La  de  Juan  Baptista  de  Morales. 

La  de  Francisco  Sánchez  Montero. 

La  de  Juan  Antonio  Gutiérrez. 

La  de  Mathéo  Alemán. 

La  del  Señor  Palafox. 

La  de  la  Real  Academia  Española. 

La  del  Maestro  Don  Juan  González 
de  Dios  ,  aprobada  por  el  Señor  Don 
Francisco  Pérez  Mesía ,  en  Salamanca . 
Finalmente  vería  el  Autor  del  Ar^ 
te  del  Romance  Castellano  la  de  su  Paysa* 
no  Antonio  Bordazar,  y  hs  REFLEC- 
CIONES  del  Señor  Don  Gregorio  Ma. 
yans  y  Sisear  sobre  la  Ortographia  de 
Nebrixa  ;  y  diría  ;  ¿qué  he  de  hacer  yo 
á  la  vista  de  tantos  y  tan  buenos  Caste- 
llanos, que  á  excepción  de  tal  qual ,  han 
seguido  el  uso  y  la  costumbre  ?  Yo  no 
puedo  dexar  á  los  mios ;  y  asi  me  de- 
dicaré á  copiarlos  en  la  mayor  parte  ;  y 
cayga  el  que  cayere. 

D.  Juan.  Dígame  Vm.  señor  D. 
Antonio  ,  i  qué  vienen  á  ser  REFLEC- 
CIONES?  D. 


(.69) 

Don  Antonio.  Yo  no  lo  sé  ,  solo 
sí  que  en  plural  ,  ó  en  singular  ese  nom- 
bre nada  significa  en  Castellano. 

D.  Juan.  Yo  por  mi  protesto  que 
no  le  he  oido  en  todos  Jos  dias  de  mi 
vida.  No  nos  detengamos  en  esto  ;  y  va- 
mos a  sacar  algunas  pruebas  de  los  hur- 
tillüs  de  que  se  compone  la  Ortographia 
del  Autor  del  Arte  del  Romance  Caste- 
llano ,  porque  para  mí  no  se  puede  dar 
cosa  mas  divertida  que  la  caza  de  VO- 
LATERÍA. 

D.  Antonio.  No  tenemos  que  can- 
sarnos en  ella  ,  pues  anoche  saqué  esas 
muestrecillas  ,  que  por  ahora  me  pare- 
cen suficientes  para  ver  que  no  habla- 
mos de  memoria. 


T  %  Ar- 


(270) 

%'ts  dd  Romanes  ,  Lib.  J^. 
^ag,  177. 

Princ,  T.  Nó  se  a  de  escrhir  ¿esotro 
nodo  que  se  habla  ,  ni  se  a  de  hablar  de 
etro  modo  que  se  escrhe-. 

La  escritura  por  sus  letras  represen- 
ta la  voz  ,  i  asi  deven  concordar  entre 
sí  la  voz  i  la  escritura.  No  se  opone  a 
este  escrivir  alguna  letra  que  no  se  pro- 
nuncie como  tenga  esto  otros  fijies. 


Or- 


(^70 

Qrtograpliia  de  Antonio  de  Nebrixa  pag, 

14  de  la  reimpresión  del  Señor 

Mayans. 

Prínc.  II.  Que  asi  tenemos  de  escre^ 
vir  como  habfamos  ,  y  hablar  como  escre-* 
vimos. 

Este  es  de  si  manifiesto  ;  porque  no 
tienen  otro  uso  las  figuras  de  las  Letras, 
sino  representar  aquellas  boces  que  en  e.- 
lias  depositamos  para  que  ni  mas  ni  me- 
nos tornen  a  dar  de  quanto  dellas  con- 
fiamos ;  y  que  si  algunas  se  escriven  que 
no  se  pronuncian  ;  o  por  el  contrario  al- 
go se  pronuncia  de  lo  que  no  esta  (  es- 
cripto  )  esto  será  por  necesidad  de  no  ha- 
ber figuras  de  Letras  para  señalar  todo 
lo  que  se  puede  hablar. 


Tj  En 


(272) 

.  En  la  pag.  182  hasta  la  184  copk 
el  Autor  del  Arte  del  Roniance  Caste- 
llano á  la  letra  el  ABECÉ  Español 
del  Señor  Mayans  ,  que  está  en  las  Be- 
fli^cciones  de  éste  á  la  Ortographia  de 
Antonio  de  Nebrixa  ;  y  al  fin  dice  uno 
y  otro  : 

Arte  del  Romance ,  Lih,  V.fag.  i8j. 

Con  las  letras  aquí  puestas  ,  i  com- 
binadas según  el  referido  Abecedario  se 
pueden  expresar  con  distinción  i  sin  e- 
quivocacion  alguna  todas  las  pronuncia- 
ciones ,  que  por  el  común  consentimien- 
to de  la  Nación  tiene  nuestra  lengual 


*1  RM- 


(^73) 

,R£FLECCI0NMS  del  Sefior  Mayans, 
fag.  85. 

Con  las  referidas  letras  se  pueden 
significar  sin  equivocación  todas  las  pro- 
nunciaciones que  tienen  ,  i  pueden  tener 
los  vocablos  de  la  lengua  Española  :  lue- 
go no  necesitamos  mas  Letras. 


T  4  Ar- 


(^74) 
Arte  del  Romance ,  Lih.  V.^ag.  175. 

De  las  consonantes  unas  se  llaman 
mudas  ,  porque  por  sí  solas  no  se  pue- 
den pronunciar  de  modo  alguno  ,  por 
estar  cerrados  los  lugares  por  donde  avia 
de  salir  aquel  sonido  .... 

.      Di. 

Sylaba  es  ayuntamiento  de  letras ,  o 
por  mejor  decir  es  aquello  que  se  pro- 
nuncia en  solo  un  accento.  I  asi  la  vocal 
a  veces  sola  de  por  sí  hace  sylaba. 

Ibídem, 

Diphthongo  es  ayuntamiento  de  dos 
vocales  en  un  accento  o  pronunciación  , 
i  se  cogen  en  una  sylaba:  de  estos  el  Cas- 
tellano tiene  trece  .  . . 


Ne- 


(^75) 

Nebma  ,  Ortographia  ,  fag,  1 1 , 

Qne  la  Muda  es  letra  que  se  forma 
en  tai  parte  de  la  boca  ,  que  ni  poco  ni 
mucho  puede  sonar  por  estar  cerrados 
los  lugares  por  donde  avia  de  salir  aquc- 
lia  boz.  ■ 

Nehrixa  Ortogra^hia  , pag,  12. 

Que  la  Silaba  es  ayuntamiento  de 
letras :  las  quales  se  pueden  pronunciar 
en  un  espíritu  hiriendo  la  primera  a  la 
segunda  i  la  segunda  a  la  tercera  ....  I 
porque  ,  quando  las  vocales  suenan  por 
sí ,  hacen  silaba  .... 

JSlebrixa.  Ibidem, 

Que  el  Diftongo  es  ayuntamiento 
de  dos  vocales  que  se  cogen  en  una  si- 
laba ,  i  pronuncian  en  un  acento  :  no  co- 
mo las  consonantes  ,  hiriendo  la  una  a 
la  otra  :  mas  sonando  cada  una  por  si.  .  . 
Destos  el  Griego  tiene  seis  ....  el  Cas- 
tellano doce. 

Ar* 


(.76) 

Arte  del  Romance  ,Lib.  V.  fag,  175. 

De  estos  (  habla  de  los  Diphtongos ) 
el  Castellano  tiene  trece,  que  son  ai,  co- 
mo aire  ;  au  ,  como  causa ;  ei  ,  como 
Kei ;  eu  ,  como  deuda  ;  ia  ,  como  gra- 
cia ;  ie  ,  como  fiie  ;  io  ,  como  Díoj  ;  iu , 
como  Ciudad ;  o¿  ,  como  jo/  ;  ua  ,  como 
/a'^z/¿í  ;  ue  ,  como  ¿'«¿'«o  ;  ui  ,  como  r«/- 
dado  'y  uo  ,  como  antiguo. 

IbL 

Sí  se  unen  tres  vocales  en  una  syla- 
ba  ,  i  se  pronuncian  en  un  solo  accentó 
se  llamará  triphthongo  :  No  ai  mas  que 
cuatro  en  nuestra  lengua  ,  i  son  iai ,  co- 
mo copiáis ;  iei  ,  como  despreciéis  ;  uai  , 
guai  ;  uei  ,  como  buei. 


rr  íibfc.'. 


J?i? 


ÍV7) 

xxFZEccioNjES  del  Señor  Mayans  a  la 

Orthografihia  de  Isfebrixa  , 

fag.  87 ,  88. 

La  Lengua  Española  fecundísima  de 
Diftongos  admite  trece ,  i  no  doce  como 
dixo  Antonio  de  Lcbrija  :  trece  pues  son 
los  Diftongos  que  avernos  de  decir  que 
ai ,  i  son  los  siguientes.  AI ,  como  se  per- 
cibe en  aire  :  AU  ,  como  en  causa :  El , 
como  en  aceite  :  EU  ,  como  en  deuda  : 
I A  ,  como  en  gloria  :  lE  ,  como  en  j)ie  : 
10  ,  como  en  Dios  :  lU  ,  como  en  Ciu- 
dad :  01 ,  como  hoi :  UA  ,  '^como  agua  : 
UE  ,  como  bueno  :  U^I  ,  como  en  buitre  : 
UO  ,  como  en  antiguo, 

Ibi, 


S¡  co'nbinamos  tres  Vocales  por  todos  los  modos 
posibles;  solo  hallaremos  en  la  Lengua  Española  tjiia- 
tro  combinaciones  que  se  puedan  {«ronunciar  sonan- 
do todas  las  tres  Vocales  en  una  sola  sylaha  :  luogo 
50I0  ai  en  nuestra  lengtia  quatro  Tritongos  ,  es  á  sa- 
ber ,  de  las  vocales  lAl  ,  como  se  ohser'a  en  l'nt' 
fiáis  que  es  voz  de  tres  sylabas  :  de'lEI  ,  como  aes- 
precteis  que  es  también  de  tres  sylabas  :  de  UAI  ,  co- 
mo Paragu-ii  ,  también  trisylaba  ;  de  UEI ,  como  ea 
huei ,  vnz  de  una  sylaba. 

Ar- 


(278) 

Arte  M  Romancé  ,  Lib/V.  fdg.  ly^p 

Nuestros  Poetas  aun  Principes  an 
hecho  a  veces  una  sylaba  de  dos  vocales 
juntáis  cuando  no  son  diphtongo  ,  pero 
juzgará  de  su  atrevimiento  qualqui^r  oí- 
do sano . 


RE- 


(279) 

RMFLZccjoNMs  del  Scim  Mayans  , 
jpag»  88. 

No  ignoro  que  algunos  Poetas 
han  querido  tomarse  la  licencia  de  au- 
mentar este  numero  de  Diftongos  ;  pero 
sus  mismos  versos  publican  su  atrevió 
miento  ,  siendo  juez  el  oido  bien  tem-^ 
piado  ,  de  quien  no  ai  apelación. 


p. 


(286) 
D.  Juan.  Aseguro  á  Vm.  señor  D. 
Antonio  ,  que  las  tales  muestrecillas  de 
la  Ratería  Literaria  no  se  han  de  des- 
vanecer á  dos  tirones.  Es  cosa  vergonzo- 
sa este  modo  de  hacer  Libros  en  un 
hombre  ,  que  dice  en  su  Dedicatoria  ; 
Con  deseo  de  poder  observar  con  la  deví» 
da  diligencia  el  mejor  methodo  de  ensefíar 
las  Lenguas  i  ¡as  Ciencias  ,  después  de 
averme  dedicado  dende  mis  tiernos  años 
a  su  estudio  ,  viagé  por  los  Paises  es- 
trangeros  ,  tratando  por  tres  años  con- 
tiniios  con  los  Sabios  i  primeros  Maestros 
de  Italia  ,  /  visitando  ¡as  Escuelas  ,  -¿4- 
cademias  ,  i  Universidades  mas  ilustres 
de  ella.  I  como  solo  el  uso  es  el  gran  Maes- 
tro ,  que  puede  mas  bien  perfeccionar  las 
cosas  ,  añadí  a  estas  diligencias  el  eger- 
ciclo  de  la  Lns crianza  publica  de  la  Ju* 
ventud  en  la  que  me  hallo  yo  por  espa- 
cio de  doce  anos  según  las  Leyes  de  mi 
profesión.  De  resulta  de  todo  ello  estol 
persuadido  ,  que  una  de  las  cosas  en  que 
pudiera  hacerse  grande  servicio  a  la  Pa- 
tria para  el  feliz  restablecimiento  de  las 
Letras  ,  es  en  formar  Libros  Elementa- 
res 


res  para  el  uso  de  las  Escuelas  en  cada 
una  de  sus  Clases  según  el  verdadero  me- 
thodo  ,  que  entiendo  se  deuia  practicar 
para  la  major  utilidad  de  la  Nación. 
Hasta  aqui  el  Autor  del  Arte  del  Ro- 
mance Castellano. 

D.  Antonio.  Mucho  promete  esa 
relación  ,  y  sobre  ella  ocurren  muchas 
reflexiones.  La  primera ,  que  es  muy  es- 
traño  que  el  Autor  hiciese  esa  peregri- 
nación ,  y  romería  para  aprender  entre 
los  demás  el  methodo  de  enseñar  la  len- 
gua Castellana. 

D.  Juan.  Eso  es  lo  mismo  que  si 
para  aprender  la  lengua  Inglesa  se  fue- 
se un  Moscovita  á  los  Tlaxcaltecas. 

D.  Antonio.  La  segunda  ,  que  de- 
bíamos prometernos  un  methodo  nue- 
vo ,  unos  pensamientos  originales  ,  y  en 
una  palabra  ,  una  cosa  que  no  hubiése- 
mos visto  ,  ni  oido.  Pero  venirse  el  Au- 
tor sin  nada  de  cosecha  ,  después  de  tra- 
tar con  los  hombres  sabios  de  Italia  tres 
años  continuos  ,  nos  persuade  a  creer 
que  todo  el  Mundo  es  Pais  ,  mediante 
que  no  nos  da  cosa  de  por  allá  ,  sino  lo 

mis- 


(28^) 

mismo  que  ya  teníamos  entre  las  ma*" 
nos. 

D.  Juan.  Yo  conocí  uno  que  fué 
á  París  á  aprender  la  lengua  Francesa  , 
y  lo  hizo  tan  felizmente  que  se  le  olvi- 
do  su  lenguage  propio  ,  y  se  volvió  en 
ayunas  del  idioma  Francés. 

D.  Antonio.  Yo  conocí  otro  ,  que 
estudiaba  para  Obispo  ,  y  se  quedó  en 
Sacristán.  Pero  dexemonus  de  bufona- 
das ,  señor  Don  Juan  ;  y  vamos  a  las 
reflexiones.  Es  la  tercera  ,  que  para  a- 
prender  no  es  necesario  andar  de  Ceca  en 
Meca. 

D.  Juan.  Es  evidente  ,  porque  los 
Libros  ensenan  á  pie  quieto  todo  quan- 
to  quisiésemos  aprender  de  ellos  ;  y  no- 
sotros sin  necesidad  de  consultar  á  los  es- 
trangeros ,  tenemos  (  a  Dios  gracias )  to- 
do quanto  podíamos  desear  en  nuestros 
Autores.  Pero  tampoco  puede  negarse, 
que  enseña  mucho  el  trato  con  las  gen- 
tes estranger^s  ,  según  Homero  en  el 
principio  de  suUl)sea. 


DI- 


DIme  de  aquel  varón  suave  Musa  , 
Que  por  diversas  tierras  y  Naciones 
Anduvo  peregrino  ,  conosciendo 
Sus  vidas  y  costumbres  .... 

D.  Antonio.  ¿  De  quién  es  esa  tra- 
ducción ? 

D  Juan.  No  conoce  Vm.  otra  co- 
sa. Es  de  Gonzalo  Pérez,  que  habrá  Vm. 
visto  elogiado  en  muchas  partes  del  Ar- 
te del  Romance  Castellano. 

D.  Antonio.     ¿  Qué  ha  de  ser   de 
Gonzalo  Pérez  ?  Es  cierto  que  corre  á 
5u  nombre ;  pero  ínterin  que  no   se  le 
presenten  a  Vm.  por  el  Autor  del  Arte 
mas  pruebas  que  su  palabra   ,  téngala 
Vm.  por  obra  del  Doctor  Juan  Paez 
de  Castro  ,  a  quien  el   Doctor  Laguna 
en  su  Epistola  Nuncupatoria  al  Rey  D. 
Phelipe  II.   (  que  hallará  Vm.  en  su 
Dioscorides  ilustrado  )  llama  varón  de 
rara  doctrina  ,  y  dignisimo  Coronista  Ce- 
sáreo. Fué  natural  dé  Quer.  Escribió  un 
Discurso  sobre  el  methodo  de  tratar  la 
historia.  Juntó  algunos  Escritores  origi* 
V  na- 


(a84) 
nales  copiados  de  su  mano  ,  é  hizo  va- 
rios apuntamientos  tocantes  á  la  Histo- 
ria de  España  ;  que  todo  se  halla  en  la 
Libreria  Real  del  Monasterio  de  San 
Lorenzo.  Pero  volvamos  al  asunto.  Es 
la  quarta  reflexión  ,  que  si  al  cabo  de 
doce  años  de  exercicio  (  que  confiesa  el 
Autor )  ha  hecho  los  progresos  ,  que 
clarisimamente  nos  enseña  en  su  ARTE 
DEL  ROMANCE  CASTELLANO, 
podremos  prometernos  dentro  de  otros 
doce  otra  obra  semejante  para  aprender 
la  Rhetórica  ;  y  asi  de  doce  en  doce  a- 
ños  otras  Artes  para  las  demás  Ciencias, 
según  y  como  las  haya  aprendido  del 
trato  continuo  que  tuvo  por  tres  años 
con  los  Sabios  de  Italia. 

D.  Juan.  Déxese  Vm.  de  reflexio- 
nar ,  porque  se  me  va  exaltando  la  có- 
lera negra  ,  que  otros  llaman  atra  bilis, 
contra  las  promesas  que  hice  ,  de  man- 
tenerme en  la  mayor  serenidad.  ¡  Que 
haya  hombres  tan  candidos  en  el  Mun- 
^o! 

Don  Antonio.  Sosiegúese  Vm. , 
hombre ;  y  vamos  á  registrar  por  mayor 

los 


(28j) 
los  entresijos  He  la  tal  Ortographía  ,  fru-- 
to  del  trato  continuo  de  tres  años  con 
los  hombres  Sabios  de  Italia ,  y  del  exer- 
cicio  de  doce  años  de  enseñanza  publi- 
ca ,  que  ha  tenido  su  Autor. 

D.  Juan.  Vamos  allá  con  la  ayuda 
de  Dios. 

D.  Antonio.  Pero  no  nos  detendre- 
mos mucho  ,  porque  si  hubiésemos  de 
decir  todo  lo  que  ocurrirá  ,  sería  mate- 
ria de  no  acabar  en  mucho  tiempo. 

D.  Juan.  Lo  primero  que  yo  he 
notado  es  ,  que  el  Autor  del  Arte  dd 
Romance  Castellano  ,  sin  dar  razón  para 
ello  ,  en  todo  el  cuerpo  de  su  obra  en 
lugar  de  la  conjunción  y  (  de  que  han 
usado  quasi  todos  los  Ortographos  Cas  - 
tellanos  ,  y  tiene  admitida  el  Publico 
generalmente  )  usa  de  la  otra  i  Latina. 

Don  Antonio.  Eso  es  seguir,  el  ca- 
pricho de  Bordazar  ,  que  desea  se  prac- 
tique en  las  conjunciones.  Pero  como 
dice  Mañer  en  la  pagina  91  de  su  Or- 
tographía ,  aunque  esto  lo  han  intentado 
algunos  hombres  de  conocida  literatura  , 
la  costumbre  no  lo  ha  permitido  ,  for  lo 
Y  2  que 


(286) 

que  insistir  en  ello  lo  tiene  la  Academia 
Española  al  numero  29  de  su  Ortogra- 
j?hia  for  extravagancia. 

D,  Juan.  ¿  Pues  quién  le  ha  dado 
autoridad  al  Autor  para  despojar  a  los 
Castellanos  de  su  Ypsilon  ,  teniendo  co- 
mo han  tenido  y  tienen  ,  posesión  so- 
lemne ,  adquirida  por  derecho  antiguo 
calificado  en  infinitos  libros  ,  y  escritu- 
ras ? 

D.  Antonio.  Ninguno  :  él  se  la  ha 
tomado. 

D.  Juan.  Se  conoce  que  no  vio  la 
famosa  y  erudita  Ortographia  del  Maes- 
tro Alexo  Vanegas  ,  que  enseña  el  uso 
del  Ypsilon  ,  y  al  mismo  tiempo  usa  de 
él  en  todas  las  conjunciones. 

D.  Antonio.  De  esos  yerros  ha- 
llará Vm.  á  cada  paso  en  el  Autor  del 
^rte  del  Romance  Castellano. 

D.  Juan.  Tal  me  parece  que  es  el 
despojar  de  la  h  al  verbo  hal^er  escri- 
biéndole de  este  modo  :  e  cuidado  ,  a 
cultivado  ,  a  av'^do ;  y  otras  veces ,  hs 
acertado  ,  he  procurado  ;  como  puede 
Vm.  ver  en  el  Prologo  ,  Dedicatoria  , 

y 


(a87) 
y  otras  partes  de  la  obra. 

D.  Antonio.  En  eso  se  conoce  la 
profunda  inteligencia  que  tiene  el  Au- 
tor de  Romances  ,  de  la  lengua  Caste- 
llana ;  pues  sobre  desfigurar  el  verbo 
con  su  mala  escritura  ,  dudarán  los  que 
no  tengan  conocimiento  ,  si  la  a  es  Pre- 
posición  ,  ó  Verbo.  Esta  es  mania  contra 
nuestra  Academia  ,  que  previene  se  es- 
criba HABER  ,  y  no  AVER  como 
quiere  el  Autor  del  Romance. 

D.  JuAí?.  Ese  es  el  mismo  que  en 
la  pagina  185  en  su  Ortographia  Espa- 
ñola dice  :  Antes  de  dar  las  reglas  pa- 
ra la  buena  escritura  trataremos  de  las 
letras  en  particular  ,  para  allanar  los 
embarazos  ,  que  suelen  ocurrir. 

D.  Antonio.  Es  el  mismo  que  se 
halla  elogiado  por  un  erudito  ,  con  es- 
tas palabras  :  Veo  pues  con  singular  pla- 
cer ,  que  V.  R.  imitando  al  Maestro  An- 
tonio de  Lebrija  ,  a  Gonzalo  Correas  ,  i 
otros  pocos ,  ha  hecho  lo  mismo  (  que  Mar- 
co Varrón  ,  Nigidio  Figulo  ,  Julio  Ce- 
sar ,  y  otros  insignes  hombres  reforma- 
dores de  los  abusos  de  la  lengua  Latina) 
Vj  en 


(288) 
en  la  lengua  Española ;  adiendo  cot^^ues^ 
to  para  enmienda  de  sus  freqiientes  abu- 
sos una  \Arte  de  la  lengua  Castellana , 
la  qual  he  leido  con  mucho  gusto  ,  reco- 
nociendo en  ella  el  gran  ingénito  de  V.  R. 
su  oportuna  ,  i  amena  erudición  ,  i  subli- 
me juicio  ;  practicando  al  mismo  tievwo 
aquello  que  enseña  :  de  todo  lo  qual  me 
regocijo  mucho  por  ¡a  perfección  que  se 
seguirá  al  uso  d^  la  lengua  Española  ,  i 
por  nuestra  amistad.  V,  R,  procure  ha- 
cer lo  mismo  en  otras  Artes  ,  /  Ciencias.,, 

D.  Juan,  j  Pobre  lengua  Castella- 
na ;  pobres  Artes  ,  y  Ciencias  si  se  hu- 
biesen de  sujetar  al  mcthodo  del  Autor 
de  Romances !  ¿  Y  eso  está  impreso  ? 

D.  Antonio.  Y  con  letra  harto  bue^ 
na  ,  ó  como  dicen  las  Viejas  ,  con  le- 
tra de  molde  ,  que  no  puede  mentir. 
Pero  porque  parece  que  nos  vamos  a- 
mostazando  ,  acordémonos,  y  volvamos 
al  asunto  de  la  llamada  Ortographia. 

D.  JuANT.  Dice  Vm.  bien  ;  y  asi 
prosigo  diciendo  ,  que  me  parece  incon- 
sequencia  que  el  Autor  enseñe  una  co- 
sa ,  y  haga  lo  contrario.  Dice  pues  en  su 

Or- 


(289) 
Ortographia  tratando  del  Ypsilon  ,  pa- 
gina 186  :  Introducida  ya  para  este  oji- 
cío  de  vocal  puede  también  usarse  de  la 
y  y  cuando  es  consonante  ,  o  como  tal  hic' 
re  inmediatamente  alguna  toe  al  ,  i  asi 
escrívlrémos  ayo  ,  raya  ,  reyes  :  con  esto 
tendrá  su  propria  figura  la  i  'vocal  ,  i 
la  i  consonante  ,  ya  que  tienen  diverso 
sonido  ;  pues  de  un  modo  suena  raia  ,  de 
otro  raya.  Nuestros  jhuenos  Españoles 
dieron  ya  este  destino  a  la  y  Griega  ,  i 
110  sera  razón  apartarse  de  su  doctrina. 
Con  todas  estas  justas  prevenciones ,  y 
respeto  en  la  pagina  102  ,  Tomo  II. 
escribe  ReÍ7ia  ,  y  en  la  118  Rci, 

D.  Antonio.  Es  contra  la  costum- 
bre ,  y  contra  la  Academia  Real  ,  que 
previene  no  se  desjigure  el  Plural  del 
Singular. 

D.  Juan.  Pasemos  adelante  ,  pag. 
189  dice  el  eruditísimo  Autor  :  Si  la  h 
se  pone  después  de  la  c  representa  su  so- 
nido proprio  siguiéndose  qual^uier  vocal 
cha  ,  che  ,  chi  ,  cho  ,  chu  ,  como  chapin, 
buche  ,  chico  ,  mucho  ,  chuzo.  Cuyo  so- 
nido es  muy  diverso  de  la  c  o  la  h  se- 
V  4  pa- 


(290) 

jp aradas.  Por  tanto  si  la  voz  española 
no  tuviere  esta  p'onunciac'on  propia  se 
escrivird  la  c  sin  h  ,  aunque  en  Latín, 
o  Griego  lo  tenga  el  original ,  asi  se  di^ 
rd  caridad  ,  no  charidad  ,  maquina  ,  no 
machina  ,  a  excepción  de  los  nombres  de 
Christo  ,  Christiano  ya  consagrados  por 
el  uso. 

D.  Antonio.  Esa  es  otra  excep- 
ción semejante  á  la  del  Jjaniado  Borda- 
zar.  Oyga  Vm.  al  erudito  Don  Salva- 
dor Joseph  Mañer  ;  y  de  un  modo  in- 
directo quedará  deshecha  la  del  Autor 
^q\  Arte  del  Romance  Castellano.  Des- 
pués de  haber  explicado  Mañer  con  mu- 
cho acierto  el  uso  de  la  J  ,  y  de  la  G  , 
y  su  diferencia  ,  añade  en  las  paginas 
97  y  9^  •  Esta  pues  ,  es  la  razón  de  es- 
cribirse con  jota  en  nuestro  Castellano  el 
dulce  nombre  de  JESÚS  ,  no  lo  que  An- 
tonio Bordazar  nos  pone  en  su  Ortogra- 
phia  Española  ,  quando  dice  ,  que  de  es- 
cribirse con  G  ,  podra  exceptuarse  por 
mysteriosa  etimología  y  costumbre  reve- 
rente el  Santísimo  'Nombre  de  Jesús  :  co- 
mo si  aquí  se  encontrase   mas  mysterio 

que 


(290 

que  el  estilo ,  ni  mas  7'ererencia  que  IcL 
f  radica.  Si  el  escribirse  con  G  fuese  fal- 
tar d  lo  reverente  ,  podia  advertírselo  d 
¡os  Italianos  ,  que  lo  escriben  con  ella  , 
para  que  le  correspondiesen  con  la  carca- 
xada.  La  reverencia  que  en  esto  se  guar- 
da ,  no  es  al  Santisirno  Nombre  ,  sino  d 
la  loable  costumbre  de  no  desfigurar  los 
nombres  estrangeros  ,  alterándoles  sus 
primitivos  caracteres  ,  que  es  lo  que  Bor- 
dazar  intenta  con  ir  ceñido  a  la  pronun- 
ciación. 

D.  Juan.  No  puede  darse  indirecta 
mas  bien  aplicada.  Pero  lo  mas  gracio- 
so del  caso  es  ,  que  el  Autor  de  Ko- 
manees  en  la  pagina  misma  ,  y  en  la  si- 
guiente ,  que  es  la  190  es  de  opinión  de 
que  no  se  desfiguren  las  voces.  Estas  son 
sus  palabras  :  La  h  después  de  la  p  siie- 
na  í  y  i  como  puede  confundirse  ,  i  sir- 
ve esto  para  indicar  el  origen  de 

LAS  VOCES  GRIEGAS  ,  I  DEMÁS  LEN- 
GUAS ORIENTALES  ,  sc  conscrvard  seme- 
jante escritura  como  en  Physico  ,  Philo- 
sopho  ,  Phenicio  ,  Phelipe. 

Don  Antonio.     Vm.  concluye  al 

Au^ 


(292)  ^  ^ 

Autor  del  Arte  con  su  misma  doctrma; 
y  asi  pase  Vm.  adelante. 

D.  Juan.  También  me  parece  con- 
tra el  uso  y  costumbre  lo  que  dice  el 
Autor  en  las  paginas  191  y  192  por  es- 
tas mismas  palabras  :  La  c  como  en  La- 
tín ,  Grúgo  ,  i  las  demás  lenguas  origi- 
nales ,  se  dobla  con  un  foco  de  major 
fuerza  que  la  c  sencilla  ,  se  de  vera  tam- 
bién doblar  en  el  romance  en  aquellos  'vo- 
cablos ,  que  la  tienen  original ,  ad  ^ara 
conservar  la  etjmologia  ,  como  también 
j?or  el  sonido  mas  expresivo.  Por  esto  se 
deve  escrivir  occupar  ,  Ecclesiastico  , 
peccado  ,  acción.  Isío  ai  razón  alguna 
fara  eximirse  de  esta  regla  ,  &c. 

D.  Antonio.  Pues  Antonio  Borda- 
zar  dice  ,  que  la  c  unisona  jamas  se  do- 
lía ,  porque  en  acceso  ,  y  acción  están 
como  ca  ,  y  ce.  Concierte  Vm.  estos  dos 
votos  ,  por  no  decir  esos  bolos.  Uno  y 
otro  van  descaminados  ,  y  contra  lo  que 
enseña  la  Academia  Real  Española  ,  y 
nuestra  costumbre. 

D.  Juan.  Asimismo  me  parece  con- 
traria á  la  misma  Real  Academia  ,  y  á 

núes- 


(2  9J) 

nuestra  costumbre  de  no  duplicar  las 
consonantes  sino  en  ciertas  voces ,  lo  que 
pretende  establecer  el  Autor  del  Arte^ 
pagina  192  de  que  se  doble  la  f ,  como 
en  ojj-icio  de  ojficímn  ,  ajffccto  de  affcctus, 
ej^ecto  de  ef'ectus  ,  djffí/nfidas  de  dinero, 

D.  Antonio.  Es  voluntariedad  ,  y 
contra  la  Academia  Española. 

D.  Juan.  También  es  contra  ella  , 
y  la  costumbre  ,  lo  que  dice  pag.  ipj 
de  la  ^  ,  pretendiendo  que  se  duplique 
en  ciertas  palabras  como  appetito  de  ap- 
fetitus  ,  apparatii  de  apparatus.  Y  mas 
abaxo  ;  En  iguales  casos  se  a  de  dchlar 
la  t  como  en  attencion  de  attendo.  Y  a- 
ñade  :  Este  es  el  uso  de  nuestros  grandes 
Espaííoks  :  Esio  pide  la  ley  de  la  pro- 
nunciación :  Esto  la  etymolcgia  ,  /  revé» 
r encía  a  la  lengua  LatÍ7ia,y  asi  se  prac- 
tica en  las  lenguas  Italiana  ,  /  France- 
sa. Por  lo  que  se  deve  reputar  como  a* 
buso  la  contraria  escritura  ,  que  algunos 
an  intentado  autorizar. 

D.  Antonio.  Toda  esa  es  doctrina 
no  tiene  mas  fundamento  que  el  ca- 
pricho ;  y  para  bendita  la  cosa  nos  pue- 

de 


de  servir  lo  que  practican  en  sus  idio- 
mas los  Italianos  ,  y  los  Franceses. 

D.  Juan.  Dice  el  Autor  en  la  pa- 
gina 1 9J  estas  palabras  :  Por  lo  que  toca 
a  doblar  la  m  en  semejantes  casos  no  se 
■puede  dar  la  misma  regla  ;  porque  noso- 
tros p-onunciamos  inmenso  de  immen- 
sus  ,  enmienda  de  emmendo. 

D.  Antonio.  Pare  Vm.  mientes , 
señor  Don  Juan  ;  porque  el  Autor  del 
Arte  comete  en  ese  lugar  un  solemne 
Barbarismo. 

D.  Juan.     ¿  Qual  es  ? 

D.  Antonio.  ¡  No  es  cosa  de  cuida- 
do !  Si  le  hubiese  cometido  un  chicuelo 
de  los  discipulos  del  Autor  ,  apenas  ha- 
bria  bastantes  cañas  ,  correas  ,  y  palma- 
torias para  castigarle.  No  lo  creyera  ,  si 
no  lo  viese  con  estos  ojos  que  ha  de  co- 
mer la  tierra  ,  mayormente  en  un  Au- 
tor tan  grave  ,  tan  instruido  ,  y  tan  cir- 
cunspecto ,  que  ha  tratado  tres  años  con- 
tinuos con  los  Sabios  ,  y  primeros  Maes- 
tros de  Italia.  No  lo  creyera  de  un  Au- 
tor que  dice :  "Después  de  ayerme  dedica- 
do dende  mis  tiernos  años  a  su  estudio  , 

(de 


(^95)  ^ 
(  de  las  lenguas  )  ijiage  jpor  los  Países 

estrangeros  .... 

D.  JuA.N.  Acabe  Vm.  con  mil  San- 
tos ,  porque  ya  me  impacientan  tantas 
ponderaciones  ;  y  puede  ser  que  después 
sea  el  parto  de  los  montes. 

•D.  Antonio.  Vergüenza  ine  da  ; 
pero  voy  á  decirlo  ,  para  que  vea  Vm. 
el  cuidado  ,  y  precaución  con  que  se  de- 
ben leer  estos  Autorcitos,  que  se  nos  vie- 
nen ponderando  trabajos ,  carabanas ,  tra- 
tos ,  visitas  ,  &c. 

D.Juan.  ¡Si  no  despacha  Vm.  con 
ello ,  Jo  dexarémos  con  quatrocientos  pa- 
res de  Sastres  ! 

D.  Antonio.  Tenga  Vm.  pacien- 
cia ,  señor  mió  ,  y  oyga  ,  si  quiere  saber 
qual  es.  Dice  el  Autor  en  la  pag.  19J 
que  nosotros  pronunciamos  enmünda  de 
emmendo  ;  y  no  se  hallará  ral  verbo  ea 
todos  quantos  Diccionarios  se  han  escri- 
to de  la  Latinidad  alta  ,  y  baxa. 

D.Juan.  ¡  Es  verdad  por  vida  mia! 
No  había  hecho  reparo.  Es  furioso  Bar- 
barismo  ,  porque  el  verbo  Latino  legi- 
timo y  castizo  es  mmdo  ,  y  no  emmen" 

do 


.       (29^) 
do  como  quiere  el  Autor  del  ArU. 

D.  Antonio.  Pues  no  es  menos  el 
que  se  halla  en  esa  misma  pagina  ,  don- 
de dice  ;  /  como  esta  mudanza,  de  m  a 
n  a  succedido  por  evitar  la  demasiada 
aspereza  de  la  m  doble  ;  en  no  teniendo 
lugar  esta  conversión  se  escribirá  la^m 
sencilla  como  en  consumir ,  Gramática  , 
inflamar  ,  común  ;  no  obstante  que  en  el 
Latin  sean  consummo  ,  Grammatica  , 
iflammo  ,  communis. 

D.  Juan.  Es  verdad  que  es  un  no- 
tabilísimo descuido  decir  que  en  Caste- 
llano se  escribe  consumir  de  consummo  , 
porque  este  verbo  no  significa  consumir, 
sino  consumar  ,  acabar. ,  perfeccionar.  El 
verbo  consumo  ,  consumís  es  el  que  sig- 
nifica consumir, 

D.  Antonio,  i  Ha  hecho  Vm.  alto 
sobre  aquella  flox:a  que  se  le  suelta  al 
Autor  áú  Arte  del  Romance  Castellano 
en  la  pagina  1^4  ,  tratando  de  la  B  ,  y 
de  la  V  ? 

D.  Juan.  Sírvase  Vm.  de  decirme 
qual  es  ,  pues  como  hay  tanto  que  ad- 
vertir ,  se  me  habrá  pasado. 

D. 


(297) 
D.  Antonio.     Dice  :  La  pronuncia- 

eion  a  que  al  principo  dio  ocasión  la  ig- 
norancia ,  i  dsspucs  se  hizo  universal , 
AL  MENOS  en  CASTILLA  ,  es  fronunciar 
h  en  todas  las  iniciales  de  vocablos  como: 
boz  ,  bivir  ,  bello  .... 

D.  Juan,  No  había  leído  esa  bufo- 
nada ,  la  qual  ,  sobre  ser  falsa  ,  se  redu- 
ce á  seguir  lo  mismo  que  imprimió  Bor- 
dazar  en  su  Ortographía  ,  esto  es  :  que 
blasona  de  ello  la  lengua  Espaííola  ,  con- 
mutando mutuamente  una  letra  por  otra, 
porque  sea  su  pronunciación  propia  ,  li- 
quECENTE  y  libreen  desatender  a  las  deri- 
vaciones, Pero  el  erudito  Don  Salvador 
Joseph  Mañér  deshizo  el  andamio  á  Bor- 
dazar  ,  y  ahora  se  le  deshará  al  Autor 
del  Arte  del  Romance  Castellano,  Dice  , 
pues  ,  Mañér  en  la  pag.  48  de  la  Or- 
tographía Castellana  :  5/  hasta  ahora 
muchos  Autores  estrangeros  nos  han  pues- 
to por  defecto  el  uso  promiscuo  de  la  b  , 
yla\,  con  mas  justo  motivo  lo  podrán 
notar  en  adelante  ,  a  vista  de  que  un 
Autor  Español ,  y  que  ha  escrito  de  pro- 
posito Ortographia  ,  hace  ,  como  acá  de" 

ci- 


(298) 
ctnio^ ,  del  sambenito  gala,  Muclio  mas 
le  debemos  los  Españoles  a  Monsieur  d& 
Cha'velot  que  en  su  "Nuevo  Methodo  tra- 
tando este  plinto  ,  dice  de  este  modo :  Lct 
proximidad  de  la  b  con  la  y  favorece  mu^ 
cho  la  pronunciación  de  los  Españoles  ;  y 
aunque  este  error  parece  grosero  ,  no  obs^ 
tante  es  mas  antiguo  de  lo  que  se  piensa; 
porque  aun  se  hallan  exempíos  (  de  los 
Latinos  )  en  los  antiguos  marmoles  ,  co- 
mo base  ,  por  vase  ;  cibica  ,  por  civisa  , 
¿rr.  y  de  la  misma  suerte  tomando  la  v 
por  la  b ;  veneficium  por  benejicium  ;  sibe 
por  sive  ,  y  en  las  Pandectas  de  Floren- 
cia ,  aveo  por  abeo  ;  vobem  por  bovem  ; 
vestías  por  bestias ;  y  otras  semejantes 
muy  dígitas  de  ser  notadas, 

D.  Antonio.  Pues  aplique  Vm. 
esa  respuesta  al  Autor  del  Arte  del  Ro- 
mance Castellano  ,  para  que  no  se  ven- 
ga á  aplicar  á  los  Castellanos  el  error 
que  fué  común  a  los  mismos  Romanos 


antiguos. 


D.  Juan.  También  me  parece  in- 
consequencia  que  ,  aconsejando  el  Au- 
tor que  se  escriba  ,  y  pronuncie  la  voz 

se- 


(^99) 
seguñ  su  etymologia  ,  ciestíerre  la  I  del 

verbo  escribir  ,  que  tan  cercana  la  tiene 

en  el  Latino  ser  ib  ere, 

D.  Antonio.  Es  error  ;  y  el  ^//« 
íor  va  contra  la  academia  Española  en 
esa  ,  y  otras  novedades  ,  como  son  la 
de  escribir  amava  de  amaba m  ,  tronava 
de  tonabat  ,  debiendo  escribirse  con  h  , 
como  él  mismo  previene  quando  dice  , 
que  se  escriban  las  voces  según  su  ety- 
mologia. 

D.  Juan.  El  tal  Autor  del  Ar- 
te del  Romance  Castellano  tiene  la  fla- 
queza de  hacer  lo  contrario  de  lo  que 
dice  5  y  asi  quando  estemos  mas  despa-. 
ció  ,  recogeremos  algunas  de  estas  incon- 
sequencias. 

D.  Antonio.  Mejor  será  ;  porque 
si  le  hubiésemos  de  seguir  ,  era  necesa- 
rio que  escribiésemos  otva  Ortografhia 
(  quod  absit  )  teniendo  la  de  la  R.al 
Academia  Española  j  que  no  nos  ha  de-' 
xado  que  decir. 

D.  Juan.     Pues  prosigamos  ahora  á 
la  ligera  ,  porque  ya  me  falta  la  pa- 
ciencia coa  este  Autor  ,  que  aun  él  mis- 
X  mo 


mo  no  se  entiende  ;  pues  dice ,  y  no  ha- 
ce. Unas  veces  quiere  que  se  siga  la  ety- 
mologia  de  las  voces  í  otras  ,  que  se  si- 
ga la  costumbre  i  y  otras  finalmente  , 
que  se  siga  su  capricho  ,  como  si  tuvie- 
se jurisdicion  omnímoda  y  absoluta  so- 
bre nuestra  lengua  Castellana.  Es  capri- 
cho sin  duda  ,  el  pretender  que  se  exclu- 
ya la  q  de  aquellas  voces  en  que  se  pro- 
nuncia la  u.  La  i'azon  en  que  le  funda 
es :  que  no  se  deben  dar  a  una  misma 
letra  en  una  misma  combinación  diver- 
sas pronunciaciones.  Muy  bien.  Pregun- 
to yo  ahora  al  Autor  ,  si  escribimos  ci- 
güeña  ,  argüir  ,  gllguero  ,  guinda  ,  hi- 
riendo ó  pronunciando  unas  veces  la  u  , 
y  otras  liquidándola  ;  i  por  qué  razón  no 
habernos  de  escribir  no  solo  quedar  ,  que- 
rer ,  quitar  ,  sino  también  quanto  ,  ques- 
tion  ,  freqüencia  ,  mayormente  quando 
las  dicciones  Latinas  de  donde  estas  se 
derivan  ,  se  escriben  con  ^  ,  y  no  con  í-? 
D.  Antonio.  No  tiene  respuesta 
lo  que  Vm.  pregunta  al  Autor  del  Ar- 
te del  Romance  Castellano  ,  que  parece 
se  ha  empeñado  en  que  ,  contra  la  Real 

Acá- 


Academia  Española  ,  y  contra  el  uso  y 
costumbre  >  abracemos  los  caprichos  de 
Bordazdr, 

D.  juANí  ¿Por  qué  se  han  de  desfi- 
gurar los  vocablos ,  haciendo  que  con  la 
mala  escritura  bastardeen  j  ó  degeneren 
de  su  origen  ? 

D.  Antonio.  iPorque  el  Autor  lo 
quiere  asi  unas  veces ;  y  otras  no  lo  quie- 
re. Vaya  de  historia.  Llegó  un  Portu- 
gués á  un  Pintor  ,  y  le  dixo  le  pintase 
en  un  quadro  un  Crucifixo  muy  devoto. 
Vio  la  pintura  concluida  ^  y  añadió  : 
Quisiera  que  Vm,  le  jmsiese  delante  una 
cortina  de  Damasco.  Replicó  el  Pintor 
qué  ,  si  lo  hacia  ,  rio  sé  veria  la  pintu- 
ra. Respondió  el  Portugués  :  Islo  se  le 
dé  d  Vm.  nada  ,  que  sabiendo  yo  que  está 
debaxo  de  ella  ^  me  basta.  Asi  ,  pues ,  es 
cl  Autor  del  Arte  :  quiere  lo  que  á  él 
le  parece  ,  y  nada  mas. 

Di  Juan.  Dice  el  Autor  en  la  pa- 
gina 20 1  :  La  X  tiene  su  sonido proj^rio; 
i  solo  se  escrivird  en  las  dicciones  ,  que 
lo  tienen  ,  como  excelente  ,  exempto  ,  ex- 
tenso. En  los  demás  sigase  la  fronun- 
X  2  cia- 


ciacton  ,  /  escrhase  Alejandro  ,  Jerez  , 
Prójimo,  i  Qué  le  parece  á  Vm.  -de  es- 
to ,  señor  Don  Antonio  ? 

D.  Antonio.  Que  el  Autor  del 
Aris  ,  siguiendo  á  su  Paysano  Bordazdr, 
se  declara  contra  la  :r  ,  y  á  favor  de  la  y  ; 
pero  asi  es  el  invento  ,  como  todos  los 
demás  que  se  publicaron  el  año  de 
1728,  y  ahora  nos  resucita  el  Autor  del 
Arte  del  Romance  Castellano,  aunque  los 
desvaneció  el  erudito  Don  Salvador  Jo- 
seph  Mafiér  ,  tantas  veces  elogiado  en 
nuestra  conversación.  Lea  Vm.  lo  que 
dice  en  su  Ortographia  Castellana  pag. 
141  y  142  tratando  de  la  x.  Con  la  e  , 
y  con  la  i  ocupa  en  muchas  ocasiones  los 
lugares  de  la  ],  y  la  g  ,  como  con  la  e 
en  executar  ,  enxerto  :  con  la  i  en  proli- 
xidad  ,  perplexidad  ,  &c.  y  con  las  res- 
tantes a  ,  o ,  u  ,  ¿'w  enxambre  ,  enxalve- 
gar  ,  axorca  ,  dibuxo  ,  axuar  ,  enxugar, 
&c.  Bien  pudieran  estas  dicciones  escri- 
birse con  g  ,  o  con  j  ,  pero  fuera  desfigu- 
rarlas como  lo  hace  Bordazdr  con  las  de . 
box  y  y  Yclox  ,  poniéndolas  con  j  reloj  ,  j 
boj  i  y  que  por  huir  de  la  x  ,  hace  lo  pro- 
pio 


^10  m  ¡apag.  27.  con  una  Provincia  de 
America  ,  qus  esta  en  la  nueva  España  , 
entre  la  Puebla  de  los  angeles  ,  y  Ale- 
xico  ,  d  la  que  le  llama  Tlascaltecas ,  no 
nombrándose  ella  sino  Tlaxcala  ,  y  Tlax- 
caltecas sus  habitadores ;  y  asi  no  dsh^ 
ser  atendido  ni  en  esto  ,  ni  en  lo  de  que^ 
rer  que  se  escriba  con  g  dige  ,  digimos , 
egemplo  ,  progimo  ,  sino  estar  al  ajus^ 
tado  sentir  de  la  ^academia  Espaítola  y 
que  afirma  en  su  Ortograpliia  que  no  hay 
motivo  para  desfigurarlas  con  j  :  (/o  mis- 
mo se  deberá  decir  de  la  g)  respecto  de 
estar  comunmente  admitida  la  pronuncia- 
ción aspirada  de  la  x  en  estas  y  otras 
dicciones.  Mediante  lo  qual  debe  tildar- 
se ,  ó  borrarse  la  decisión  del  Autor  del 
Arte  sobre  que  se  escriba  Alejandro ,  Je^ 
réz  ,  Prójimo  ,  &:c. 

D.  Jlwí-N.  No  tiene  que  responder 
el  Autor  del  Arte,  Pero  por  si  acaso  le 
diese  tentación  de  hacerlo  ,  se  tomará 
su  Ortographia  ,  desde  la  primera  letra 
hastü  la  ultima  ,  y  separaremos  sus  hil- 
vanes ,  dando  á  cada  uno  de  los  Auto- 
res de  doftde  ha  copiado  ,  todo  lo  que 
X^  es 


(504) 

es  suyo.  Yo  quedo  totalmente  persua- 
dido á  que  esta  Ortographia  es  intem- 
pestiva ,  teniendo  como  tencn-^os  la  de 
la  Keal  Academia  Española, 

Don  Antonio.  Es  cierto  lo  que 
Vm.  dice.  Pero  por  lo  que  toca  a  la 
entresaca  y  rebusca  de  retales ,  y  corcu- 
sos  ,  se  hará  mas  adelante  ;  y  se  tendrá 
prevenida  por  lo  que  pudiese  suceder  : 
porque  lo  que  se  ha  hecho  hasta  aqui, 
no  ha  sido  mas  de  por  encima  ,  para 
que  se  vea  que  el  Autor  ,  después  de 
tanto  trabajo  no  produce  cosa  suya  ,  ni 
que  se  pueda  llamar  nueva. 

D.  Juan.  Lo  que  yo  veo  es  ,  que 
el  Autor  del  Arte  del  Romance  Cas- 
tellano en  todo  su  Libro  no  tiene  otra 
cosa  propia  sino  haber  puesto  los  fines 
por  principios  ,  y  al  contrario.  Pero  es- 
to en  buen  Castellano  es  tomar  el  rába- 
no por  las  hojas  ,  y  deslumhrar  en  lugar 
de  alumbrar.  Ahora  me  acuerdo  de  un 
Romance  muy  gracioso  ,  y  le  he  de 
referir  d  salga  pez  ,  b  rana  ,  si  Vm.  no 
lo  ha  por  enojo. 

D.  Ant.    Digale  y  nos  divertiremos. 

Pe- 


(505) 

Pero  Gil  amaba  á  Menga 
Desde  el  día  que  en  la  boda 
De  Minguillo  el  porquerizo 
La  vio  baylar  con  Aldonza. 
Mas  en  lugar  de  agradalla  , 
Porque  no  hay  amor  sin  obras  , 
Al  revés  del  gusto  suyo 
Hacía  todas  las  cosas. 
Estaba  siempre  en  los  medios  , 
Guiándose  por  su  cholla  , 

Y  quien  en  los  medios  yerra , 
Jamás  con  los  fines  topa. 
Por  fuerza  queria  alcanzarla  , 

Y  no  es  la  muger  bellota  , 
Que  se  dexa  caer  a  palos  , 
Para  que  el  puerco  la  coma. 
Si  botines  le  pedia  , 

Le  presentaba  una  cofia  , 
Si  guindas  se  le  antojaban  , 
Iba  a  buscarla  cebollas. 
Nadaba  en  fin  agua  arriba  , 

Y  empeoraba  de  hora  en  hora 
Como  rocin  de  Gaeta  , 
Quillotrándose  la  moza. 

Fue  con  ella  al  palomar 

X4  Una 


(jo6) 

Una  mañana  entre  otras  , 

Y  mandóle  que  alcanzase 
Una  Palomica  hermosa  ; 
Subió  diligente  Pedro , 

Y  al  asirla  por  la  cola  , 
Volósele  ,  y  en  las  manos 
Dexóle  las  plumas  solas. 
Amohinóse  Menga  desto  , 
Contólo  a  las  Labradoras , 
Que  al  pandero  le  cantaban  , 
Quando  se  juntaban  todas  : 

Por  ¡a  cola  las  tomas  ,  tomas , 
Pedro  ,  d  las  Palomas  , 
Por  la  cola  las  tornas. 

Corrido  Pedro  de  verse  , 
Que  le  corren  por  la  posta  , 
A  su  comadre  Chamiza 
Dio  parte  de  sus  congojas. 
Mas  reprendióle  la  Vieja  ; 
Pero  Gil  ,  quando  se  enhorna  3 
Se  hacen  los  panes  tuertos , 
Porque  después  mal  se  adoban* 
Si  no  aciertas  a  sembrar  , 
No  te  espantes  que  no  cojas , 

Por- 


(30?) 
Porque  mal  cantará  Misa 

Aquel  que  el  A  B  C  ignora. 

El  que  por  las  hojas  tira  , 

Mal  los  rábanos  quillotra  , 

Que  no  se  dexa  arrancar 

El  rábano  por  las  hojas. 

Pues  Ja  erraste  a  los  principios , 

Cántente  en  Baleos  ,  y  Bodas, 

En  fé  que  eres  un  pandero  , 

En  sus  panderos  las  mozas  ; 

J^or  la  cola  las  tomas  ,  tomas  » 
Pedro  d  las  Palomas  , 
Por  la  cola  las  tomas, 

D.  Antonio.  Muy  bueno  está  esc 
Romancillo  ,  pero  no  viene  al  asunto  de 
la  Ortographia  del  Avitor  del  Romance'. 

D.  Juan.  Es  asi  ;  pero  le  respon- 
deré a  Vm.  con  un  cuento  ;  y  me  des- 
pido. En  una  conversación  de  quatro  ó 
cinco  ,  uno  de  ellos  no  habló  palabra  ; 
y  queriéndose  ir  ,  le  detuvo  otro  di- 
ciendo ,  que  llovía  mucho  ;  y  él  respon- 
dió :  Pues  por  no  irme  sin  hablar  ,  'vaya 
á  este  proposito  tma  historia.  Fo  me  ha- 
llé 


(5o8) 

lie  en  Malaga  en  tiempo  que  hahia  gran 

falta  de  tr^'go  ,  y  estaba  pereciendo  la 
gente  ;  y  quando  no  lo  pensaban  ,  arriba- 
ron allí  tres  navios  de  Sicilia  cargados 
de  trigo  ,  y  después  hubo  mucho.  Y  no  di- 
xo  mas.  Preguntáronle,  ¿  que  á  qué  pro- 
posito venia  aquello  ?  Y  él  respondió  ; 
No  viene  al  llueve  ;  pero  viene  al  mucho, 

D.  Antonio,  Bueno  ,  bueno.  A 
Dios  ,  amigo  ,  hasta  mañana. 

D.  Juan.  Si  ,  mañana  manecerá 
Dios  ,  y  ycA  la  tuerta  los  espárragos. 


Nota» 

Aunque  en  esta  Conversación  se  dixo , 
que  Paez  de  Castro  es  Autor  de  la  Traduc- 
ción de  la  ULYXEA  de  Homero  ,  se  confie- 
sa ahora  que  efectivamente  es  obra  de  Gon- 
zalo Pérez  ,  vista  y  emendada  por  el  citado 
Paez  de  Castro ,  por  hallarse  documentos  que 
comprueban  esta  verdad. 


COK 


CONVERSACIÓN   V. 

EN    QUE   SE     DEMUESTRA 

QUE  LAS  PARTES  DE  LA    GRAMÁTICA 
SON     Q  U  A  T  R  O  ', 

ORTOGRAPHIA,ETYMOLOGIA, 
SYNTAXIS  Y  PROSODIA ; 

y  no  cinco  con  ¡a  Analogía  que  de  au- 
toridad propia  quiere  establecer  el 
Autor  del  arte  pel  romance  cas- 
tellano. 

TT^  Juan.  Otra  novedad  tiene  Vm. 
-^*-^*  señor  Don  Antonio,  mire  Vm.  la 
pagina  XXIV  al  fin  del  Prologo  ,  don- 
de dice  :  Df  la  Gramática  i  de  sus  par ' 
tes  ,  §.  II. 

D.  Antonio.  De  nada  me  admira- 
ré ya ,  respecto  lo  antecedente  ,  y  creeré 
cjue  tenga  tantas  novedades  como  capi- 

tu- 


tulos.  '¿  Diga  Vni.  qué  viene  á  ser  eso  ? 
yD.  Juan.     Dice  ,  qu(?  por  la  doctri- 
na antecedente  se  -puede  dividir ,  y  con 
efecto  divide  la  Gramática  en  cinco  Li- 
bros (  que  es  lo  mismo   que  en  cinco 
Partes.  )  Yo  no  he  visto  ,  ni  leido  hasta 
ahora  en  Gramático  alguno  antiguo, -ni 
moderno  ,  semejante  división.  Dice  este 
Autor  ,  que  el  primero  es  el  Origen  :  el 
segundo  Analogía  :  el  tercero  Sj^Uaxis  : 
el  ci\i2rto  Prosodia:  el  quinto  Ortogra- 
fhia.  ¿Digame  Vm.  si  puede  pasar  esta 
doctrina  para  enseñar  muchachos  en  bue- 
na ,  y  fácil  Gramática  Castellana? 

D.  Antonio.  Confieso  a  Vm.  con 
toda  verdad ,  que  aunque  el  Autor  se 
hubiera  echado  de  proposito  a  desva- 
necer el  estilo  ,  no  le  hubieran  salido  sus 
pensamientos  tan  dislocados  como  se  re- 
conocen en  este  Arie  de  su  Romance, 
Vm.  bien  dixo  ,  que  era  novedad  ,  y 
novedad  no  como  quiera  ,  sino  novedad 
muy  grande  ,  que  espantara  a  Grates 
Mallotes  ,  si  -volviera  a  enseñar  a  los  Ro- 
manos ;  y  meTespanta  a  mi ,  que  he  Ici^ 
do ,  y  registrado  loi  Gramáticos  en  va- 
rios idiomas.  D* 


(5") 

D.  JüAíT.  Pues  saqueme  Vm.  de 
este  laberinto  ,  que  deseo  con  ansia  ver 
la  luz,  que  desvanezca  tanta  confusión, 
y  duda  ;  porque  ,  aunque  yo  también  he 
leido  ,  y  estudiado  con  Maestros  de  mu- 
cha erudición  ,  e  instruidos  en  grandes 
libros  de  Autores  Griegos  ,  y  Latinos  , 
nunca  oí  ,  ni  leí  semejante  división  de 
tales  cinco  Partes  de  la  Gramática  en 
general  ,  ni  en  particular :  con  que  crea 
Vm.  que  este  punto  es  de  mucho  pun- 
to ,  y  aun  de  honra ,  y  provecho  para  el 
Gramático. 

D.  Antonio.  ;  Válgate  por  punto  ! 
Vm.  no  se  acongoje  :  que  todo  se  com- 
pondrá :  Se  compuso  lo  de  Capa  negra , 
que  le  ahorcaron.  Oyga  Vm.  el  punto, 
y  tenga  paciencia  ,  que  es  un  poco  lar- 
ga su  explicación  ;  que  doy  a  Vm.  pa- 
labra de  dexarle  en  su  punto  ,  aunque 
nos  digan  ,  que  es  hambre  ,  ^  valentía 
como  de  Perro  de  Pastor,  Porque  entien- 
da Vm.  que  quien  ha  de  enseñar  á  o* 
tro  ,  necesita  de  combinar  bien  las  espe- 
cies ,  pues  sino  ,  le  saldrá  á  la  cara  fal- 
ca ,  ó  errada  su  doctrina ,  y  no  faltará 

quien 


(JI2)  ^ 

quien  se  II  murmure  ,  ó  corrija.  El  Au- 
tor del  ArPe  del  Romanes  Castellano  se 
debió  de  echar  en  brazos  de  Gerardo 
Juan  Vosio  ,  de  quien  le  vino  el  entu- 
siasmo de  poner  la  Analogía  por  quinta 
parte  de  la  Gramática  ,  por  ser  el  úni- 
co Autor  que  mas  trató  de  este  punto 
gramatical  ,  ó  de  Gramática  analógica  ; 
y  leyendo  su  Aristarco  ,  sive  de  vocum 
átnálogid  ,  ¿r  anomalia  ,  líber  f  rimú s  ,  seu 
Commentariorum  de  Arte  Grammatica 
líber  tertius  ;  qui  universe  de  Vbcibus  , 
jparticulatim  autem  de  Nominum  divisio^ 
ne  ,  genere  ,  numero  ,  ó^  casu  ,  iractat. 
Caput  I .  ^nalogi¿e  ,  ir  Etymohgiíje  dif- 
ferentia ,  &c.  se  metió  con  él  de  hoz , 
y  de  coz  ,  sin  aconsejarse  primero  con 
tantos  ^  y  tari  grandes  Gramáticos  Es- 
pañoles como  quedan  referidos  en  el 
Cátaloguito  de  ellos  que  Vm.  me  pi- 
dió ;  sin  necesidad  de  mendigar  noticias 
estrañas  de  forasteros  ^  teniéndolos  den- 
tro de  casa.  En  suma  ,  la  división  de 
su  Arte  ert  cinco  libros  ,  que  es  io  mis- 
mo que  cinco  partes  ,  es  malísima  divi- 
sión :  porqué  el  primero  >  ó  por  mejor 

de- 


decir  ,  lo  que  en  él  se  trata  j  no  es  par- 
te de  la  Gramática  :  por  lo  que  no 
puede  entrar  en  su  división  ni  cómo- 
da ,  ni  incómodamente.  De  lo  que  se 
trata  en  este  libro  primero  nos  da  razón 
el  Autor  en  la  pagina  IX.  de  su  Pro- 
logo ,  en  donde  hablando  de  nuestro 
Romance  ,  dice  ,  que  muestra  su  ori- 
gen ,  progresos  ,  grandeza  ,  y  perfec- 
ción ,  según  sus  diferentes  épocas.  Pue- 
de también  comprehenderse  por  el  epi- 
graphe  de  los  capítulos  de  este  libro  , 
que  se  sigue  al  Prologo  ,  pag.  XXVI , 
en  el  orden  de  las  materias.  ¿  Pero  qué 
hombre  inteligente  ha  de  creer  ,  que  se- 
mejante tratado  es  parte  de  la  Grama - 
tica  de  una  lengua  ,  aunque  lo  digan 
cien  Autores  ,  como  este  ?  Yo  estoy  en 
la  inteligencia  de  que  no  lo  probará  ja- 
más ,  por  mucho  que  escriba.  En  cuyo 
supuesto  ,  si  en  la  lengua  de  nuestro 
Autor  se  permite  ,  que  en  la  división  de 
un  todo  en  sus  partes  pueda  entrar  có- 
modamente en  una  cosa  ,  que  ni  es  par- 
te del  todo  ,  ni  lo  sueña  :  en  mi  Lógi- 
ca no  se  permite  tal  cosa.  En  aquellas 

pa- 


(514) 

palabras  Por  esta  doctrina  yo  entiendo 
lo  que  dexa  dicho  desde  el  principio  del 
§.  II.  ,  pag.  XXIV.  Pero  de  todo  ello 
no  infiero  ,  que  la  Gramática  se  pueda' 
cómodamente  dividir  ni  en  cinco  libros, 
ni  en  cincuenta  :  ni  Jo  que  se  ha  de  tra- 
tar en  cada  uno.  Si  el  Autor  lo  infiere, 
confieso  que  sabe  una  Lógica  que  por 
acá  no  conocemos. 

D.  Juan.  Mucho  me  gusta  la  cía* 
ridad  con  que  Vm.  se  explica  ;  ;  y  oxalá 
hubiera  muchos  como  Vm  !  que  á  fe 
mia  que  no  hablan  de  salir  tantos  al  ca- 
bo tan  engañados  como  vemos.  Conti- 
núe Vm.  con  el  punto  ^  porque  no  pue- 
de dexar  de  ser  muy  erudito  ,  para  que 
aprendamos  los  que  no  trascendemos  con 
tanta  penetración. 

D.  Antonio.  Dexe  Vm.  esos  elo- 
gios para  quien  los  apetezca ;  que  a  los 
Castellanos  no  les  obligan  adulado- 
nes  ,  ni  se  alimentan  de  lisonjas  vanas  ; 
y  vamos  al  punto.  Si  el  Autor  áú  Ar- 
te del  Romance  Castellano  hubiera  visto 
mas  de  espacio  ,  y  con  menos  prisa  ,  d 
celeridad  esta  materia  ,  y  otras  de  su 


Romance  ,  no  hubiera  dado  en  el  flan- 
co de  ser  tan  inútil  su  doctrina  ;  pero 
tjuiso  hacer  en  poco  tiempo  lo  que  no 
han  podido  acabar  hombres  grandes  en 
muchos  años  ,  sin  dexar  los  libros  de  las 
manos.  ¿  A  qué  fin  la  Analogía  (*)  para 
enseñar  a  párvulos  ?  ¿  No  le  bastaba  la 
Etymologia  ,  que  casi  es  idéntica  en  la 
opinión  de  muchos  ,  con  la  Analogía  y 
la  Prosodia  ,  y  las  demás  partes  ?  Va- 
mos mas  claros  ,  para  explicar  estas  par- 
tes de  la  Gramática  ,  que  son  el  fun- 
damento de  toda  ella. ,  sin  las  quales  no 
Y  en- 

(*)  Aquí  ,  y  en  algunos  otros  lugares  se 
habla  en  la  suposición  de  que  la  parte  de 
Gramatiq^  ,  que  está  mal  añadida  por  el  Au- 
tor ,  es  la  que  llama  Analogía.  No  es  asi. 
La  parte  mal  añadida  ,  esto  es ,  la  que  pone 
entre  las  partes  de  la  Gramática  ,  no  siéndo- 
lo ;  es  todo  el  libro  primero.  El  libro  según-: 
do  ,  en  que  trata  do  la  que  llama  Analogía  , 
es  parte  de  la  Gramática,  y  es  la  misma, 
que  otros  llaman  Etimología.  A  esta  todos 
los  Gramáticos  la  reconocen  por  parte  de  Lt 
(íramatica  ,  como  lo  es  :  y  algunos  solo  de 
íjlla  escriben, 


entenderemos  ni  al  mismo  Gerardo  Juan 
Vosio  ,  ni  á  los  demás  Autores  clásicos, 
por  haberse  q^uedado  el  del  ArU  del  Ro- 
mance Castellano  muy  zaguero  en  esta 
doctrina.  ¿  A  qué  viene  aquella  palabra 
origen  ,  diciendo  ,  que  es  parte  ,  ó  libro 
primero  ,  que  trata  del  origen  ,  estados, 
y  perfección  de  la  Lengua  Española  ? 
¡  Rara  difinicion  !  Luego  las  demás  par- 
tes de  la  Gramática  no  tendrán  estado, 
ni  perfección  en  la  Lengua  Castellana. 
Quiere  Dios  que  dichas  quatro  partes 
están  como  deben  estar ,  y  asi  se  ve  cla- 
ramente que  esta  consequencia  es  falsa  , 
como  lo  es  su  mala  difinicion. 

D.  Juan.  Ya  siento  haber  puesto  á 
Vm.  en  este  empeño  ,  pues  le  veo  de- 
masiado fervoroso  en  el  punto 'Analó- 
gico ,  y  Etymológico  ,  con  los  demás. 

D. Antonio.  ¿No  ha  oido  Vm.  a- 
qucl  refrán  que  dice  :  Al  homb  e  por  la 
palabra  ,  /  al  buey  por  el  cuerno^  pues  asi 
se  sujeta  a  los  dijs  ?  He  ofrecido  respon- 
der á  Vm.  a  este  panto  ,  para  sacarle 
del  laberinto  en  oue  dicese  halla  con- 
fundido ,  y  lleno  de  dudas, 

D. 


.  D.  Juan.  Ese  concepto  siempre  le 
ha  conservado  Vm.  y  no  puede  perder- 
le nunca  ,  entre  los  buenos  ,  y  mejores 
de  esta  clase. 

D.  Antonio.  Vamos  al  punto  de 
la  Analogía  ,  que  me  pica  de  modo  que 
me  rebienta.  Pone  por  quinta  parte  de 
la  Gramática  la  Analogía  ,  sin  darla  su 
difinicion  ,  que  es  lo  primero  que  debió 
enseñarnos.  Pero  como  todo  lo  que  con- 
tiene su  Arte  dd  Romance  Castellano  , 
es  novedad  ,  no  me  admiro  que  se  le 
olvidase. 

D.  Juan.  Tampoco  nos  da  las  diíi- 
niciones  de  las  otras  quatro  partes  de 
la  Gramática  ,  siendo  un  requisito  tan 
necesario  ,  que  nos  las  dice  qualquier 
Gramático  regular. 

D.  Antonio.  Eso  lo  dará  por  su- 
puesto ,  y  entre  todos  de  ordinario  muy 
sabido.  Mas  yo  las  difiniré  ,  porque  ur- 
ge aqui  la  necesidad.  Pregunta  nuestra 
Lcbrixa  :  (*)  ¿Quántas  son  las  partes 
Y  2  pre- 

(*)     Lib.  3.  cap.  I.  de  Erotem.Grammat. 


preceptivas  de  la  Gramática  ?  Quatro. 
Ortografhia  ,  á  la  qual  corresponde  la 
Letra.  Prosodia  ,  á  quien  corresponde  la 
Sylaba.  Etimología  ,  a  que  correspon- 
de la  Dicción.  Syntaxis  ,  a  quien  toca 
la  Construcción  de  las  partes  de  la  ora- 
ción. Estas  son  las  únicas  partes  en  que 
todos  los  mas  doctos  ,  y  críticos  Grama- 
ticos  Españoles ,  y  estrangeros  ,  la  divi- 
dieron (  excepto  el  Brócense  ,  de  quien 
diremos  adelante  )  sin  aplicarla  la  ben- 
dita Analogía  por  otra  quinta  parte  , 
porque  no  era  necesaria. 

D.Juan.  DigameVm.  alguno  mas 
que  siga  a  Lehrija  ,  para  satisfacer  mi 
curiosidad  ,  y  la  de  muchos  ,  que  no  los 
conocen  ,  y  porque  es  muy  justo  que 
sepa  yo  sus  obras  ,  ya  que  Vm.  me  ha 
dado  el  cataloguito  de  sus  nombres. 

D.  Antonio.  Pues  vaya  en  segun- 
do lugar  el  Bachiller  Francisco  Táma- 
ra con  esta  media  octava  rima  : 


Tam- 


También  quatro  partes  os  quiero  decir  , 
Que  son  en  esta  Arte  aquí  declaradas  : 
La  Letra,  y  la  Sylaba^y  partes  contadas, 
Y  Ja  djntaxis  ,  que  va  á  construir. 

Juan  Despauterio  dice  :  Las  partes 
de  la  Gramática  son  quatro.  Ortogra^ 
filia  ,  que  corresponde  d  la  letra  :  Ety- 
filología  d  la  dicción  :  Syntaxis  d  la  ora- 
ción ;  y  Prosodia  a  la  Sylaba.  El  Maes- 
tro Barrientes ,  Abril,  Alvarez  ,  Perey- 
ra  ,  Barreto  ,  Chorro  ,  Contador  de  Ar- 
gote  ,  Torres  ,  Segura  ,  Vargas  ,  Juan 
de  Malara  ;  y  otros  muchos  que  tra- 
bajaron ,  y  sudaron  para  publicar  sus 
Gramáticas  ,  con  aprovechamiento  de 
la  Nación  ,  siguieron  en  ellas  la  mis- 
ma división  que  Lebrija  ,  y  Despau- 
terio ,  sin  andar  con  ambacrcs  de  ca- 
pricho ,  alterando  el  buen  método  que 
nos  dexaron  establecido  por  tantos  años; 
y  de  quienes  han  tomado  casi  todos  los 
estrangeros  ;  y  si  no  véase  á  Guillelmo 
Lilio  ,  y  á  Juan  de  Susembroto  Ingle- 
ses. 

Yj  El 


El  Salamanticense  Marcos  Márquez 
de  Medina  de  Consuegra  ,  nuestro  coe- 
táneo ,  en  su  Gramática  en  verso  ,  ó 
Luz  Gramatical  ,  impresa  en  Salaman- 
ca el  año  de  1716  ,  explica  muy  bien 
esta  doctrina  metódica. 

La  Gramática  ,  que  es  arte 
De  bien  hablar  ,  y  escribir  , 
Tiene  por  fin  la  oración 
Muy  perfecta  ,  y  construir. 

Divídese  en  quatro  partes , 
Que  son  Etymologia  , 
Syntaxis  ,  y  la  Prosodia  , 
Con  la  buena  Ortographia, 

Syntaxis  de  syn  ,  y  taxis 
Se  compone  ,  y  es  dicción  , 
Que  en  Latin  constructio  suena  , 
Y  en  Romance  construcción, 

Y  asi  de  todas  las  demás  partes  de 
Ja  Gramática  ,  sin  que  se  halle  Gramáti- 
co metódico  que  dé  por  quinta  parte  la 
Analogía. 

Para  que  concedamos  al  Autor  Ja 
dicha  quinta  parte  ,  es  preciso  que  la 

Gra- 


(5") 

Gramática  conste  de  otras  ocho  partes 
mas  de  las  cinco  que  enseña  en  su  Arte 
dd  Romance  Castellano.  Estas  son  Thech* 
nica  ,  Histórica  ,  Horistica  ,  Especula- 
ti  va  ,  Practica  ,  Preceptiva  ,  Crítica  , 
y  Exegetica  ,  que  son  trece. 

D.  Juan.  Para  noticia  de  muchos 
que  ignoran  esta  doctrina  ,  ya  ha  satisr 
fecho  Vm.  mi  curiosidad  ,  en  que  me 
dexa  advertido  ,  y  enseñado. 

Don  Antonio.  Vm  ,  señor  Don 
Juan  ,  parece  que  vive  en  Quacos ,  se- 
gún las  noticias  que  trahe.  ¿Pues  no  co- 
noce Vm.  que  todavia  no  hemos  salido 
de  la  dificultad  y  dudas  que  le  metie- 
ron en  el  laberinto ;  ó  tiene  Vm.  memo- 
ria de  gallo  ? 

D.  Juan.  No  lo  pienso  asi  ,  pues 
me  acuerdo  de  que  Vm.  me  explicaba 
el  principal  punto  que  dio  motivo  á 
nuestra  Conversación  ,  que  es  el  de  la 
Analogía, 

D.  Antonio.     Esta  Analogía  la  di- 

iíne  Gerardo  Juan  Vosio  (*)  diciendo... 

Y  4  cum 

(*)     Tom.  I.  cap.   i.  pag.   369.  de  Arte 


cum  Analogía  'vocahuloriim  discrimina 
exfonat.  Que  la  Analogía  declara  las  di- 
ferencias de  los  vocablos.  Etymologia  'vo- 
cum  origines  inquirat.  Que  la  Etymolo- 
gia busca  ,  ó  inquiere  el  origen  de  las 
voces.  Una  busca  ,  ó  inquiere  ;  otra  de- 
clara. Esta  es  la  diferencia  que  hallamos 
en  Vosio. 

Lebrija  (i)  dice  :  analogía  est  di- 
'versartim  rerum  jjroportio.  Que  es  pro- 
porción ,  ó  conveniencia  la  Analogía, 

Alexo  Vanegas  (2)  dice  :  Analogía 
€s  una  sciencia  que  mira  d  la  ■proj.'Crcion 
de  las  dicciones  ,  no  solamente  en  las  desi- 
nencias ,  y  dexQs  de  la  %oz  :  mas  tam- 
bién en  las  quantidades  de  las  Tócales.  Y 
en  la  regla  nona  de  la  Etymclo¿ja  ,  ái- 
ce  ;  que  es  ima  sciencia  que  tracta  de  la 
'verdadera  origen  de  las  dicciones, 

D. 

Grammaticá.  Analogías  ,  &  Etymclogise  dif- 
ferentia. 

(i)     In  Dictlon. 

(2)  Tratado  de  Ortographia  ,  impreso  en 
Toledo  por  Lázaro  Salvago  ,  en  quarto  , 
año  de  1531  ,  pag.  18.  mihi  b.  octava  regla. 


D.  JuAiT.  I  Yo  no  se  como  no  se 
le  seca  á  Vm.  la  boca  ,  pues  aun  siquie- 
ra no  lo  he  visto  escupir !  Descanse  Vni. 
por  esta  noche  ;  que  mañana  volveremos 
á  tratar  de  Analogía, 

D.  Antonio.  Si  a  Vm.  no  le  eus- 
ta  esta  Conversación  por  las  repeiiciones 
que  tiene  ,  oyga  Vm.  mas  ;  que  no  son 
las  diez  todavía  ,  y  aunque  den  las  on- 
ce ,  crea  Vm.  que  de  otras  Tertulias  se 
irán  mas  tarde  ,  en  cuya  despedida  se 
gasta  otra  horita  con  aquellas  palabras  , 
ó  muletas  ,  que  reprehende  nuestro  Sa- 
bio 'Quevedo  ,  en  su  Cuento  ds  Cuentos  , 
diciendo  :  Ahora  bien.  Señores,  vatnos  de 
aqtn  ,  que  ya  es  hora  ,  que  se  hace  mala 
obra  ,  y  querrán  Vms.  comer  ,  cenar  ,  y 
descansar,  Y  como  Vm.  no  es  de  esos, 
me  oirá  con  el  gusto  que  siempre. 

Vaya  otro  buen  Autor  de  conocida 
erudición ,    Benedicto  Pcreyra  ,  (*=)  el 

qual 

(*)  Arte  de  Gramática  Lusitanico-Lati- 
na.  Lugduni  1672  ,  pag.  289  ,  num.  189  , 
Regla  V.  Pro  Analogía  ,  et  Esymologia, 
vcl  orií^ine  dictionum. 


(J24) 

qual  dice  :  Esta  regla  tiene  dos  partes^ 
una  de  Analogía  ,  que  es  conveniencia  , 
^froforcion  de  las  dicciones  :  otra  es  de 
Etymologia  ,  ii  origen  de  ¡as  mismas  dic- 
ciones :  y  ambas  participan  de  uno  y  otro 
lugar  reciproco  en  las  lenguas  Castella- 
na  ,  Latina  ,  ;'  Portuguesa  :  v.  g.  de  la 
Analogía  decimos  de  vestir  vestido  :  de 
gemir  gemido  ,  siguiendo  siempre  la  re- 
gularidad de  las  palabras  sin  perder  sy- 
lab  a  ni  letra.  La  Etymologia  es  aquella 
d  quien  debemos  seguir  siempre  por  la 
raiz  o  fuente  ,  para  sacar  su  recta  lo^ 
cucion  ,  o  escritura  :  v.  g.  del  werbo  leer 
sale  lección  :  de  oir  sale  oido  ,  y  Oydor. 
Tsíosotros  debemos  hablar  ,  y  escribir  ar^ 
reglados  según  la  composición  ,  /  origen  de 
nuestras  dicciones  ,  b  palabras  :  de  mo^ 
do  que  siempre  'vuelvan  las  dicciones  d 
su  origen  primitivo, 

D.  Juan.  Me  parece  ,  Señor  Don 
Antonio  ,  que  dexa  Vm.  probado  bas- 
tantemente ,  con  Autores  clasicos  ,  que 
la  Analogia  no  es  parte  quinta  de  Ja 
Gramática  ,  como  la  pone  el  Autor  en 
su  ^rte  del  Romance  Castellano. 

D. 


(5H) 
D.  Antonio.  Perdone  Vm.  Señor 
D.  Juan  ,  que  todavía  faltan  mas  prue- 
bas ,  y  otras  diíiniciones  ,  porque  de  es- 
ta materia  hallará  Vm.  poco  escrito  en 
nuestros  famosos  Autores  Castellanos; 
y  es  preciso  informar  á  Vm.  con  mas 
extensión  sobre  este  punto  Analógico , 
ya  que  nos  hemos  metido  en  esta  Con- 
versación ,  y  dado  lugar  a  ella  el  ben- 
dito Autor  del  Arte  del  Romance  Caste- 
llano. 

He  dicho  a  Vm.  que,  para  que  con- 
cedamos al  Autor  por  quinta  parte  de 
la  Gramática  la  Analogía  ,  es  preciso 
que  nos  conceda  otras  ocho  partes  mas,' 
que  son  : 

Te  clínica  ,  ó  metódica: 

Histórica, 

Horistica. 

Especulativa. 

Practica. 

Preceptiva ,  ó  doctrinal. 

Critica. 

Y  Exeg  ética. 

Que  con  la  Ortographia, 

Ana- 


Analogía, 
Etjmo  logia, 
Syntaxis. 

Y  Prosodia  ;  son  trece  partes  divisivas- 
de  la  Gramática  ;  y  pusiéramos  otras 
irias  ,  si  no  fuera  por  huir  de  la  confu- 
sión. Las  difiniciones  de  cada  una  nos 
sacarán  de  las  dudas  en  que  Vm.  se  ha- 
lla tan  ofuscado. 

Don  Juan.  ¿  Pues  no  ha  difinida 
Vm.  ya  las  mas  esenciales  ,  y  propias  de 
este  Arte  ,  y  aun  algunas  mas  ,  que  ig- 
norábamos ,  por  necesarias  en  ella  ? 

D.  Antonio.  Es  verdad  ;  mas  es 
preciso  dar  razón  de  las  otras  que  que- 
dan apuntadas  ,  y  ofrecidas.  Ya  sabe 
Vm.  la  variedad  de  opiniones  que  hay, 
y  ha  habido  entre  los  Autores  antiguos 
y  modernos  sobre  el  referido  numero  de 
las  partes  de  la  Gramática  ,  como  en  el 
de  las  de  la  Oración. 

D.  Juan.  Pues  acabe  Vm.  con  ello, 
si  es  posible  ;  que  aunque  es  pesada  la 
materia  ,  tendré  mucho  gusto  en  oiría  , 
y  mucho  mas  por  ser  de  un  asunto  tan 
poco  trillado  entre  nuestros  Autores  ^ 
como  Vm.  dice.  D. 


D.  Antonio.  Yo  lo  hago  por  cum- 
plir á  Vm.  la  palabra  ,  y  dedicar  al  pu- 
blico esta  doctrina  ,  si  la  acetare. 

Sabe  Vra.  muy  bien  que  la  Grama- 
tica  en  común  se  divide  en  las  ya  dichas 
quatro  partes ,  que  son  Etimología  ,  Sin- 
taxis ,  Prosodia  ,  y  Ortographia  ,  en  las 
quales  la  dividieron  casi  todo.;  los  Gramá- 
ticos antiguos, y  modernos.  Y  sabe  Vm. 
tambieía  que  esta  misma  se  divide  en 
metódica  ,  preceptiva  ,  histórica  ,  horis- 
tica  ,  te  clínica  ,  ex  eg  ética  ,  critica  ,  espe- 
culativa , ;'  practica ;  y  con  la  Analogia 
que  pega  cí  Autor  á  su  Arte  del  Ro- 
mance Castellano  ,  sacamos  trece  partes 
divisivas  de  la  Gramática  en  cumun  , 
que  es  la  docena  del  Frayle  ,  y  son  : 

Metódica  ,  porque  contiene  el  méto- 
do de  enseñar. 

Preceptiva  ,  en  quanto  da  precep- 
tos ,  y  reglas  por  el  Arte. 

Horistica  (  que  es  lo  mismo  quey?- 
nitiva)  se  llama  ,  porque  diíiae  ,  y  ¿.x 
difiniciones  á  las  otras. 

Technica ,  porque  coincide  con  la  ar- 
tificial ,  que  vieoe  de  la  palabra  Griega 

tcch- 


teclim  ,  que  significa   arte. 

Histórica  es  la  que  se  emplea  en  re- 
ferir los  Autores. 

Exegética  ,  ó  explicativa  es  la  que 
además  de  hacer  enumeración  de  los  Au- 
tores ,  interpreta  sus  escritos ,  y  trata  de 
las  significaciones  de  las  voces. 

La  Critica  es  la  que  hace  juicio  ,  y 
emienda  las  obras  de  los  Autores. 

La  Esf^culativa  es  la  que  considera 
las  reglas  y  preceptos  en  si  mismos. 

La  Practica  es  la  que  pone  estas  re- 
glas en  exercicio. 

D.  Juan.  ;  Terrible  algaravia  de  co- 
sas raras  se  halla  en  la  Gramática  ,  si 
se  ha  de  saber  toda  perfectamente !  ¡  yo 
hasta  ahora  no  habia  oido  tales  divi- 
siones gramaticales ,  y  me  admiro  que 
las  mantenga  Vm.  en  su  memoria  con 
tanta  firmeza  ,  y  tenacidad ! 

D.  Antonio.  Pues  sepa  Vm.  señor 
Don  Juan  ,  que  toda  esta  que  Vm.  lla- 
ma algaravia  ,  es  doctrina  tomada  de 
los  Erotemas  de  nuestro  Antonio  d-j  Le^ 
hrixa  ,  por  el  critico  Gerardo  Juan  Vo- 
sio  ,  quien  ao  le  cita  en  parte  alguna 

(se- 


(J29) 
(  será  por  desgracia  de  Autor  Andaluz  ) 

variando  su  critica  por  los  demás  Gra 
maticos  antiguos  ,  como  Quintiliano  , 
Prisciano  ,  Diomedes  ,  Donato  ,  AlcuinOy 
y  otros.  Y  para  que  Vm.  vea  la  prueba 
de  toda  esta  enseñanza  ,  lea  al  mismo 
Lebrixa  ,  (i)  y  hallará  poco  mas  ó  me- 
nos ,  que  es  la  propia  que  trahe  Vo- 
sio.  (2)  Partes  ejiís  pkrique  faciunt  duas, 
methodicen  seu  hor'uticsn  ,  et  historicen 
seu  exegeticen ,  &c. 

Don  Juan.  ¿  Qué  me  las  vuelve 
Vm.  a  encaxar  en  Latin  ?  Bueno  será 
sufrirlas  en  nuestra  lengua  Castellana  , 
que  es  en  la  que  mejor  se  explican  los 
conceptos ,  y   oraciones. 

D.  Antonio.  Bien  está.  Pero  de- 
be Vm.  saber  que  muchos  gustan  de  ver 
Jos  textos  en  la  lengua  ,  que  se  escri- 
bieron ;  y  aunque  bastan  las  citas  que 
apuntamos  ,  no  todos  tienen  estos  libros, 

por 

(i)  Cap.  I.  de  Erotemat.  Grammat.  fol. 
45.  apud  iiiclytam  Granatain  ,  anno  15^0. 

(2)  Lib.  I.  de  Arte  Graniat.  Cap.  IV. 
fol.  13. 


por  ser  raros.  Mas  se  lo  diré  á  Vm.  en 
Castellano  ,  pues  asi  me  lo  pide. 

Dice  ,  pues ,  Vosio  en  el  lugar  ci- 
tado :  y>  Los  mas  dividen  la  Gramática 
f  en  dos  partes ,  metódica  ,  ú  horistica  , 
•>  y  histérica  o  exegética.  La  metódica  y 

>  quieren  que  consista  en  los  preceptos 
f  del  Arte  ;  y  la  exegética  ,  en  la  inteli- 

>  gencia  ,  y  relación  de  los  Autores.  . . 
í  En  quanto  á  la  primera  parte  nos  con- 
?  formamos   enteramente  con  su  sentir  ; 

>  pues  bien  claro  está  que  ella  se  llama 

>  asi  ,  porque  contiene  el  método  ,  esto 
í  es ,  el  camino  ó  razón  de  enseñar  , 
í  como  Teodoro  traduxo  esta  voz  me- 
í  thodon.  Es  a  saber  ,  trata  como  del 
í  cuerpo  ,  y  propiedades  del  lenguage, 

>  y  explica  el  Arte  con  difiniciones ,  di- 

>  visiones ,  y  reglas  De  modo  ,  pues  , 
•>  que  del  método  se  llama  metódica  ,  asi 
í  de  las  difiniciones  le  viene  el  nombre 

>  de  horistica  ,  que  es  lo  mismo  que  <i/- 
'ijiniíiva  ;  y  de  los  preceptos  del  Arte, 
1  el  de  te  chuica  ,  esto  es  artificial. 

Ibid.  cap.  V.  yt  Alteram  Gramma- 
>í  tices  fartcm  vocanl:  exegetícen  Del  his- 

-i'itO' 


9'>  tomen  ;  ac  exegeticen  quídam  dixere 
51  quía  in  scriptorum  interp'etatione  'vcr^ 
5?  setur.yt 

D.  Juan.  Parece  que  se  le  olvida 
á  Vm.  el  Castellano  ,  embocándome  o- 
tra  vez  esos  terminazos  Griegos  ,  que 
jamás  me  los  explicaron  en  las  Aulas. 
Prosígalos  Vm.  en  nuestro  idioma  ,  que 
aun  asi  puede  ser  que  no  se  entiendan 
todos  ,  por  ser  tan  Griegos  como  ellos 
significan  ;  y  no  me  meta  Vm.  en  mas 
greguerias.  ^;;ijp   íí      :  *  bn  t< 

D,  Antonio.  Astlo  haré  por' dar 
á  Vm.  este  gusto  ,  ó  no  disgustarle  con 
lo  que  no  le  agrada.  Quiere  decir  Vo- 
sio  en  el  lugar  citado  ,  que  n  a  la  otra 
>i  parte  de  la  Gramática  llaman  exege- 
5>  tica  ó  histórica  :  el  nombre  de  exege- 
51  tica  se  lo  han  dado  algunos  ,  porque 
9>  se  emplea  en  la  interpretación  de  los 
ií  Escritores ;  y  el  de  histórica  ,  porque 
3í  para  la  enumeración  de  los  Autores  , 
)i  que  la  histórica  promete  ,  es  necesa- 
í>  rio  el  conocimiento  de  la  historia  ,  ya 
5í  fabulosa  ,  ya  verdadera  ,  como  tam- 
il bien  la  noticia  de  los  lugares,  n 

Z  Ni' 


TSÍimís  }  contrario  coarctant  qui 
solam  methodicen  agnoscunt  ,  &c.  Di- 
ce :  9>  Al  contrario  ,  la  estrechan  de- 
5í  masiado  los  que  solo  admiten  por 
»>  Gramática  la  metódka  ;  porque  para 
jí  hablar  bien  ,  no  solo  es  menester  ob- 
j>  servar  las  reglas  ,  sino  que  también 
?í  se  necesita  saber  la  significación  de 
59  las  voces.  Por  lo  qual  establecemos 
»  dos  partes  de  la  Gramática  las  mis- 
}>  mas  en  nombre  ,  pero  en  diverso  sen- 
•)•>  tido  :  una  que  ,  como  hemos  dicho  , 
9j  explica  los  preceptos  del  Arte  :  otra 
)í  que  refiere  las  significaciones  de  las  vo- 
5?  ees.  n 

D.  Juan.  Yo  no  se  donde  va  Vm. 
á  parar  con  esta  conversación  tan  larga, 
que  parece  que  está  Vm.  explicando  de 
extraordinario  al  poste  de  Escuelas  me- 
nores de  la  Universidad. 

D.  Antonio.  Oyga  Vm.  y  teng^ 
paciencia  ;  que  por  poco  mas  ,  no  he- 
mos de  dexar  pendiente  una  materia 
tan  gustosa  ,  como  erudita.  ¿  No  ve 
Vm.  que  es  de  uij  Autor  de  los  mas 
críticos  y  famosos  que  produxo  el  si- 
glo 


1335)^ 
glo  pasado  ?  Ahora  verá  Vm.  la  conclu- 
sión ,  y  saldrá  del   laberinto  en  que  se 
halla  metido. 

El  mismo  Vosio  (  *  )  prosigue  di- 
ciendo ; 

Porro  tam  ISÍaturaUs  quam  propria 
Methodke  quatuor  partibtis  constat :  Or- 
thoepia  ,  Prosodia  ,  Analogia  ,  et  Syn- 
taxis.  Quarum  prima  est  de  literts  ,  aU 
tera  de  syllabis  ,  tertia  de  vúcihus  singu-^ 
lis  ,  quarta  de  vocum  strttctura  ,  sive  de 
or añone  ,  &c. 

Ahora  se  lo  diré  á  Vm.  en  nuestro 
vulgar  Castellano  (porque  parece  que  se 
le  ha  olvidado  el  Latin  ,  y  Griego  )  pa- 
ra que  lo  entienda  ,  y  se  le  quite  ese 
ceño  ,  y  mala  cara  que  Vm.  me  pone  ; 
y  debe  de  ser  porque  este  Latin  está  re- 
vuelto con  Griego. 

íí  A  la  verdad  (  dice  Vosio  )  la  Md- 
?í  todlca  ,  asi  la  natural  como  la  propia, 
ií  consta  de  quatro  partes  :  es  á  saber  , 
n  Ortoepia  (  cuidado  con  esta  parte  ,  que 
Z  2  ')'i  es 

(*)     Lib.  I.  de  Arte  Grainmatica  ,  Cap. 
VIL 


,       .  (^54) 

j>  es  la  misma  que  la  Ortología  )  Proso- 
9>  dia  ,  Analogía  ,  y  Syntaxis.  De  las 
9>  qiiales  la  primera  trata  de  las  letras,  la 
>í  otra  de  las  sylabas  ,  la  tercera  de  las 
5>  voces  separadamente  ,  y  la  quarta  de 
5>  la  composición  de  las  voces ,  ó  de  la 
)í  oración,  i? 

La  misma  parte  de  Gramática  ,  que 
otros  Autores  llaman  Etymologia  ,  es  la 
que  Vosio  llama  Analogía.  Y  asi  la  po- 
ne y  pero  la  da  otro  nombre.  Esto  su- 
puesto ,  prosigue  diciendo  : 

M  No  ignoro  que  algunos  la  dividen 
>>  en  dos  partes  :  una  que  trata  de  las 
í>  voces  separadamente  ;  otra  ,  de  ellas 
5>  juntas.  Pero  estos  mismos  vuelven  á 
»  distribuir  la  primera  en  una  que  ha- 
5>  ble  de  las  partes  de  las  voces  ,  y  otra 
5>  que  considere  las  voces  enteras.  La  , 
5>  que  mira  las  partes  de  las  voces  ,  la 
5>  dividen  en  una  que  trate  de  las  letras, 
í>  y  otra  de  las  sylabas.  De  manera  que 
j>  asi  son  necesarias  tres  divisiones.  Los 
>7  antiguos  ,  pues  ,  por  escusar  las  dos  , 
j5  prefirieron  la  de  quatro  miembros  ,  ó 
?7  partes.  Pero  yo  coa  nadie  tendré  dis- 

n  cor- 


»  cordia  sobre  esta  división  ,  siendo  cier-* 
yt  to,  que  todas  van  á  parar  en  una.  Exa- 
)>  minemos  la  materia.  La  Ortoepa  tra- 
M  ta  de  la  recta  pronunciación  de  las  le- 
9>  tras  ,  y  al  mismo  tiempo  enseña  á  es- 
n  cribir  con  rectitud  ,  de  donde  ,  por 
?i  otro  nombre,  se  Ihmz  O rtograjjJiia,  Es 
?>  a  saber  ,  asi  como  entre  los  Retóricos 
>>  la  ultima  parte  del  Arre  se  llama  ya 
yy pronunciación  ,  ya  acción  ;  porque  di- 
yy  rige  la  voz  y  los  movimientos  del 
>í  cuerpo  :  de  la  misma  manera  á  la  pri- 
»>  mera  parte  de  la  Metódica  unas  veces 
II  se  le  da  el  nombre  de  Ortospia  ,  otras 
ií  el  de  Ortographia  ,  porque  enseña  el 
ji  recto  modo  de  pronunciar  ,  y  la  rec- 
j9  ta  razón  de  escribir.  Pero  principal- 
j-»  mente  se  ha  de  llamar  Ortoepía  ,  pur- 
>>  que  el  hablar  es  primero  que  el  escri- 
bí bir  ,  siendo  la  escritura  accidente  de 
5í  las  palabras  ,  y  ^e  toda  la  erudición; 
?^  ni  el  fin  de  escribir  libros  es  otro  que 
?>  precaver  el  olvido  ,  como  dice  Platón 
ty  in  Phedro.  11 

D.  Juan.     Muy  a  la  larga  lo  lleva 

Vm.  señor  Don  Antonio  ;  y  yo  para  mi 

Zj  en- 


(556) 

entiendo  que  esta  doctrina  de  Vosio  se 
parece  mucho  á  la  del  Autor  del  Arta 
del  Romance  Castellano ;  que  una  y  otra 
tienen  bastante  confusión  ,  para  enseñar 
con  claridad  y  pureza  niños  ,  y  mucha- 
chos. Y  porque  ,  según  se  vé,  Vosio  po- 
ne las  quatro  partes  de  la  Gram.atica  de 
distinto  modo  que  los  demás  Autores  , 
pues  dice  que  son  Ortoepía  ,  Prosodia  , 
analogía  ,  y  Syntaxis :  por  eso  el  Autor 
del  Arte  del  Romance  Castellano  metió 
por  cuña  el  tratado ,  ó  disertación  del  o- 
rigen  y  formación  de  la  lengua  Caste- 
llana a  revueltas  de  la  Analogía.  ¿  No 
lo  ce  noce  Vm  ? 

D.  Antonio.  Es  que  ,  como  Vm. 
no  está  hecho  a  bragas  ...  Si  Vm.  hi- 
ciera  alto  en  uno  y  otro  Autor  ,  cote- 
jando sus  doctrinas ,  y  modos  de  opinar, 
conoceria  los  pecados  de  ambos.  El  Au- 
tor ¿q[  Arte  del  Romance  Castellano  di- 
ce ,  que  la  Analogía  es  quinta  parte  de 
Ja  Gramática  (  como  queda  dicho.  )  Vo-^ 
sío  ks  viene  á  reducir  á  quatro  ;  y  to- 
do es  bulla,  quando  no  sea  ojarasca. 

Ortoepía  no  es  Ortograpliía  formal ,  y 


directa  ,  sino  un  ramo  indispensable  ,  y 
natural  de  eJJa  ,  que  llaman  los  Griegos 
por  otro  nombre  Orthologia  ,  que  quiere 
decir  forma  ,  ó  disposición  de  buena  bo- 
ca ,  y  lengua  ;  ó  ssa  buena  y  limpia  pro- 
nunciación ,  para  hablar  y  leer  perfecta- 
mente. Y  asi  la  llamaron  Informatia  in- 
fantiae  (*)  que  de  no  saberse  vemos  que 
se  quedan  muchos  toda  la  vida  balbu- 
cientes y  tartamudos. 

D.  Juan.  Pues  yo  conozco  algunos 
que  hacen  gala  de  ese  sambenito  ,  mu- 
dando en  la  pronunciación  unas  letras  en 
otras  :  V.  g.  dicen  sumo  por  zumo  :  casa 
por  caza  ;  y  al  contrario,  teniéndolo  por 
gracia,  y  mucho  gusto  ;  sin  advertir  que 
no  saben  lo  que  hablan  ,  ni  lo  que  di- 
cen. Y  me  alegrara  ,  señor  Don  Anto- 
nio ,  que  hubiera  algunas  reglas  que  e- 
mendaran  este  vicio  ,  que  es  defecto  muy 
visible  en  personas  de  buena  crianza. 

Z4  D. 

(*)  Miguel  Sebastian  ,  Presbytero  ,  de 
Orthograph.  y  Ortholog.  en  Zaragoza  ,  año 
de  lóic;. 


(5J8) 
D.  Antonio.     Vm.  dice  muy  bien; 

pero  lo  hallo  irremediable  ,  porque  los 
Maestros  ,  y  demás  personas  que  hacen 
el  oficio  de  enseñar  á  los  niños ,  quando 
empiezan  á  pronunciar  y  leer  ,  los  de- 
xan  con  los  vicios  de  su  mala  pronun- 
ciación ,  porque  ellos  ignoran  la  buena 
y  delicada  Orthologia  ;  esto  es ,  formar- 
les bien  la  boca  ,  y  lengua  ,  que  por  tan 
tiernos  la  tienen  trabada  ,  y  no  sueltos 
los  ligamentos  para  declarar  bien  los  vo- 
cablos. 

En  quanto  á  reglas  que  quiten  esos 
vicios  ,  hay  muchas ,  y  dieramos  las  su- 
ficientes á  fin  de  lograr  buenos  efec- 
tos. ¿  Mas  quien  las  ha  de  practicar  ,  que 
no  le  parezca  ridiculez  ,  ó  nueva  inven- 
ción ,  como  la  Analogía  del  Autor  del 
Arte  del  Romance  Castellano  ,  porque  no 
está  en  uso  entre  los  Gramáticos  pre- 
ceptivos? 

;  D.  Juan.  A^  lo  menos  diganos  Vm. 
algunas  ,  siquiera  porque  no  carezcamos 
de  unos  principios  que  absolutamente 
son  el  fundamento  de  la  primera  ense- 
ñanza de  los  niños. 

D. 


^  (559)    . 

D.  Antonio.     Ya  dixe  á  Vm.  que 
lo  tendrán  por  cosa  ridicula  ,  á  no  ser 
.  que  algún  Maestro  de  suma  paciencia 
quiera  hacer  ese  sacrificio  a  Dios ,  y  á 
la  infancia  por  caridad.  No  hay  duda  de 
que  los  Griegos  exercitaron  en  sus  hijos 
el  uso  de  la  Orthologia.  Esto  es  ,  que  a- 
quellos  Maestros  figuraban  primero  con 
la   boca  las  letras   ,  prefiriéndolas  con 
fuerza  :  primero  las  vocales  ,  y  después 
las  consonantes  ,  semivocales  ,  mudas , 
liquidas  ,  y  diphongos  ,  quedándose  con 
la  boca  abierta  en  cada  una  ,  y  viendo 
la  fiorura  el  niño  hacia  lo  mismo.  Y  luC' 
go  se  las  enseñaba  pintadas  en  un  papel, 
con  que  al  paso  que  veia  la  figura  pin- 
tada ,  y  pronunciada   fuerte  ,  ó  suave>- 
mente  según  la  fuerza  de  la  letra  ,  la  a* 
prendía  a  un  tiempo  por  la  figura  de  la 
boca  ,  letra  ,  y  pronunciación.  Y  de  este 
modo  los  enseñaban  a  pronunciar  syla- 
bas  blandas  ,  duras  ,  y  fuertes.  Asi  creo 
que  enseñaban  los   Maestros  en  tiempo 
¿é\  Señor  Carlos  Quinto  según  parece  de 
la  Cartilla  impresa  el  año  de  1542  ,  y 
pondré  un  exemplo  por  mera  curiosi- 
dad ; 


(54o) , 
dad  ;  y  es  el  que  se  sigue  : 

O^/Zgados  por  hablar , 
á  úmcbla  ,  y  muerte  csiram^ 
qual  razón  os  da  lugar, 
que  quebréis  en  i?/^^ femar, 
vuesrr¿3!  sucia  é  torpe  saña. 
blandura  de  tal  sentir, 
os  lleve  con  los  áhblos, 
porque  no  seays  morir, 
y  cxcmflo  para  decir, 
contra  Dios  tales  vocaWoi*. 

Y  asi  de  todas  las  demás  combina- 
ciones ,  hasta  llegar  á  la  ultima  perfec- 
ción de  la  prolacion  de  las  letras  ,  syla- 
bas  ,  y  dicciones ,  á  lo  que  llamaron  Or- 
thokgia  ,  que  es  formación  de  buena^ 
boca  ,  y  lengua  ,  como  queda  referido. 

D.  Juan,  Mucho  trabajo  tendrían 
los  G  riegos  en  ese  modo  de  enseñar  ,  del 
que  se  deducen  tres  actos  á  un  mismo 
tiempo  ,  que  son  ;  figurar  la  boca  ,  pro- 
nunciar la  letra  ,  y  demostrarla  pinta- 
da ;  y  de  ese  modo  pronunciarian  per- 
fectamente ,  sin  peligro  de  quedar  tar- 
ta- 


C740 
tamudos ,  ó  balbucientes  ,  no  siendo  porf 

enfermedad  ,  ó  impedimento  natural. 

D.  Antonio.     Es  muy  cierto  eso  , 

y  á  costa  del  mismo  trabajo  cogian  des- 
pués el  sazonado  fruto  de  aquella  proli- 
xa  enseñanza.  Mas  para  que  Vm.  se 
instruya  ,  y  sepa  que  hasta  en  esta  ma- 
teria no  se  han  descuidado  los  críticos  en 
la  distinción  que  hicieron  de  los  Gra^ 
maticos  ,  y  Gramatistas  ,  le  diré  ahora 
lo  que  nos  dexó  escrito  el  Sabio  Gaspar 
Scioppio.  (*) 

De  Orthoejjeja  Ungiiariim  quae  muí- 
tis  jam  s^  culis  in  tini  es  se  d:sierimt ,  va- 
ni  ac  propemodum  irriti  laboris  est  qiíic- 
qiiam  'velle  praecipere  ,  cum  nisi  de  suspi- 
done  rpíx  qtiicquam  in  médium  afferri 
qiieat ,  &c. 

D.  Juan.  Dígamelo  Vm.  en  vul- 
gar Castellano. 

i).  Antonio.  Asi  lo  haré  para  que 
Vm.  lo  entienda.  Dice  Scioppio  :  Que- 
rer  dar  reglas  sobre  la  Ortoe^eya  de  a- 

que- 

(*)  In  Annotation.  Instltutlon.  Gramm. 
pag.  loi. 


fuellas  knguas  ,  que  ya  hace  mudios  si' 
glos  que  dexaron  de  usarse  ,  es  trahaxo 
vano ,  y  casi  perdido  ,  ^ues  abenas  se 
jjuede  decir  cosa  alguna  ,  sino  for  conje- 
turas ,  y  sospechas.  Y  lo  demás  véalo 
Vm.  en  el  lugar  citado. 

D.  Juan.  Por  eso  en  nuestros  tiem- 
pos no  se  repara  en  nuestra  Orthologia,  u 
Ortoepeya  (  que  asi  también  la  llama- 
ban ,  aunque  con  dos  significados  ,  que 
diremos  adelante  )  que  siendo  mala ,  va- 
ría muchas  veces  el  sentido  de  lo  que 
se  quiere  expresar  ,  con  risa  de  los  que 
la  oyen  ;  y  algunas  veces  puede  causar 
perjuicio  en  los  escritos. 

D.  Antonio.  Es  evidente ,  porque 
una  cosa  es  Asa  ,  y  otra  Aza  :  una  co- 
sa es  Mancilla  ,  y  otra  Mansilla^ 

D.  Juan.  No  se  canse  Vm.  en  es- 
to ,  porque  el  erudito  Don  Salvador 
Mañér  (*)  nos  dice  eso  mismo  ,  y  aña- 
de una  lista  de  voces  ,  que  significan 
dos  cosas  diferentes  ,  para  desengaño  de 

los 

(*)     En  su  Ortographia ,  pag.   147. 


(54J) 
los  que,  ó  por  mala  Orthologia  ,  ó  por  a- 
fectacion  abusan  de  la  C  ,  de  la  S  ,  y  de 
laZ. 

D.  Antonio.  Muchas  veces  es  bu- 
fonada el  cecear  ,  y  otras  suele  ser  ma- 
la costumbre  ;  pero  de  qualquier  modo 
que  sea  ,  es  cosa  ridicula  el  trocar  las 
letras  ,  y  vicio  contra  la  buena  Ortholo- 
gia ,  ó  pronunciación. 

D.  Juan.  Yo  se  lo  confirmo  á.Vm. 
y  por  cierto  que  me  acuerdo  ahora  de 
una  Satyrilla  graciosa  ,  que  se  halla  en 
la  Primavera  ^  y  Flor  de  Romances  ,  que 
dice  : 

A  barbado  Ceceoso 

Le  hiciera  poner  basquina  ; 

Que  si  un  lanudo  cecea  , 

I  Qué  hará  Doña  Catalina  ?   . 

Pero  volviendo  al  asunto  ,  digo  con 
el  citado  Mañér  ,  que  no  es  tolerable  dar 
el  oficio  de  la  C  á  la  S  ,  y  al  contrario  el 
de  la  S  á  la  C  ;  porque  no  solo  es  de- 
fecto conocido,  faltando  á  la  propiedad  , 
sino  que  también  en  muchas  dicciones 

re- 


(544) 
resulta  una  alteración  tal  como  variarse 
el  sentido  ,  con  grave  perjuicio  de  lo 
que  se  pretende  decir  ;  para  cuya  de- 
mostración ,  y  que  al  aficionado  le  sir- 
va de  algún  modo  de  resguardo  ,  dare- 
mos fin  al  Alphabeto  con  los  siguientes 
exemplares. 

Zumo  por  lo  que  se  exprime. 

Sumo  por  lo  eminente. 

Mancilla  por  el  descaecimiento. 

Mansilla  por  la  Villa  de  este,  nom- 
bre. 

Abrazo  por  afecto  ,  y  cariño. 

Abraso  por  quemar. 

Baza  por  la  Ciudad. 

Basa  por  la  de  la  columna  ,  y  otras 
cosas. 

Moza  por  la  Sirviente. 

Mosa  por  el  Rio  de  Fiandes. 

Asia  respecto  del  sitio  ,  ó  lugar. 

Ana  por  una  de  las  partes  del 
Mundo. 

JB^aza  por  la  casta  ,  ó  descendencia. 

Kasa  por  cosa  igual, 

Kiza  por  el  estrago. 


(345)  . 
Risa  por  el  que  se  ríe. 

Loza  por  h  de  Talavera. 

Losa  por  el  sepulcro* 

Taza  por  la  escudilla. 

Tasa  por  lo  tasado. 

uizar  por  la  desgracia. 

^j-¿7r  por  el  asado. 

Maza  por  el  que  macea. 

Masa  por  la  de  harina  ,  y  otras  co- 
sas. 

Pozo  por  el  del  agua. 

Poso  por  el  que  se  va  al  fondo  de 
ella. 

Muza  por  el  Moro. 

Musa  por  una  de  las  nueve. 

D.  Antonio.  Añada  Vm.  á  esta 
lista  otra  que  trahe  el  mismo  Mañér  en 
la  pagina  i2j. 

Consejo  por  el  del  Rey. 
Concejo  por  el  del  Pueblo. 
Senador  por  Dignidad. 


oenauur  pui  i-/igiiiuau. 
Cenador  por  el  Cenáculo, 
5^y;¿í  por  saber. 
Ce£a  por  la  de  la  viña. 


Se^ 


(J46) 

Sera  por  el  canasto. 

Cei-a  por  la  de  la  colmena. 

Segar  por  la  siega  del  trigo. 

Cegar  por  perder  la  vista. 

Sierra  por  la  del  instrumento  ,  y  el 
monte. 

Cierra  por  cerrar  lo  abierto. 

Siento  por  el  sentir. 

Ciento  por  el  centenar. 

Sirio  por  el  nacido  en  Siria. 
^  Cirio  por  el  que  arde  ,  y  otros,  infi- 
nitos. 

Siró  el  de  Siria., 

Ciro  un  Rey, 

D.  JuAíT.  Pase  Vm.  adelante  ,  por- 
que es  nunca  acabar  ;  y  al  curioso  ,  y 
aficionado  le  ocurrirán  infinitos  mas , 
en  la  varia  lección  de  los  libros. 

Y  ya  que  Vm.  ha  explicado  lo  que 
siente  de  la  dicha  quinta  p?.rte ,  ó  Ana- 
logía del  erudito  Gerardo  Juan  Vosío, 
mire  Vm.  si  tiene  algún  compañero  de 
su  clase  ,  que  confirme  ,  y  autorice  esta 
misma  doctrina. 

D.  Anxokíq.     Si  Vm.  lo  ha  por 

cu- 


(347) 
curiosidad  ,  ó  por  prueba  ,  le  da/é  otro 

que  vale  por  ciento  ,  y  que  si  no  es  tan 
grande  como  Vosio ,  los  eruditos  le  pe- 
sarán por  escrúpulos,  y  dirán  :  ¿  Qué  tan- 
to pesa  Gaspar  Scioppio  ?  Este  Autor 
critico  de  los  críticos  pregunta  :  (*) 

I  Quántos  son  los  instrumentos  de  la 
Gramática  ? 

Quatro. 

1.  Ortoepeya  ,  que  da  reglas  para  la 
recta  pronunciación  de  las  letras. 

2.  Prosodia  ,  que  da  reglas  para  sa- 
ber la  quantldad  de  las  sylabas. 

j.  Etymologia  ,  que  da  conocimien- 
to de  cada  una  de  las  voces ,  de  sus  par- 
tes ,  y  accidentes ;  esto  es  ,  de  los  géne- 
ros de  los  Nombres,  y  sus  declinaciones, 
como  de  las  conjugaciones  de  los  Ver- 
bos ,  &c. 

4.  Syntaxis  ,  que  da  reglas  para  en- 
tender la  composición  ,  y  construcción 
de  las  partes  de  la  oración. 

D.  Juan.  Pues  con  Scioppio  cerró 
Aa  Vm. 

(*)  In^tltution.  Grammat.  Amstelodami 
1664,  pag.  2. 


(J48) 
Vm.  el  argumento  ,  y  la  conclusión  del 
verdadero  numero  de  las  quatro  partes 
legitimas  ,  que  todos  los  Gramáticos 
han  enseñado  ,  sin  que  venga  ahora  el 
Autor  del  Arte  del  Romance  Castellano 
á  darnos  otras  reglas  por  quintas  partes , 
como  si  fueran  ganancias  de  Mercade- 
res. Y  doy  á  Vm.  las  gracias  porque  no 
me  las  ha  embocado  en  Latín  ,  que  es 
una  repetición  Gerundiana  ,  que  á  ve- 
ces enoja  á  los  oyentes. 

D.  Antonio.  Ya  he  prevenido  a 
Vm.  que  son  muy  precisos  los  textos  de 
donde  se  toman  las  doctrinas  ;  que  por 
no  haberlo  hecho  el  Autor  del  Arte  del 
J^omance  Castellano  ,  ha  caido  en  el  la- 
zo tantas  veces.  Y  aunque  en  este  traba- 
jo han  incurrido  hombres  doctos ,  los  han 
castigado  después  los  criticos  ,  cogiéndo- 
los con  los  hurtos  en  las  manos  ,  y  que- 
dando hechos  unos  monos.  Y  para  que 
Vm.  sepa  el  mal  trato  que  llevaron  al- 
gunos ,  lea  Vm.  á  Laurencio  Valla ,  (*) 

que 

(*)  Elegant.  Ilng.  Latín.  in^Aatonium 
Raudensem.  fol.  mihi  170.  Lugduni  1529  en 
quarto ,  Martiani  Cajpellafurta. 


(J49) 
que  dice  contra  los  hurtos  de  Marciano 
Capella,  y  otros  estas  dulces  palabras.... - 
Et  ciim  hac  dicas  ,  futabo  te  -post  Cice- 
ronem  ,  Quintilianumque  de  arte  oratoria 
j)r¿€cifere  :  nam  Consultus ,  ac  Martia- 
ñus  Cabella  ,  et  quídam  alii  de  arte  hac 
fr acepta  h¿^c  dant ,  sed  ■plurima  ex  Qiiin- 
tiliano  ad  verbum  sumj)ta  ,  qimm  tamen 
de  tilo  d  quo  furantur ,  mentionem  nonfa- 
ciant  :  homines  Ímprobos  ,  planeque  inge- 
nio mísero  acfuraci  ,  &c.  Que  vuelto  á 

nuestro  Castellano  quiere  decir 

)>  Y  diciendo  tu  estas  cosas  ,  creeré 
5í  que  quieres  hacer  de  Maestro  en  el  ar- 
jí  te  oratoria,  como  lo  han  sido  Cicerón, 
5íy  Quintiliano  ;  porque  Consulto,  y 
9>  Marciano  Capella  ,  y  algunos  otros 
í>  prescriben  reglas  en  este  arte,  pero  las 
jí  mas  son  tomadas  á  la  letra  de  Quiñ- 
is tiliano  ,  sin  hacer  mención  de  aquel  , 
íí  a  quien  se  las  robaron  :  hombres  cierta- 
5>  mente  viles ,  y  de  ingenio  ratero  ,  y 
9í  miserable.  >» 

D.  Juan.     ;  Válgate  la  trampa  ,  y 

qué  antiguo  es  el  arte  de  hurtar  !  Pero 

Vm.  señor  Don  Antonio  ,  también  lo 

Aa  2  to- 


(550)  ^ 
toma  de  los  Autores ,  sin  apartarse  de 
las  repeticioms  Gerundianas  con  su  La- 
tín y  Romance  ,  al  uso  del  tiempo  de 
las  calzas  atacadas. 

D.  Antonio.  Si  señor  ,  que  yo  no 
nací  enseñado ;  pero  he  leido  que  el  arte 
de  hurtar  es  muy  antigua  ,  tanto  como 
la  malicia  de  los  hombres.  Pero  no  ra- 
piño las  doctrinas  de  los  Autores  ,  que 
las  declaro  con  su  pelo  ,  y  su  lana  ,  po- 
niéndolos de  cuerpo  presente.  Y  haga- 
las  Vm.  mas  merced  a  las  que  llama  ;v- 
feticiones  Gerundianas  ,  porque  importa 
mucho  saberlas  en  ambas  lenguas  ,  y 
aunque  á  Vm.  le  enfade  la  Latina  ,  to- 
davía tiene  que  sufrir  algo  mas ,  porque 
está  el  rabo  por  desollar. 

D.  Juan.  ¿Pues  no  dexa  Vm.  bien 
probada  con  Scioppio  la  legitimidad  de 
las  quatro  partes  que  hasta  aqui  han  en- 
señado todos  (  como  este  Autor  critico 
las  enseña  )  sin  acordarse  de  la  Analo- 
gía ni  del  Analogio  ? 

D.  Antonio.  Ahí  finca  el  punto; 
y  con  todo  eso  habrá  rebeldes  ,  y  contu- 
maces ,  que  á  fuerza  de  su  capricho  ma- 

ci- 


cízo  clenendan  lo  contrario.  Mas  para 
corroborar  la  doctrina  del  mismo  Gas- 
par Scioppio  (*)  (  aunque  Vm.  rechi- 
ne ,  ó  rebiente  )  oygale  eu  buen  Latín, 
y  buena  Critica  : 

)>  Instrumenta  porro  ornnhio  sunt 
j^qtiatüor;  quorum  j)rimi  usus  est  in  lU 
5>  terarum  pronunciatione  ,  quam  'veteres 
5í  Ortoepejam  vocahant :  alte7'um  in  sylla- 
>í  bariim  modulatione  occupatur  ,  dicitur- 
)T  que  Prosodia  :  tertium  Etymologia  i;o- 
?>  cis  partes  ,  JSÍomen  puta  ,  Verbum  , 
5í  Participturd,  et  P articulas ,  eorumquc 
)>  accidentia  ,  ut  casus  ,  gensra  ,  species, 
9y personas  ,  et  témpora  exsequitur  :  pos- 
j>  tremum  Syntaxis  circa  vocum  intcr  se 
)i  compositionem  'versatur.f'^  Que  en  nues- 
tro vulgar  quiere  decir  ; 

9-)  Los  instrumentos  á  la  verdad ,  en 
j>  todos  son  quatro  ;  el  primero  de  los 
>í  quales  se  usa  en  la  pronunciación  de 
)í  las  letras  ,  que  los  antiguos  llamaban 
>>  Ortoepeya  :  el  otro  se  ocupa  en  la  a- 
Aa  j  „cen- 

(*)     Institut.  Gramni.  Latín,  pag.  loi. 


ií  centuacíon  de  las  sylabas  ,  y  se  nom- 
)í  bra  Prosodia :  el  tercero  ,  que  es  la 
j>  Etymologia  ,  considera  las  partes ,  ó 
,,  miembros  de  la  voz  ;  esto  es  ,  el  Aom- 
i,bre  ,  el  Verbo  ,  el  Participo  ,  y  las 
„  Partículas  ,  y  los  accidentes  de  todos 
,,  estos  ,  como  son  casos  ,  géneros  ,  es- 
,,fecies  ^  personas  ,  y  tiempos  :  el  ulti- 
,,  mo  ,  que  se  llama  Syntaxis  ,  se  em- 
-,,pléa  en  la  composición  de  las  voces  en- 
„  tre  si.  „ 

D.  Juan.  Con  los  Autores  Vosio  , 
y  Scioppio  ,  y  los  demás  citados  pode- 
mos cerrar  la  Conversación  ,  si  a  Vm. 
le  parece  ,  porque  es  imposible  se  halle 
mas  que  decir  acerca  de  la  división  de 
las  partes  de  la  Gramática  ,  a  no  ser 
que  Vm.  quiera  volver  a  adelgazar  mas 
la  hilaza  ,  que  dexa  hecha  ,  para  pu- 
rificar la  trama  de  esta  tela. 

D.  Ant.  Amigo ,  quanto  mas  gran- 
de es  el  cargo  ,  tanto  mas  justa  debe  ser 
la  satisfacción  de  la  data  ;  y  asi  ,  todavia 
pide  mas  satisfacción  el  agravio  ,  para 
desengañar  de  sus  errores  al  Autor  ó  in- 
ventor ád  Arte  del  Romance  Castellano, 

Y 


Y  SI  no  se  desengañare  ,  o  desistiere  á 
vista  de  tantas  verdades  ,  le  diremos, 
que  coa  su  pan  se  coma  su  doctrina  ,  y 
manteca  se  le  vuelva. 

D.  Juan.  En  eso  hará  lo  que  qui- 
siere. Pero  dexa  Vm.  pendiente  no  sé 
qué  declaración  de  un  pasage  de  las  qua- 
tro  partes ,  ó  divisiones  de  la  Gramáti- 
ca ,  y  los  requisitos  necesarios  para  ser 
Gramático  perfecto  ,  en  que  dixo  Vm. 
que  esta  era  la  opinión  común  de  todos 
los  Gramáticos ,  excepto  el  Brócense ,  de 
quien  diria  Vm.  adelante, 

D.  Antonio.  Tiene  Vm.  razón ; 
pero  no  le  tenia  olvidado  ,  porque  me- 
rece  mucho  el  Brócense,  Este  famoso  y 
docto  critico  no  quiso  tomar  partido  en 
la  división  de  las  partes  de  la  Gramáti- 
ca. Hemos  procurado  averiguar  qué  ra- 
zón tuvo  para  ello  ,  quando  los  Autores 
de  su  tiempo  ,  y  de  antes  de  él  ,  la  di- 
vidieron en  las  dichas  quatro  partes ;  y 
hallamos  que  dice  ;  (*)  Grammatica  est 
Aa  4  ars 

(*)     En  su  Minerva  Lib.  I.  Cap.  2. 


drs  recte  loquendí  ,  cujus  Jinis  est  con- 
gruens  oratio.  Y  no  disiente  de  esta  o- 
pinion  el  docto  Francisco  Támara  ,  (^ue 
dice  :  (*) 

Es  el  intento  de  la  profesión 
De  nuestra  Gramática  bien  entender 
La  lengua  Latina  ,  y  en  esta  saber 
Hablar  congruamente  ,   y  sin  dilación. 

Y  guardar  también  la  pronunciación  , 
Porque  esta  asimismo  mucho  floresce  , 

Y  aquel  que  de  aquesta  en  algo  caresce 
Por  cierto  no  dice  buena  lección. 

Vaya  Vm.  con  cuidado  ,  señor  D, 
Juan  ,  sobre  la  doctrina  de  nuestro  Bró- 
cense ,  porque  su  Minerva  (  que  cita  el 
Autor  del  Arte  del  Romance  Castellano  ) 
explicada  por  varones  mu)^  doctos  ,  mas 
es  Filosófica  ,  que  Gramática  ,  y  no  la 
entienden  todos  ;  a  lo  menos  este  que  lo 
es  del  Arte  del  Romance  Castellano  pa  - 
rece  que  no  leyó  en  el  Lib.  L  Cap.  2. 
en  que  dice  asi :  Quo- 

(*)     Gramática  en  verso  Castellano  en  la 
tercera  Octava. 


Qüoniítm  res  ,  de  qua  agtmus  ,  ratio- 
tie  primwn  ,  deittde  testimonijs  ,  et  usii 
est  comprohanda  ,  fiemo  mírari  dcbet  ,  si 
magnos  interdum  viros  non  seqnamur ; 
nam  quantacunque  authoritate  mihi  Grarrir 
tnaticus  polleat  ,  nisi  ratione  ,  proposids- 
que  exemplis  ,  quod  dixerit ,  ccnjirynave- 
rh  ,  nuUam  in  re  praesertim  Graramatica 
Jidemfaciet.  Que  en  substancia  dice  en 
Castellano  ,  que  se  debe  probar  y  con- 
firmar con  razones  ,  y  autoridades  lo 
que  en  la  Gramática  se  dixere  ,  ó  ense- 
ñare ;  y  que  asi  nadie  debe  estrañar  que 
algunas  veces  no  siga  el  parecer ,  ó  sen- 
tencia de  varones  doctos.  Y  añade  ,  que 
no  debe  causar  novedad  ,  si  no  asiente  á 
Jo  que  Qutntiliano  dice  ,  porque  a  cada 
Autor  solo  se  le  ha  de  creer  lo  que  Ucr 
gáre  a  probar.  Confírmalo  con  aquella 
autoridad  de  Séneca  ,  (*)  que  dice  que 
los  Gramáticos  no  son  inventores  ,  sino 
guardas  ,  ó  depositarios  de  las  voces. 
IVo7i  stimiis  inventores  vocum  ,  sed  disto- 
des  earu7n.  D. 

(*)    lib.  XV.  Epist.  96. 


(55.6) 

D.  Juan.  Terrible  cuña  ha  metido 
Vm.  al  Autor  del  Arte  del  Romance 
Castellano  ;  que  no  es  de  menos  peso  el 
Brócense  que  los  dos  pardales  Vosio  ,  y 
Scwfj?io, 

D.  Antonio.  ¿  Cómo  ha  de  ser  es- 
to ,  si  nos  quiere  encaxar  la  Analogía 
por  quinta  parte  ,  sin  mas  autoridad  que 
la  suya  ?  ¿  No  le  hemos  de  dar  regla  pa- 
ra su  corrección  ?  Y  todavia  es  menester 
darle  mas  cordelejo.  Que  lea  á  Mario 
Victorino  ,  Lib.  I.  y  verá  como  dice 
que  :  Grammatic¿€  praecijma  oficia  sunt 
quatuor  :  scribere  ,  legere  ,  intelligere  ,  et 
frotare. 

Para  prueba  de  esta  doctrina  ,  y 
quanto  se  debe  huir  de  la  algaravia  del 
Arte  del  Romance  Castellano  ,  y  de  su 
rara  confusión  ,  asi  de  notas ,  y  adver- 
tencias ,  como  de  Autores  fuera  de  tiem- 
po ,  y  sin  venir  al  caso  ,  vea  en  el  Bró- 
cense (*)  como  coarta  la  perfección  de 
la  Gramática  al  uso  de  las  voces ,  aun- 
que 

(*)     En  su  Minerva  Lib.  I.  Cap.  17. 


que  se  Ignoren  los  significados  ;  Signifi ca- 
tiones 'vero  Adverbiorum  enumerare  ma- 
gis  Pililo  wj)hi  est  quam  Grammatici;  quia 
Grammatici  miiniis  non  est  (teste  Varro- 
ne)  ruocum  signjicationes  indagare ^sed  ea- 
rum  lisiim.  De  modo  que  ai  Gramático 
aun  para  ser  en  su  arte  perfecto  no  le  to- 
ca inda gar,ó  escudriñar  las  significaciones 
de  tal  verbo ,  nombre  ,  ó  adverbio  ;  sino 
observar,  que  los  Autores  usaron  tal  nom- 
bre con  tal  caso  ,  y  tal  verbo  con  tal 
voz  ,  ó  con  tal  régimen  ,  y  otras  cosas 
puramente  Gramáticas.  Y  esto  lo  repite 
al  cap.  18.  siguiente  ,  hablando  de  las 
Conjunciones  ,  cuyos  significados ,  dice, 
no  pertenecen  al  Gramático  ,  sino  al 
Filosofo.  Cofijtinctiojíum  oficia  distingue- 
re ,  'veluti  diximus  de  Adverbio  ,  Gram- 
matici munus  non  est ;  nam  si  ad  Grarn- 
maticam  spectes  ,  omnes  sunt  conpnctio- 
nes  ;  td  est  ,  omnes  conjungunt  ,  etiamsi 
videantur  disjungere  ,  &c.  Luego  para 
ser  Gramático  perfecto  ,  según  el  Bró- 
cense por  un  lado  ,  y  por  otro  el  Autor 
del  Arte  del  Romance  Castellano  ,  no  es 
necesario  saber  mas  de  las  partes  de  la 

ora- 


oración  ,  y  de  la  Gramática  ,  que  es  co- 
mo las  usaron  los  Autores. 

En  esto  se  contradice  el  Brócense, 
Para  ser  perfecto  Gramático  basta  saber 
las  partes  de  la  oración  ,  aunque  se  ig- 
noren sus  significados ;  quia  Gratpjnatú 
ci  munus  non  est  wocum  signifi cationes  in- 
dagare. Esta  es  doctrina  del  Brócense  en 
el  lugar  citado;  pero  en  el  Lib.  I.  cap.i. 
dice  ,  que  necesita  el  Gramático  darse 
todo  a  la  contemplación  ,  é  inquisición 
de  causas  ,  y  razones ,  para  no  ir  á  cie- 
gas en  su  arte.  Itaque  nisi  te  totum  in- 
quisitioni  tradideris,  nisi  artis  tiiae,  qtianí 
iradas  ,  caiissas  ,  rationesque  probé  fue- 
ris  perscrutatus ,  crede  te  alienis  oculis 
*üidere  ,  alienis  que  auribus  audire.  Lue- 
go para  saber  Gram.atica  con  perfección 
no  basta  notar  el  uso  de  los  Autores  ,  si, 
las  razones  ,  y  causas  que  tuvieron  para- 
usar asi,  ó  de  otro  modo  las  partes  ,  tan- 
to de  la  Gramática  ,  como  las  de  la  ora- 
ción ,  sus  construcciones  y  frases  5  que  es 
contra  el  Brócense  mismo. 

D.  Juan.     Muy  serio  le  veo  á  Vm. 
metido  en  esta  materia.  Bien  dixo  Vm. 

q^uc 


(359) 

que  la  Minerva  dtl  Brócense  es  mas  Fi- 
losófica ,  que  Gramática  ;  y  lo  manifies- 
ta esta  contradicción  del  mismo  ,  y  pide 
explicación  clara  ,  y  distinta.  Yo  no  ha- 
bia  oido  que  la  Minerva  era  Gramática 
fhilosofhtca  ,  ó  metaphisica. 

D.  Antonio.  Dexarémos  la  expli- 
cación de  estas  contradicciones  al  Autor 
del  Arte  del  Romance  Castellano ,  como 
aquello  de  i  qué  es  quisicosa  ?  por- 
que esta  materia  es  tan  difusa  que  pedia 
otra  Conversación ,  ó  Disertación  ,  que 
omitimos  para  otro  tiempo.  Y  en  lo  que 
Vm.  duda  de  la  Minerva  ,  el  mismo 
Brócense  lo  dice  (*)  con  estas  palabras  : 
A  Philosofhis  ,  inquit ,  ista  sumís  :  me- 
tuebam  ne  a  lenonibus  díceres  ,  quasi  ulla 
sit  ars  ,  quí£  possit  es  se  d  ratíone  aliena. 
Esto  es  (  dice  )  que  no  es  agena  la  ra- 
zón filosófica  del  arte  Gramática.  Pero  es 
cosa  estraña  que  en  preceptos  de  Gra- 
mática se  valga  de  razones  filosóficas. 
Luego  las  razones  y  causas  que  se  han 
de  saber  en  el  arte  de  Gramática  ,  ha- 


brán 


(*)    Lib.  L.  cap.  I. 


(56o) 

brán  de  ser  tomadas  de  la  Filosofía: 
que  casi  es  lo  mismo  que  dice  Quin- 
tiliano  :  Excutiendum  omne  scrtptorum 
genus.  Bien  se  puede  aplicar  al  Brócen- 
se lo  que  él  dixo  de  Quintiliano :  ¿  Quid 
in  refellendo  Sanctio  frustra  opcram  con- 
sumhnus  ,  cum  ipso  se  suo  gladio  conjo- 
diat  ? 

He  trahido  á  nuestra  Conversación 
esta  doctrina  de  un  Autor  Español  tan 
docto  ,  y  sabio  ,  que  los  mas  afamados 
criticos  no  le  dexaron  hueso  por  mover. 
Y  coincidiendo  con  esta  doctrina  otra  de 
mas  alto  ,  y  elevado  espiritu  ,  dexaré- 
mos  aqui  descansar  un  rato  al  señor  Bró- 
cense ,  y  me  oirá  Vm.  sobre  el  mismo 
pensamiento  ,  otro  de  mayor  exceleur 
cia.  San  Agustín  (*)  hablando  entre  si , 
ó  consigo  ,  y  su  razón  ,  dice  asi  sobre  la 
Gramática  ,  su  objeto  ,  y  oficio  ;  ut  ra- 
tiojtem  rede  loquendi  Jiabeat.  Oyga  Vm. 
con  atención  ,  señor  D.  Juan  ,  este  Dia- 
logo ,  que  vale  mucha  plata  ,  y  no  es  pa- 
ra 

{*)     Lib.   I.  Soliloq.  cap.  ii.  Dialog. 


ra  traerlo  de  chanza  ,  por  ser  de  quien 
lo  trata  tan  de  veras. 

Ratio.  ¿  Quid  tibi  ergo  videtur ,  dis  - 
cifUna  disftitandl  verane  ,  an  falsa  est  ? 

Augustinus.  i  Quis  duhitet  veram  ? 
Sed  vera  est  etiam  Grammatica, 

Ratio  :  :  :  d  An  ignoras  omnia  illa  f a- 
hulosa  ,  et  aperte  falsa  ad  Gramraati- 
cam  pertinere  ? 

August.  Non  ignoro  istud  quldem  ; 
sed  ,  ut  opinor  ,  non  per  Grammaticam 
falsa  sunt ,  sed peream  qualiacumque  sunt 
demonstrantur.  Siquidem  est  fábula  com- 
positura  ad  utilitatem  ,  delectationemve 
mendacium.  Est  autem  Grammatica  vo- 
cis  articulatce  cusios  ,  et  moderatrix  dls- 
cip.ina  ;  cu¡us  professionis  ne  ees  sítate  co- 
gitur  humante  lingu^e  omnia  etiam  figmen- 
ta  coUigere  ,  quce  memoriae  ,  litterísqus 
mandata  sunt ,  non  ea  falsa  facitns  ;  sed 
de  his  veram  quandam  docens ,  asserens- 
que  rationem. 

Preguntándose  a  si  mismo  ,  y  res- 
pondiendo ,  explica   el  Santo  como  Ja 
Gramática  no  finge  fábulas  ,  ni  enseña 
ficciones ,  ni  sale  ,  ni  excede  de  sus  re- 
glas 


glas  generales  ni  particulares  ,  como  ig- 
norantemente juzgan  algunos ;  sino  que 
como  es  custodia  ,  y  moderatriz  de  las 
Voces  ,  y  sus  propiedades  ,  se  ve  obli- 
gada por  necesaria  conexión  de  su  pro- 
fesión ,  e  instituto  á  averiguar  estos  fig- 
mentos  ó  invenciones ,  y  fábulas ,  no  fin- 
giéndolas ella  ,  sino  sacando  ,  y  produ* 
ciendo  de  estos  escritos  una  verdadera 
razón  de  hablar.  Con  cuya  doctrina  con- 
firmamos lo  que  llevamos  explicado  :  es- 
to es  ,  que  la  Gramática  debe  proceder 
con  razones  bien  fundadas.  De  his  ve- 
ram  quandam  docens  ,  assermsqm  ratio- 
nem  ;  y  porque  como  es  tan  noble ,  pide 
también  tanta  observación  como  ra- 
zón. 

I).  Juan.  Es  cierto  ,  señor  D.  An- 
tonio ,  que  para  entender  esta  doctrina 
se  necesita  saber  mucha  Gramática. 

D.  Antonio.  Yo  digo  ,  que  es  me- 
nester estudiar  ,  y  saber  mas  critica  que 
Gramática  ,  para  entender  esta  doctrina. 
Y  mire  Vm. quien  la  dice  ,  y  oyga  co- 
mo prosigue  el  Dialogo. 

Ilatio.     Jl)lo  dícas  mihi  tmds  sit  dís- 

el- 


(565) 

apUna  GrammaHc¿e  :  mié  enim  %'era  est 
tmde  discijjlina  est, 

August.  Isfcscio  quid  tibí  resfondeam, 
Ratio.  i  Nonne  tibí  videtur  ,  si  nihil 
in  ea  definitum  esset  ,  et  nihil  in  genera 
et  partes  distrihutum  ,  ac  distinctum , 
eam  nidio  modo  disciplinam  esse  potídsss  ? 
August.  Jam  intelligo  quid  dicas  ; 
ncc  ulla  occurrit  mihi  cnjusvis  facies  dis- 
cifliude  ,  ¡n  qua  non  dejinitiones  ,  ac  di'vi^ 
sienes  ,  ac  rabiones  ,  et  ratiocinationes  , 
dum  quid  quidque  sit  declaratur  ,  diim 
confusione  partium  sua  cuique  redduntur , 
dum  nihil  pneternnttiiiir  proj^ritim  ,  ni» 
hil  annumeratur  aliemim  ,  totum  hoc  ip- 
sum  ,  quod  disciplina  dicitur  ,  egerint» 
En  cuya  doctrina  dice  San  Agustín  que 
no  puede  haber  disciplina  intelectual  , 
que  no  proceda  definiendo  ,  dividiendo, 
y  arguyendo  :  y  la  Gramiitica  es  disci- 
plina intele.ctual  ,  que  debe  proceder  de 
este  modo  ;  y  por  consiguiente  disputar 
y  raciocinar  en  la  Gramática  ,  dando 
causas ,  y  probando  por  razones,  es  muy 
necesario  ,  según  la  mente  de  este  Santo 
Doctor. 

Bb  D. 


(564) 

D.  Juan.  Esta  Gramática  es  mas 
profunda  que  la  que  se  enseña  comun- 
mente en  las  Escuelas ;  y  su  doctrina  tan 
sana  ,  y  tan  buena  puede  servir  sola- 
mente á  hombres  aficionados  y  doctos  , 
que  la  entiendan  ;  pero  no  es  aparente 
para  muchachos  ,  que  deben  saber  una 
Gramática  puramente  metódica  y  y  p'e- 
ceftiva  sin  Analogías ,  ni  otros  inven- 
tos, con  que  los  aturden  mas  que  los 
aprovechan. 

Don  Antonio.  Parece  que  Vm, 
también  se  aturde  ,  señor  Don  Juan  ;  ó 
no  va  Vm.  conmigo  en  la  Conversa- 
ción. Estas  explicaciones  que  hacen  Au- 
tores tan  graves ,  y  tan  doctos ,  es  cierto 
que  no  se  escribieron  para  la  puericia , 
pero  si  para  los  Maestros  de  ella.  Y  al 
Autor  ¿qI  Arte  del  Romance  Castellano 
es  muy  justo  decirle  ,  que  para  ensenar, 
y  escribir  de  Arte  ,  Romance  ,  y  Caste- 
llano ,  es  menester  saber  algo  mas  que 
Gramática  ,  Romance  ,  Arte  ,  y  Caste- 
llano. Porque  sirve  de  muy  poco  que 
haya  tomado  ]o  que  quiso  ,  de  Jas  Gra- 
máticas de  Lebrixa  ,  Pat.6n  ,  Correas , 

Mi- 


Miranda  ,  y  Gayoso  ,  (  sobre  todos )  sia 
citar  los  lugares  ,  si  no  los  ha  expuesto, 
y  explicado  ,  según  la  mente  de  cada  u- 
no  de  ellos  ,  emendándoles,  y  corrigién- 
doles las  erratas  que  cometieron. 

Mas  para  que  Vm.  entienda  que  no 
dexaron  de  la  mano  los  Santos  esta  ma- 
teria gramatical  ,  quiero  que  Vm.  oy- 
ga  ahora  ( sin  olvidarme  dd  Bróceme  ) 
á  San  Gercnymo  ,  que  dice  ;  (i)  Siquis 
Grammaticam  artem  noverit  ,  ve  I  Día- 
It'cticam  :  tit  rationem  recte  loqiiendi  ha- 
heat  ,  et  hiter  falsa  ,  et  vera  dijudicet. 
Advierta  Vm.  como  enseña  el  Santo 
Doctor  qual  sea  el  objeto  de  la  Gramá- 
tica ,  y  su  oficio  ;  ut  rationem  recte  lo- 
quendi  habeat.  Note  Vm.  el  rede  loquen- 
di ,  que  es  lo  mismo  que  lo  que  lleva- 
mos dicho.  También  ha  de  notar  Vm.  el 
rationem  ,  y  conocerá  que  la  Gramática 
procede  por  razones  ad  recte  loquendum, 
como  dice  Aristóteles.  (2)  Ctim  7iulla  sit 
Bb  2  ars 

(i)     Lib.  I.  Cpmment.  ia  epist.  ad  Ti- 
tum.  cap.  I. 
(2)     6.  Ethicor. 


(366) 
ars  ,  qUíñ  non  sit  habltus  faciendi  cum 
ratiom  ,  &c.  Junte  Vm.  esta  doctrina 
con  la  de  San  Agustín  ,  y  verá  si  es  ne- 
cesario saber  algo  mas  que  Gramática 
para  enseñarla  como  Arte  ,  ó  como 
Ciencia  ,  ó  con  sofisterias.  Dexo  de  in- 
sinuar á  Vm.  otros  Autores  muy  doc- 
tos ,  como  Lactancio  Firmiano  ,  S,  Isi- 
doro ,  el  Maestro  Soto  ,  y  otros  mas ; 
porque  quede  tiempo  para  todos. 

D.  JuA.N.  Me  parece  que  es  muy 
tarde  ,  y  podiamos  dexar  la  Conversa- 
ción hasta  mañana  ;  y  verá  la  J^ieja  los 
espárragos . 

D.  Antonio.  Digo  que  por  dexa- 
da  ;  aunque  si  se  rompe  el  hilo  ,  se  tarda 
muchas  veces  en  volver  á  tomar  el  cabo, 
con  otras  cosas  domesticas  ,  y  ocupacio- 
nes necesarias>  Pero  vaya  Vm.  con  Dios, 
que  mañana  saldremos  del  Brócense  ;  y 
porque  no  se  me  olvide  ,  vuélvamelo 
Vm,  á  acordar ;  y  buenas  noches. 


PRO- 


PROSIGUE   EL    DIALOGO. 

D.  Juan.  Dios  guarde  á  Vm.  se- 
ñor  Don  Antonio.  ¿Cómo  está  Vm  ? 

Don  Antonio.  No  estoy  bueno  , 
porque  después  que  Vm,  se  fué  anoche 
sentí  algo  destemplada  la  cabeza  ,  y  lo 
atribuyo  al  demasiado  frío  ,  y  yelo  que 
nos  acobarda  el  espíritu  ,-  á  lo  que  se 
junta  el  empeño  que  llevamos  ,  de  de- 
xar  probadas  ,  y  establecidas  de  una  vez 
las  consabidas  quatro  partes  de  la  Gra- 
mática ,  sin  necesidad  de  la  quinta  (  A^ 
nalogia  )  cuya  alimaña  ,  crea  Vm.  que 
para  desquiciarla  del  Arte  del  Romance 
Castellano  ,  me  cuesta  algunas  xaquécas, 
y  vértigos  al  colodrillo. 

D.  Juan.  Tengase  Vm.  tieso  ;  que 
para  acabar  con  todo  ,  caminando  con 
buen  fin  ,  Dios  dará  fuerzas ,  y  buen  a- 
nimo.  Y  ahora  le  acuerdo  á  Vm.  (  co- 
mo me  encargó  )  aquella  grande  solu- 
ción del  Brócense ,  que  tanto  tiempo  ha- 
ce la  tiene  Vm.  suspensa ,  por  otras  que 
se  le  han  ofrecido ,  en  nuestra  Conversa- 
ción. Bb  j  D. 


(j68) 

D.  Antonio.  Ya  cataba  yo  en  el 
recuerdo  de  Vm.  que  es  el  punto  que 
le  tiene  en  demasiada  curiosidad ,  y  á  mi 
con  gana  de  que  Vm.  le  enrienda.  No 
es  solución  ,  sino  contradicción  que  con- 
tra si  hace  el  mismo  Bfocense.  Y  no  me 
trueque  Vm.  los  términos  ,  que  no  ts  lo 
mismo  desatar  una  cosa  ,  que  contrade^ 
cirse  en  la  misma  cosa. 

Acuérdese  Vm.  de  lo  qu-e  hemos 
hablado  antes  ,  y  verá  la  doctrina  opues- 
ta ,  y  contrapuesta  del  Brócense  ;  que 
como  se  tocó  en  conversación  ,  quiere 
Vm.  que  se  quede  en  conversación.  Pues 
no  ,  Amigo  ;  porque  es  doctrina  de  mu- 
cha importancia  para  todo  Erudito  que 
quiera  saber  algo  de  este  insigne  Caste- 
llano ,  y  docto  Salmanticense. 

D.  Juan.  Con  todo  eso  me  dexa 
Vm.  en  duda  sin  declararme  qué  parti- 
do tomó  el  Brócense  en  la  división  de 
las  partes  de  la  Gramática  ,  y  quisiera 
saberlo  ,  ya  que  Vm.  ha  explicado  el 
que  tomaron  los  demás  Autores. 

Don  Antonio.  Ahora  si  que  quie- 
re  Vm.  algo  de  parola  ,  y  que  yo  le 

di- 


diga  en  poco  lo  macho  que  el  Gran 
Brócense  dixo  en  su  erudita  Mlnerra  co- 
mentada por  tan  insignes  varones. 

D.Juan.     Como  yo  lo  entienda, 
digalo  Vm.  en  la  forma  que  gustare. 

D.  Antonio.  Pues  si  ha  de  ser  , 
Santiago  ,  y  a  ellos.  Sepa  Vm.  que  el 
Brócense  no  se  acomodó  bien  con  los  an- 
tiguos Gramáticos,  y  menos  con  los  mo- 
dernos. Hizo  escuela  separada  en  orden 
á  la  Gramática  ,  apartándose  de  la  opi- 
nión de  muchos,  especialmente  de  Quin- 
til ¡ano  ,  (*)  porque  dixo  ,  que  el  oficio 
¿d  Gramático  era  explicar  Poetas  ,  y 
Historiadores  ,  afirmando  que  no  pue- 
de ser  Gramático  perfecto  el  que  no 
supiere  Filosofia  ,  Matemáticas  ,  y  o- 
tras  artes ,  y  ciencias.  Sus  palabras  son  : 
J-Zdec  ig'itur  frofessio  cum  bre  vis  sime  in 
duas  partes  dividatur  ,  rede  loquendi 
scientiam  ,  et  Poetarum  enarrationem  ; 
plus  habet  in  reces  su  quam  fronte  jjromit- 
tit.  Nain  et  scribendl  ratio  conjuncta  cum 
loquendo  est ,  et  enarrationem  pracedit  e- 
Bb  4  men- 

(*)     Lib.  I.  cap.  4. 


mendata  hctio  :  :  :  :  Nec  "Poetas  legisse 
satis  est :  excutiendiim  omne  scriftoriim 
gemís  :  :  :  Tum  nec  citra  musicen  gram- 
matices  potest  es  se  perfecta:  :  :  Nec  sira- 
tíonem  s'derum  ignoret,  Poetas  intelligat: : 
JSIec  ignara  j)liilosoj)hi£e  ,  &c. 

Esta  es  la  doctrina  que  impugna  el 
Brócense  (i)  contra  Qmniiliafw  ,  quien 
enseña  que  no  puede  ser  Gramático  el 
que  no  hubiere  leido  Poetas  ,  porque  el 
explicar  estos  pertenece  á  la  Gramáti- 
ca Histórica  ,  y  por  consiguiente  para 
el  exacto  conocimiento  de  esta  Grama- 
tica  es  necesario  versarse  en  todo  gene- 
ro de  escritos  ;  esto  es  ,  Música  ,  Astro • 
logia  ,  y  Filosofía  :  excutiendum  omne 
scriptcrmngcnus.  Asi  lo  dice  el  mismo 
Qiiintiliano.  (2) 

I).  Juan.  Dígame  Vm  ¿en  qué  se 
fundó  Quintiliano  ,  Autor  tan  celebrado 
en  el  Mundo  ,  que  no  se  puede  celebrar 
mas  ,  para  decir  ,  que  era  necesario  pa- 
ra ser  Gramático  perfecto  saber  tantas 
artes  y  ciencias  ?  D.. 

(i)     Minerv.  Lib.  I.  cop.  2. 
(2)     Lib.  I.  cap.  13. 


D.  Antokio.  El  mismo  Brócense 
le  dará  á  Vm.  la  respuesta  en  estas  pa- 
labras :  Vulgi  error em  scciitus  est  Quin- 
tíliafms:  dicebantur  enim  qiwndam  Gram- 
matici  migo  qiii  p'imis  rudimentis  ^ne^ 
ros  instruehant^et  eis  Poetas  enarrabanti 
qiio  in  muñere  suhetindo  adlvibehant  fraeter 
Graminaticam  uariarum  artitim  cognitio- 
nem ;  ñeque  tamen  wulgus  intelligehat  do- 
ctor em  illum  Musiere  ,  Astrologit^ ,  Phi^ 
losoj}hiae  esse peritiim. 

D.  Juan.  Ya  que  Vm.  ha  dado  en 
gerundiar  la  conversación ,  ¿  digame  qué 
quiere  decir  esa  Música  revuelta  con  la 
Astrologia  ? 

D.  Antonio.  Esto  quiere  decir  , 
que  antiguamente  los  Maestros  de  Gra* 
matica  explicaban  los  Poetas  ,  mezclan- 
do varias  noticias  de  otras  artes  ,  y  cien- 
cias ,  porque  los  escritos  de  los  Poetas , 
y  Autores  clasicos  están  llenos  de  varia 
erudición  ,  unos  escribiendo  de  movi- 
mientos de  Astros  ,  otros  trayendo  en 
verso  preceptos  filosóficos ,  y  otras  va- 
rias cosas  ,  que  para  explicar  los  Maes- 
tros necesitaban  de  varias  ciencias.  Co- 
mo 


mo  veía  ,  pues  ,  el  vulgo  (  que  no  sabe 
distinguir  entre  uno  y  otro  )  que  el 
Maestro  de  Gramática  enseñaba  en  la 
explicación  de  los  Poetas  cosas  de  facul- 
tades tan  distintas  ,  juzgó  que  para  en- 
tender bien  la  Gramática  se  necesitaba 
de  mucha  ciencia. 

D.  JifAN.  ¿Esta  doctrina  la  enseñó 
solo  Quintiliano  ?  porque  antes  ,  y  des- 
pués de  él  hubo  muchos  Autores  ,  y 
hombres  literatos. 

D.  Antonio.  Sobre  este  punto  pe- 
dia hacer  a  Vm.  una  larga  Conversa- 
ción ;  pero  ya  va  siendo  tarde  ,  y  se  con- 
tentará Vm.  con  la  siguiente  respuesta. 
Cicerón  dice  :  (i)  In  Grammaticis  Poe- 
tarum  ^ertractatio  ,  historiarum  cogni- 
tio  ;  verborum  interj^retatio ;  pronuncian- 
di  quídam  sonus.  A  esto  mismo  aludió 
Filón  ,  que  refiere  Aivo^er  :  (2)  Gram- 
matica  historias  ,  qu¿ie  apud  Poetas  ,  et 
olios  scriptores  ,  enarrans  'variariim  r^- 
rum  cognitionem  conferet.  Lea  Vm.  este 

ca- 

(i)     In  Oratore. 

(2)     En  su  Polymat.  cap.  2. 


{573) 
capitulo  en  Avjover ,  que  es  muy  curio- 
so ;  y  van  siguiendo  la  misma  doctrina 
JDiomedes  citando  á  M.  Varrón  (i)  por 
estas  palabras  :  Grammattcae  offi'cia  cot- 
siant  in^artihus  quatuor :  kctions ,  enar- 
rationCy  emendatione^  et  judicio  ,  &c.  Nu- 
mera quatro  oficios  del  Gramático:  lec- 
ción ,  enarracion  ,  emienda  ,  ó  correc- 
ción ,  y  juicio.  Y  esto  es  lo  que  perte- 
necía antiguamente  al  Gramático,  quien 
sin  noticia  de  varias  facultades  no  puede 
cumplir  con  tanto  encargo  como  se  le 
manda.  Y  á  esto  alude  seguramente  lo 
qiie  diximos  de  Mario  Victorino  :  (2) 
Grammatic^e  pr¿ecipua  officia  sunt  qua- 
tuor :  scribere  ,  legcre  ,  intelligere  ,  pro- 
haré',  cuyo  texto  recuerdo  á  Vm.  señor 
Don  Juan  ,  porque  no  se  le  vayan 
de  la  memoria  ,  m  al  Autor  del  Arte 
del  Romance  Castellano,  las  quatro  partes 
ó  divisiones  de  nuestra  Gramática  Cas- 
tellana. 

Don  Juan.     ¡  Jesús  Maria  !  ;  Dice 

Vm. 

(i)    Llb.  2. 

(2)     Lib.  I. 


.  (574) 
Vm.  que  es  tarde  ,  y  tiene  traza  de  no 
acabar  en  toda  la  noche!  ¿  Si  no  fuera  por 
aquello  de  ahhorrent  mires  ,  le  habia  de 
preguntar  á  Vm.  si  habia  mas  PP.  que 
confesar  ? 

D.  Antonio.  Si  Padre  ;  que  faltan 
mas  de  veinte  Penitentes  ,  por  quienes 
se  confesará  entre  los  modernos  el  insig- 
ne Antonio  de  Lebrixa.  (i)  Pregunta  i 
iQuotupkx  est  Gramm ática  ?  Quintilia- 
no  auctore  dúplex  :  Historie}  ,  quce  in  f- 
narrandis  auctoribus  versattir  ,  ad  imi- 
tationem  proposita,  Et  Methodic'e  ,  qii^e 
artts  prcecepta  continet.  Donde  Antonio 
sigue  la  sentencia  de  Quintiliano  ,  seña- 
lando por  cargo  ,  y  oficio  de  la  Grama- 
tica  Histórica  la  expresión  de  Poetas , 
Historias  ,  y  otros  escritos. 

Juan  Despauterio  (2)  tratando  de 
]a  excelencia  de  la  Gramática  ,  convie- 
ne con  la  misma  doctrina. 

De  estos  Autores ,  y  otros  mas  ,  se 
infiere  á  favor  de  Quintiliano  ,  que  no 

fué 

(i)     Lib.  3.  cap.  3.  de  Erotem. 

(2)     En  el  Proemio  á  la  Syntaxis. 


(575) 
fué  solo  en  decir  ,  que  el  Gramático  de-» 

bia  tener  noticia  de  muchas  ciencias  ,  y 

facultades  ;   y  no   siguió  el  error   del 

vulgo  ,  sino  doctrina  de  graves  Autores, 

como  Diomedes  ,  y  otros  Gramáticos.   ' 

Don  Juan.  ¿  Quándo  acaba  Vm. 
de  darme  la  razón  formal  de  la  incon- 
sequencia  del  Brócense  ?  ¿  y  del  partido 
que  tomó  en  orden  á  las  partes  divisivas 
de  la  Gramática  ?  para  concluir  nuestra 
Conversación  ,  b  irnos  á  descansar. 

I>.  y\NTONio.  Parece  Vm.  á  Mari- 
fierres  ,  que  entendía  cada  cuento  de  tres 
aveces,  i  No  previne  á  Vm.  que  el  Bró- 
cense dice  ,  (i)  que  al  Gramático  ,  aun 
para  ser  en  su  arte  perfecto  ,  no  le  toca 
indagar  las  significaciones  de  tal  nom- 
bre ,  verbo  ,  ó  adverbio ,  &c  ?  .  .  .  ¿  quta 
Grammatici  munus  non  est  locum  signl/l- 
cat iones  indagare  ?  ¿ó  se  le  van  á  Vm. 
Jas  voces  por  el  ayre  ,  como  al  otro  las 
plumas  ? 

Ahora  volveremos  á  nuestra  disputa 

(ó 

(i)    Minerv.  Lib.  i,  cap.  17. 


(  Ó  sea  reyerta  )  de  si  han  de  ser  las  par- 
tes de  la  Gramática  quatro  ,  cinco  ,  tre- 
ce, ó  diez  y  ocho,  para  que  quede  Vm. 
descansado  ,  pues  tanto  le  enfada  esta 
Conversación  ,  y  le  muelen  estas  partes , 
por  cuyos  molimientos  estudiosos  han 
pasado  (  y  padecido  )  todos  los  Sabios 
del  Mundo. 

D.  Juan.  Dios  me  libre  de  otra  al- 
garavia.  ¿  Ahora  salta  Vm.  desde  tre- 
ce á  diez  y  ocho  ,  habiendo  estado  o- 
yendo  á  Vm.  como  un  muerto  ,  sin  de- 
xarme  respirar  un  instante? 

D,  Antonio.  De  poco  se  quexa 
Vm.  ,  y  si  me  aprieta  un  poco  mas ,  le 
daré  hasta  treinta  partes  objectlve  ,  et 
subjective  de  la  Gramática  accidental  , 
y  substancial  ,  si  fuere  necesario.  Mas 
porque  Vm.  no  se  asuste  ,  solamente  le 
daré  las  pruebas  a  ratione  ,  et  ab  aiictori- 
tate  ,  de  que  son  quatro  ,  y  no  las  cinco 
que  nos  encaxa  el  Autor  del  Arte  del 
Romance  Castellano. 

Excluyó  el  Brócense  la  división  de 
Quintiliano  de  la  Gramática  en  Metódi- 
ca ,  y  Histórica  ,  y .  asimismo  la  divi- 
sión 


{37Í) 
síon  de  las  quatro  partes  en  Ortographiay  " 

Prosodia  ,  Etimología  ,  y  Syntaxis  ,  por 

estas  palabras :  Nos  autem  omissa  Gram- 

fnatic¿e  dhisione  ,   quoniam  nuil  a  satis 

commoda  occurrehat  ,  sic  sumus  exorsi. 

Porque  dice  ,  que  no  hallaba  conmoda 

división  de  la  Gramática. 

D.  Juan.  Causaria  grande  novedad 
á  los  Gramáticos  de  su  tiempo  esa  rara 
opinión,  y  no  se  la  dexarian  pasar,  por- 
que era  contra  el  torrente  de  aquellos 
celebres  Humanistas  de  su  tiempo. 

D.  Antonio.  He  ,  de  todo  hubo 
en  la  viña :  y  aunque  su  Minerva  es  mas 
ílosoíica  que  gramatical  ,  no  faltó  entre 
tantos  uno  que  lo  maltrató  con  desver- 
güenza, Diréle  á  Vm.  quien  es ,  no  pa- 
ra abbarle ,  sino  para  vindicar  al  Bro^ 
cense  ,  Maestro  de  los  Maestros  ,  y  Doc- 
tor de  los  Doctores  ,  como  le  llama  el 
critico  Gaspar  Sciopjno  :  sin  dexar  de 
disentir  a  la  ninguna  formal  división  de 
las  partes  de  la  Gramática  ,  que  nos  de- 
bió dar  ,  como  los  demás  Gramáticos 
de  antes  ,  y  después  de  su  tiempo. 

D.  Juan.     Ahora  oiré  á  Vm.  con 

mas 


mas  gusto  ,  porque  me  huele  á  cuento 
lo  que  Vm.  va  á  decirme.  Y  sabiéndolo 
yo  ,  si  me  gusta  ,  lo  contaré  en  todas 
partes ,  porque  venga  á  noticia  de  todos. 

D.  Antonio.  Pues  oyga  Vm.  con 
atención  ,  y  acabará  de  salir  de  sus  du- 
das. 

Dice  el  Brócense  :  (i)  Alii  "vero  di- 
n)idunt  Grammaticam  m  literam  ,  sylla- 
bam  ,  díctioneín  ,  et  oraticnem  :  sivey  quod 
Ídem  est  ,  in  Orthografhiamy  Prosodiam^ 
Etymologiam  ,  et  Sjntaxin.  Y  redarguye 
asi  ;  Sed  oratio  ,  sive  Syntaxis  est  finís 
Grammatu¿e  :  igitur  non  pars  illiüs  j 
nam  ,  iit  inqidt  Cieno  ,  aliud  est  ars  ,  a* 
liiid  artis  finís.  Sic  enim  aliud  est  Gí'am- 
matlca,  aliud  Grammatic¿e Jinís  ,  et  seo- 
j)us  :  :  :  Ttwt  deinde  litteraj?ars  est  syl* 
lahae  ,  syllaha  dictíonis ,  et  dictiones  ífs¿€ 
partes  oratíonis  :  non  igitur  partes  Gram- 
maticae  ;  et  cujiiscumque  reí  pars  alíus 
rei  pars  esse  ?íonpotest, 

D.  Juan.     Expiiquemelo  Vm.  ,  y 

quien 

(i)    Mincrv.  Lib.   i.  cap.  2, 


1379)^ 

quien  es  el   que  le  trató  con  demasiada 

desvergüenza.  i 

Don  Antonio.  ;  Qué  amigo  es 
Vm.  de  cuentos !  Dice  asi  :  La  Synta- 
xis ,  ú  oración  no  es  parte  de  la  Gramáti- 
ca :  luego  no  son  partes  de  la  Gramati-^ 
ca  la  letra  ,  sylaba  ,  y  dicción.  El  ante- 
cedente consta  ;  porque  la  oración  es  iin¿ 
ú  objeto  de  la  Gramática  ;  sed  sic  esP 
que  el  objeto  ,  ó  ñn  es  distinto  del  arte, 
como  dice  Cicerón  :  luep-o  la  oración  ,' 
ó  Syntaxis  no  es  parte  de  la  Gramática. 
La  conseqüencia  principal  se  prueba. 
Partes  de  una  cosa  no  pueden  ser  par- 
tes de  otra  cosa  distinta  de  ella  :  la  letra 
es  parte  de  la  sylaba  ,  la  sylaba  de  la 
dicción  ,  la  dicción  parte  de  la  oración , 
y  Ja  oración  es  cosa  distinta  de  la  Gra^ 
matica  (  como  lo  prueba  con  Cicerón  ) 
luego  la  letra  ,  sylaba  ,  y  dicción  no  son 
partes  de  la  Gramática.  Y  asi  dixo  ,  qua 
no  halló  cómoda  partición  de  partes  di-, 
visivas  de  la  Gramática.  Nos  autem  o- 
wissa  Grammaticí€  divisione  ,  quoniam 
india  satis  commoda  occurrehatysic  surrnis 
exorsí. 

Ce  D. 


D.  Juan.  ¡Jesús  ,  señor  Don  An- 
tonio !  ViU.  ha  tomado  por  su  cuenta  al 
Brócense  ,  y  no  acabará  en  la  vida  de 
Néstor.  ¿Con  argumenticos  se  andaVm. 
ahora  ,  como  si  estuviéramos  en  Sala- 
manca ? 

D.  Antonio.  Vaya  ,  hombre  ,  ten- 
ga Vm.  papencia  ,  que  ya  le  voy  á  dar 
en  el  cuento,  digo  en  el  gusto  ;  y  conoce- 
rá al  enemigo  :  y  vaya  de  cuento.  Pasó 
de  este  mundo  al  otro  ,  como  el  Brócen- 
se ,  un  buen  hombre  ,  que  por  fuerza 
renunció  el  cuello  ,  y  sotana  ;  vio  difun- 
to al  Gran  Brócense  habia  muchos  años, 
y  soñó  una  noche  aquel  refrán  :  A  toro 
muerto  gran  lanzada.  Este  se  llamaba  N. 
Vargas.  ¿  No  le  haoidoVm.  nombrar 
por  aquello  de  A'verignelo  Vargas  ?  Pues 
este, como  digo  de  mi  cuento  ;  ¿va  Vm. 
en  cuenta  ,  señor  Don  Juan  ?  escribió  un 
Libio  en  quarto  ,  cuyo  titulo  es :  Eluci- 
data  Grammatica  ,  y  en  ella  ingirió  un 
apéndice  misceláneo  al  cap.  i .  contra  el 
Sabio  Brócense  ,  defendiendo  contra  él 
la  opinión  común  de  todos  los  Gr¿imati- 
eos  de  dividirse  en  quatro  partes  la  Gra- 
ma- 


matica  ;  y  asi  dixo  lo  siguiente  :  (  i  ) 
Latina  Grammatica  Methodica :  :  :  qua- 
tüor  dsbet  continere  partes  ;  scilicet  Syn- 
taxin  ,  Prosodiam  ,  Ortografhíam  ,  a 
Etymologiam  (  sed  non  dixit  Analogiam) 
quarum p'ima  ,  atqus  secunda  adrectam 
locutionan  :  tertia  ,  et  qtiarta  jam  adío- 
cutiojiem  ,  jam  ad  scrij^rionem  requiratur» 
Syntaxis  enlm  rectam  oratlonem  ostendit 
eff'icere.  Prosodia  eandem  proferre  docet, 
Üi'tographia  orationis  scribend^  ,  ac  pro- 
nunciandíe  rationem  fr¿¡ebet.  Etymologia 
denlque  Latinarum  originum  inquirms  , 
tam  ad pronu7tciandi  quam  ad  scribendi 
modum  conducít. 

Este  Latín  está  claro  ;  ya  Vm.  Je 
entiende;  y  asi  vamos  a  la  Crisis  que 
llamó  Vargas  Ant  i  brocen  sis. 

In  primis  Auctor  Jiic  Syntaxin ,  alias- 
que  partes  ,  d  nobis  a^signatas  ,  repro- 
bans  ,  Grammaticam  artem  vfdeíur  par^ 
tium  omnino  expertem  relinquere:  explicms' 
se  poíerat  nobis  ,  quid  sit  monstnim  lioG 
grammaticale  divisibllitate  adió  inimii' 
Ce  2  ne , 

(i)    Lib.  I.  Cap.  I. 


ne  ,  ^el  partes  alias  d  nostris  diversas , 
natur¿eque  ipsius  artis  aptiores  pr¿efini^ 
ret.  Dice  Vargas ,  que  el  Brócense  re- 
probando las  divisiones  expresadas  ,  de- 
xa  al  arte  Gramática  sin  partes  ;  y  nos 
pudiera  haber  explicado  ¿  qué  viene  á 
ser  este  Monstruo  gramatical  tan  libre 
de  división  ? 

D.  Juan.  ¿  Se  quedó  ese  borrón  en 
el  mundo  sin  defensa  ,  llamando  Mofis- 
truo  gramatical  a  una  obra  tan  grande  ; 
y  á  un  hombre  el  mas  docto  de  su  si~ 
glo  ?  i  y  mas  viviendo  otro  de  igual 
ciencia  ,  y  suficiencia  como  el  Cantape- 
trense  ,  y  Sánchez  Lusitano  ,  y  otros  Sal- 
manticenses profundísimos  Í7i  omni  mate- 
ria scibili  ? 

D.  Antonio.  ¡  Terrible  pregunta 
es  esa  ,  Don  Juan  !  Yo  he  recorrido  mis 
memorias  ,  y  me  parece  que  allá  en  las 
Questiones  del  doctísimo  ,  é  ilustrisimo 
Cano  (  gloria  de  nuestra  nación  )  da  á 
entender  en  una  de  ellas  algo  de  las  fa- 
mosas obras  del  Brócense  ,  y  sus  pren- 
das muy  notables  ,  porque  fueron  muy 
fieles  amigos.  Mas  no  se  quedó  sin  vin- 

di- 


dicacíon  declarada  ,  pues  nuestro  eru- 
dito Maestro  ,  contemporáneo  ,  Salman- 
ticense ,  Fray  Geronjmo  de  San  Agustín 
en  sus  Misceláneas  ,  y  Disputas  Grama- 
ticales (i)  (  á  quien  yo  sigo  en  toda  es- 
ta doctrina  )  hizo  la  defensa  en  forma 
silügistica  ,  como  verá  Vm.  hasta  la  con- 
clusión de  nuestra  Conversación  dialo- 
gica.  ^  ^ 

Vindiquemos  aquí  al  Brócense  con 
la  doctrina  prometida. 

Gramática  indivisible  en  partes  es 
Gramática  monstruosa  ;  el  Brócense  al 
parecer  dexa  á  la  Gramática  indivisible 
en  partes  :  luego  dexa  una  Gramática 
monstruosa.  Este  silogismo  tiene  poca 
fuerza  ,  contra  Vargas  ya  citado. 

Primeramente  ,  porque  no  dixo  el 
Brócense  que  la  Gramática  era  indivisi- 
ble ,  sino  que  omitía  el  dividirla  ,  por- 
que no  le  ocurria  división  conveniente, 
como  consta  de  sus  palabras  referidas : 
Nos  autem  omissa  Grammaticce  divisio- 
Ce  j  ne , 

(i)  Tratad,  i.  Disput.  3.  quccst.  i.  §.  3. 
num.  75. 


(J84) 
ne ,  quoniam  nidia  satis  commoda  occur^ 
rebat .  Luego  sin  razón  impugna  Vargas 
al  Brócense  ,  porque  dexó  la  Gramáti- 
ca indivisible  ;  porque  no  es  lo  mis- 
mo omitir  una  cosa  que  negarla  :  luego 
si  el  Brócense  omite  la  división  de  la 
Gramática  (  como  él  confiesa  )  porque 
no  sabe  como  dividirla  ,  sin  razón  se  le 
atribuye  aquel  balbuciente  mote  del 
Monstrum  grammaticale  indivisibile . 

D.  Juan.  Mucho  se  aparta  Vm. 
del  punto  principal  de  nuestra  Conver- 
sación ,  que  es  sobre  probar  las  únicas 
quatro  partes  de  la  Gramática  ;  y  veo  á 
Vm.  muy  engolfado  con  el  Brócense^  y 
el  buen  Vargas  ,  sin  importarnos  ahora 
mas  que  acabar  de  concluir  al  Autor  del 
Arte  del  Romance  Castellano  ,  con  sus 
cinco  partes  ;  y  dexémos  lo  demás  á  que 
lo  enseñen  ios  muchos ,  y  buenos  Gra- 
máticos que  tenemos  en  los  estudios  de 
demro  y  fuera  de  la  Corte. 

D.  Antonio.  Ya  veo  que  Vm.  se 
cansa  ;  pero  deseo  que  me  oyga  otro  ra- 
to ,  porque  es  materia  que  me  gusta. 
Mire  Vm  :  aqui  tocamos  quatro  Autív 

res 


(J85) 
res  doctos  :  el  Autor  ¿el  Arte  del  Ro- 
manee  Castellano  ,  Quintiliano  ,  el  Bro- 
cense  ,  y  Juan  de  Vargas  ;  y  á  cada  u- 
no  es  preciso  dexarle  en  el  lugar  ,  y 
grado  que  le  corresponde. 

Gramática  indivisible  con  la  indivisi- 
bilidad que  pone  el  Brócense,  no  es  Gra- 
mática monstruosa  ,  porque  la  indivisi- 
bilidad que  pone  el  Brócenle  ,  es  exclu- 
yendo la  división  de  la  Gramática  en 
Metódica  ,  é  Histórica  ,  de  que  diximos 
que  no  eran  distintas  Gramáticas  ,  sino 
distintos  oficios  de  una  indivisa  Grama- 
tica  ,  y  excluyendo  la  división  en  Orto^ 
graphia  ,  Prosodia  ,  Etjmolcgia  ,  y  Sin- 
taxis ,  que  no  son  Gramáticas  diferen- 
tes ;  luego  poner  una  Gramática  indivi- 
sible como  la  pone  el  Brócense  ,  no  es 
hacer  una  Gramática  monstruosa  ,  sino 
verdadera. 

Parece  que  en  esto  impugnamos  mal 
al  Brócense  ,  porque  negaba  esta  divi- 
sión contra  Quintiliano  :  y  satisfaremos 
asi  esta  mala  impugnación.  No  impug- 
namos al  Brócense  porque  negase  esta  di- 
visión entendida  de  modo  que  fuesen 
Ce  4  Gra- 


Gramáticas  distintas  la  Metod-ca  ,  y  la 
Histórica  ,  porque  esto  no  lo  dixo  Quin- 
tiliano  ;  pero  si  le  impugnamos ,  porque 
no  distinguió  ,  y  negó  la  división  á  lo 
menos  de  varios  oficios  de  la  Gramática, 
y  también  porque  no  entendió  el  sen- 
tido en  que  la  dividió  Quintiiiano  ,  con- 
tradiciéndose a  si  m.ismo. 

D.  Juan.  No  dirá  Vm.  que  no  le 
oygo  con  la  mayor  atención  ,  porque 
semejante  modo  de  hablar  de  Gramática 
no  se  halla  á  cada  paso  ,  y  no  es  de  a- 
quellos  principios  generales  que  nos  da 
el  Autor  del  Arte  del  Romance  Casíe-^ 
llano  allá  en  su  obra  de  tantas  acosas  á  re^ 
bueltas  de  una  sola.  Prosiga  Vm.  que 
no  puede  dexar  de  dar  gusto  a  algunos 
curiosos ,  y  aficionados. 

D.  Antonio.  Pues  advierta  Vm. 
otro  punto  de  no  menos  gusto  ,  que  nos 
explicó  N.  M.  S.  Agustín  ,  en  que  dice 
^ue  hay  Oitografhia  directiva  ,  y  Orto- 
grajjhta  directa  :  Syntaxis  directiva  ,  y 
Syntaxis  directa  :  ó  en  otros  términos , 
Syntaxis  subjectiva  ,  y  Syntaxis  objecti- 
ya  i  que  por  no  distinguirlas  el  Brocen- 

se, 


Cj87). 
se  ,  se  confunde,  Syntaxis  directiva  es  a- 

cjuella  parte  de  la  Gramática  que  da  re- 
glas ,  y  la  dirige  con  ellas  para  hacer 
una  congrua  composición  ex  parte  ob^ 
jecii ,  mediante  la  dirección  del  arte  ,  re- 
sulta que  es  Syntaxis  directa.  Son  cosas 
muy  distintas  el  arte  ,  ó  parte  del  arte, 
que  da  reglas  para  hacer  una  cosa  ,  y 
la  cosa  hecha  ;  que  es  objeto  ,  y  efecto 
artificioso  del  arte.  Los  Autores  que  di- 
viden el  arte  de  Gramática  en  Ortogra- 
filia  ,  Prosodia  ,  Etjmologia  ,  y  Synta^ 
xis  ,  no  dividen  la  Gramática  en  Sjnta-- 
xis  directa  ,  sino  en  Syntaxis  directiva  ; 
de  modo  que  al  arte  de  Gramática  la  di^ 
viden  en  quatro  partes ,  y  a  cada  una 
corresponde  su  objeto.  A  la  Ortograj^hia 
co^-responde  por  objeto  la  letra  ,  para  es- 
cribirla bien  :  á  la  Prosodia  h  sylaba  , 
para  bien  pronunciarla  ;  á  h  Etjmologia 
h  dicción  ,  para  saber  su  origen  :  a  la 
Syntaxis  la  oración  ,  para  componerla 
congrruamente  ;  y  asi  la  letra  ,  sylaba  , 
dicción  ,  y  oración  no  son  partes  de  la 
Gramática  ,  como  mal  entendió  el  Bró- 
cense ,  sino  objetos  de  las  quatro  partes 

re- 


(j88) 

referidas  de  la  Gramática  ,  Oriogra^liiay 
Prosodia  ,  Etimología  ,  y  Syntaxis. 

D.  Juan.  Esta  doctrina  me  huele 
mucho  á  la  amenaza  que  hizo  Vm.  de 
que  probaria  hasta  jo  partes  de  la 
Gramática  contra  la  quinta  de  la  Ana^ 
logia  ,  que  nos  encaxa  el  Autor  át\  Ar- 
te del  Romance  Castellano  ,  sin  haber  de- 
clarado ,  ni  probado  antes ,  ó  después  su 
opinión. 

D.  Juan.  No  hay  que  admirar , 
pues  ve  Vm.  que  el  Brócense  no  nos  dio 
a  todos  el  gusto  que  queremos  ;  porque 
qiiot  homines  ,  iot  sententia  ;  y  por  este 
exemplar  quiere  el  Autor  ¿.ú  Arte  del 
Romance  Castellano  hacer  también  secta 
separada  ,  fundada  en  su  machinismo  , 
sin  mas  autoridad  que  la  de  su  buena  , 
ó  niala  gana. 

Si  el  Brócense  ,  y  el  Autor  del  Ar- 
te del  Romance  Castellano  ,  y  también 
Vósio  ,  se  hubieran  hecho  cargo  de  to- 
do lo  referido,  habrían  hallado  esta  doc- 
trina segura  en  el  mismo  Antonio  de  Le- 
hrixa  (*)  en  estas  palabras  :  JSam  Or- 

tho- 

(*)     Lib.  3.  c.  I.  de  Erotem.  Grammat. 


thographia  disputat  de  litera  :  Prosodia 
de  syllaba  :  Etimología  de  dictione  ;  Syn- 
taxis  de  partium  ,  sive  dictiomim  ínter  se 
composüione.  Donde  no  dice,  que  la  Or- 
tographia  es  letra  ;  sino  que  disputa  de 
ella  ;  no  que  la  Prosodia  es  sylaba  ;  sino 
que  disputa  de  la  sylaba  ;  y  asi  de  las 
demás  partes :  luego  la  división  que  dan 
estos  Autores  ,  no  es  de  modo  que  nu- 
meren por  partes  de  la  Gramática  á  la 
letra  ,  dicción  ,  y  oración  ;  sino  que  es- 
tas son  objetos  de  las  quatro  partes  reci- 
bidas ,  y  establecidas  de  Ortographia  , 
Prosodia  ,  Etymologia  ,  y  Syntaxis, 

Qualquiera  parte  de  la  Oración  sea 
Ja  que  fuere  ,  dice  Lehrixa  ,  es  capaz  de 
que  acerca  de  ella  se  versen  solas  las 
quatro  partes  de  la  Gramática  :  ¿lue- 
go para  qué  la  Analogía  del  buen  Autor 
del  Arte  del  Romance  Castellano  ,  que- 
dando entendida  en  las  dichas  quatro 
partes  ?  Porque  verdaderamente  qual- 
quiera parte  de  la  oración  se  puede  con- 
siderar ut  scribenda  ;  esto  es ,  con  qué 
letras  se  debe  escribir  ,  y  asi  es  objeto  de 
la  Ortographia,  Puede  considerarse  ut 

pro- 


frontincianda  ,  esto  es ,  con  qué  accento, 
y  cuantidad ;  y  asi  es  objeto  de  la  Proso- 
dia, Puédese  atender  ut  signiHcans  ,  esto 
es  ,  qué  signifique  ,  que  tai  vez  se  cono- 
ce por  su  origen  ;  y  asi  es  objeto  de  la 
Etpnologia.  Y  puédese  contemplar  ai 
fonibilis  in  oratione  ,  esto  es ,  como  de- 
ba juntarse  con  otras  partes ;  y  asi  es  ob- 
jeto de  la  Syntaxis,  Y  esta  es  la  questioa 
¿.ú  Brócense ,  que  confunde  las  partes  de 
la  Gramática  ,  Ortografhia  ,  Prosodia  , 
Etimología  ,  y  Syntaxis  ,  con  las  partes 
de  la  oración  ,  que  son  sus  objetos  ;  co- 
mo el  Autor  ¿d  Arte  del  Romance  Cas- 
tellano con  su  estraña  Analogía. 

D.  Juan.  Vea  Vm.  señor  D.  An- 
tonio ,  si  manda  en  que  le  sirva  ;  que 
me  voy  á  recoger  ,  porque  ya  me  due^ 
Je  la  cabeza  de  oir  a  Vm.  tanta  letra- 
deria  ,  que  no  tiene  íin. 

D.  Antonio.  Bueno  es ,  que  no  su- 
da  el  ahorcado  , y  suda  el  Teatino.  Aguar- 
de Vm.  á  que  acabe  la  oración  ,  y  lo 
dexarémos  hasta  otra  noche.  He  especu- 
lado los  motivos  que  he  juzgado  por 
mas  probables,  y  que  nos  han  servido  en 

núes- 


(J90 
nuestras  divertidas  Conversaciones ;  y  si 

como  he  deseado  encontrar  la  verdad  , 
la  hubiere  hallado  ,  no  dudarla  de  nues- 
tros ratos  el  desempeño  ;  pero  hallar  es- 
te tan  cabal  ,  y  perfecto ,  es  obra  de  mas 
alta  penetración.  In  mitltis  oiim  o^cndi- 
7nus  omnes :  et  siquis  in  "verbo  nonj^eccaty 
hic  perfectus  est  vir,  Jacob,  j. 

jD.  Juan.  Es  ni  mas  ,  ni  menos  co- 
mo Vm.  dice  ;  mediante  lo  qual  es  ra- 
zón que  descansemos  de  los  malos  ratos , 
que  nos  ha  dado  el  Arte  del  Romance 
Castellano  ,  ínterin  salen  nuestras  Con- 
versaciones criticas  a  volar,  a  probar  for- 
tuna ,  y  en  suma  ,  a  ver  con  qué  cara  las 
admite  el  Publico. 

D.  Antonio.  Me  parece  bien  el 
pensamiento  ,  y  creo  firmemente  que  el 
Publico  las  tratará  como  merezcan. 

D.  Juan.  Hemos  hecho  lo  que  se 
ha  podido  ,  y  en  ellas  se  halla  de  todo 
como  en  Botica. 

D.  Antonio.  ¿Y  qué  libro  me  da- 
rá Vm.  en  que  no  se  hallen  cosas  bue- 
nas ,  medianas ,  y  malas  ? 

D.  Juan.     Solo  uno  ,  que  es  el  Co- 

di- 


dice  de  las  verdades  eternas  ,  esto  es ,  la 
Biblia  Sagrada  ,  en  que  se  halla  todo 
quanto  hay  que  saber. 

D.  Antonio.  Es  verdad  ;  pero  en 
todos  los  demás  Libros  ,  sacando  los  Sa- 
grados ,  se  halla  de  todo  ,  como  Vm. 
dixo  ,  y  mucho  mejor  nuestro  amigo  el 
agudísimo  (*)  Marcial. 

Sunt  bona  ,  sunt  quídam  mediocria  , 
sunt  mala  plura 

Qux  legis  hic  :  aliter  non  fít  ,  Avite  ,  lí- 
ber. 

D.  Juan.  Pues  si  hay  eso  ,  y  los 
Libros  no  pueden  hacerse  de  otra  suerte, 
I  para  qué  nos  cansamos  ?  Ahora  ,  aun- 
que también  deseo  descansar  ,  me  ha  da- 
do gana  de  traducir  ese  Distico  ,  para 
satisfacer  la  curiosidad  ,  ó  el  antojo  de 
algún  Romancista  ,  que  no  esté  poseído 
de  Latín. 

í>Al- 


(*)     Martial.  Lib.  i.  Epigramm,  17. 


(J9J) 

9>  Algo  leeris  bueno  aquí , 
5í  Algo  mediano  ;  ya  escucho 
51  Avito ,  que  hay  malo  mucho  , 
j>  Pero  un  Libro  se  hace  asi. 


F  I  N. 


Í)ICE.      1>£BE  DECIR, 


Pag.  1 80.  lin.  4.  Pcotica  .....  Poética. 

Pag..  221.  ..  lin.  10 en  ...  dd 

Pag..  260.  ..  lin.  I...  pluüma.*..jt7//¿?;7¿í. 
Pag.  J2J.  l.j.  Esymologia.  Etimología. 
Pag.  J44.  lin.  20.  Asia.  .  .  .  Acia.    / 


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